El Signo
SAUSSURE (signo lingüístico)Unión de significante y significado. Una entidad de dos caras formado por la imagen acústica y el concepto. Aprotación: Estudio básico estructuralista del signo dentro de un sistema social PEIRCE Es un signo general, triádico y pragmático.
El signo tiene su fundamento en un proceso: la semiosis que es una relación real que subyace al signo. Un signo es algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino como representación de. aportación: Visión triádica del signo, que permite entender una dinámica infinita, aplicable al conocimiento. Enfoque lógico HJELMSLEV El signo es una expresión que señala hacia un contenido que hay fuere del signo mismo.Tiene dos funciones: expresión y contenido. Aportación: Perfeccionamiento de los conceptos saussureanos, aporta el concepto de denotación y connotación.Habla del plano de la expresión y del plano del contenido.
BARTHES Habla de la significación de los objetos, es decir, percibe a los objetos como signos dentro de un sistema estructurado (binario)«significar» es transmitir informaciones, sistemas de diferencias, oposiciones contrastes. Aportación: Una teoría informal más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende fundamentar una ciencia de revelaciónAporta el MITO (Los sistemas de signos que utilizamos no son naturales sino resultado del desarrollo cultural por lo que se asocian a valores culturales)Enfoque social GREIMAS Se basa en la apreciación de signo como entidad binaria (significante y significado) en la que se capta su significación a partir de pares de opuestos. De ahí se basa para crear su propuesta de
recorridos generativos a partir de cuadro semiótico Aportación: Estudia EL SENTIDO de los signos Cuadrado semiótico Recorridos generativos Aplicación en la interpretación y producción de textos narrativos principalmente IURI LOTMAN Enfoca la semiótica al estudio de “textos” no de signos independientes. Por lo que ve al signo como un elemento conformador del texto Aportación: Semiósfera, carácter cultural de los estudios semióticos. Se preocupa por el estudio de “textos” (no necesariamente escritos)
Si queremos explicar lo que es el significante, diremos que es la parte física del signo. afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado está hecho de sonidos, y en el caso del lenguaje escrito está hecho de color (tinta). También afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado el significante es objeto de la percepción auditiva, y en el caso del lenguaje escrito es objeto de la percepción visual. Por último, afirmaremos que los significantes son producidos por el aparato fonador. En suma, con respecto al significante hay muchas cosas claras: sabemos de que material está hecho, cual es su configuración, cual es su modo de existencia, cómo se produce y que órganos de los sentidos lo perciben. Hablemos ahora del significado o concepto. ¿De qué material está hecho? ¿Cuál es su modo de existencia? ¿De qué sentidos es objeto de la percepción? Aquí nos quedamos mudos. No sabemos que responder. Se recurre entonces a los procedimientos metalingüísticos, por medio de los cuales damos cuenta de forma mediata de objetos de los que carecemos de conocimiento inmediato. Establezcamos entonces las convenciones metalingüísticas. Cuando hablemos de la palabra, pondremos la expresión encerrada entre apóstrofos; cuando hablemos del significante, pondremos la expresión entre barras; y cuando hablemos del significado, pondremos la expresión entre comillas. Así, por ejemplo, la palabra 'silla' tiene como significante /silla/ y como significado "asiento alargado".
Este procedimiento metalingüístico sólo sirve para postergar la explicación sobre la naturaleza del significado. Puesto que cuando hablamos del significado lo que a fin de cuenta proporcionamos son palabras, que a su vez serían unidades de significante y significado.
Demos otro paso. Si preguntamos qué significa la palabra 'silla', nos responderán: "asiento para una persona". Y si preguntamos qué es una silla, nos responderán: asiento alargado. Es obvio que preguntar por el significado de la palabra equivale a preguntar por el ser del objeto significado por la palabra. Pretendiendo hablar del significado como un ser unido al significante en la conciencia, en verdad hablamos de un ser separado del significante y que existe fuera de la conciencia. De todos modo tenemos una primera definición de significado, aunque sea equívoca o errónea. Significado: ser del objeto significado. Demos otro paso más. En el diccionario podemos leer: silla. Asiento alargado. Esto es una elipsis del juicio la silla es un asiento alargado. Se partía de la premisa de que la palabra es una unidad interna de significante y significado, pero a la hora de la verdad, cuando recurrimos al diccionario, se presenta como una unidad externa. Lo que figura como significante es el sujeto del juicio, y lo que figura como significado es el predicado del juicio, unidos externamente mediante el operador verbal "es".
Saussure acuña el término de 'semiología' para referirse al estudio del signo, entidad completamente psíquica, de dos caras, la imagen acústica y el concepto. Esta concepción diádica es importante porque marca la diferencia con la concepción peirciana (triádica) no sólo en cuanto al número de componentes del signo, sino en cuanto a su naturaleza. Que el signo saussureano es una entidad psíquica, es consecuencia de que el significado tiene existencia sólo en nuestra mente y es independiente de posibles referentes externos y materiales; pero también es mental el significante, pues es el sucesor de la imagen acústica, que, como su nombre lo indica, es imagen. Imagen mental. No debe confundirse el significante (mental) con la materialidad externa que se utiliza para el intercambio de signos. De qué estan hechos estos componentes del signo? Hjelmslev nos puede socorrer con su idea de 'sustancia': palabras, iconos, gestos, etc., para el significante; pensamientos, emociones, sentimientos, conceptos, etc., para el significado. Otra cosa es la 'forma', que nos permite moldear la sustancia y distinguir un signo de otro. Distinto a lo de Peirce, quien pensaba que el signo (o representamen) es algo (cualquier cosa, material o mental) que representa a algo (material o mental) en alguna medida o capacidad, y que crea en la mente del intérprete un nuevo signo (más desarrollado) que llama interpretante (ahora si, mental).
