Por Luis
Ossa Gajardo
Amable lector, tierna lectora:
Sin pretender haber
realizado una rigurosa observación, anhelo entregar para ustedes en un breve y
sencillo resumen algunas composiciones poéticas, cuyo eje central ha sido para
muchos poetas este pajarillo, cuyos trinos han sido capaces de encender todo el
misterio del arte de la palabra lírica.
*John Keats: “Oda a un ruiseñor”
Me
duele el corazón y un pesado letargo
aflige a mis sentidos, tal si hubiera bebido
cicuta o apurado un opiato hace sólo
un instante y me hubiera sumido en el Leteo
(…)
aflige a mis sentidos, tal si hubiera bebido
cicuta o apurado un opiato hace sólo
un instante y me hubiera sumido en el Leteo
(…)
¡Oh,
si un trago de vino largo tiempo enfriado
en las profundas cuevas de la tierra
que supiera a Flora y a la verde campiña,
(..) si pudiera beber
y abandonar el mundo inadvertido
y junto a ti perderme por el oscuro bosque!
en las profundas cuevas de la tierra
que supiera a Flora y a la verde campiña,
(..) si pudiera beber
y abandonar el mundo inadvertido
y junto a ti perderme por el oscuro bosque!
Perderme
a lo lejos, deshacerme, olvidar
que entre las hojas tú nunca has conocido
la inquietud, el cansancio y la fiebre
aquí, donde los hombres tan sólo se lamentan
y tiemblan de parálisis postreras, tristes canas,
donde crecen los jóvenes como espectros y mueren,
donde aun el pensamiento se llena de tristeza
y de desesperanzas, donde ni la Belleza
puede salvaguardar sus luminosos ojos
por los que el nuevo amor perece sin mañana.
que entre las hojas tú nunca has conocido
la inquietud, el cansancio y la fiebre
aquí, donde los hombres tan sólo se lamentan
y tiemblan de parálisis postreras, tristes canas,
donde crecen los jóvenes como espectros y mueren,
donde aun el pensamiento se llena de tristeza
y de desesperanzas, donde ni la Belleza
puede salvaguardar sus luminosos ojos
por los que el nuevo amor perece sin mañana.
¡Lejos!
¡Muy lejos! He de volar hacia ti.
No me conducirán leopardos de Baco
sino unas invisibles y poéticas alas;
aunque torpe y confusa se retrase mi mente:
¡ya estoy contigo! Suave es la noche
y tal vez en su trono aparezca la luna
circundada de mágicas estrellas.
Pero aquí no hay luz, salvo la que acompaña
desde el cielo el soplo de la brisa cruzando
el oscuro verdor y veredas de musgo.
No me conducirán leopardos de Baco
sino unas invisibles y poéticas alas;
aunque torpe y confusa se retrase mi mente:
¡ya estoy contigo! Suave es la noche
y tal vez en su trono aparezca la luna
circundada de mágicas estrellas.
Pero aquí no hay luz, salvo la que acompaña
desde el cielo el soplo de la brisa cruzando
el oscuro verdor y veredas de musgo.
(..)
A oscuras escucho. Y en más de una ocasión
he amado el alivio que depara la muerte
invocándola con ternura en versos meditados
para que disipara en el aire mi aliento.
Ahora más que nunca morir parece dulce,
dejar de existir sin pena a medianoche
¡mientras se te derrama afuera el alma
en semejante éxtasis! (..)
A oscuras escucho. Y en más de una ocasión
he amado el alivio que depara la muerte
invocándola con ternura en versos meditados
para que disipara en el aire mi aliento.
Ahora más que nunca morir parece dulce,
dejar de existir sin pena a medianoche
¡mientras se te derrama afuera el alma
en semejante éxtasis! (..)
¡Adiós!
Tu lastimero himno se desvanece
al pasar por los prados vecinos, el tranquilo
arroyo y la colina; ahora es enterrado
en los calveros del cercano valle.
¿He soñado despierto o ha sido una visión?
Ha volado la música. ¿Estoy despierto o duermo?
al pasar por los prados vecinos, el tranquilo
arroyo y la colina; ahora es enterrado
en los calveros del cercano valle.
