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sábado, 3 de diciembre de 2011

Christa Wolf , 1929 - 1° Diciembre de 2011



Período Literario: Siglo XX
Lengua en la que escribe: Alemán

Christa Wolf

Christa Ihlenfeld nació el 18 de marzo de 1929 en el pueblecito de Landsberg an der Warthe, en la provincia prusiana de Bradenburgo, el cual, al final de la II Guerra Mundial, pasaría a ser de Polonia y denominarse Gorzów Wielkopolski.

Hija de Herta Jaeckel y Otto Ihlenfeld, familia de clase media y de fuertes convicciones nacionalsocialistas, su primera infancia transcurrió en la trastienda del pequeño ultramarinos que regentaban sus padres, escuchando pequeñas historias de la vida cotidiana ensombrecidas con las calamidades de la dura posguerra.
Cuando Christa contaba con tres años, nació su hermano Horst, uno de los acontecimientos más felices de su vida y que marcaría sus primeros recuerdos. Desafortunadamente, la dicha no duró demasiado: los tiempos se iban tornando cada día más complicados y el mismo día en que Christa soplaba las velas de su cuarto cumpleaños, los nazis irrumpieron en la tranquila ciudad de Landsberg an der Warthe quemando todas las banderas comunistas.

Lectora precoz, Christa acudía cada día a la Escuela. Desde su pupitre de madera divisaba la pared con la gran fotografía del Führer, y como todas las mañanas, entonaba junto a los demás niños el himno de la Alemania nazi. Para aquella niña, su propio uniforme de BDM-Mädel (Sección femenina de las Juventudes hitlerianas) le infundía un fuerte sentimiento de pertenencia, obediencia y amor patriótico. Toda su educación giraba bajo los mismos parámetros fascistas que se respiraba en su hogar. A pesar de ello, algo en Christa cambiaría para siempre tras el 9 de noviembre de 1938: 100 judíos fueron asesinados, 26.000 deportados y miles de Sinagogas y comercios judíos de todo el Reich fueron quemados por las huestes nazis: era “La noche de los Cristales Rotos”. “Tenía 9 años y cuando al día siguiente leí el periódico... de repente nació en mí una gran desazón y un fuerte sentimieno de compasión”. Fue desde aquel instante cuando la pequeña Christa comenzaría paulatinamente a replantearse algunos de los dogmas que hasta entonces nadie se hubiera atrevido a cuestionar: ¿por qué las chicas de las juventudes hitlerianas teníamos que odiar a los comunistas o a los judíos si eran personas que ni siquiera conocíamos?.

Pero la vida seguía entre la amarga conciencia de un régimen en creciente tensión y el esperado estallido de la guerra. Era agosto de 1939 y la voz de Christa se quebró con la llegada de una triste carta: su padre acababa de morir en el frente. Su grito de dolor y furia ante una madre resignada rompió para siempre con su pasado: “¡Odio a vuestro Führer!”.

Christa padeció las calamidades y penurias propias del día a día, sin imaginar que el destino le aguardaba uno de los momentos más duros tras la muerte de su padre: ser expulsados de su propia casa. Christa se vio obligada a abandonar sus recuerdos de la manera más traumática cuando tan sólo le permitieron llevarse unos pocos objetos y dejar tras de sí su vida entera. Apenas tuvo tiempo de mirar hacia atrás, montada en un triste carromato y envuelta en una manta junto a Horst supo que ya nada volvería a ser como antes.


Era el invierno de 1945, Hitler había muerto y la guerra había acabado: la familia Ihlenfeld, como otros muchos compatriotas, huía sin aliento y sin apenas pertenencias hacia la frontera, por interminables caminos nevados, un trayecto sin retorno en cuyos márgenes Christa pudo ver cómo muchos niños, enfermos y ancianos quedaban rezagados para siempre. Las vivencias de aquel penosísimo éxodo marcaron a una Christa adolescente que sintió cómo se hundía definitivamente su pequeño mundo “Entonces experimenté en carne propia la cruda realidad del fascismo alemán.Todo en lo que se había apoyado aquella gran ilusion se derrumbó. Fue tan fuerte el sentimiento de vacío que ni siquiera tenía ganas de seguir huyendo”. Tras todas aquellas penalidades su familia se asentó por fin en Mecklenburg, región perteneciente a la ya incipiente República Democrática Alemana (RDA). Christa tenía tan sólo dieciséis años y se enfrentaba a otro régimen totalitario: el socialista. Aquel gran choque y contradicción política y personal influiría posteriormente en su obra. Nada más llegar, Christa trabajó como secretaria del Ayuntamiento del pueblecito de Gammelin compatibilizándolo con otros pequeños empleos para ayudar a la economía familiar. Pero las secuelas de su dura huída le pasó factura y tuvo que ingresar en un hospital por problemas pulmonares durante dos meses. Allí se refugió en la lectura del pequeño libro azul que una antigua maestra le había regalado: Poemas de Goethe. Sin duda, la poesía constituyó un dulce bálsamo para su alma: “Aquel libro marcó mi vida”. A principios de 1947 volvió a mudarse, esta vez a Bad Frankenhausen (Kyffhäuser), donde pudo volver a la Escuela Secundaria y graduarse finalmente en 1949.

Eran los primeros años de formación de las dos Alemanias, Christa sentía la imperiosa necesidad de desprenderse de la llamada “culpa nacional”. Probablemente fue esa la razón por la que aceptó formar parte activa en la fundación de una nuevo partido, el SED (Partido Socialista Unificado Alemán) – Sozialistische Einheitspartei Deutschlands - del que sería miembro hasta su desaparición en 1990. El SED significaba para Christa la alternativa radicalmente opuesta al sistema criminal del nacionalsocialismo. Christa puso especial interés en contactar con personas que habían luchado contra el fascismo o con aquellas que pudieron salvarse gracias al exilio. A través del partido pudo conocer a quienes más tarde se convertirían en sus propios referentes, como es el caso de la escritora judía alemana Anna Seghers, que tendría gran influencia en su obra y por la que siempre sentiría una gran admiración.

Al margen de su compromiso político, en 1949 inició sus estudios de Filología Alemana en la Universidad de Jena, que posteriormente continuaría en Leipzig. En Jena conoció a quien sería su futuro marido y gran amor: Gerhard Wolf, compañero de Facultad. “Nunca lo olvidaré, la primera vez que lo vi fue en la escalera del comedor de la Universidad, iba muy elegante con su chaqueta y pantalones de aviador...yo aún llevaba aquel abrigo que me confeccioné con mi manta del hospital y mi falda de campana”. Finalmente en 1951 se casó con él. Junto a Gerhard Christa formó una de las parejas más productivas y estables, tanto en el terreno profesional como sentimental, siguiendo felizmente unida a él en la actualidad. Gerhard se convertiría en editor, dramaturgo, escritor y galerista . Tuvo dos hijas: Annette, nacida en 1952 y Katrin (Tinka), en 1956. En la Universidad de Leipzig redactaría Christa su trabajo final de carrera titulada Probleme des Realismus im Werk Hans Falladas bajo la dirección del profesor de Literatura Hans Mayer. Con Mayer lograría comprender la utopía real de un socialismo democrático humano. En 1953 obtuvo su licenciatura y a partir de ese momento trabajó como lectora, editora y crítica literaria en la Unión de Escritores Alemanes (“Deutscher Schriftstellerverband”) en Berlin hasta 1957. Posteriormente, entre 1958 y 1959 trabajó en la Revista Nueva Literatura Alemana (“Neue Deutsche Literatur”), para posteriormente pasar a formar parte como editora senior en la Editora Neues Leben.

