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lunes, 15 de abril de 2013

Cristina Peri Rossi: mujer, lenguaje y poesía








         

Resumen: El siguiente artículo pretende servir de introducción a la poesía de Cristina Peri Rossi y a tres de sus tópicos, que aparecen interrelacionados: la mujer, el lenguaje y la poesía.
Palabras clave: Cristina Peri Rossi, poesía uruguaya, poesía erótica

1. La literatura erótica en Uruguay.

La literatura erótica no ha tenido un gran desarrollo en Uruguay. Graciela Mántaras relaciona este hecho con la “sociedad mesocrática, pequeño- burguesa, conservadora y estancada” (Mántaras 1995:31) en la que vivimos. Esto puede parecer extraño si tenemos en cuenta que la sociedad uruguaya estuvo abierta durante décadas al progreso, a partir de la presidencia de Batlle y Ordóñez hasta la década del ‘60, donde la visión de progreso sigue manifestándose, aún en contra de la realidad del momento.

El Uruguay de los años ‘60 exigía despertar y comenzar a ver la crisis que se estaba dando en el país desde tiempo atrás. Alejandro Paternain describe esta situación: “En lo interior, descomposición política y social acelerada, pérdida paulatina de la confianza, doloroso despertar del país a la realidad de su empobrecimiento y marginalidad. Sin jerarquía en sus dirigentes, envuelto en la rapacidad y la hipocresía disimuladas bajo la laxitud de las costumbres y la indiferencia del vivir, el ámbito local no podía darle a sus poetas jóvenes otra cosa sino el aire espeso de la crisis...” (Paternain 1969:610)

Los logros alcanzados por las generaciones anteriores, en lo que respecta a la sindicalización de los trabajadores, la laicización del Estado, los derechos de la mujer, el amor libre y la apertura hacia nuevas propuestas políticas como el anarquismo, el socialismo, el marxismo, caen en un proceso de estancamiento y terminan desapareciendo. Aquellos que eran sus grandes ideales quedaron reducidos a magros logros: la idea de un amor libre, con todo lo que significaba la misma en la modificación de la situación de la mujer, sólo fructificó en matrimonio y divorcios civiles. En lo que respecta al ejercicio de los derechos democráticos, la mujer tuvo la posibilidad de ejercerlos recién en el año 1938, y hasta el día de hoy su participación en el área política y de gobierno sigue siendo muy limitada.

La década del ‘70 puede resumirse en algunos sucesos: la política de represión, el ahogo económico, el ataque a las instituciones, la persecución de aquellos que se dedicaban a la cultura en todos los niveles y un creciente régimen de censura para todas las manifestaciones culturales.

La instauración del gobierno dictatorial incide en el vínculo de la producción poética con su contexto político- social del momento. Es imposible no hacerlo cuando conocemos las condiciones vitales opresivas como la constante amenaza a la libertad personal o la represión diaria; además hay que tener en cuenta el importante aislamiento intelectual con el exterior y la incapacidad para comunicar mensajes que no sean adictos al régimen o que por lo menos mantengan un grado mínimo de neutralidad. La obra literaria se transforma entonces en una manifestación de ese conflicto, a través de la cual puede hacerse pasar de forma solapada cualquier idea.

Este estancamiento se va dando progresivamente también en la literatura uruguaya: en lo que respecta a la literatura femenina, la llamada “Generación del ‘900” había conseguido importantes logros en las figuras de María Eugenia Vaz Ferreira y Delmira Agustini. En la poesía de esta última, por ejemplo, la mujer toma el papel principal en lo que respecta a la relación erótica y convirtiéndose el hombre el objeto erótico. Lógico es el escándalo que provocó y lógico también el hecho de que la generación siguiente reparara la traición con una poesía como la de Juana de Ibarbourou, en la que el “yo” vuelve a colocarse en la posición de objeto. La poesía deberá esperar hasta la aparición de Evohé (1972) de Cristina Peri Rossi y Poemas sex (1969) de Milton Schinca para que el estancamiento llegué a su fin. Podría decirse que era previsible que este cambio se diera en una época tan necesitada de algo que sacudiera la modorra, y más si pensamos como Graciela Mántaras de que “el auténtico erotismo es siempre liberador y subversivo” (Mántaras 1995: 33)

Lo erótico se convierte en una subversión que revoluciona la naturaleza, la cultura, al individuo y hasta la religión. El erotismo sólo se alcanza mediante la unión del instinto animal, lo culturalmente aprendido y la libertad que el propio individuo ejerce. El ser que alcanza reunir estas tres cosas accede a regiones propias de lo divino y es posiblemente por esto que la mayoría de las religiones lo consideran un pecado. El erotismo no puede escapar del escándalo y es por esto que quien intente desenvolverse bajo él debe estar lleno de coraje y de autonomía.