¿He soñado despierto o ha sido una visión?
Ha volado la música. ¿Estoy despierto o duermo?
***
*John
Keats fue uno de los principales poetas británicos del Romanticismo. Durante su
corta vida su obra fue objeto de constantes ataques y no fue sino hasta mucho
después que fue completamente reivindicada. Fuente: Wikipedia.
Escena quinta
del Acto tercero de la obra Romeo y Julieta de
Shakespeare...
Julieta: ¿Tan rápido te marchas? Todavía falta mucho para
que amanezca. Es el canto del ruiseñor, no el de la alondra el que se escucha.
Todas las noches se posa a cantar en aquel granado. Es el ruiseñor, amado mío.
Romeo: Es la alondra que advierte que ya va a amanecer; no
es el ruiseñor. Observa, amada mía, cómo se van tiñendo las nubes de levante
con los colores del alba. Ya se extinguen las teas de la noche. Ya se adelanta
el día con veloz paso sobre las mojadas cumbres de los montes. Tengo que
marcharme, de otra manera aquí me aguarda la muerte.
El Ruiseñor en el soneto 102 de
William Shakespeare:
Nuestro amor
era todavía nuevo cuando yo solía escribir poemas sobre ello, al igual que el
ruiseñor canta al comienzo del verano, luego se detiene a cantar a medida que
avanza el verano. No es que
el verano es menos agradable ahora que cuando
sus himnos tristes hicieron callar la noche, es
sólo que cada rama del árbol está llena de pájaros cantores, y cuando las cosas
son comunes son menos encantadoras. Por
lo tanto, como el ruiseñor, a veces guardo silencio porque yo no quiero aburrir
con mi canción.
Los grandes poetas latinos: Virgilio, Horacio y Ovidio
Ovidio
El
poeta desterrado
Publio Ovidio Nasón fue un poeta romano. Sus obras
más conocidas son Arte de amar y Las metamorfosis, esta última obra en hermosos
versos, recogen relatos mitológicos procedentes del mundo griego adaptados a la
cultura latina de su época.
El libro sexto de Las Metamorfosis de Ovidio, escrito en versos narra la violación de
Filomena.
La leyenda de Procne y Filomena, hijas de Pandión, rey
de Atenas:
Tereo, quien se había casado con
Procne enloquece de amor al ver a Filomena –hermana de su esposa- la rapta,
viola y la oculta en el bosque, después decide cortarle la lengua para que no
ser delatado.Tereo al enterarse que por venganza las dos hermanas le habían
dado a comer a su propio hijo Itys mostrándoles posteriormente su cabeza las
persigue para matarlas, entonces Procne se transforma en golondrina, Filomena en
ruiseñor...
Etimología
del nombre Filomena: Ruiseñor la muy amada, la muy cortejada, hija de Pandión,
rey de Atenas.
Garcilaso
de la Vega
inspirado en el relato de Ovidio
escribe:
Égloga I
Cual suele
el ruiseñor con triste
canto
quejarse,
entre las hojas escondido,
del duro
labrador, que cautamente
le despojó
su caro y dulce nido
de los
tiernos hijuelos, entre tanto
que del
amado ramo estaba ausente,
y aquel dolor que siente
con
diferencia tanta
por la dulce garganta
despide, y
a su canto el aire suena,
y la
callada noche no refrena
su lamentable oficio y sus querellas,
trayendo de
su pena
al cielo
por testigo y las estrellas ..
Fragmento, versos:324-337
José de Espronceda
A un ruiseñor
Canta en la
noche, canta en la mañana,
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo suave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo suave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.
Ricardo Miró
Poeta Panameño
1883- 1940
Poema del ruiseñor
Desde la rama del ciprés dormido
el dulce ruiseñor canta a la luna
y la invita a bajar hasta su nido...
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna...
Y eso que el ruiseñor, en su descuido
puede llegar volando hasta la luna.
Envuelto entre la luz embrujadora
da al viento el ruiseñor, todas las galas
que en su garganta mágica atesora;
el dulce ruiseñor canta a la luna
y la invita a bajar hasta su nido...