Diádico psíquico versus triádico físico o mental.
El concepto de Peirce: un signo es algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino como representación de. Para elaborar un concepto se emplean otros conceptos que sirven de materia prima. Aquí, en este caso, el concepto de representación ha sido usado como materia prima para elaborar el concepto de signo. De manera que para lograr una mejor fundamentación del concepto de signo se hace necesario elaborar el concepto de representación. Esta será la tarea que me encomendado hoy. Hay dos conceptos de representación: a uno lo identificaré como representación en sentido general, y al otro lo identificaré como representación en el sentido de la teoría del conocimiento. El que elaboraré hoy será el primero de los que aludí. Concepto de representación en sentido general. En toda representación cabe distinguir dos factores: el representante y el representado. El ejemplo más elocuente de representación lo encontramos en la esfera de la política. Se dice que los partidos políticos representan a los ciudadanos. ¿Pero qué aspectos de los ciudadanos representan los partidos políticos? Su voluntad y sus intereses. ¿Y bajo que procedimiento los ciudadanos delegan en los partidos políticos su voluntad e intereses? Mediante las urnas, acudiendo a votar cada cuatro años. De aquí extraemos una primera conclusión: no basta con decir que el signo representa al objeto significado, es necesario además saber qué aspectos del objeto significado son representados por el signo. También es necesario saber bajo que procedimiento el objeto significado delega su función en el signo. Y esto en la teoría de Peirce, por lo que yo sé, no está definido. Es necesario entender que los conceptos no pueden quedar como fueron entregados por sus creadores, sino que el paso del tiempo exige ciertos arreglos, reparaciones o cambios sustanciales. -Siguiendo en el ámbito de la política, y el caso de Argentina es más que elocuente, sucede a veces que el representante en vez de representar los intereses y voluntad de los representados, representa sus propios intereses y voluntad. Aquí suele decirse que los políticos ponen sus intereses particulares por encima de los intereses generales de los ciudadanos. Pues bien dos cuestiones cabe plantearse respecto al signo concebido como representante. Uno: ¿Hay signos que sólo se representan a sí mismos? dos:¿Representan los signos la universalidad de los objetos significados?
El signo es todo lo que se puede interpretar, sea cosa, hecho o persona. El signo está compuesto de un Significado: "imagen mental" que varía según la cultura, y un Significante: "no siempre es lingüístico, puede ser una imagen". El símbolo es un signo polivalente. Apunta a muchos significados.2do. Paso: Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una relectura: la semiología forma parte de un sistema más abarcativo que es la lingüística, ya que el lenguaje verbal es el más rico, porque permite abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no permiten.
Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una relectura: la semiología forma parte de un sistema más abarcativo que es la lingüística, ya que el lenguaje verbal es el más rico, porque permite abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no permiten.3er. Paso: Actualmente el debate está centrado en el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como el más rico y abarcativo de todos...Actualmente el debate está centrado en el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como el más rico y abarcativo de todos...b) Semiología de la Comunicación y de la Significación ahora bien, la idea de la semiología como ciencia se estanca hasta que Eric Buyssens en 1943 la desempolva y le dará forma orgánica. "Todos los hechos de la lengua son hechos comunicativos", pero no siempre los hechos comunicativos son hechos de lengua. Por lo tanto, para Buyssens, la semiología es una especie de lingüística ampliada. Con él se comienza a hablar de la "Semiología de la Comunicación".En el análisis del tema lo sucede Roland Barthes que en 1960 estudia otros códigos que no son el verbal, pero encuentra que el verbal es el más rico. En esta época comienza el auge de la imagen, pero para él será un siglo de escritura por antonomasia (cualquier imagen tiene un texto de anclaje, un significado, si no está, el mismo espectador hace su traducción al lenguaje verbal). Con R. Barthes se comienza a hablar de la "Semiología de la Significación".Tenemos así dos visiones, la primera designada como "Semiología de la Comunicación" tiene a la semiología como ciencia general y como subclase a la lingüística, mientras que la segunda, según Roland Barthes se designa como "Semiología de la Significación o Connotación" y en ella tendremos a la lengua como ciencia general y como subclase a la semiología. (Análisis realizado por Luis Prieto en su obra Semiología). EL SIGNO Para De Saussure el signo es la unión de significado y significante, es decir, 2 componentes: el concepto y la imagen acústica.Para Charles Peirce un signo es algo que está para alguien en lugar de algo (el objeto) y crea en la mente de ese alguien su interpretante. Está en lugar del objeto no en cuanto a su totalidad sino como una especie de idea. Tenemos 3 componentes: signo, objeto, significación. Y nos dice que se pueden dividir por su naturaleza o por sus relaciones con los objetos dinámicos:a) La división de los signos por su naturaleza nos da: Tipo y Tono. Tipo: tiene una identidad definida aunque admite una gran variedad de apariencias.: tiene una identidad definida aunque admite una gran variedad de apariencias. Tono: no tiene identidad, es la mera cualidad de la apariencia.: no tiene identidad, es la mera cualidad de la apariencia. La división de los signos por sus relaciones con los objetos dinámicos puede ser: Icono, Indice y Símbolo.·
Icono: es un signo que está determinado por su objeto dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una pintura, ideograma, etc.).: es un signo que está determinado por su objeto dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una pintura, ideograma, etc.).
Indice: es un signo determinado por su objeto dinámico en virtud de estar en relación real con él (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada, etc.): es un signo determinado por su objeto dinámico en virtud de estar en relación real con él (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada, etc.)