En 1959 se trasladó a Halle, para trabajar en la Editorial estatal Mitteldeutscher Verlag, compañía en la que estaría hasta 1962. En 1961 publicó su primer trabajo: Moskauer Novelle, galardonado con el Premio de las Artes de la ciudad de Halle. Esta primera obra fue muy bien acogida en la RDA, por su fidelidad al modelo socialista; sin embargo, no sucedió lo mismo en la Alemania Occidental donde ni siquiera fue publicado. La obra describe la relación de amor entre una doctora alemana y un antiguo oficial del ejército soviético. Años más tarde, la misma autora renegaría de esta novela por considerarla excesivamente doctrinaria. Eran los momentos álgidos de la guerra fría y el mundo cultural de las dos Alemanias vivía respectivamente su momento más floreciente. Fue a raíz de aquel premio cuando el Ministerio de Seguridad del Estado (más conocida como la Stasi) se fijó en Christa Wolf como posible figura de la Propaganda cultural de la RDA.

Tras el gran momento de satisfacción por el reconocimiento público, Christa siguió trabajando haciendo las prácticas de sus estudios en el sector ferroviario estatal de la VEB-Waggonwerk Ammendorf, una fábrica de construcción de vagones en Halle donde incluso llegó a tener bajo su cargo a un grupo de trabajadores. Fue en aquel contexto donde vivió entre el auténtico mundo obrero industrial de la órbita socialista. En 1962 la familia Wolf se mudó a Kleinmachnow, situado justo en la frontera con Berlín Occidental.

Como incipente escritora, se sentía involucrada en el movimiento revolucionario cultural impulsado por el propio partido (SED): el llamado “Bitterfelder Weg”, creado en 1958, según el cual, la verdadera revolución socialista debía ser impulsada a través de un genuino y efervescente impulso cultural. Bajo el prisma de su experiencia en el mundo de los operarios y con cierta mirada crítica hacia el levantamiento del Muro, Christa escribió en 1963 su primera gran novela Der geteilte Himmel ( El cielo dividido) con el que la autora cosechó una gran crítica, convirtiéndose en todo un éxito editorial, traducida a varios idiomas y vendiéndose más de 160.000 ejemplares en su primer año. Más tarde sería además adaptada al cine por el director Konrad Wolf.

En esta novela, Christa describe a Rita, una estudiante, que tras un intento de suicidio, reflexiona sobre la triste separación del hombre al que tanto ama: Manfred, que huye a Alemania occidental poco antes de que se termine de construir el Muro; mientras, ella decide quedarse en el Berlín Oriental y así ayudar a levantar, construir y sostener una nueva sociedad. En suma, la protagonista decide quedarse en su país por lealtad a los valores de la RDA, aunque finalmente permanecer allí no terminará siendo una decisión estrictamente personal. Christa se atrevió a presentar ante el mundo las contradicciones y decadencia del socialismo, lo cual le granjeó críticas de su partido. Sin embargo, dejó la posibilidad de un futuro mejor en un sistema socialista basado en valores y principios de vertiente humanista, lo cual acabó agradando al régimen. Por esta novela, Christa Wolf fue nombrada miembro del Comité Central de su partido y galardonada con el Premio Heinrich Mann y el Premio Nacional de Arte y Literatura.

Tras su nombramiento como candidata al Comite Central del SED, Christa se sintió aún más comprometida con la política, iniciándose así un período de intensa actividad aunque sin descuidar su faceta de escritora. No obstante, cuando Christa tuvo la oportunidad de convivir con las altas esferas del partido, sintió la enorme necesidad de distanciarse al no sentirse en absoluto identificada ni en el plano intelectual ni público con el establishment. Por dicha razón, Christa comenzó a expresar públicamente su petición de un mayor intercambio de opiniones, dando cabida a diferentes corrientes, en aras de una mayor comprensión con el mundo creativo.

En 1965 se produjo un antes y un después en la relación de Christa con el SED. Por una parte, las presiones del régimen impidieron llevar a cabo un proyecto cinematográfico que ideó junto a su marido sobre la construcción del centro de Berlín titulado Fräulein Schmetterling. Por otra parte, en diciembre de ese mismo año, Christa Wolf intervino duramente en un Pleno del Comité Central del SED protestando por la censura y amenazas que, a través de la Stasi, el régimen estaba llevando a cabo contra aquellos autores que en sus obras cuestionaban algunos de los dogmas del pensamiento socialista. Tras bajarse del estrado, Christa supo que no volvería nunca más a ser nombrada para el Comité Central. Su intervención fue además borrada del libro de actas.

Christa era, desde 1962 una escritora independiente, por lo que decidió seguir en la línea de su crítica hacia la política de censura cultural. En 1967 publica Juninachmittag (1967), donde se puede observar la brecha existente entre la escritora y el régimen y donde narra un relato de la vida cotidiana mezclado con la muerte, la guerra y la paz.

Finalmente, en 1968 publica Nachdenken über Christa T. (Reflexiones sobre Christa T.), en la cual narra la vida y muerte, por leucemia, de una joven, contada a través de recuerdos y reflexiones de infancia, desde su huida al final de la Segunda Guerra Mundial, pasando por su trabajo, sus estudios y la propia enfermedad que se va agravando por la somatización de los conflictos políticos internos del régimen socialista de Alemania del Este. La joven busca incansablemente la armonía con una sociedad cada día más alejada del ideal que en un principio había imaginado. La enfermedad representaba un símbolo del desencanto y la decepción colectiva.
Desde un primer momento, el Ministerio de Cultura de la RDA intentó impedir la publicación de la novela, hasta el punto de que la Mitteldeutscher Verlag, la editorial estatal que había publicado sus obras, sólo pudo, tras muchísimos rodeos, publicarla en ediciones muy limitadas, justificando que se trataba de una obra de excesivo pesimismo estético. Christa Wolf decidió cambiar de editorial y finalmente fue publicada por la Aufbau-Verlag Berlin.

Cosechó feroces críticas y ataques por parte del propio Congreso de Escritores de Alemania Oriental, lo cual que hirió profundamente a Christa, desde donde se llegó a calificar su novela como “exagerada, pesimista y depresiva”. Por todo esto, Christa fue relegada y destituida fulminantemente de su cargo en el Comité Central. Estos fuertes ataques junto la profunda polémica originada en torno a la propia escritora logró llegar hasta el otro lado del Muro. La prensa de Alemana Occidental aprovechó enseguida la ocasión para ensalzarla como una especie de heroína y nombrarla “genial escritora disidente”.

Christa se sentía por ello cada vez más fuerte y, a pesar de las escasas noticias y las versiones oficiales, no era ajena de que algo se estaba moviendo a nivel social y filosófico en una juventud valiente que se rebelaba contra el sistema. Era el año del “Mayo de Paris” y la “Primavera de Praga”.

Esta última novela inició una nueva dirección en la Literatura de la RDA dado el énfasis en la autenticidad subjetiva. Como señaló Hörnigk, “se trata indiscutiblemente de uno de los libros más importantes de su tiempo”. Paralelamente, Magenau apunta: “Christa Wolf abandona de una vez por todas las ideas desfasadas del realismo e inicia un nuevo punto de vista en el mundo en la Literatura, en el cual se incorpora la conciencia del autor como sujeto que percibe”. Sin duda, este nuevo camino que inició Christa y por el que tanto fue criticada influyó notablemente en los autores de la RDA en los años 70 a mismo tiempo que su fama iba adquiriendo grandes dimensiones tanto a nivel nacional como internacional.

En todos esos años, Christa fue consciente de los logros sociales que por aquel tiempo conseguían los colectivos feministas y las mujeres del otro lado del Muro, sintiendo la necesidad de luchar por las mismas causas a través de un auténtico movimiento en favor de la emancipación de la mujer. Así, a través de sus escritos e intervenciones, Christa comenzó a demandar igualdad de derechos de las mujeres alemanas del Este “tal y como habían conseguido las alemanas occidentales”. Estos hechos volvieron a molestar profundamente al régimen, donde finalmente los portavoces de la Política Estatal de la Mujer satirizaron a Christa y describieron su “búsqueda interior” como un intento de “empujar a la mujer hacia roles masculinos”.