Ya ves qué casto amor tan sin fortuna...
Y eso que el ruiseñor, en su descuido
puede llegar volando hasta la luna.
Envuelto entre la luz embrujadora
da al viento el ruiseñor, todas las galas
que en su garganta mágica atesora;
y la Luna
se vuelve toda escalas
de seda y luz... (La luna dizque ignora
que su dulce cantor tiene dos alas...)
Calla el agua en los claros surtidores
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Astro y pájaro, a un tiempo, están divinos...
Y ella baja hasta él vuelta fulgores,
y él asciende hasta ella vuelto trinos...
LLeno de sombra y de quietud, como una
pupila abierta al cielo indiferente,
un retazo perdido de laguna
sueña en la fronda del jardín... Presiente
la pálida belleza de la luna
aquel espejo claro y transparente.
El ruiseñor solloza dolorido
envuelto entre la luz embrujadora
cuando calla de pronto, sorprendido,
porque desde la rama en donde llora
advierte que la luna se ha caído
y flota sobre el agua onduladora.
Calla el agua en los claros surtidores,
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Luna y pájaro, a un tiempo, están divinos...
Y ella asciende hasta él vuelta fulgores,
y él desciende hasta ella vuelto trinos.
El pájaro suplica, impreca y canta
mientras se multiplica a maravilla
la flauta de su eglógica garganta...
Y salta alegre al ver cómo se humilla
la
Luna que corriendo tras
su planta
se viene sobre el agua hasta la orilla...
Ante el dulce deliquio que le miente
la luna, riendo del cristal del lago,
loco de amor el ruiseñor se siente,
y respondiendo al amoroso halago,
hunde el pico en el agua transparente
y se bebe la luna trago a trago.
de seda y luz... (La luna dizque ignora
que su dulce cantor tiene dos alas...)
Calla el agua en los claros surtidores
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Astro y pájaro, a un tiempo, están divinos...
Y ella baja hasta él vuelta fulgores,
y él asciende hasta ella vuelto trinos...
LLeno de sombra y de quietud, como una
pupila abierta al cielo indiferente,
un retazo perdido de laguna
sueña en la fronda del jardín... Presiente
la pálida belleza de la luna
aquel espejo claro y transparente.
El ruiseñor solloza dolorido
envuelto entre la luz embrujadora
cuando calla de pronto, sorprendido,
porque desde la rama en donde llora
advierte que la luna se ha caído
y flota sobre el agua onduladora.
Calla el agua en los claros surtidores,
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Luna y pájaro, a un tiempo, están divinos...
Y ella asciende hasta él vuelta fulgores,
y él desciende hasta ella vuelto trinos.
El pájaro suplica, impreca y canta
mientras se multiplica a maravilla
la flauta de su eglógica garganta...
Y salta alegre al ver cómo se humilla
se viene sobre el agua hasta la orilla...
Ante el dulce deliquio que le miente
la luna, riendo del cristal del lago,
loco de amor el ruiseñor se siente,
y respondiendo al amoroso halago,
hunde el pico en el agua transparente
y se bebe la luna trago a trago.
Rubén Darío escribe, al comienzo de Cantos de vida y esperanza: «Yo soy
aquel que ayer no más decía / El verso azul y la canción profana, / En cuya
noche un ruiseñor había / Que era alondra de luz por la mañana».
Recordemos el precioso cuento escrito en prosa
poética “El ruiseñor y la rosa” del
poeta y escritor Irlandés Oscar Wilde.
Fragmento:
-He aquí el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Sufre todo lo que yo
canto: todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es
algo maravilloso: es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos
ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el
mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para
adquirirlo a peso de oro-
Otro ejemplo de Juan Ramón Jiménez:
Ruiseñor de la noche ¿qué lucero hecho trino?
Qué rosa hecha armonía en tu garganta canta?
Pájaro de la luna, ¿de qué prado divino es la fuente
de oro que surge
de tu garganta?
Samuel Taylor Coleridge
El
ruiseñor
UN POEMA-CONVERSACIÓN, ESCRITO EN ABRIL DE I798
Fragmento
Ni una nube, ni un asomo del día
que extingue
distingue al oeste, no hay ni una
sola estría alargada
de luz mortecina, ni colores
oscuros temblorosos.