Símbolo: es un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido que así será interpretado. Por lo tanto depende de una convención o hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).: es un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido que así será interpretado. Por lo tanto depende de una convención o hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).
el signo natural
Los signos naturales son signos que no tienen un productor humano. Su reconocimiento está dependiente en forma directa del estado de la ciencia en el momento en el que se lo considera. Su cualificación se fijará según el grado de información científica de su intérprete.
Los signos naturales, puesto que constituyen signos, presuponen una conexión entre el signo que representa y un objeto determinado que está representado. Sin embargo esta conexión queda establecida por la naturaleza sin la menor intervención humana; se sitúa en el mundo físico, exclusivamente, y el intérprete no hace más que constatar ese hecho. Ahora bien, en nuestra concepción del signo, damos a esta conexión valor de institución. Para justificar nuestra pretensión de edificar una semiótica general, es necesario que los signos naturales puedan incorporarse en la concepción general enunciada y para esto hay que analizarlos de manera más precisa.
Para comenzar, no hay que dejarse enceguecer por los ejemplos de escuela (humo/fuego, nube/lluvia) cuyo carácter de evidencia oculta la complejidad de las relaciones reales entre los dos términos, ya que el saber empírico de cada uno permite economizar el saber científico. Por ejemplo, el problema es absolutamente distinto si se considera el par marea/luna. En efecto, ver en la marea un signo de la luna presupone un conocimiento de las leyes de gravedad que no está dado por la experiencia común.
Sin embargo, la conexión entre la marea y la luna es absolutamente equivalente a la que existe entre una nube negra y la inminencia de la lluvia. Ahora bien, en cuanto a lo de las mareas, es sabido que no siempre se las atribuye a la influencia de la luna. Esto significa que la noción de signo natural está estrechamente ligada al estado de la ciencia en el momento de la interpretación y a la relación que el intérprete mantenga con la ciencia de su tiempo. Puede considerarse que, más allá de la generalización espontánea efectuada por los actores sociales en los campos más prosaicos de su experiencia es, de hecho, la comunidad científica de una época determinada la que garantiza la realidad de las conexiones que caracterizan a los signos naturales. En ese sentido, esta comunidad puede considerarse como productora de eses signos.Se puede entonces insertar a los signos naturales en el derecho común, considerando que su productor es la comunidad científica en su conjunto en lugar de un individuo. Esto lleva a considerar al saber científico como un haz de instituciones que vincula los fenómenos naturales a ciertos objetos. Estas relaciones las establecen teóricos que tienen como función describir las fenomenologías observadas. A partir de esto, ya nada impide definir a los fenómenos semióticos. entre ellos los signos naturales, en términos de comunicación. En todos los casos debemos de evaluar y formalizar la posición de un intérprete respecto de una institución social ya existente, que conecte representante y representado, signo y objeto. El caso de los signos naturales se distinguirá sólo por el hecho de que el productor virtual es la institución misma.
El Signo Peirceano
El signo peirceano es un signo general, triádico y pragmático.
En los manuscritos de Peirce hemos podido encontrar al menos 76 textos (disponibles en Inglés o en Francés) más o menos definitorios del signo que pueden reagruparse en dos conceptualizaciones sucesivas, la segunda de las cuales incluye a la primera. Las características esenciales son las siguientes:
- todo signo es triádico, es decir que necesita la cooperación de tres instancias que son el signo S (lo que representa), el objeto O (lo que se representa) y el interpretante I que produce su relación;
- esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones sucesivas del signo S por el objeto O y del interpretante I por el signo S de manera que I está determinado por O a través de S.
Esto puede resumirse en el siguiente esquema:
en el que las flechas representan determinaciones y el signo
una relación triádica que vincula S, O e I. - además observamos que, ya que I está determinado por O, se vuelve en cierto modo en un signo de O por la misma razón que S. Es factible entonces determinar un nuevo interpretante y así sucesivamente. Se vuelve de modo inevitable a un proceso de interpretación indefinido (en el estado actual de la conceptualización) que puede representarse mediante este otro esquema:
Combinando esas definiciones con la fenomenología peirceana podremos dar una explicación formal de la definición de Peirce según la cual un signo es "un medium para la comunicación de una forma".
El signo saussureano
F. de Saussure define al signo como "una entidad psíquica de dos caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos íntimamente ligados que se requieren mutuamente". La imagen acústica tomará el nombre del significante y el concepto el del significado. Esta unión es arbitraria, es decir, no está por ninguna razón natural o lógica.
La definición anterior está lejos de agotar la concepción saussureana del signo. Es conveniente agregar la noción de "valor" que se desprende del hecho de que la lengua es antes que nada un sistema. En efecto, "por un lado, el concepto se nos presenta como la contra-partida de la imagen auditiva en el interior del signo y, por otro, ese mismo signo, es decir la relación que vincula a esos dos elementos, es también la contra-partida de los otros signos de la lengua". El valor resulta entonces de la ubicación del signo en una red de relaciones de tipo binario. El significado de un signo sólo "se determina verdaderamente mediante el concurso de lo que existe fuera de él" o, más aún, "el valor de cualquier término está determinado por lo que lo rodea". Todos los signos son, por tanto, solidarios y el valor de cada signo, su significado, constituye un punto de contacto con el conjunto del sistema de la lengua organizado en red de oposiciones: "en la lengua sólo hay diferencias"; "un sistema lingüístico es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie de diferencias de ideas; pero este enfrentamiento de un cierto número de signos acústicos con otros tantos recortes realizados en la masa del pensamiento engendra un sistema de valores; y este sistema constituye el vínculo efectivo entre los elementos fónicos y psíquicos en el interior de cada signo". Este sistema de valores evoluciona en el tiempo (diacronía) bajo el efecto de una "fuerza social" ya que la lengua, "parte social del lenguaje (...), sólo existe en virtud de una especia de contrato concertado entre los miembros de la comunidad" y ese contrato necesariamente debe servir para expresar la evolución de las sociedades en todos los aspectos de la actividad humana a través del tiempo.
