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martes, 31 de enero de 2012

"De domesticados y domesticadores". (El post-humanismo de Peter Sloterdijk)


María José Cisneros Torres *



Sin pasar por alto las diversas connotaciones que un término tan complejo como el de humanismo posee, comenzaremos diciendo que bajo este concepto se conoce a “..aquella posición filosófica que, al poner énfasis en el valor del hombre y exaltar el sentimiento de su dignidad, acentúa la importancia de la actividad libre y estimula sus creaciones originales”. A ello agregaremos, que desde un perspectiva histórica y clásica, el Humanisno tiene su origen y alcanza su más alta expresión durante el Renacimiento (momento en el que la preocupación por el hombre y su dignidad, encuentra en la vuelta a las fuentes de la cultura greco-latina, un punto fundamental para su reflexión);para luego volver a aparecer con gran ímpetu en Alemania durante el siglo XVIII con el Idealismo Alemán , y a principios del siglo XX, en torno a la figura del filósofo Jaeger.

Varias son las críticas que desde el ámbito de la filosofía se realizaron al Humanismo previas a 1945; sin embargo, podemos animarnos a sostener, que cuando hacia 1946 el francés Beaufret interpela al entonces controvertido Heidegger sobre de qué modo se le puede volver a darsentido a la palabra humanismo, la crisis en que este movimiento espiritual ha caído, se hace evidente. La respuesta heidegeriana, parece además así confirmarlo, en tanto afirma:

“Usted me pregunta: ¿Comment redonner un sens au mot “Humanisme”? ¿De qué modo se le puede volver a dar sentido a la palabra humanismo? Su pregunta no sólo presupone que usted trata de conservar la palabra “humanismo”, sino que implica el reconocimiento de que esa palabra ha perdido su sentido.

Lo ha perdido desde que se admite que la esencia del humanismo es metafísica, lo que ahora significa que la metafísica no sólo no abre la pregunta por la verdad del ser, sino que la cierra, desde el momento en que se empeña en seguir anclada en el olvido del ser. Sin embargo, es precisamente el pensar que conduce a esta opinión sobre la esencia problemática del humanismo el que al mismo tiempo nos conduce a pensar de modo más inicial la esencia del hombre”



Es siguiendo a Peter Sloterdijk, y no a Heidegger, desde donde intentaremos asumir el desafío que este último nos propone y reflexionar de modo más inicial acerca de la condición humana. Tal vez entonces, atendiendo a lo que propone el autor de La Razón cínica, logremos encontrar alguna pista que nos ayude a pensar en torno a la acuciante pregunta por el sentido, o si se quiere, por la necesidad y la posibilidad de un humanismo en un mundo como el actual.





II



En Reglas para el Parque Humano. Una respuesta a la “Carta sobre el Humanismo“, Peter Sloterdijksostiene que Heidegger inagura con su carta unespacio de pensamiento trans-humanista o post-humanista; dado que en este texto, a partir de la crítica que realiza al humanismo,consigue articular la pregunta de nuestra época:

“¿qué puede domesticar aún hoy al hombre, si el humanismo naufraga en tanto escuela domesticadora? ¿Qué puede aún domesticar al hombre, si hasta el día de hoy sus esfuerzos de automoderación lo han llevado en gran medida precisamente a su toma del poder sobre todo ente? ¿Qué puede domesticar al hombre si hasta aquí en todos los experimentos de educación de la especie humana quedó poco claro hacia quién o hacia qué educaban los educadores? ¿O no habrá que dejar definitivamente de lado la idea de una formulación competente de la pregunta sobre el cuidado y formación del hombre en el marco de la mera domesticación?



Antes de meternos de lleno en la respuesta que a estos inquietantes interrogantes procura dar Sloterdijk, comecemos por aclarar, que para Heidegger, todo humanismo (ya sea renacentista, marxista, existencialista o cristiano) se funda en una metafísica; pues al dar por sobreentendida la interpretación de lo ente y no plantearse nunca la pregunta por la verdad del ser, presupone que el hombre tiene una esencia determinada que lo define como animal racional. Definición esta, que para el pensamiento heideggereano, resulta inadmisible, porque entiende que nos lleva a pensar al ser humano, a partir de la animalitas y no en función de la humanitas. La humanitas sólo puede hacerse evidente, para Heidegger, cuando entendemos al hombre como “…ese ente cuyo ser, en cuanto existencia, consiste en que mora en la proximidad del ser.”De donde se sigue, que el hombre no es el señor de lo ente como pretende el Humanismo, sino antes bien, el vecino y el pastor del ser, es decir el que al guardar y corresponderle al ser, escucha aquello que el ser mismo ha de decir.