En 1971 publica Lesen und Schreiben, ensayo sobre fragmentos escritos entre los años 1966 y 1970 acerca de reflexiones personales sobre la Literatura y los escritores comunistas ante la sociedad actual. En ella escribe que la prosa no es en sí “filmable”. Sin embargo, pocos meses después, publicó Till Eulenspiegel, un relato que escribió conjuntamente con su marido y que fue concebido para su adaptación al cine. En 1974 publica Unter den Linden, (Bajo los Tilos) compuesta por tres novelas bajo un prisma único: la búsqueda de la felicidad y de la satisfacción personal.

En 1976, tras su nueva vida en Berlín, Christa publica una novela autobiográfica con la que consiguió hacerse un hueco en la Historia de la Literatura de la RDA, por su importancia y brillantez: Kindheitsmuster (Muestra de infancia). Una obra que trata sobre el sentimiento de culpa alemán tras el Nazismo y la necesidad urgente de tener por fin memoria histórica. En ella, Christa se llega a preguntar: “¿Cómo nos hemos convertido en lo que hoy somos?”. La autora describe su infancia durante el Tercer Reich, así como el viaje a su pueblo natal (Gorzów Wielkopolski) en julio de 1971 junto a su marido, su hija pequeña y su tan amado hermano Horst. Aquel viaje le devolvió la memoria de aquellos recuerdos de los que una vez tuvo que desprenderse, la época del nazismo, su penosa huida y los duros tiempos de la posguerra. Christa exhorta a la sociedad para que reconozca los errores cometidos desde todos los ámbitos, ya que para ella cada ciudadano alemán tenía su parte culpa.

Noviembre de 1976 significó un antes y un después para Christa. El cantautor de la RDA Wolf Biermann realizó unas declaraciones a lo largo de sus actuaciones al otro lado del Muro que fueron censuradas y consideradas anticomunistas, teniendo como consecuencia que se le retirara la nacionalidad de la República Democrática Alemana. Aquellos hechos tuvieron una gran repercusión en la vida cultural de la RDA y provocó que Christa encabezara, junto a otros muchos intelectuales, una protesta abierta contra el gobierno en defensa de la libertad de expresión y el respeto hacia una crítica constructiva al régimen. Este hecho le costó la expulsión fulminante de la directiva de la sección berlinesa de la Unión de Escritores (Schriftstellerverband), y que su esposo Gerhard fuera expulsado del partido. .

Los años 70 fueron además muy duros en otro sentido para Christa: en poco tiempo y a edades tempranas fallecieron varias de sus mejores amigas. Ello sumió a Christa en tal tristeza que a punto estuvo de conducirla hacia una grave depresión. En Febrero de 1973 murió su compañera y amiga Brigitte Reimann, y ese mismo año, en octubre su admirada Ingeborg Bachmann – de gran influencia en su obra y en cuya figura se basaría años más tarde para su obra Kein Ort. Nirgends- . En diciembre de 1977 murió también su amiga y escritora y fotógrafa Maxie Wander. Estos hechos influirían notablemente en su obra. Pero Christa logró rebelarse ante la muerte, en palabras de la autora, con la fuerza del amor.

Cada vez era más difícil escribir en el entorno social y literario de la RDA de finales de los 70 y principios de los 80, con una especie de “espada de Damocles” que pendulaba sin cesar sobre la obra de Christa. Por ello, junto a otros escritores, se dejó llevar por una corriente prerromántica fruto de sus marcadas crisis existenciales, iniciándola con su novela Kein Ort. Nirgends (En ningún lugar. En ninguna parte) que publicaría en 1979. Christa se había convertido en un elemento peligroso para el régimen. Criticaba abiertamente la realidad de un país ensombrecido y burocrático lleno de falsos discursos triunfalistas. La situación económica de la RDA era cada día más complicada. Poco a poco se escuchaban voces disidentes; la mayoría exigía una reestructuración del sistema, una depuración de los poderes estamentales, que se encontraban anquilosados, en aras de una aplicación más ajustada del ideal marxista a una sociedad socialista que integre los propios valores humanos. Otra parte de la oposición abogaba por un acercamiento al pensamiento occidental.

A principios de los 80, Christa tuvo la oportunidad de visitar Grecia. Esto supuso un viaje iniciático. Christa se sintió sumamente feliz e interesada por empaparse de la cultura clásica; allí quedaría fascinada por la Mitología, lo cual influiría notablemente en obras posteriores, como Kassandra y Medea.

Se acercaba una de las épocas más duras de la Guerra Fría, donde los desencuentros entre los países integrantes de la OTAN y del Pacto de Varsovia y la política de rearme nuclear encendía el tono de tensión. En la Alemania occidental cientos de miles de personas protestaban por la calle. En la RDA las protestas tuvieron que ceñirse al interior de los templos religiosos donde discretamente se rechazaba esa política de rearme sin sentido. En Berlín se construían búnkeres antinucleares en muchos distritos y en ciertos momentos los ciudadanos miraban hacia al este suspirando no tener noticias acerca del “botón rojo”. Agudizado por una cada vez más clara conciencia del fracaso del régimen, la grave crisis económica y la ausencia de libertades, el índice de suicidios en el país comenzó a dispararse así como los intentos de pasar al otro lado del muro.

En 1981 Christa Wolf participó en un encuentro internacional de escritores a favor de la paz y en contra de la guerra y las armas nucleares promovido por los presidentes de las dos asociaciones alemanas de escritores. En el verano de 1982 la autora ofrece cuatro conferencias en el marco de una cátedra poética en la Universidad Johann Wolfgang von Goethe de Frankfurt/Main. Sus discursos supusieron un espectacular éxito y fueron publicadas conjuntamente con una de sus grandes novelas: Kassandra, que sería publicada en 1983 y en la que se refleja la crisis política y económica que se vivía en la RDA.


Kassandra no es sólo un compendio de material histórico del mito de Casandra donde se muestra el pensamiento dualista y el rechazo histórico a lo femenino. Tomando como modelo el final de la guerra de Troya, Christa establece una analogía con la Guerra Fría. Vuelve a las reflexiones subjetivas de una mujer, la cual, en los momentos anteriores a su muerte, se interroga sobre el tiempo pasado, antes, durante y después de la guerra de Troya. Para muchos críticos, Christa se identifica en la figura de Casandra, la cual aunque mantiene el don de la adivinación le ha sido arrebatado el don de la persuasión y no puede remediar tener que decir siempre la verdad, lo que hará que muchos no la crean y la tomen por loca. Christa advertía del descrédito de la utopía socialista y de su cercano hundimiento, así como de la americanización generalizada que seguiría. Pero, como a Casandra, nadie la escuchó.

Aunque Christa Wolf estaba bajo la constante vigilancia de la Stasi (Servicio de Seguridad del Estado) por sus constantes desviaciones de la línea oficial, se le permitió siempre viajar y dar conferencias y disfrutar de estancias largas en Occidente. Dio conferencias en EEUU, Escocia, Italia y Suiza, fue profesora visitante de la Universidad de Oberlin (EEUU), impartió lecciones en Frankfurt Am Main y aceptó premios, entre ellos el premio Büchner de la Academia Alemana de Lengua y Poesía (1980), El premio austriaco de Literatura Europea (1985) y el Premio de los Hermanos Scholl de la ciudad de Múnich en 1987.