¡Ven, descansaremos en este viejo
Puente cubierto de musgo!
Contempla el destello de la
corriente allá abajo,
pero escucha, no hay murmullos:
fluye en silencio
por su suave cauce de verdor. Todo
está en calma,
¡es una noche apacible! y aunque
las estrellas estén veladas,
a pesar de ello pensemos en las
lluvias primaverales
que alegran la tierra verde, y
hallaremos
placer en la velada luz de
estrellas
¡Y escucha! ¡El Ruiseñor comienza
su canción,
«la más musical, la más melancólica»"
de las Aves!
¿Un Ave melancólica? ¡Qué idea
ociosa!
En la naturaleza no hay nada
melancólico.
—Mas un Hombre vagabundo de la
noche, cuyo corazón había sido traspasado
por el recuerdo de un penoso
agravio
o de una lenta destemplanza, o de un
amor contrariado,
(Y así, ¡pobre Desdichado!
llenándolo todo con su ser
y creando toda clase de dulces
sonidos que relatan de nuevo
sus propias penas), y aquel y
aquellos que como él
fueron los primeros en llamar a
estas notas canto de melancolía;
y tantos poetas que se hacen eco
del ingenio,
Poeta, que se esforzó en afinar
todas sus rimas
cuando mejor se hubiera esforzado
en extender su cuerpo
junto a un arroyo en el claro del
bosque cubierto de musgo
bajo la luz del sol o de la luna,
bajo los influjos
de formas y sonidos y elementos
mutables,
rodeando todo su espíritu, ¡de su
canto
y de su fama olvidándose! Así su
fama
habría de compartir la
inmortalidad de la naturaleza,
¡cosa venerable! e igualmente su
canto
habría de hacer que toda la naturaleza
fuese más amada, y él mismo
fuese amado, ¡como la
naturaleza!—Pero no habrá de ser así;
y jóvenes y doncellas llenos de
poesía
que malgastan los profundos
crepúsculos de la primavera
en salas de baile y en teatros
calurosos, aún
llenos de mansa simpatía habrán de
lanzar suspiros
al son de las melodías llenas de
compasión de Filomela.
¡Amigo mío, y Hermana de este
Amigo mío! hemos aprendido
una sabiduría diferente: ¡pues no
debemos profanar
las dulces voces de la Naturaleza siempre
llenas de amor
y de regocijo! Es el alegre
Ruiseñor
que amontona, adelanta, y
precipita
en un presuroso y denso trinar sus
notas deliciosas
como si sintiese miedo de que una
noche de Abril
fuera demasiado breve para
permitirle cantar
su canción de amor, ¡y descargar
su alma entera
de toda su música! Y conozco una
arboleda
de gran extensión, que cerca un
enorme castillo
en el que no mora ya el gran
señor: así pues
esa arboleda se desboca en
sotobosque enmarañado,
y los cuidados senderos se
entrecortan, y la hierba,
una hierba rala y las campánulas
crecen en los senderos.
Hans
Christian Andersen
El Ruiseñor
- cuento infantil-
Fragmento:
del mundo
venían viajeros a la capital del Emperador y decían que lo mejor era el canto
del
ruiseñor.
Muchos sabios escribieron numerosos libros, y los poetas le dedicaron los más
hermosos poemas.
Un buen día,
el Emperador estaba leyendo uno de los libros que explicaba las mil maravillas
de su palacio, cuando de pronto leyó “Pero el ruiseñor, sin embargo, es lo
mejor”.
Finalmente:
Para Ramón Pérez de Ayala, la voz del ruiseñor,
como la del agua, es de cristal:
Y ahora...
Y ahora nos detenemos embelesados, suspensos.
¿Qué cristal es ese, diamantino y vibrante, entre
cristal azul y quieto del cielo?
Es el canto del ruiseñor. Luego, junto a la armonía
de estos dos líricos cristales,
por fuerza ha de haber otro cristal sonoro, la
voz del agua.
Villa
Alemana, 13 de agosto de 2014
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