La libertad había permitido su surgimiento durante el ‘900 y era otra vez la que la hacía resurgir en los años ‘60, a raíz del enfrentamiento entre represores y subversivos,



2. La poesía de Cristina Peri Rossi.

En la obra de Cristina Peri Rossi, el amor aparece como un intento de naturalizar las fuerzas de los instintos y de descubrir el despertar sensual de los cuerpos en libertad. Lo positivo en su obra está siempre asociado a lo natural o salvaje, aquello libre de todo prejuicio, sin excluirse la transgresión de las normas morales impuestas por la sociedad.

En la poesía de Peri Rossi la expresión del deseo toma cuatro caminos distintos: la expresión directa y espontánea del mismo, el recurso irónico y sarcástico, el juego con el lenguaje y la elevación del deseo a proporciones míticas. Todo esto se limita a una única cosa: “movido por el deseo, el hablante genera posibilidades de liberación de la prisión mental, de rebelión del cuerpo y de la palabras, de comunión con lo otro.” (Verani 1995: 12) El deseo de romper con todo lo que limita la libertad humana y de despojarse de convencionalismos e hipocresías encuentra en el lenguaje y en el erotismo un placer semejante; es que el placer del lenguaje equivale al placer erótico.

En este trabajo sólo haremos referencia a dos de estas líneas temáticas: la libertad de expresión de lo erótico y el manejo lúdico del lenguaje en su poesía, dado que es casi imposible separarlos.

La poetisa tiene la necesidad de tratar el tema de lo erótico libremente, de quitar todos los frenos a la expresión de la pasión y más aún, de la pasión homosexual o incestuosa. Lo que se busca conseguir es la naturalización de las fuerzas instintivas que nos conducen a esto:

se echa desnuda en el sofá,
abre las piernas
se palpa los senos de lengua húmeda
mece las caderas
golpea con las nalgas en el asiento
ruge, en el espasmo. (En Diáspora. 2001)

Así también son tratadas las pasiones consideradas tabú por nuestra sociedad como la homosexualidad:

A los poetas que alabaron su desnudez
Les diré:
Mucho mejor es ella quitándose el vestido
Es ella desfilando por las calles de Nueva York
-Park Avenue-
con un cartel que dice:
“Je suis lesbianne. I am beautiful” (En Diáspora. 2001)

O pasiones “desviadas”, como las tratadas en los poemas dedicados a Lewis Carroll:

Lewis Carroll fotografiaba niñas vestidas
Y a veces fotografiaba niñas desnudas
Por afición a la fotografía,
Por afición a las niñas
A las cuales dedicó un libro terrible
Alicia en el país de los espejos,
Libro que desagrada a todos los niños
Y despierta la curiosidad de aquellos adultos
Que quisieran fotografiar niñas vestidas
Niñas a veces desnudas
Pero no se animan a hacerlo por carecer de espejo. (En Diáspora. 2001)



3. El lenguaje, la mujer y la libertad.

La tensión que encontramos entre los sistemas de dominación, siempre restrictivos, y la búsqueda de una expresión liberadora, afecta tanto el nivel de lengua utilizado en el discurso literario, como la concepción y modos de presentación del mensaje literario. El lenguaje se vuelve el sostén de “juegos lingüísticos”, a la vez que posibilita la creación de “lenguajes privados”. Parecería que, si bien se encuentra sujeto a normas convencionales en lo que se refiere a significados y usos, el lenguaje se movería al mismo tiempo en una órbita autónoma, paralela a lo real.

Dice Verani: “Una y otra vez el impulso lúdico asoma en sus versos; naturalizar el placer del cuerpo, transfigurado en un acto libre y alegre, en una actividad espontánea y natural que no tolera la solemnidad de las reglas que precisen nuestra cultura, en un modo de reconciliarse con el mundo y consigo mismo, en plena libertad.” (Verani 1995: 14)

Esto puede percibirse claramente en algunas de las obras poéticas de Peri Rossi, como por ejemplo en esta perteneciente a Evohé (1972)

COMPOSICIÓN

La única realidad es el lenguaje.
Ella me ha mirado.
Yo he creído temblar.
UUUUUUUúúúú             aúlla             ¿el barco?
                        Mi mujer.
La única
                        ¿realidad?
                                                            Las palabras.