Con respecto a las relaciones entre lengua y sociedad, simplemente habremos de observar que la conceptualización saussureana de los hechos de lengua se hace de manera absolutamente intrínseca; sólo hace intervenir a la sociedad desde afuera del modelo con la forma de una fuerza que la modifica sin alterar sus características formales. Cabe preguntarse si esta elección metodológica no induce una importante distorsión. En efecto, siendo la dimensión social constitutiva de la lengua, puede pensarse a priori que es necesario integrarla en toda tentativa formalizada de descripción. Desde este punto de vista la acción de una "fuerza" exterior aparece entonces como una recuperación, como un artefacto epistemológico.
Los Primeros Interrogantes Del Hombre Acerca Del Uso De Los Signos
Todos los grandes filósofos de la antigüedad se preocuparon en mayor o menor medida por el lenguaje y los signos. En especial, de los estoicos (IIIs a-J.C.) se preguntaron acerca de las relaciones que podían establecerse entre la configuración de los términos de los silogismos y la configuración de las cosas del mundo que los términos designan, así como sobre la transferencia de los valores de verdad de una a otra. Este punto de vista inicial nunca dejó de ampliarse y diversificarse.
Los hombres primitivos podían contentarse con un uso de los signos aparentemente instrumental, en cuanto ligado directamente con sus problemas de subsistencia (comunicar la ubicación de la caza, situarse en su medio ambiente,...), lo que no implicaba ninguna problemática particular que resolver. Sin embargo, la organización cada vez más compleja de las sociedades condujo a un uso de los signos que debía reproducir de manera equivalente la situación del mundo material, cuya transformación (con el simple objetivo de mantener la integridad y la identidad de grupos humanos) necesitaba de un conocimiento a priori que permitiese una cierta previsibilidad de la evolución de ese mundo. El problema de la validez de esta especie de fenomenología del reemplazo llevó, probablemente, a consecuencia de inadecuaciones flagrantes de las representaciones adoptadas (reveladas por su uso), a los interrogantes como aquellos que ocuparon a los estoicos. Sin embargo, en la medida en que todo lo que acontece en el mundo material es la obra de Dioses o de un Dios omnipresentes, el signo se transforma rápidamente, en la teoría medieval, en un medio de acceso a la trascendencia divina, la que finalmente se inscribe en las formas que toma el signo y en sus combinatorias. De este modo, la gramática puede llegar a ser "el último eslabón de la cadena semiótica en cuyo orígen se encuentra Dios, supremo detentador del sentido".
Con la Mathésis Universalis de Leibniz la red se amplía, mediante una extensión considerable de las funciones matemáticas, a nuevos campos significantes en el que las funciones constituyen lo arquitectónico. Sin embargo la multiplicación de las redes produce una especie de explosión ligada a las polisemias que aparecen en tales oportunidades, de modo que el regreso al estudio de la especificidad del lenguaje humano se impone a partir de la constatación de su carácter proteiforme: todos los sistemas significantes pueden traducirse en el lenguaje humano y no a la inversa. Locke y después de él los semióticos del siglo XVIII, entre ellos Condillac, se esforzarán por fundamentar la semiótica sobre la gramática, actitud en la que puede observarse las premisas de la semiolingüística moderna.
FUNCIONES DEL SIGNO
e) Función Emotiva: (o expresiva) apunta hacia una expresión directa de la actitud del emisor. Terminología denotativa y connotativa. Predomina la subjetividad del emisor, no tanto lo que dice o como lo dice, sino quien lo dice. Tiende a dar la impresión de cierta emoción. El factor de la comunicación es el Emisor. Géneros periodísticos: opinión, editorial, artículo.
f) Función Referencial: (o informativa, o denotativa, o cognitiva) está orientada hacia el "contexto" que ambienta y rodea la comunicación. Tiene que ver con todo el tema que provoca la comunicación y no sólo con el mensaje. El discurso es objetivo y verosímil y la terminología es denotativa. El factor de la comunicación es el Referente. Géneros periodísticos: noticia, crónica, periodismo científico, de investigación.
g) Función Poética: pone el acento sobre el mensaje en si mismo, sea de cualquier género periodístico, literario, político, etc. Por lo tanto busca producir un hecho estético. Para esto se utilizan metáforas, figuras retóricas. El factor de la comunicación es el Mensaje. Géneros periodísticos: titulares, frases, chistes, humor
h) Función Fática: sirve esencialmente para verificar si el circuito funciona; es decir, establecer, prolongar e interrumpir la comunicación. Chequear si tengo la atención del interlocutor. El factor de la comunicación es el Canal. Géneros periodísticos: ritos, frases, gestos. formato, escenografía.
i) Función Metalingüística: apunta a verificar si el emisor y el receptor utilizan el mismo código. De allí que se hable de Metalenguaje. Se explican términos cuyo significado se desconoce. El estudio del lenguaje es el estudio del código, propiamente. El factor de la comunicación es el Código. Géneros periodísticos: suplementos científicos, artísticos, temas específicos.f) Función Conativa: (o apelativa) está orientada específicamente al destinatario (receptor). Su expresión gramatical más pura está en el vocativo y el imperativo. El factor de la comunicación es el Receptor. Géneros periodísticos: discurso periodístico, publicitario, político (programas de TV.)