Lejos de plantear esta distancia ontológica radical entre el hombre y el animal que nos propone la perspectiva heideggereana, Sloterdijk que también cuestiona al Humanismo como Heidegger, entiende sin embargo, que no basta con plantear ontológicamente el estar o el permanecer-dentro del hombre en el ser, sino que es necesario además, caracterizarlo históricamente . Apela, para ello, a lo que él denomina una “historia natural de la serenidad” y una “historia social de la domesticación”.

La primera de estas historias se refiere al proceso de la hominización o como mediante la facultad de la serenidad el hombre se convierte en un animal abierto al mundo. Y es que, tal como lo muestra la antropología,la especie humana se caracteriza por la neonatía (conservación de caracteres inmaduros en la adultez). Fracaso o desventaja esta desde un punto de vista animal, que resulta sumamente positiva desde un punto de vista ontológico, porque precisamente gracias a ello, el hombre se convierte en ese ser que cabe en el mundo, en ese ser que está en el claro del Ser. En palabras de el mismo Sloterdikj:

“Este venir-al-mundo ek-stático y esta “transferencia” al Ser ha sacado al hombre de su herencia biológica y lo ha colocado en la cuna. Si el hombre está en el mundo, entonces, es porque pertenece a un movimiento que lo trae al mundo y a él lo expone”

Expuesto al mundo, al venir al mundo, el hombre viene además al lenguaje, porque encuentra en él(esa casa del Ser, de acuerdo con Heidegger) el primerlugar en el cual habitar. Luego, comenzará a habitar las casas construídas por su propias manos, y es allí cuando empieza, para Sloterdijk, la segunda historia, la historia social de la domesticación. Al respecto, afirma:



“Con la domesticación por medio de la casa comienza asimismo el epos de los animales domésticos, cuya ligazón con las casas de los hombres no es sin embargo cosa de domesticación, sino también de adiestramiento y cría”



Adiestramiento y cría que el hombre lleva a cabo también consigo mismo, tal como lo pone de manifiesto el programa del Humanismo; puesto que, desde la perspectiva de Sloterdijk, éste no consiste en otra cosa más que en procurar domesticar las tendencias bestializantes que hay en el hombre. Esto es así porque, para los humanistas, de lo que se trata, es de rescatar al hombre de la barbarie mediante la educación a través de la lectura, entendida ésta como masivo envío de cartas destinadas a instaurar una sociedad literaria. Sociedad literaria que asociada a los Estados Nacionales en los siglos XIX y XX, amplía su alcance, convirtiéndose en norma de la sociedad política, pues:



“¿Qué son las naciones modernas sino poderosas ficciones de púlbicos letrados, convertidos a partir de los mismos escritosen armónicas alianzas de amistad? La instrucción militar obligatoria para los varones y la lectura obligatoria de los clásicos para jóvenes de ambos sexos caracterizan a la burguesía clásica, definen aquella época de humanitarismo armado y erudito, hacia el que vuelven la mirada hoy conservadores de viejo y nuevo cuño”



Pero mal que les pese a estos conservadores, esa época del Humanismo nacional-burgués está definitivamente periclitada, porque vivimos en una cultura de masas, en la que los medios masivos de comunicación, y no la lecto-escritura, son los que ejercen el poder de disciplinamiento de los hombres. Por ello, para Sloterdikj, resulta urgente volver a preguntarse por el fundamento de la domesticación y educación humana. Nietzsche con su crítica zaratustriana al humanismo y Platón con sus reflexiones sobre la educación y el Estado, le proporcionan las herramientas necesarias para hacerlo.