En Störfall. Nachrichten eines Tages (1987) (Accidente: noticias de un día) se materializa la idea que la autora años antes había profetizado con sus protestas acerca de los peligros de la industria nuclear y los daños irreparables que ocasionaba sobre la Naturaleza, que ella, como ecologista, amaba. El accidente de Chernobyl inspiró definitivamente a Christa para esta novela. La protagonista reflexiona sobre su propia vida, el día del accidente divisa un precioso cielo pero decide tirar todas las verduras y hojas que había recogido del jardín para hacer su ensalada por miedo a la posible radiación. Se alternaban las noticias de la radio sobre el desastre nuclear con las reflexiones sobre las bondades y las maldades de los avances tecnológicos que en esos momentos permitían que su hermano estuviera siendo operado de un tumor cerebral. Sin embargo, la operación le dejaría para siempre sin sentido del olfato.

En la segunda mitad de los años 80, Mijaíl Gorbachov, con la ayuda del presidente de Japón Seiichiro Nishi, inicia en la Unión Soviética un proceso de reforma conocido por Glasnost y Perestroika, basado en la reestructuración de la economía con el objetivo de reformar y preservar el sistema socialista, a través de un nuevo espíritu de empresa, innovación y cierta democratización de la vida política; lo cual provocaría años más tarde la caída y desintegración de la URSS. En esa misma época, los medios oficiales de la RDA seguían emitiendo propaganda en la que se ensalzaban las viejas glorias del decadente sistema. No obstante, en el mundo intelectual se fue creando una cultura de foros y encuentros llamada Die Nischengesellschaft, donde poco a poco se unían voces nuevas y libres que discutían y criticaban la política estatal. La figura de Christa Wolf no pasó desapercibida y a finales de los 80 muchos escritores y artistas como Volker Braun, Stefan Heym, Konrad Weiss, Gerhard Wolf, entre otros, se unieron a ella y se atrevieron a salir a la Alexander Platz de Berlin para hacer oir su voz en pro de una reforma que evitara la desintegración del país y una mayor humanización del sistema socialista.

Influenciada por los hechos y por esa conciencia de hermandad, Christa Wolf dio un paso adelante y escribió en 1989 Sommerstücke, (Pieza de verano) novela que narra como un grupo de amigos pasa un verano en una casa de campo y como en ellos planea un fuerte sentimiento de alienación, la misma que estaban sintiendo los autores de la RDA del momento. En junio de ese mismo año, fue definitivamente expulsada del SED.
Tras la caída del Muro de Berlin, en la noche del 9 de noviembre de 1989, todas las voces se unieron para pedir la reunificación, reivindicación con la que Christa no estuvo de acuerdo. A pesar de sus antiguas protestas y de sus desencuentros con el sistema, Christa se sintió de algún modo huérfana de la RDA (Ella que había sido durante un tiempo una de las escritoras más queridas de aquel país desaparecido). De hecho, sus primeros tiempos fueron difíciles y tuvo que replantearse su nuevo papel. Por dicha razón, Christa junto a Volker Braun y Stefan Heym volvieron a unirse para protestar contra la reunificación y a favor de la existencia de una RDA libre, independiente y resaltando las bondades de la ideología marxista. Christa, además, se atrevió a publicar en 1990 su obra Was bleibt (Lo que queda), escrita diez años antes y en la que reflexiona sobre la vigilancia diaria que soportó por parte de la Stasi. En la obra se pregunta quién fue culpable del desmoronamiento de la República Democrática Alemana, considerándose ella misma corresponsable. Esta postura ocasionó a Christa graves ataques hacia su labor como escritora, especialmente por parte de la crítica de Alemania Occidental, donde se llegó a cuestionar toda la literatura de la extinta RDA, y a sus autores. La crítica no quedó ahí, sino que llegaron a ser calificados como “Autores del régimen”. A esta corriente contra aquellos autores de la RDA se le conoció como Literaturstreit. “Fue algo muy injusto, pues sabían que muchos de nosotros habíamos sido objeto constante de espionaje e incluso amenazas por parte de la Stasi con motivo de nuestras protestas y desacuerdos con el sistema”.
Was bleibt (Lo que queda) fue objeto de graves acusaciones y calificado de hipocresía por parte de la crítica al exponerse la autora como víctima. Para Ulrich Greinert (Die Zeit), esa publicación "habría sido antes una bomba que habría supuesto el final de la escritora y su expatriación"; Para Schirrmacher (FAZ), "el libro hubiera producido hace diez años, incluso hace cinco, daños a la Stasi. Ahora carece de significación, es anacrónico y con rasgos ridículos".
Christa también se atreve a publicar Reden im Herbst (1990), donde reúne textos, análisis, discursos y comentarios sobre la caída del Muro y la extinción de la RDA.

Al tiempo que era nombrada doctora Honoris Causa durante ese mismo año por la Universidad de Hildesheim y la Universidad Libre de Bruselas, las críticas y comentarios seguían cebándose contra ella. Christa se sintió tan angustiada que incluso llegó a desahogarse con su antiguo profesor Hans Mayer en cartas en las que confesaba sentirse bastante desorientada. La misma Christa Wolf llegó a hablar públicamente de "un derribo preparado y consciente" y de que "tal violencia, agresión, odio y bazofia me resultan espeluznantes”; "una campaña de odio que sólo conocí en la prensa del viejo régimen comunista.”
El escritor Günter Grass, llegó a denunciar la situación: “me resultan familiares esos preparativos de linchamiento (..); unas veces es uno, otras otro. Esta vez había que acabar con Christa Wolf". En el 2006 Grass sufriría una situación similar por parte de la opinión pública cuando confesó su pasado en la Waffen- SS.

Desafortunadamente para Christa, las críticas no sólo no disminuyeron con el tiempo, sino que arreciaron cuando a partir de 1993, tras la apertura al público de los archivos de la RDA, se revelara que entre marzo de 1959 y octubre de 1961 ella misma había sido reclutada por la Stasi como colaboradora informal (miembro no oficial de este cuerpo de seguridad). A pesar de que también se mencionó que la información que Christa llegó a proporcionar apenas resultó de interés y que los propios oficiales de la Stasi criticaban su reticencia, la imagen de Christa se vio seriamente dañada. Fueron momentos muy duros para la autora, de hecho, su familia estuvo muy preocupada pues Christa solía somatizar las dificultades a través de su propia salud. Una Christa desmoronada se desplazó a Santa Mónica (Estados Unidos) en 1992, donde permaneció un año con una beca en el Getty Center for History of Art and Humanities. Desde allí sintió la necesidad imperiosa de replicar a todos aquellos que la acusaban: “Nunca me he sentido una víctima del sistema como algunos quieren hacer creer, sino alguien que con su trabajo intentó ayudar al Estado en el que creía”.

Tras su vuelta a Alemania, en 1993 recibió sendos premios de las dos Academias de la Cultura de Berlín, lo cual supuso un buen acicate para volver a empezar. Christa no había tenido apenas fuerzas para escribir después de aquellos amargos años. Lo poco que hizo entre los años 1990 y 1994 lo reunió en su obra Auf dem Weg nach Tabou que se publicó en 1994. La temática vuelve a ser la misma: la vida en la antigua RDA, su crisis existencial y los motivos de la reunificación de las dos Alemanias.

Finalmente Christa se enfrenta al reto de demostrar que no era una autora para el olvido, “Mi evolución literaria y política fue una especie de proceso de emancipación que se aleja de mi identificación con el Estado”. Y así, en 1996, nació Medea. Stimmen (Las voces de Medea). Se trata de uno de los mitos femeninos más controvertidos de la cultura griega. Representa a una mujer enamorada que abandona todo (familia, tierra y tradición) por el hombre al que ama: Jasón, al que ayuda para conseguir el Vellocino de oro. Wolf parte de la Medea de Eurípides donde Jasón y Medea marchan hacia Corinto y allí tienen dos hijos. Pero pronto acabará la dicha: Jasón rechazará a Medea para casarse por motivos políticos con Glauce, hija de Creonte, Rey de Corinto. El rey ordenará el destierro de Medea. En la versión de Eurípides Medea pide un día más de estancia en Corinto, deseo que le es concedido y que Medea aprovecha para asesinar a Glauce y a Creonte, y después a sus propios hijos con un único fin: desesperar a Jasón. Finalmente, Medea se suicida.