SAUSSURE (signo lingüístico)Unión de significante y significado. Una entidad de dos caras formado por la imagen acústica y el concepto. Aprotación: Estudio básico estructuralista del signo dentro de un sistema social PEIRCE Es un signo general, triádico y pragmático.
El signo tiene su fundamento en un proceso: la semiosis que es una relación real que subyace al signo. Un signo es algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino como representación de. aportación: Visión triádica del signo, que permite entender una dinámica infinita, aplicable al conocimiento. Enfoque lógico HJELMSLEV El signo es una expresión que señala hacia un contenido que hay fuere del signo mismo.Tiene dos funciones: expresión y contenido. Aportación: Perfeccionamiento de los conceptos saussureanos, aporta el concepto de denotación y connotación.Habla del plano de la expresión y del plano del contenido.
BARTHES Habla de la significación de los objetos, es decir, percibe a los objetos como signos dentro de un sistema estructurado (binario)«significar» es transmitir informaciones, sistemas de diferencias, oposiciones contrastes. Aportación: Una teoría informal más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende fundamentar una ciencia de revelaciónAporta el MITO (Los sistemas de signos que utilizamos no son naturales sino resultado del desarrollo cultural por lo que se asocian a valores culturales)Enfoque social GREIMAS Se basa en la apreciación de signo como entidad binaria (significante y significado) en la que se capta su significación a partir de pares de opuestos. De ahí se basa para crear su propuesta de
recorridos generativos a partir de cuadro semiótico Aportación: Estudia EL SENTIDO de los signos Cuadrado semiótico Recorridos generativos Aplicación en la interpretación y producción de textos narrativos principalmente IURI LOTMAN Enfoca la semiótica al estudio de “textos” no de signos independientes. Por lo que ve al signo como un elemento conformador del texto Aportación: Semiósfera, carácter cultural de los estudios semióticos. Se preocupa por el estudio de “textos” (no necesariamente escritos)
Si queremos explicar lo que es el significante, diremos que es la parte física del signo. afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado está hecho de sonidos, y en el caso del lenguaje escrito está hecho de color (tinta). También afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado el significante es objeto de la percepción auditiva, y en el caso del lenguaje escrito es objeto de la percepción visual. Por último, afirmaremos que los significantes son producidos por el aparato fonador. En suma, con respecto al significante hay muchas cosas claras: sabemos de que material está hecho, cual es su configuración, cual es su modo de existencia, cómo se produce y que órganos de los sentidos lo perciben. Hablemos ahora del significado o concepto. ¿De qué material está hecho? ¿Cuál es su modo de existencia? ¿De qué sentidos es objeto de la percepción? Aquí nos quedamos mudos. No sabemos que responder. Se recurre entonces a los procedimientos metalingüísticos, por medio de los cuales damos cuenta de forma mediata de objetos de los que carecemos de conocimiento inmediato. Establezcamos entonces las convenciones metalingüísticas. Cuando hablemos de la palabra, pondremos la expresión encerrada entre apóstrofos; cuando hablemos del significante, pondremos la expresión entre barras; y cuando hablemos del significado, pondremos la expresión entre comillas. Así, por ejemplo, la palabra 'silla' tiene como significante /silla/ y como significado "asiento alargado".
Este procedimiento metalingüístico sólo sirve para postergar la explicación sobre la naturaleza del significado. Puesto que cuando hablamos del significado lo que a fin de cuenta proporcionamos son palabras, que a su vez serían unidades de significante y significado.
Demos otro paso. Si preguntamos qué significa la palabra 'silla', nos responderán: "asiento para una persona". Y si preguntamos qué es una silla, nos responderán: asiento alargado. Es obvio que preguntar por el significado de la palabra equivale a preguntar por el ser del objeto significado por la palabra. Pretendiendo hablar del significado como un ser unido al significante en la conciencia, en verdad hablamos de un ser separado del significante y que existe fuera de la conciencia. De todos modo tenemos una primera definición de significado, aunque sea equívoca o errónea. Significado: ser del objeto significado. Demos otro paso más. En el diccionario podemos leer: silla. Asiento alargado. Esto es una elipsis del juicio la silla es un asiento alargado. Se partía de la premisa de que la palabra es una unidad interna de significante y significado, pero a la hora de la verdad, cuando recurrimos al diccionario, se presenta como una unidad externa. Lo que figura como significante es el sujeto del juicio, y lo que figura como significado es el predicado del juicio, unidos externamente mediante el operador verbal "es".
Saussure acuña el término de 'semiología' para referirse al estudio del signo, entidad completamente psíquica, de dos caras, la imagen acústica y el concepto. Esta concepción diádica es importante porque marca la diferencia con la concepción peirciana (triádica) no sólo en cuanto al número de componentes del signo, sino en cuanto a su naturaleza. Que el signo saussureano es una entidad psíquica, es consecuencia de que el significado tiene existencia sólo en nuestra mente y es independiente de posibles referentes externos y materiales; pero también es mental el significante, pues es el sucesor de la imagen acústica, que, como su nombre lo indica, es imagen. Imagen mental. No debe confundirse el significante (mental) con la materialidad externa que se utiliza para el intercambio de signos. De qué estan hechos estos componentes del signo? Hjelmslev nos puede socorrer con su idea de 'sustancia': palabras, iconos, gestos, etc., para el significante; pensamientos, emociones, sentimientos, conceptos, etc., para el significado. Otra cosa es la 'forma', que nos permite moldear la sustancia y distinguir un signo de otro. Distinto a lo de Peirce, quien pensaba que el signo (o representamen) es algo (cualquier cosa, material o mental) que representa a algo (material o mental) en alguna medida o capacidad, y que crea en la mente del intérprete un nuevo signo (más desarrollado) que llama interpretante (ahora si, mental).