La función del lenguaje no es solo la de la comunicación, sino que también puede ser objeto de placer. Es por esto que, sumado a la experimentación de la forma, se experimenta con los sonidos:

Mora y barroca
Mura y mara
Barrunta y bala
Por su boca
Yo barumbé
Un moro entero (En Diáspora. 2001)

Hay, a lo largo de sus poemas, un constante regodearse con el lenguaje, un deseo de poseerlo que la lleva a estudiarlo detenidamente, a buscar continuamente lo novedoso que este le pueda aportar:

Leyendo el diccionario
He encontrado una palabra nueva:
Con gusto, con sarcasmo la pronuncio;
La palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso,
La digo, la encierro, la lamo, la toco con la yema de los
Dedos,
Le tomo el peso, la mojo, la entibio entre las manos,
La acaricio, le cuento cosas, la cerco, la acorralo,
Le clavo un alfiler, la lleno de espuma,

Después, como a una puta,
La echo de casa. (En Evohé. 1972)

Para Verani lo lúdico sirve para tirar abajo todo lo instituido por el sentido común y por la escala de valores. “El juego es, en fin, un intento de reconciliación con el mundo bajo nuevas banderas” (Verani 1995: 17)

Parte de este continuo juego con el lenguaje es la identificación mujer- palabra, común en muchos de sus poemas, principalmente en los que integran Evohé:

Mujer            Mi mujer es una palabra
                        Palabra de mujer, me oye.
   Palabra           Ella me escucha.
                        Le digo palabras amorosas,
                        Mi mujer se tiende, ancha, como una esdrújula.
                        Luego que se ha tendido bien,
                        La abro, como una palabra
                        Y ella, como una palabra,
                        Gime, llora, implora, tarda, se desviste,
                        Nombra, suena, grita, llama, cruje, relincha,
                        Vibra, amonesta, imparte órdenes.
                        Suena y se levanta
                        La nombro y contesta
                        Palabra por palabra la ciño
                        La estructuro
                        Como una frase
                        Y luego que la he hecho verso,
                        Duerme, como una lengua muerta. (En Evohé. 1972)

El acercamiento a la mujer, su conocimiento, sólo es posible por medio del lenguaje, a la vez que es la mujer la que permite sentir el lenguaje en su verdadera dimensión, en la dimensión poética. Lo inefable del lenguaje se une a lo inefable de la mujer:

Tenía un disfraz de frase bonita.
-Mujer- le dije,- quiero conocer el contenido.
Pero ninguna de las palabras con las que ella se había vestido,
Estaba en el diccionario. (En Evohé. 1972)

La palabra aún conserva el valor mágico, el poder de crear que tiene en el Génesis. Nombrar la cosa es crearla, porque antes del nombre no hubo nada: “Te nombro, luego existes” dice en Babel Bárbara (1991)

En lo que respecta a las palabras, tan importante como la pronunciación es la escritura. La disposición gráfica de las mismas también es un modo de conocer, es una manera de acercarse más a su verdadero significado; así, la persona que no ve no puede conocer. Es en este sentido que debemos entender todas las referencias a los ciegos que se hacen en Evohé: si la mujer es sinónimo de lenguaje y este es el modo de conocer, quien no tiene la capacidad de admirar a la mujer no accede al conocimiento:

Era ciego, y como la única realidad es el lenguaje,
No veía a la mujer por ningún lado. (En Evohé. 1972)

Y tampoco puede amar porque “el amor es cuestión de palabras” (En Evohé. 1972)



4. La palabra y la literatura.

Dice Mabel Moraña, refiriéndose a la poesía uruguaya entre los años 1979- 1984: “La ciudad, la cotidianeidad, los valores individuales y sociales, la vivencia personal o colectiva de la historia aludida como transcurso no particularizado y por último la reflexión e intentos de definición de la poesía y del quehacer poético son las líneas temáticas más importantes sobre las que se organiza la lírica de los últimos años (...) el problema de la comunicación aparece como una constante que se entrelaza (...) con la concepción misma del acto creativo que aparece como una instancia distorsionada o problematizada” (Moraña 1988: 73) La poesía de Peri Rossi, como exponente de esta época, también se integra a la problemática sobre qué es la literatura y cuál es su finalidad. En su libro Lingüística General [1] la poetisa trata de encontrar una finalidad al acto de escribir:

5

Escribo porque olvido
Y alguien lee porque no evoca de manera
suficiente.