Christa Wolf hace hablar a seis personajes en once monólogos con diferentes puntos de vista, entrelazando los mismos y tramando los acontecimientos desde distintas posturas; unas meditadas y otras pasionales. En su obra la causa del destierro de Medea es la xenofobia de los corintios. Ella es extranjera en la tierra en la que vive y ya no puede volver a su patria y su familia. Por dicha razón, según la autora, la reacción de Medea no es motivada únicamente por Jasón, sino contra los corintios por la marginación sufrida. De hecho, en la novela de Christa Wolf son los corintios los que enfurecidos matan a los hijos de Medea para vengar la muerte de Glauce y Creonte. Para Christa Wolf, de las muertes de Creonte y Glauce tampoco cabe culpar a Medea, pues fueron fruto de la locura de Glauce. Por ello, Christa muestra a Medea como una mujer sobresaliente en un mundo masculino en donde la fémina sólo podía crecer como madre o con malas artes y perfidia. En cierto modo, existía un paralelismo entre Christa y Medea al sentirse la autora como una forastera en la nueva Alemania.

En el décimo aniversario de la caída del muro de Berlín publica Hierzulande Andernorts. Erzählungen und andere Texte 1994-1998, una colección en la que Christa reúne gran parte de sus artículos, escritos públicos, textos sobre aspectos de su vida en los últimos años, incluyendo su estancia en América. Christa confiesa que ya ha pasado tiempo desde que vio extinguirse su país, la “terapia para superar el dolor” había terminado y ya sólo le quedaba como un “fantasma” del dolor que llegó a sentir tan intensamente. Ese mismo año recibió varios premios, incluidos el Premio Elisabeth Langgässer y el Premio de Literatura Nelly Sachs.

En 2002, Christa publica la novela Leibhaftig-eine Erzählung, que representa un verdadero canto a la vida y para muchos, la despedida personal de Christa a la RDA. La desintegración del Estado socialista se recoge en la simbología del Hospital y la enfermedad en los últimos días de la Alemania oriental, en la lucha por mantener la vida tras terapias que van fracasando unido a una terrible fiebre que provoca sueños en donde una sociedad socialista es posible. Así, al igual que en Nachdenken über Christa T., la enfermedad es el medio por el que Christa refleja sus anhelos y reflexiones.

En el año 2003 Christa publica bajo el título Ein Tag im Jahr (Un día del año. 1960-2000), sus diarios de cada 27 de septiembre desde 1960 a 2000. Fue una idea publicada en 1960 por el periódico moscovita Izvestia que pidió a todos los escritores del mundo que describieran un día del año, el 27 de septiembre. Christa escribió su 27 de septiembre de 1960 y así continuó durante cuarenta años. Contando con gran sencillez, y a través de su vida cotidiana, Christa descubre un viaje en el tiempo en el que describe cómo cambia su vida año tras año incluyendo acontecimientos sociales, políticos y literarios que marcaron la historia.

En su 75 aniversario Peter Böthig publicó Christa Wolf. Eine Biographie in Bildern und Texten, un volumen biográfico especial documentado con textos y fotografias de su vida privada, sus amigos, su familia, su vida en Berlin y en su añorada región de Mecklenburg, en dicha obra se recoge parte de sus publicaciones y últimos artículos las cuales siguen en su línea de reflexión sincera y en las que afortunadamente no quedan apenas restos de su pasada amargura.

En el año 2004, en colaboración con la autora Charlotte Wolf, edita bajo la obra Ja, unsere Kreise berühren sich: Briefe la correspondencia que ambas mantenían desde hacía años. En 2005 publica Mit anderem Blick (Con otra mirada) editada en enero de 2008 en España. A través de tres historias, Christa se remonta a la época en vivió en Los Angeles (Santa Mónica) en aquel exilio voluntario. Tan lejos de su mundo, la autora se siente extraña en una sociedad consumista opuesta a todo lo que hasta entonces ella conocía, el paisaje, la gente, la vida en California, en la que casi todos son forasteros. Desde aquel mundo tan diferente, Christa recuerda su pasado, sus años de infancia, su querida Seghers, Fürnberg, Bredel, Becher, todos lo que conforman una trágica generación que vivió al borde del abismo. Una reflexión abierta y personal con un estilo irónico y desenfadado que muestran, una vez más, la vitalidad que desprende una autora como Christa Wolf, con una vida apasionante, fiel a su ideología hasta la vejez y rebosante de fuerza y de fe tanto en el futuro como en el amor.
Finalmente, en el año 2006, publica su hasta ahora último ensayo, Der Worte Adernetz: Essays und Reden. en donde, a través de una colección de ensayos y artículos y desde una nueva perspectiva como lectora, valora la contribución literaria de escritores como Heinrich Böll, Anna Seghers, Volker Braun, Inge Müller, Brigitte Reimann, Maxie Wander o Irmtraud Morgner, así como de la poesía de Nelly Sachs, aportando una brillante reflexión a través de la literatura y de la poesía de los grandes autores alemanes.

En sus últimas apariciones públicas, una Christa anciana, serena y con la cordura que dan los años, ha asegurado que ama la vida, “Ich lebe gerne”, y que se siente plenamente feliz viviendo en Berlín junto a su compañero y marido Gerhard y su familia. Siempre que Christa escribe y reflexiona regala sabiduría a través de sus palabras, nadie como ella ha sabido describir y hacer sentir, ese otro mundo y aquella otra sociedad que quizás algun día pudo haber sido real.
Obras

•Moskauer Novelle, 1961
•Der geteilte Himmel. Erzählung, 1963
•Nachdenken über Christa T., 1968 (ISBN 3-630-62032-9)
•Lesen und Schreiben. Aufsätze und Betrachtungen, 1972
•Till Eulenspiegel, 1972
•Unter den Linden. Drei unwahrscheinliche Geschichten, 1974
•Kindheitsmuster, 1976
•Kein Ort. Nirgends, 1979
•Fortgesetzter Versuch. Aufsätze, Gespräche, Essays; 1979
•Geschlechtertausch. Drei Erzählungen, zus. m. Sarah Kirsch und Irmtraud Morgner, 1980
•Lesen und Schreiben. Neue Sammlung, 1980
•Kassandra. Erzählung, 1983 (ISBN 3-423-11870-9)
•Voraussetzungen einer Erzählung: Kassandra. Frankfurter Poetik-Vorlesungen, 1983
•Ins Ungebundene gehet eine Sehnsucht. Gesprächsraum Romantik. Prosa. Essays, zus. m. Gerhard Wolf´, 1985
•Die Dimension des Autors. Essays und Aufsätze, Reden und Gespräche. 1959 - 1985, 1986
•Störfall. Nachrichten eines Tages, 1987
•Ansprachen, 1988
•Sommerstück, 1989
•Was bleibt. Erzählung, 1990 (entstanden 1979)
•Reden im Herbst, 1990
•Sei gegrüßt und lebe. Eine Freundschaft in Briefen, 1964-1973. Christa Wolf und Brigitte Reimann, hg. v. A. Drescher, 1993
•Auf dem Weg nach Tabou. Texte 1990-1994, 1994
• Christa Wolf und Franz Fühmann. Monsieur - wir finden uns wieder. Briefe 1968-1984, hg. v. A. Drescher, 1995
•Medea: Stimmen, 1996 (ISBN 3-423-25157-3)
•Hierzulande Andernorts. Erzählungen und andere Texte 1994-1998, 1999 (ISBN 3423128542)
•Leibhaftig. Erzählung, 2002 (ISBN 3-630-62064-7)
•Ein Tag im Jahr. 1960-2000, 2003 (ISBN 3-630-87149-6) Leseprobe (Vorwort und Eintrag für 1960)
•Ja, unsere Kreise berühren sich: Briefe. Christa Wolf and Charlotte Wolf. Luchterhand Literaturverlag, München 2004. ISBN 3630871828
•Mit anderem Blick. Erzählungen 2005 Suhrkamp(ISBN 3-518-41720-7)
•Der Worte Adernetz. Essays und Reden. 2006. Edition suhrkamp (ISBN 978-3-518-12475-8)
Traducciones