Diádico psíquico versus triádico físico o mental.
El concepto de Peirce: un signo es algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino como representación de. Para elaborar un concepto se emplean otros conceptos que sirven de materia prima. Aquí, en este caso, el concepto de representación ha sido usado como materia prima para elaborar el concepto de signo. De manera que para lograr una mejor fundamentación del concepto de signo se hace necesario elaborar el concepto de representación. Esta será la tarea que me encomendado hoy. Hay dos conceptos de representación: a uno lo identificaré como representación en sentido general, y al otro lo identificaré como representación en el sentido de la teoría del conocimiento. El que elaboraré hoy será el primero de los que aludí. Concepto de representación en sentido general. En toda representación cabe distinguir dos factores: el representante y el representado. El ejemplo más elocuente de representación lo encontramos en la esfera de la política. Se dice que los partidos políticos representan a los ciudadanos. ¿Pero qué aspectos de los ciudadanos representan los partidos políticos? Su voluntad y sus intereses. ¿Y bajo que procedimiento los ciudadanos delegan en los partidos políticos su voluntad e intereses? Mediante las urnas, acudiendo a votar cada cuatro años. De aquí extraemos una primera conclusión: no basta con decir que el signo representa al objeto significado, es necesario además saber qué aspectos del objeto significado son representados por el signo. También es necesario saber bajo que procedimiento el objeto significado delega su función en el signo. Y esto en la teoría de Peirce, por lo que yo sé, no está definido. Es necesario entender que los conceptos no pueden quedar como fueron entregados por sus creadores, sino que el paso del tiempo exige ciertos arreglos, reparaciones o cambios sustanciales. -Siguiendo en el ámbito de la política, y el caso de Argentina es más que elocuente, sucede a veces que el representante en vez de representar los intereses y voluntad de los representados, representa sus propios intereses y voluntad. Aquí suele decirse que los políticos ponen sus intereses particulares por encima de los intereses generales de los ciudadanos. Pues bien dos cuestiones cabe plantearse respecto al signo concebido como representante. Uno: ¿Hay signos que sólo se representan a sí mismos? dos:¿Representan los signos la universalidad de los objetos significados?
El signo es todo lo que se puede interpretar, sea cosa, hecho o persona. El signo está compuesto de un Significado: "imagen mental" que varía según la cultura, y un Significante: "no siempre es lingüístico, puede ser una imagen". El símbolo es un signo polivalente. Apunta a muchos significados.2do. Paso: Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una relectura: la semiología forma parte de un sistema más abarcativo que es la lingüística, ya que el lenguaje verbal es el más rico, porque permite abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no permiten.
Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una relectura: la semiología forma parte de un sistema más abarcativo que es la lingüística, ya que el lenguaje verbal es el más rico, porque permite abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no permiten.3er. Paso: Actualmente el debate está centrado en el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como el más rico y abarcativo de todos...Actualmente el debate está centrado en el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como el más rico y abarcativo de todos...b) Semiología de la Comunicación y de la Significación ahora bien, la idea de la semiología como ciencia se estanca hasta que Eric Buyssens en 1943 la desempolva y le dará forma orgánica. "Todos los hechos de la lengua son hechos comunicativos", pero no siempre los hechos comunicativos son hechos de lengua. Por lo tanto, para Buyssens, la semiología es una especie de lingüística ampliada. Con él se comienza a hablar de la "Semiología de la Comunicación".En el análisis del tema lo sucede Roland Barthes que en 1960 estudia otros códigos que no son el verbal, pero encuentra que el verbal es el más rico. En esta época comienza el auge de la imagen, pero para él será un siglo de escritura por antonomasia (cualquier imagen tiene un texto de anclaje, un significado, si no está, el mismo espectador hace su traducción al lenguaje verbal). Con R. Barthes se comienza a hablar de la "Semiología de la Significación".Tenemos así dos visiones, la primera designada como "Semiología de la Comunicación" tiene a la semiología como ciencia general y como subclase a la lingüística, mientras que la segunda, según Roland Barthes se designa como "Semiología de la Significación o Connotación" y en ella tendremos a la lengua como ciencia general y como subclase a la semiología. (Análisis realizado por Luis Prieto en su obra Semiología). EL SIGNO Para De Saussure el signo es la unión de significado y significante, es decir, 2 componentes: el concepto y la imagen acústica.Para Charles Peirce un signo es algo que está para alguien en lugar de algo (el objeto) y crea en la mente de ese alguien su interpretante. Está en lugar del objeto no en cuanto a su totalidad sino como una especie de idea. Tenemos 3 componentes: signo, objeto, significación. Y nos dice que se pueden dividir por su naturaleza o por sus relaciones con los objetos dinámicos:a) La división de los signos por su naturaleza nos da: Tipo y Tono. Tipo: tiene una identidad definida aunque admite una gran variedad de apariencias.: tiene una identidad definida aunque admite una gran variedad de apariencias. Tono: no tiene identidad, es la mera cualidad de la apariencia.: no tiene identidad, es la mera cualidad de la apariencia. La división de los signos por sus relaciones con los objetos dinámicos puede ser: Icono, Indice y Símbolo.·
Icono: es un signo que está determinado por su objeto dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una pintura, ideograma, etc.).: es un signo que está determinado por su objeto dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una pintura, ideograma, etc.).
Indice: es un signo determinado por su objeto dinámico en virtud de estar en relación real con él (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada, etc.): es un signo determinado por su objeto dinámico en virtud de estar en relación real con él (síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada, etc.)
