Por Daniel Rojas Pachas
Poetas en Dictadura “Antología de autores de la primera región de Chile 1973-1990” realizada por Mayo Muñoz es un libro que a juicio de Armando Uribe Arce, premio nacional de literatura año 2004, es un compendio inconmensurable de voces y verdadero mapa poético sin parangón en Chile en los últimos 30 años.
La antología comprende el trabajo poético realizado dentro del norte grande, en la entonces primera región, hoy zona política y administrativamente escindida en dos cuerpos, la XV de Arica y Parinacota y la I de Tarapacá.
El periodo de producción que este libro de 500 páginas y completa bibliografía (Hay en él referencias a otras antologías, premios en concursos de los poetas nortinos, revistas y discografías) principia con el quiebre de la institucionalidad en el año 73 y cierra su umbral con el retorno a la democracia durante 1990. De ahí su nombre y principalmente su espíritu.
La obra sin lugar a dudas es una tarea ambiciosa que procura escuchar y muchas veces rescatar para luego difundir el discurso lírico y la voz poética de una región del mundo por lo demás desértica y alejada de su centro. Como antología plasma en papel las impresiones sensibles de una generación que surge a raíz de los mecanismos abruptos y violentos que debió soportar. Condiciones de vida y expresión extremas que desafiaron material y anímicamente el libre ejercicio de la voluntad bajo pena de exclusión o muerte.
“Poetas en Dictadura” nombre que el mismo autor Mayo Muñoz reconoce en el prólogo del texto, puede provocar resquemor, pugnas y prejuicio, resulta como obra y totalidad imposible de escamotear en cuanto a su valor estético. Desde luego que hay un fuerte factor documental y cronístico implícito pero no se debe imponer y eludir por ello el ejercicio literario que supera toda barrera de intolerancia.
A medida que se van desplegando los versos, la fibra personal e íntimo sentir de cada creador permite elevarnos más allá del álgido contexto histórico. Sin duda el devenir motivó muchas de las piezas. No podemos negar con respecto al libro su condición de vaso comunicante y referencia obligada a un pasado todavía palpitante, tour de force a las impresiones del momento y el sentir que subyace como herida aunque también, como búsqueda constante de un sueño, esperanza que no se diluye.
Arrebato, rabia, escape, tortura o delusión, forman parte de una gama extensa de sensaciones y sensibilidades que alejan a esta compilación de la univocidad del folletín. Su riqueza podemos agregar, reside en la manera en que los autores se apropian del mundo que los rodea aplicando el lenguaje cotidiano para crear su propio código. Una metáfora de lo esencial con lectura abierta y pluralista sin el peso que imponen los abanderamientos e ideologías. No es tampoco la intención del texto fragmentar un país que empieza y trata tozudo de romper las fronteras aunque muchas veces falle en sus intentos por lograr unirse y edificar una identidad por medio de su más grande valor: Las personas, el diálogo, la empatía y esa capacidad de sentir y comunicar sin restricciones y represión.
La Creación de Poetas en Dictadura, antología de la primera región procura retomar y en muchos casos azuzar esa incesante necesidad dialéctica. La confrontación de ideas y la construcción de nuevos caminos a partir de las impredecibles rutas que genera el debate.
Gestada en su totalidad por el poeta y narrador nacional Mayo Muñoz, Poetas en dictadura vio la luz el año 2004.
Mayo Muñoz, escritor del norte de Chile, nació en Illapel cuarta región del país y fue testigo y protagonista preferencial de los cambios y conflictos que enfrentó la nación. Exonerado y preso político, ha publicado Alambradas Rotas que cuenta con tres ediciones (1981, 1997 y 2002) 56 kilos de carne y hueso del año 84, Para criar cantando de 1987 y Norteamar también del 2004. Además de otras antologías breves entre los años 97 y 98.
De este recorrido por las letras nace una combinación de creador y ávido lector de sus pares, capaz de establecer un criterio de selección equitativo en la distribución de espacio y entrega del material literario y no por ello reduccionista pues el antólogo, reconoce diferencias de envergadura, alcance de las obras y calidad, pero sin duda no olvida la constancia, maduración y reflejo de un sentir que impulsó el desarrollo social, la restauración y en mayor medida hizo patente el latido más visceral de voces y discursos que se presumían silenciados
En términos técnicos esto se traduce en su interés por considerar como obra publicada para la compilación, los diversos medios de transmisión de textos: Oral, canto popular, revistas, poesía visual, trípticos, cintas grabadas, mimeografía y una larga lista de alternativas de difusión algunas precarias y otras subversivas.