TRADUCCIONES AL ESPAÑOL

WOLF, Christa. Accidente: noticias de un día. Traducción de Ana Bermejo. Madrid: Alfaguara, 1998.
WOLF, Christa: Bajo los tilos. Traducción de Marisa Presas. Barcelona : Seix Barral, 1991
WOLF, Christa: Casandra. lustraciones de Núria Quevedo. Traducción, Miguel Sáenz. Barcelona. Círculo de Lectores. 1987
WOLF, Christa: El cielo partido.Traducción de Ana María de la Fuente. Prólogo de Marisa Siguan. Texto impreso. Barcelona. Círculo de Lectores.1994
WOLF, Christa: Un día del año: 1960-2000.Traducción de Carmen Gauger. Texto impreso Barcelona. Círculo de Lectores. Galaxia Gutenberg. 2006
WOLF, Christa: En carne propia. Christa Wolf ; traducción de Carmen Gauger. Texto impreso Barcelona. Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores. 2003
WOLF, Christa: En ningún lugar, en parte alguna. precedido de Karoline von Günderode: la sombra de un sueño. traducción de Marisa Presas. Barcelona. Laia. 1984
WOLF, Christa: Medea. Christa Wolf ; versión española de Miguel Sáenz. Texto impreso Madrid. Debate. 1998
WOLF, Christa: Muestra de infancia. Introducción, José María Carandell. Traducción de Manuel Olasagasti. Texto impreso. Barcelona. Círculo de Lectores.1985
WOLF, Christa: Noticias sobre Christa T. Christa Wolf ;Traducción de María Nolla.Barcelona. Seix Barral. 1992
WOLF, Christa: Pieza de verano. Traducción de Ana Mª de la Fuente. Introducción de Miguel García-Posada. Barcelona. Círculo de Lectores. 1989.

TRADUCCIONES AL FRANCÉS:

WOLF, Christa: Aucun lieu. Nulle part / Aix-en-Provence / Alinéa / 1987
WOLF, Christa: Cassandre / Aix-en-Provence / Alinéa / 1987
WOLF, Christa: Ce qui reste / Aix-en-Provence / Alinéa / 1990
WOLF, Christa: Changement d'optique / Aix-en-Provence / Alinéa / 1986
WOLF, Christa: Scènes d'été / Aix en Provence / Alinéa / 1990
WOLF, Christa: Trame d'enfance / Aix-en-Provence / éd. Alinéa / 1987
WOLF, Christa: Trois histoires invraisemblables / Aix-en Provence / Alinéa / 1987
WOLF, Christa: Oui, nos cercles se touchent / Paris / Des femmes Antoinette Fouque / DL 2006
WOLF, Christa:Un jour dans l'année / Paris / Fayard / impr. 2005

TRADUCCIONES AL INGLÉS:

WOLF, Christa: Accident : a day’s news.Translated by Heike Schwarzbauer and Rick TakvorianLondon : Virago, 1989.
WOLF, Christa: Cassandra : a novel and four essays / London translated from the German by Jan van Heurck: Virago, 1984.
WOLF, Christa: Divided heaven. translated by Joan Becker ; introduction and bibliography by Jack Zipes. [United States] : Adler’s Foreign Books, c1965 (1979 printing)
WOLF, Christa: The fourth dimension : interviews with Christa Wolf/ translated by Hilary Pilkington ; with an introduction by Karin McPherson. London. Verso, 1988.
WOLF, Christa: Medea : a modern retelling Christa Wolf ; translated from the German by John Cullen. London : Virago, 1998.
WOLF, Christa: Nachdenken über Christa T. The quest for Christa T. .. Translated by Christopher Middleton.London: Hutchinson & Co., 1971.
WOLF, Christa: No place on Earth. Farrar, Straus, Giroux, 1982 (1983)
WOLF, Christa: Parting from phantoms : selected writings, 1990-1994. translated and annotated by Jan van Heurck. Chicago ; London : University of Chicago Press, c1997.
WOLF, Christa: The reader and the writer : essays, sketches, memories ; translated by Joan Becker. Berlin : Seven Seas, 1977.
WOLF, Christa: What remains and other stories. London : Virago, 1993.
WOLF, Christa:The writer’s dimension : selected essays. Introduction by Grace Paley ; edited by Alexander Stephan ; translated by Jan Van Heurck. London: Virago, 1993.
Bibliografía Crítica

ANKUM, Katharina von: Die Rezeption von Christa Wolf in Ost und West: von der „Moskauer Novelle“ bis „Selbstversuch“. Ed. Rodopi. Amsterdam – Atlanta 1992

ARRIAGA FLOREZ, Mercedes: Christa Wolf e Casandra. Trabajos Creativos de Carácter Técnico o Artístico. Universidad de Sevilla. Sevilla. 2003. ISBN: 84-95454-16-5

ARNOLD, Heinz Ludwig (Hrsg.): Christa Wolf. TEXT + KRITIK (Reihe Literatur und Autoren, Bd. 46). edition text + kritik. München 1985

BAUMER, Franz: Christa Wolf. Morgenbuch Verlag (Köpfe des 20. Jahrhunderts; Band 10). Berlin 1996

BEITLER, E. Ulrike: Christa Wolf. ‚Kassandra’. Mentor Verlag (Lektüre-Durchblick). München 1996.

BÖTHIG, Peter (Hrsg.): Christa Wolf. Eine Biographie in Bildern und Texten. Luchterhand Literaturverlag. München 2004

BUEHLER, George: The Death of Socialist Realism in the Novels of Christa Wolf. Peter Lang Verlag (1, German Language and Literature, 787). Frankfurt/M 1986

DRESCHER, Angela (Hrsg.): Christa Wolf. Ein Arbeitsbuch. Studien, Dokumente, Bibliographie. Luchterhand Literaturverlag. Frankfurt/M 1990

FIRSCHING Annete: Kontinuität und Wandel im Werk von Christa Wolf. Königshausen & Neumann. (Würzburger Beiträge zur deutschen Philologie; Bd.16). Würzburg 1996

GÖDECKE-KOLBE, Stefanie: Subjektfiguren und Literaturverständnis nach Auschwitz. Romane und Essays von Christa Wolf. Peter Lang Verlag. Franfurt/M 2003

HILZINGER, Sonja: Wolf, Christa. 1999-2003. Werke. 13 Bände. Herausgegeben, kommentiert und mit einem Nachwort versehen von Sonja
Hilzinger. München. Luchterhand.

HILZINGER, Sonja: Christa Wolf. J.B. Metzler Verlag (Sammlung Metzler, Realien zur Literatur). Stuttgart 1986

HELWIG, Gisela und Nickel, Hildegard Maria (Hrsg.): Frauen in Deutschland 1945-1992. Verlag Bundeszentrale für politische Bildung (Studien zur Geschichte und Politik, Band 318). Bonn 1993

KROGMANN, Werner: Christa Wolf: Konturen. Verlag Peter Lang. Frankfurt am Main 1989

LUDOROWSKA, Halina: Christa Wolf. Das Leben im Tagebuch. Wydawnictwo Uniwersytetu Marii Cuire-Sklodowskiej. Lublin 1996

PAK, Schoro: Probleme der Utopie bei Christa Wolf. Peter Lang Verlag (Europäische Hochschulschriften. Reihe I: Deutsche Sprache und Literatur). Frankfurt/M 1989

PALMA CEBALLOS, Miriam: Kassandra de Christa Wolf: su Vinculacion con la Teoria Critica. Tradicion e Innovacion en los Estudios de Lengua Literatura y Cultura Alemanas en España. Congreso Hispalense de Germanistas. Num. 1. Sevilla, España. Kronos S.A. 1998. Pag. 243-251. ISBN: 84-85101-00-6

PALMA CEBALLOS, Miriam: Kassandra de Christa Wolf: la Búsqueda de un Nuevo Lenguaje. Márgenes y Minorías en la Literatura. Madrid. Ediciones del Orto. 2003. Pag. 131-145. ISBN: 84-7923-306-0

QUERNHEIN, Mechthild: Das moralische Ich. Kritische Studien zur Subjektwerdung in der Erzählprosa Christa Wolfs. Königshausen & Neumann. Würzburg 1990.