Símbolo: es un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido que así será interpretado. Por lo tanto depende de una convención o hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).: es un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido que así será interpretado. Por lo tanto depende de una convención o hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).
el signo natural
Los signos naturales son signos que no tienen un productor humano. Su reconocimiento está dependiente en forma directa del estado de la ciencia en el momento en el que se lo considera. Su cualificación se fijará según el grado de información científica de su intérprete.
Los signos naturales, puesto que constituyen signos, presuponen una conexión entre el signo que representa y un objeto determinado que está representado. Sin embargo esta conexión queda establecida por la naturaleza sin la menor intervención humana; se sitúa en el mundo físico, exclusivamente, y el intérprete no hace más que constatar ese hecho. Ahora bien, en nuestra concepción del signo, damos a esta conexión valor de institución. Para justificar nuestra pretensión de edificar una semiótica general, es necesario que los signos naturales puedan incorporarse en la concepción general enunciada y para esto hay que analizarlos de manera más precisa.
Para comenzar, no hay que dejarse enceguecer por los ejemplos de escuela (humo/fuego, nube/lluvia) cuyo carácter de evidencia oculta la complejidad de las relaciones reales entre los dos términos, ya que el saber empírico de cada uno permite economizar el saber científico. Por ejemplo, el problema es absolutamente distinto si se considera el par marea/luna. En efecto, ver en la marea un signo de la luna presupone un conocimiento de las leyes de gravedad que no está dado por la experiencia común.
Sin embargo, la conexión entre la marea y la luna es absolutamente equivalente a la que existe entre una nube negra y la inminencia de la lluvia. Ahora bien, en cuanto a lo de las mareas, es sabido que no siempre se las atribuye a la influencia de la luna. Esto significa que la noción de signo natural está estrechamente ligada al estado de la ciencia en el momento de la interpretación y a la relación que el intérprete mantenga con la ciencia de su tiempo. Puede considerarse que, más allá de la generalización espontánea efectuada por los actores sociales en los campos más prosaicos de su experiencia es, de hecho, la comunidad científica de una época determinada la que garantiza la realidad de las conexiones que caracterizan a los signos naturales. En ese sentido, esta comunidad puede considerarse como productora de eses signos.Se puede entonces insertar a los signos naturales en el derecho común, considerando que su productor es la comunidad científica en su conjunto en lugar de un individuo. Esto lleva a considerar al saber científico como un haz de instituciones que vincula los fenómenos naturales a ciertos objetos. Estas relaciones las establecen teóricos que tienen como función describir las fenomenologías observadas. A partir de esto, ya nada impide definir a los fenómenos semióticos. entre ellos los signos naturales, en términos de comunicación. En todos los casos debemos de evaluar y formalizar la posición de un intérprete respecto de una institución social ya existente, que conecte representante y representado, signo y objeto. El caso de los signos naturales se distinguirá sólo por el hecho de que el productor virtual es la institución misma.
El Signo Peirceano
El signo peirceano es un signo general, triádico y pragmático.
En los manuscritos de Peirce hemos podido encontrar al menos 76 textos (disponibles en Inglés o en Francés) más o menos definitorios del signo que pueden reagruparse en dos conceptualizaciones sucesivas, la segunda de las cuales incluye a la primera. Las características esenciales son las siguientes:
- todo signo es triádico, es decir que necesita la cooperación de tres instancias que son el signo S (lo que representa), el objeto O (lo que se representa) y el interpretante I que produce su relación;
- esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones sucesivas del signo S por el objeto O y del interpretante I por el signo S de manera que I está determinado por O a través de S.
Esto puede resumirse en el siguiente esquema:
en el que las flechas representan determinaciones y el signo
una relación triádica que vincula S, O e I. - además observamos que, ya que I está determinado por O, se vuelve en cierto modo en un signo de O por la misma razón que S. Es factible entonces determinar un nuevo interpretante y así sucesivamente. Se vuelve de modo inevitable a un proceso de interpretación indefinido (en el estado actual de la conceptualización) que puede representarse mediante este otro esquema:
Combinando esas definiciones con la fenomenología peirceana podremos dar una explicación formal de la definición de Peirce según la cual un signo es "un medium para la comunicación de una forma".
El signo saussureano
F. de Saussure define al signo como "una entidad psíquica de dos caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos íntimamente ligados que se requieren mutuamente". La imagen acústica tomará el nombre del significante y el concepto el del significado. Esta unión es arbitraria, es decir, no está por ninguna razón natural o lógica.
La definición anterior está lejos de agotar la concepción saussureana del signo. Es conveniente agregar la noción de "valor" que se desprende del hecho de que la lengua es antes que nada un sistema. En efecto, "por un lado, el concepto se nos presenta como la contra-partida de la imagen auditiva en el interior del signo y, por otro, ese mismo signo, es decir la relación que vincula a esos dos elementos, es también la contra-partida de los otros signos de la lengua". El valor resulta entonces de la ubicación del signo en una red de relaciones de tipo binario. El significado de un signo sólo "se determina verdaderamente mediante el concurso de lo que existe fuera de él" o, más aún, "el valor de cualquier término está determinado por lo que lo rodea". Todos los signos son, por tanto, solidarios y el valor de cada signo, su significado, constituye un punto de contacto con el conjunto del sistema de la lengua organizado en red de oposiciones: "en la lengua sólo hay diferencias"; "un sistema lingüístico es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie de diferencias de ideas; pero este enfrentamiento de un cierto número de signos acústicos con otros tantos recortes realizados en la masa del pensamiento engendra un sistema de valores; y este sistema constituye el vínculo efectivo entre los elementos fónicos y psíquicos en el interior de cada signo". Este sistema de valores evoluciona en el tiempo (diacronía) bajo el efecto de una "fuerza social" ya que la lengua, "parte social del lenguaje (...), sólo existe en virtud de una especia de contrato concertado entre los miembros de la comunidad" y ese contrato necesariamente debe servir para expresar la evolución de las sociedades en todos los aspectos de la actividad humana a través del tiempo.