De Nietzsche, Sloterdikj toma la tesis del hombre como el mejor animal doméstico del hombre y el conflicto básico que éste pensador plantea para el futuro: la lucha entre los pequeños criadores y los grandes. Afirma:



“La sospecha de Nietzsche contra toda cultura humanística irrumpe para revelar el secreto de domesticación de la humanidad. Quiere nombrar por su nombre a los hasta hoy detentadores del monopolio de la crianza -el sacerdote y el maestro, que se presentan a sí mismos como amigos del hombre-, revelar su función silenciosa, y desencadenar una lucha, nueva en la historia mundial, entre diversos programas de crianza y diversos educadores”



Ciertamente, como muestra Nietzsche, el humanismo y su cultura escrituraria, han sabido hacer invisible la división selectiva entre criadores (los alfabetizados) y criados (los analfabetos), sobre la que esta antropotécnica se funda. Sin embargo, agrega Sloterdijk, producida la alfabetización general, no parece que esta división vaya a desaparecer, porque se hace cada más visible, en las actuales democracias, un malestar respecto del poder deelección y una tedencia a no querer ejercerlo; pero dado que:



“…las renuncias suelen naufragar por su propia esterilidad , ocurrirá con seguridad en el futuro que el juego se encarará activamente y se formulará un código de las antropotécnicas. Por su efecto restropectivo, un código tal cambiaría también el significado de humanismo clásico, pues con él se publicaría y registraría que la humanitas no sólo implica la amistad del hombre con el hombre, sino también - y de modo crecientemente explícito- que el ser humano representa el más alto poder para el ser humano”



Frente a una inusitada oleada desinhibitoria en nuestra actual sociedad, la posibilidad, cada vez más real, de una antropotecnología capaz de manipular los caracteres genéticos de la especie humana y llevar a cabo una selección prenatal, no hace más que confirmar esta tendencia domesticadora del hombre para consigo mismo. De allí la necesidad, planteada por Sloterdijk, de reflexionar en torno a una nueva política de la especie.Hecho para el cual, recurre al diálogo platónico Politikos, porque entiende que en éste, al colocar Platón a la política de la ciudad venidera bajo reglas transparentes y racionales, coloca a la reflexión sobre ésta, como una reflexión fundamental sobre las reglas de manejo de un Parque o Zoo Humano.

Tal zoo, para Platón, debe constituirse a partir del reconocimiento de la existencia de una diferencia específica, entre los pastores y su rebaño, respecto del conocimiento. Es el sabio quien posee lafundamental tarea de domesticar al resto de los habitantes del Parque Humano; pues es el único que -desde la perspectiva platónica que enfatiza Sloterdijk- conoce la mejor manera de seleccionar y cruzar a los hombres, sin que esto cause prejuicio a su libre voluntad.



“La antropotécnica real exige entonces del estadista que entienda cómo entrelazar entre sí para el Estado, y del modo más efectivo, las propiedades propicias de personas dóciles por libre voluntad, de modo que bajo su dirección, alcance el Parque Humano una homeostásis óptima”



Tamaña antropotécnica política desarrollada por Platón, a pesar de dar cuenta de la “renovada cría sistemática de ejemplares humanos”, no tiene por qué sorprender -de acuerdo con la mirada cínica de Sloterdijk- al lector moderno; pues éste, no sóloha vivido en una sociedad domesticadora como la humanista, sino que además, descubre que hacia delante , en su horizonte más próximo, se encuentran los barruntos de la biotecnología.

Lo que nos queda, según Sloterdijk, ante esta situación (en la que nos hemos quedado sin sabios, y en la que sus escritos, no constituyen ya cartas a los amigos, sinoapenas archivos), es descender a la profundidad de los archivos, entendiendo que “nuestra vida es la respuesta indecisa a preguntas. Preguntas que ya olvidamos dónde fueron formuladas”





III



La pregunta hecha por Beaufret a Heidegger, la pregunta por el sentido del humanismo después de 1945, adquiere en nuestras sociedades post-humanista , según Sloterdijk , un carácter mucho más profundo que el mero reflexionar en torno al humanismo clásico, porque pone en juego:



“ …nada menos que una antropodicea, es decir, una definición del ser humano de cara a su franqueza biológica, y a su ambivalencia moral. Pero por sobre todo, esta pregunta sobre cómo podrá entonces el ser humano convertirse en un ser humano real o verdadero, será formulada ahora de modo ineludible como una pregunta por los medios, entendiendo por éstos a los medios comulgables y comunicativos, por intermedio de los cualeslas personas humanas mismas se orientan y forman hacia lo que pueden ser y llegan a ser”