RICHTER, Rolf: Schreibend über die Dinge kommen. Zu Christa Wolf. Neuer Hochschulschriftenverlag. Rostock 1998
RISSE, Stefanie: Wahrnehmen und Erkennen in Christa Wolfs „Kassandra“. Centaurus-Verlagsgesellschaft (Reihe Sprach- und Literaturwissenschaft). Pfaffenweiler 1986

ROSSBACHER, Brigitte: Illusions of progress: Christa Wolf and the critique of science in GDR women’s literature. Peter Lang Publishing (DDR-Studien; Vol. 13). New York 2000

SCHMIDT, Svenja: Kassandra – Ein Mythos im Wandel der Zeit. Antiker Mythos und moderne Literatur am Beispiel der „Kassandra“ von Christa Wolf. Techtum Verlag. Marburg 2004

SCHREY, Dieter: „Christa Wolfs Arbeit am Kassandra-Mythos – ‚Höllenfahrt der Selbsterkenntnis?’“: Vortrag an der Universität Tübingen: Konzeption und Leitung. Tübingen 1999.
On-line: http://home.bn-ulm.de/~ulschrey/kassandra/kassandr.pdf

SEEWITZ, Torsten: „zu Christa Wolfs ‚Ein Tag im Jahr 1960-2000’”. 11/2003: On-line: http://www.fragmentum.de/Print/Christa_Wolf_Tag.htm

STEPHAN, Alexander: Christa Wolf. Verlag C.H. Beck (Beck’sche Reihe BsR 603 Autorenbücher, 4. erweiterte Auflage) München 1991

THEML, Katharina: Fortgesetzter Versuch. Zu einer Poetik des Essays in der Gegenwartliteratur am Beispiel von Texten Christa Wolfs. Peter Lang Verlag (Studien zur Deutschen und Europäischen Literatur des 19. und 20. Jahrhunderts; Bd 49). Frankfurt/Main 2003.

THOMASSEN, Christa: Der lange Weg zu uns selbst. Christa Wolfs Roman „Nachdenken über Christa T.“ als Erfahrung- und Handlungsmuster. Scriptor Verlag (Monografien, Literaturwissenschaften 39). Kronberg 1977

TORRES SANTAELLA, Carmen: La estructuración de la alternativa de Christa Wolf a lo largo de obra ensayística y en "Projectionsraum Romantik", Störfall, Was bleibt y Medea. Stimmen. Departamento de Filología Anglogermánica. Universitat Rovira i Virgili. ISBN: 978-84-690-8292-8.

TRAPASSI, Leonarda: Canon literario y Romanticismo en Anna Seghers y Christa Wolf. Universidad de Sevilla. Facultad de Filología. Departamento de Filología Alemana. Sevilla 2003.

TRAPASSI, Leonarda: La tradición del Romanticismo y la literatura de la RDA en: Magazin/16, Asociación de Germanistas de Andalucía y Federación de Asociaciones de Germanistas de España (eds.). Sevilla 2005.

VINKE, Hermann (Hrsg.): Akteneinsicht Christa Wolf. Zerrspiegel und Dialog. Eine Dokumentation. Luchterhand Verlag. Hamburg 1993

WALLACE, Ian (Ed.): Christa Wolf in perspective. Ed. Rodopi (German Monitor, 30). Amsterdam – Atlanta 1994

WILD, Henk de: Bibliographie der Sekundärliteratur zu Christa Wolf. Peter Lang – Europäischer Verlag der Wissenschaften. Frankfurt am Main 1995

WILKE, Sabine: Ausgraben und Erinnern. Zur Funktion von Geschichte, Subjekt und geschlechticher Identität in den Texten Christa Wolfs. Königshausen & Neumann (Epistemata: Reihe Literaturwissenschaft, Bd. 110). Würzburg 1993

WOLF, Gerhard: „Die Sehnsucht hat allemal Recht“ en: Wolf, Gerhard/Wolf, Christa: Ins Ungebundene gehet eine Sehnsucht. Gesprächsraum Romantik. Aufbau Verlag. Berlin 1985

Bibliografía crítica desde una perspectiva de género:

MITTMAN, Elizabeth: Christa Wolf’s Signature in and on the Essay. Woman, Science, and Authority”: Boetcher, Ruth-Ellen and Mittman, Elizabeth (eds.): The politics of the Essay. Feminist Perspectives. Indiana University Press. 1993

ROSSBACHER, Brigitte: Illusions of progress: Christa Wolf and the critique of science in GDR women’s literature. Peter Lang Publishing (DDR-Studien; Vol. 13). New York 2000


Bibliografía crítica en la Web:

•http://home.bn-ulm.de/~ulschrey/literatur/wolf/kassandra.html - Über Christa Wolfs Kassandra. Von Dieter Schrey.
•http://members.aol.com/germlit/Page/wasbleibtT.html - Textauszug aus Christa Wolfs Was bleibt. Aus: Lesezeichen. Von Hartmut Schoenherr.
•http://www.uma.pt/Publicacoes/FORUMa/200207_A2N4/christa.html - Portugiesische Seite über Medea - Stimmen.
•http://www2.uni-jena.de/philosophie/phil/tr/11/rezsim2.php - "Wem gefallen gefallende Mythen? Christa Wolfs Medea - eine Stimme. Von Roberto Simanowski.
•http://de.wikipedia.org/wiki/Kassandra_(Christa_Wolf) - Wikipedia-Artikel über Christa Wolfs Kassandra.
•http://www.dieterwunderlich.de/Wolf_Christa.htm - Inhaltsangabe und Kommentar zu Christa Wolfs Nachdenken über Christa T. Von Dieter Wunderlich.

Enlaces de interés

http://de.wikipedia.org/wiki/Christa_Wolf
http://www.fembio.org/biographie.php/frau/biographie/christa-wolf/
http://www.mdr.de/kultur/ausstellung/121254.html
http://www.zeit.de/2005/40/Bio_2fBiblio

Texto Representativo

( En Kein Ort. Nirgends, novela de su etapa de temática romántica, Christa recrea un encuentro imaginario entre su admirada Karoline von Günderrode, escritora de extrema sensibilidad y Heinrich von Kleist. Kleist es un oficial prusiano, escritor frustrado que vive atormentado por el ambiente social de censura y de falta de libertades en el que vive. En sus conversaciones participan principalmente los personajes, Friedrich Carl von Savigny, y los hermanos von Brentano, Bettina y Clemens. El pensamiento racionalista y científico de personajes como Savigny, se contraponen a los de Günderrode y Kleist, que se sienten excluídos en el ambiente opresor y postrrevolucionario en el que se desenvuelven, huyen del pensamiento racionalista extremo y buscan una patria donde se sientan realmente dichosos.
Parte de sus conversaciones trata de las convenciones que separan hombres y mujeres, del que se recoge el siguiente texto: )