6

Escribimos, porque los objetos de los que queremos hablar
No están. (Lingüística General)

Solamente a través de la palabra que podemos existir y perdurar en el tiempo. La literatura es un acto que intenta preservarnos del olvido. El escritor se hace inmortal porque su obra permitirá que futuras generaciones lo conozcan, pero a su vez, la literatura recordar por mucho tiempo detalles de nuestras vidas, como si sirviera de ayuda memoria:

7

Todo lo cual podría no volver a ser dicho si el lector
-tan desmemoriado como cualquier poeta-
recordara un poema de Joao Cabral de Melo Neto:
Flor es la palabra
Flor; inscrita
Como verso en el verso,
Que leí hace años,
Olvidé después
Y hoy he vuelto a encontrar,
Como tu, lector,
haces ahora. (Lingüística general)

Esta no es sólo una característica del poeta sino de todos los hombres. La diferencia está en que sólo el primero es el único que tiene la capacidad para trabajar con la palabra. Las personas necesitan del poeta para que las cree, les de vida, para que plasme sus vivencias, sus emociones en los poemas.

La poesía es también un modo de ver lo que se encuentra más allá de la superficie:

POÉTICA

Hay gente que espera que la palabra
Del poeta la nombre,
Deje constancia de su identidad.
No sabe que el poeta no habla de los seres,
Sino de los símbolos. (En Babel Bárbara. 1996)

Sin embargo, hasta el poeta se encuentra limitado frente al lenguaje, pues tiene la certeza de la que las palabras- herramientas que usa para elaborar su poesía, tienen otro significado que él no puede descifrar:

EL DESAFÍO

Babel, violenta,
Enfurecida,
Hojea antiguos diccionarios
Como un profanador de tumbas.
En la noche ciega de las lenguas
Exige una luz
Reclama una revelación.
            En algún lugar ha de estar
Esa palabra única
Que la nombre para siempre.
Parto de nalgas
            Último sello
Que hay que saltar,
Para empezar a ser. (En Babel Bárbara.1991)

Esto ocurre porque el hombre ha perdido su capacidad para ver más allá de lo que se le presenta a simple vista. Podemos relacionar esto con lo que explicábamos anteriormente, el hombre no puede acceder a los símbolos y, por ende, tampoco puede acceder al conocimiento de sí mismo (extendiendo la identificación palabra- mujer a símbolo- humanidad):

CIFRAS

En los monasterios medievales
Algunos animales que adornan los frisos
O decoran las columnas, en apariencia,
Constituyen, en verdad,
Las notas de un código musical
Olvidado por la frugal memoria de los hombres.
....................................
Igual que esas piedras
Somos la cifra
De una larga historia
Que algún investigador futuro
Descifrará,
Entre la admiración y el horror (En Europa después de la lluvia. 1987)



 Profesora Mª Clara Umpiérrez Nova





Nota

[1] Todos los poemas citados del libro Lingüística general fueron extraídos de Benavidez, W; Courtoisie, R; Lago, S. (1996): Antología plural de la poesía uruguaya del siglo XX. Seix Barral- Planeta. Montevideo.



Bibliografía

Benavidez, W; Courtoisie, R; Lago, S. (1996): Antología plural de la poesía uruguaya del siglo XX. Seix Barral- Planeta. Montevideo.

Cosse, R. (1995): Cristina Peri Rossi, Papeles críticos. Linardi y Risso. Montevideo.

Moraña, M. (1988): Memorias de la generación fantasma, Crítica Literaria 1973- 1988. Monte Sexto. Montevideo.

Paternain, A. (1969): Los nuevos poetas, Capítulo Oriental Nº 39. Centro Editor de América Latina. Montevideo.

Peri Rossi, C. (1991): Babel Bárbara. Editorial Lumen. Barcelona.

Peri Rossi, C. (2001): Diáspora. Editorial Lumen. Barcelona.

Peri Rossi, C. (1972): Evohé, poemas eróticos. Colección La invención. Girón editorial. Montevideo.

Verani, H. (1996): De la Vanguardia a la posmodernidad: narrativa uruguaya (1920- 1995). Trilce- Linardi y Risso, Montevideo.



© Mª Clara Umpiérrez Nova 2009

Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero42/cperiro.html


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