Finalmente, de la misma manera que señala su interés por considerar todos los focos y vías de poetizar, el autor no olvida en su abordaje (nombre del prefacio) señalar el problema de irrealidad que descansa en toda antología gestada con buenas intenciones pero con una lejanía tangencial al universo que viven y sufren los actores recopilados.
Primero alude a las publicaciones hechas por cofradías y grupos y luego a aquellas que se tramitan desde un bureau en el centro, el cual sólo atiende a un número restringido y muestra sesgada. En sentido contrario a estos ejemplos, Muñoz destaca la labor de algunos compañeros de ruta, Martínez Fernández en Palabra escrita, Juvenal Ayala con su Antología Poética del Norte en el 98.
Entre los nombres que forman Poetas en dictadura y sin ánimo de exclusión o preferencia, podemos nombrar a: Nana Gutiérrez, Alicia Galaz Vivar, José Martínez Fernández, Ariel Santibáñez, Walter Rojas, Rodolfo Khan, Juvenal Ayala, Alberto Carrizo, Oscar Hahn, Carlos Marchant, Priscilla Marinkovic Tapia, Pedro Humire, Guillermo Ross-Murray, Oliver Welden y el antólogo Mayo Muñoz entre otros.
Es importante también no hacer caso omiso al epígrafe de Lihn. Este nos sirve para comprender la filosofía y visión que reposa tras esta mirada literaria que surge treinta años después de los eventos que produjeran el gran quiebre vital que aún acosa a nuestro país y a sus habitantes. Los escritores del texto no son la excepción.
Por tanto al revisar las palabras de inicio que dicen: Ni a pesar de la cólera quise desbaratar a mi enemigo. Pero escribí y me muero por mi cuenta, porque escribí, porque escribí estoy vivo.
Descubrimos la acertada elección de Mayo al utilizar los versos del ineludible escritor de la generación del 50. Mayo sabe lo duro y confrontacional de su empresa y la asume con coraje hasta el final dejando en claro la necesidad de reconstruirnos y crecer pero el rencor no es la opción sino la autonomía e impenetrabilidad de nuestras conciencias y eso sólo se consigue cuando somos verdaderamente libres y no cifras o autómatas por voluntad propia, presas de la autocompasión o víctimas serviles de la mano traidora que ansía el poder a cualquier precio
El devenir (vida y obra) de los autores que tengo en mis manos al realizar esta lectura y crónica, me compele como escritor, poeta y sobre todo como persona y así mismo a toda una nueva hornada de voces emergentes a reflexionar y entender la calidad de sucesor no sólo en lo artístico sino humano, lo cual implica a su vez un limpio llamado y apelación general a través del cual es indispensable reconocer las diferencias y los puntos de encuentro pues en esa frontera y concordia duerme el eje de nuestra propio desiderar. Sin duda, semejante tarea también tocó la puerta de los poetas de la antología. Muñoz al tanto no quiso que sus amigos, gesta y poesía quedaran en las sombras de una selva que muchas veces tiende con indiferencia a devorarnos sin piedad. Sólo queda señalar que esta obra será un modelo de antología y una brújula para todos los que se aproximen al universo de la poesía contemporánea del norte de Chile.
* * *
Muestra de Poemas de Mayo Muñoz
ROSA DE FUEGO
En nuestro territorio
tenemos encendida
aún la rosa
y juramos
que ni siquiera
la mordedura del hambre
ni los húmedos ladrillos
podrán tapiarla para siempre
en el foso del silencio.
¿QUIÉN ES?
¿Quién se esconde
tras anteojos oscuros
y derriba mi puerta
en la alta noche
De qué se nos acusa ahora
si ya no tenemos heredad,
¿De qué?, si de poco el dolor
lo fue anegando todo.
¡Ah, pero en nuestra miseria
no permitiremos insolencias.
No estamos afiliados al partido.
Sólo somos partidarios
de la vida y la alegría
y no podrán acallarnos
a menos que.
Mayo Muñoz Poeta Nortino
* * *
Autor: Daniel Rojas Pachas
También Publicado en Cinosargo
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