Y es que, para quien entiende como Sloterdijk, que no existe una naturaleza humana definida, sino antes bien, que la naturaleza humana consiste en elegir los medios domesticadores para el desarrollo de la propia naturaleza; detenerse a pensar en torno a esos medios o antropotécnicas, resulta primordial. Muy especialmente, en un mundo como el actual, en el que el desarrollo de esas técnicas es tal , que hasta la constitución genética de la especie humana es susceptible de ser modificada por éstas.

No pocos son los que se han alzado en contra de esta perspectiva que tiene Sloterdijk acerca del hombre, y sobre todo, en contra de la posición de no condena absoluta que adopta frente a las manipulaciones de la biotecnología. Conocida es la polémica que mantuvo con Habermas, al respecto. No es nuestra intención ahondar en este asunto, y menos aún, concluir estetrabajo, adoptando una posición en este sentido. Tal como lo enunciamos en el primer apartado, nuestra objetivo era intentar reflexionar, a la luz de Sloterdijk, de modo más inicial acerca de la condición humana. Creemos que así lo hicimos, en tanto la perspectiva sloterdijkiana, ofrece un interesante punto de vista para re-pensar que es lo acontece con ésta en un tiempo histórico como el nuestro en el que, cada vez más, parece ser cierto que la dicotomía entre lo natural y lo artificial es falsa. Todo lo cual, a nuestro entender, pone además de manifiesto, la necesidad de un humanismo de nuevo cuño, que no exalte la dignidad humana, a partir de concebirla en contra del animal o de la máquina; sino que sea capaz de dar cuenta, de que el mundo humano es un mundo hecho de encuentros y choques permanentes entre el animal y el autómata que habitan en cada uno de nosotros.

María José Cisneros Torres



[1] Pucciarelli , Los rostros del humanismo. Banco Boston, Bs. Ars., 1987, p. 32

[2] Entre sus representantes más sobresalientes se destaca Schiller con sus Cartas sobre la educación estética , en las cuales ésteresalta el papel fundamental que poseen el arte y la belleza en la realización del ser humano.

[3] Con Jaeger y su círculo reflorece la idea de Paidea y la defensa del estudio de la cultura griega como elemento central de la educación humana.

[4] Dos críticas paradigmáticas, al respecto,son las realizadas por dos pensadores de la talla deNietzsche y de Marx . Expresadas sintéticamente, podríamos decir que la que lleva a cabo el primero, gira en torno a los peligros que acarrea el humanismo por su tendencia excesivamente revalorizadora del pasado.Mientras que, la crítica del segundo, pasa por el cuestionamiento a los elementos ideológicos burgueses y elitistas que entraña el humanismo clásico.

[5] Heidegger, Carta sobre el Humanismo, en www.heideggereana.com.ar

[6] Preferimos usar este término y no el de esencia humana (como aparece en la traducción de Heidegger), dada la connotación de tipo esencialista que tiene éste. Connotación que consideramos no corresponde usar, en torno a un pensador como Sloterdijk.

[7] Sloterdijk, En Reglas para el Parque Humano. Una respuesta a la “Carta sobre el Humanismo“ enwww.pensament.com, p7.

[8] Heidegger. Op. Cit.,

[9] Op. Cit., p. 8

[10] Op. Cit. , p. 8

[11] Op. Cit., p. 2

[12] Op. Cit., p. 9

[13] Op. Cit. , p. 10

[14] Op. Cit., p. 12

[15] Este hecho ,constituye para Sloterdijk ,uno de los motivos principales, por los que el Humanismo ha perdido su antigua fuerza.

[16] Op. Cit., p. 13

[17] Op. Cit., p. 4


[*] Licenciada en Filosofía y Especialista en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) Argentina. Becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) . Auxiliar Docente en las cátedras de Historia de las Comunicaciones y Comunicación y Cultura de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNT http://www.filo.unt.edu.ar/ . Secretaria de Redacción de la Revista 1300 km. Escrituras desde las fronteras (publicación semestral en formato papel).

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