Con respecto a las relaciones entre lengua y sociedad, simplemente habremos de observar que la conceptualización saussureana de los hechos de lengua se hace de manera absolutamente intrínseca; sólo hace intervenir a la sociedad desde afuera del modelo con la forma de una fuerza que la modifica sin alterar sus características formales. Cabe preguntarse si esta elección metodológica no induce una importante distorsión. En efecto, siendo la dimensión social constitutiva de la lengua, puede pensarse a priori que es necesario integrarla en toda tentativa formalizada de descripción. Desde este punto de vista la acción de una "fuerza" exterior aparece entonces como una recuperación, como un artefacto epistemológico.
Los Primeros Interrogantes Del Hombre Acerca Del Uso De Los Signos
Todos los grandes filósofos de la antigüedad se preocuparon en mayor o menor medida por el lenguaje y los signos. En especial, de los estoicos (IIIs a-J.C.) se preguntaron acerca de las relaciones que podían establecerse entre la configuración de los términos de los silogismos y la configuración de las cosas del mundo que los términos designan, así como sobre la transferencia de los valores de verdad de una a otra. Este punto de vista inicial nunca dejó de ampliarse y diversificarse.
Los hombres primitivos podían contentarse con un uso de los signos aparentemente instrumental, en cuanto ligado directamente con sus problemas de subsistencia (comunicar la ubicación de la caza, situarse en su medio ambiente,...), lo que no implicaba ninguna problemática particular que resolver. Sin embargo, la organización cada vez más compleja de las sociedades condujo a un uso de los signos que debía reproducir de manera equivalente la situación del mundo material, cuya transformación (con el simple objetivo de mantener la integridad y la identidad de grupos humanos) necesitaba de un conocimiento a priori que permitiese una cierta previsibilidad de la evolución de ese mundo. El problema de la validez de esta especie de fenomenología del reemplazo llevó, probablemente, a consecuencia de inadecuaciones flagrantes de las representaciones adoptadas (reveladas por su uso), a los interrogantes como aquellos que ocuparon a los estoicos. Sin embargo, en la medida en que todo lo que acontece en el mundo material es la obra de Dioses o de un Dios omnipresentes, el signo se transforma rápidamente, en la teoría medieval, en un medio de acceso a la trascendencia divina, la que finalmente se inscribe en las formas que toma el signo y en sus combinatorias. De este modo, la gramática puede llegar a ser "el último eslabón de la cadena semiótica en cuyo orígen se encuentra Dios, supremo detentador del sentido".
Con la Mathésis Universalis de Leibniz la red se amplía, mediante una extensión considerable de las funciones matemáticas, a nuevos campos significantes en el que las funciones constituyen lo arquitectónico. Sin embargo la multiplicación de las redes produce una especie de explosión ligada a las polisemias que aparecen en tales oportunidades, de modo que el regreso al estudio de la especificidad del lenguaje humano se impone a partir de la constatación de su carácter proteiforme: todos los sistemas significantes pueden traducirse en el lenguaje humano y no a la inversa. Locke y después de él los semióticos del siglo XVIII, entre ellos Condillac, se esforzarán por fundamentar la semiótica sobre la gramática, actitud en la que puede observarse las premisas de la semiolingüística moderna.
FUNCIONES DEL SIGNO
e) Función Emotiva: (o expresiva) apunta hacia una expresión directa de la actitud del emisor. Terminología denotativa y connotativa. Predomina la subjetividad del emisor, no tanto lo que dice o como lo dice, sino quien lo dice. Tiende a dar la impresión de cierta emoción. El factor de la comunicación es el Emisor. Géneros periodísticos: opinión, editorial, artículo.
f) Función Referencial: (o informativa, o denotativa, o cognitiva) está orientada hacia el "contexto" que ambienta y rodea la comunicación. Tiene que ver con todo el tema que provoca la comunicación y no sólo con el mensaje. El discurso es objetivo y verosímil y la terminología es denotativa. El factor de la comunicación es el Referente. Géneros periodísticos: noticia, crónica, periodismo científico, de investigación.
g) Función Poética: pone el acento sobre el mensaje en si mismo, sea de cualquier género periodístico, literario, político, etc. Por lo tanto busca producir un hecho estético. Para esto se utilizan metáforas, figuras retóricas. El factor de la comunicación es el Mensaje. Géneros periodísticos: titulares, frases, chistes, humor
h) Función Fática: sirve esencialmente para verificar si el circuito funciona; es decir, establecer, prolongar e interrumpir la comunicación. Chequear si tengo la atención del interlocutor. El factor de la comunicación es el Canal. Géneros periodísticos: ritos, frases, gestos. formato, escenografía.
i) Función Metalingüística: apunta a verificar si el emisor y el receptor utilizan el mismo código. De allí que se hable de Metalenguaje. Se explican términos cuyo significado se desconoce. El estudio del lenguaje es el estudio del código, propiamente. El factor de la comunicación es el Código. Géneros periodísticos: suplementos científicos, artísticos, temas específicos.f) Función Conativa: (o apelativa) está orientada específicamente al destinatario (receptor). Su expresión gramatical más pura está en el vocativo y el imperativo. El factor de la comunicación es el Receptor. Géneros periodísticos: discurso periodístico, publicitario, político (programas de TV.)
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