Ihre Schwester, sagt man, habe Sie in Männerkleidern bis nach Paris begleitet.
Er ist auβerstande, das tiefere Interesse hinter den Fragen der Günderrode wahrzunehmen. Sie ist wie alle. Sensationen, nichts andres. Ulrike, das arme Mädchen.
Die Günderrode liest ihm seine Gedanken ab und fühlt sich rot werden. Sie verbirgt ihm den Unwillen nicht, den er verdient, als er jenes oft bewährte Stückchen zum besten gibt, in dessen Mittelpunkt Ulrike steht: Wie sie in Paris, wo niemand sonst sie in ihren Männerkleidern als Frau erkannt, von einem blinden Musiker, dem sie über sein Spiel ein Kompliment gemacht, mit Madame angesprochen wird und danach fluchartig mit ihm den Saal verlassen muβ.
Die Günderrode lacht nicht. Selten ist sie neidisch, jetzt ist sie’s.
Ihre Schwester möchte ich kennen.
Kleist weiβ nicht: Soll er verletzt sein? Er verlangt den Grund für diesen Wunsch zu wissen.
Der Günderrode ist es einerlei, ob sie mit einem engstirnigen oder mit einem groβmütigen Menschen spricht. Sie sagt, nach ihrer Beobachtung gehöre zum Leben der Frauen mehr Mut als zu dem der Männer. Wenn sie von einer Frau höre, der diesen aufbringe, verlange es sie danach, mit ihr bekannt zu sein. Es sei nämlich dahin gekommen, daβ die Frauen, auch über Entfernungen hinweg, einander stützen müβten, da die Männer nicht mehr dazu imstande seien.
Das muβ sie ihm schon näher erklären.
Auch Kleist, Sie wissen es doch. Weil die Männer, die für uns in Frage kämen, selbst in auswegloser Vestrickung sind. Ihr werdet durch den Gang der Geschäfte, die euch obliegen, in Stücke zerteilt, die kaum miteinander zusammenhängen. Wir sind auf den ganzen Menschen aus und können ihn nicht finden.
Jetzt schweigt der Mann. Soll eine Frau so sprechen? Was zwingt ihn denn, mit dieser hier, die er ein einziges Mal in seinem Leben sieht, über die Bestimmung ihres und seines Geschlechts zu reden? Über seinen verborgensten Selbstzweifel, sein peinlichstes Versagen? Der Punkt, der unaussprechlich bleibt?
Was die Ulrike betrifft, mag das Fräulein Günderrode, einfühlsam, wie Frauen sein können, einen richtigen Instinkt haben. Doch er vermeidet es und wird es weiter vermeiden, dem Mut, ja, Übermut, den die Schwester allerdings öfter bewies, tiefer nachzugehn. Er weiβ nicht andres und will nichts andres wissen, als daβ auf dem Grund ihrer Seele das Bils des Bruders ist, an dem sie Mutterstelle vertrat, den sie mit einer ausschlieβlichen, besitzergreifenden Liebe liebt und der, sie will es – oder er? - , in ihrem Leben der einzige Mann bleiben soll. Rücksichtslos, er? Und wenn seine Rücksichtnahme sie beleidigen würde? Alles, beinahe alles, was sie sagt und tut, paβt in das Bild der Schwester, die an ihrer Aufopferung für den Bruder Genüge findet. Die, nicht begütert, nicht überaus anmütig, nicht auffallend charmant und weiblich – unähnlich der Frau, die an seiner Seite geht -, kaum hoffen kann, sich gut zu verheiraten. Die aber auch, soviel Kleist weiβ, an dieser Hoffnung niemals sehr gehangen hat.
Dies der unauflösbare Rest, der in den Umriβ nicht paβt und über den sie sich mit keinem Wort, nicht einmal mit einem Blick verständigen müssen oder dürfen. Er nicht ganz Mann, sie nicht ganz Frau...
Was heiβt denn das. Geschwisterliebe, über die das Menschenwesen die Hände hält. Duldet, indem es nicht wahrnimmt, was in abgrundtiefer Stummheit das Blut da treibt.Wohltat der Blutsverwandtschaft, ungedachter Gedanke. Verwandtschaft, welche die Fassungslosigkeit vor dem fremden Geschlecht mildert, dem man sich nicht ausliefern kann.
Traducción Castellana

Se comenta que su hermana le ha acompañado vestida con ropa de hombre hasta París.
Él no está por la labor de defender los intereses que se esconden detrás de las preguntas de Günderrode. Ella es como todas. Sólo emociones. La pobre de Ulrike…
Günderrobe le lee el pensamiento y se da cuenta de que se está poniendo roja. Él no se merece que le oculte la indignación que ella siente cada vez que cuenta la manida cantinela en la que nunca falta Ulrike: Como ella en París, donde nadie sospechó que detrás de aquel traje de caballero se escondía una mujer. Ninguno se percató excepto un músico ciego al que ella felicitó por lo bien que tocaba y a lo que él correspondió con un “Madame”, tras lo cual tuvieron que huir ambos de la sala.
Günderrode no se ríe. No suele ser envidiosa, pero ahora lo está siendo.
Me gustaría conocer a su hermana.
Kleist no sabe cómo reaccionar: ¿Debe ofenderse por ello? Quiere saber la verdadera razón por la que quiere conocerla.
A Günderrode le resulta indiferente si está hablando con una persona estrecha de miras o, por el contrario, generosa. Dice que, según ha observado, hace falta más valor para vivir una vida como mujer que como hombre. Cuando oye hablar de una mujer que logra reunir ese coraje siente el deseo de conocerla. Porque la cosa ha llegado hasta el punto de que las mujeres, incluso a través de la distancia, deben apoyarse las unas a las otras, dado que los hombres no son capaces de ello.
Esto deberá explicárselo ella más detenidamente.
Ay, Kleist, si ya lo sabe usted. Porque los hombres que serían adecuados para nosotras se encuentran ellos mismos en un embrollo sin salida. El devenir de vuestros propios asuntos os parte en pedazos sin apenas conexión entre ellos. Nosotras buscamos a una persona completa y no podemos hallarla.
Ahora calla el hombre. ¿Puede hablar así una mujer?¿Qué le obliga a él, por otra parte, a conversar con esta de aquí, a la que sólo ha visto una vez en su vida, sobre el destino de su propio sexo y el de ella? ¿Sobre sus dudas personales ocultas, sus fracasos más penosos?¿Ese parte de su vida que permanece inconfesable?
En lo que se refiere a Ulrike puede ser que la señorita Günderrode, sensible, como pueden llegar a ser las mujeres, posea el instinto adecuado. Pero él evita y seguirá evitando investigar en profundidad el valor, sí, el arrojo que, desde luego, demostró la hermana con frecuencia. No sabe nada más y tampoco quiere saber otra cosa que en el fondo del alma de ésta se halla la imagen del hermano, con quien ejerció de madre, al que ama con un amor exclusivo, posesivo, y quien, ella lo quiere así – ¿o es él? - , debe permanecer siendo el único hombre de su vida. ¿Desconsiderado él? ¿Y si su consideración la ofendiera? Todo, casi todo, de lo que ella dice y hace se ajusta a esa imagen de la hermana que encuentra su realización verdadera en el sacrificio por el hermano. Ella, ni adinerada, ni en exceso hermosa, ni llamativamente atractiva ni femenina – todo lo contrario que la mujer que camina a su lado- apenas tiene esperanzas de casarse en condiciones. Pero ella, según lo que sabe Kleist, tampoco ha puesto demasiadas esperanzas en ello.
Y sobre el resto indisoluble, que no armoniza con su contorno, no necesitan ni deben comunicarse con palabra alguna, ni siquiera con una mirada. Él no es del todo hombre, ella no es del todo mujer… ¿Qué significa eso? Amor fraternal, bendecido por los seres humanos. Soporta, sin percibirlo, lo que la sangre tira en silencio absoluto. La bendición del parentesco, que suaviza la incomprensión ante ese sexo extraño, a quien uno no puede entregarse.

(Traducción por Marcos Román Prieto).
Fuente: Marcos Román Prieto

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