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miércoles, 18 de mayo de 2016

FOCUSING: DE LA SOCIEDAD DESCONECTADA AL ENCUENTRO CON LA SABIDURIA INTERNA.



Palabras para una presentación psicoliteraria.
Por Alan Muñoz Olivares[1]


FOCUSING DESDE EL CORAZÓN Y HACIA EL CORAZÓN.
UNA GUÍA PARA LA TRANSFORMACION PERSONAL. (2015).
Editorial Desclée De Brouwer. Bilbao, España.
de Edgardo Riveros Aedo[2].

Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al Cielo, porque ya has estado allí y allí siempre desearás volver.
LEONARDO DA VINCI







Conociendo a Edgardo.
Me ha recaído venturosamente, tal vez, por un sentido de correspondencia o por un destino escrito por una mano mesiánica, presentar a ustedes a un referente de la psicología humanista de nuestro país (un país como Chile tan penetrante y conservador que estremece).
 La pasión por descubrir algo que nos lleve más allá de nosotros, ha motivado a Edgardo Riveros, aquí presente, a dar con el paradigma del cambio en la psicología humanista. Edgardo piensa y siente desde el principio de su carrera académica que la psicología compromete al hombre en su integralidad. Y su tarea se convierte en búsqueda frenética y sentida. Meta-interpretando su dialéctica, siempre supo qué era aquello que “no necesitaba”, mientras no llegara a sus manos la obra predestinada de Eugene Gendlin cuando le demandaba rendir su tesis de grado en plena dictadura. (Detalles de eso se lo pueden exigir al propio aludido).
Así, como los grandes eventos y tareas que nos llaman y se reconocen, el profesor Riveros a dedicado gran parte de sus saberes, sino todos, a practicar, desarrollar y ampliar los estudios de Gendlin en Focusing, que, como veremos más adelante, es una apuesta desvirgadora de los conceptos de la psicología tradicional y que aporta los recursos necesarios para un uso práctico en lo cotidiano a partir del autoconocimiento de nuestra propia simbología y experiencia corporal.
Es muy probable, y esto es sólo una imaginería personal, que el desarrollo de la intuición del propio profesor Riveros, conectada con los libros añosos en una casa de campo, una casa de madera con una chimenea inmensa y con un patio que limita con el mundo, en plena naturaleza inmaculada, en la patagonia de la infancia, haya contribuido a identificarse con el humanismo más atípico, centrado en el individuo, o menos metafórico, centrado en el cliente, como diría el mismo Carl Rogers.

La tradición psicológica y el encuentro.
Me ha buscado desde siempre este deseo de abrazar estos conocimientos/ como quién busca un abrigo/ como quién vislumbra una profundidad en la periferia constreñida/ por el vestigio del hombre renacentista. Como quién presiente que el dogma de las academias se ha declarado estéril frente al grito del hombre. Como quién precisa de un oído para consumar la estrategia.
Por convencimiento intrínseco yo también busqué un camino literario que llenara los aspectos operativos de la poiesis, también contuve el aire para utilizar un credo que me alineara con lo creado. Y descubrí al creador desnudo ante la obra y me resultó una lucha siniestra contra la academia, contra la especificidad de lo literario, pues siempre intuí que había un drama humano que lo antecedía. Incluso, propuse un Taller de Percepción y Creación Literaria que comulgaba con la Gestalt y que el autoconocimiento era una ventana para observar la catarsis. Hay mucho de poesía en este acto de vaciarse, de conspirar con el self.
La tercera fuerza de la psicología, el humanismo, es la casa en la que hoy habitamos. Fue definido como una respuesta al reduccionismo del condicionamiento [descabezado] del conductismo y la parsimonia determinística del psicoanálisis. Es así como, Carl Rogers aportó a este nuevo paradigma, como un buen anti-terapeuta liberal, nivelando simétricamente su ignorancia sobre la vivencia del otro en la escucha empática. Su discípulo, Eugene Gendlin, quien desde su filosofía cooperó en la base sustancial de la experiencia del cambio. Gracias a esto, ya no es necesario teorizar sobre lo que nos sucede, podemos conectarnos directamente con el hecho a partir de nuestra experiencia, nuestra interpretación como observador participante es más relevante que alguien que no conoce nuestro aprendizaje perceptivo, lo que nos obliga a aprender a conocer nuestra  Matriz interna, escuchar al cuerpo, a enfocarlo.

Qué es el libro, qué es Focusing.
El hombre Moderno ha olvidado su origen preñado de posibilidades. ¿Sabemos algo verdaderamente, sobre la realidad circundante, sobre el universo?, o en la inmediatez, ¿sobre lo que hace el prójimo, mi vecino, el sentir del otro?, ¿sabemos realmente? Si sabemos, por lo pronto, que estamos en tiempos de escucha, de liberación del dogma, de las primeras aproximaciones al develar los misterios de la sabiduría interior.
Focusing es en definitiva una técnica psicoterapeútica que utiliza la capacidad del paciente para prestar atención a los sentimientos y deseos que no son expresados con palabras. Un método que cuando nació ya era muy adelantado a su tiempo. Y que ahora hace eco en una sociedad que tiene hambre y delirio de vivir al máximo su potencialidad. Que ya no cree en la oscuridad del poderoso, que se revela ante la injusticia, que se hace valer y que supera la adversidad de la naturaleza ecológica y además la adversidad de la propia naturaleza humana.
El Focusing en Chile de la mano del profesor Riveros tiene más de oportunidad en estos tiempos, por lo anterior, y porque es alguien que tiene la convicción en su lenguaje, en el acto de entregarse por entero al proceso. Él cree en el proceso, en la secuencia que nos trae a redescubrir la tan desconectada, Sensación Sentida.
Mi pregunta se dirige al maestro: Contextualizando y atendiendo las señales, como por ejemplo, resistir los hechos políticos deleznables, la desconfianza en el otro, la revelación de la infamia histórica del hombre contra el hombre gracias a los medios de que disponemos para informarnos. ¿Es este el tiempo más propicio para conocer el Focusing?



[1] Alan Muñoz Olivares (Talcahuano, Chile. 1977) Poeta con algunos estudios en Pedagogía y Psicología. Ha publicado los poemarios: TREE-D [Árbol Muerto] (2015), CANCER O LA INMORTALIDAD DEL CANGREJO (1999), OTRAS IN-VERSIONES (1997) y RE-VERSOS (1995). Es destacable su sostenida labor como realizador de Talleres de Percepción y Creación Literaria. Ha obtenido importantes premios y aparece en diversas antologías del medio. A lo anterior se suma su trabajo interdisciplinario con teatro, instalaciones, grabado y pintura, además de un sinnúmero de lecturas poéticas en todo el país.

[2] Edgardo Riveros Aedo (Talcahuano, Chile. 1950) Psicólogo Universidad de Chile y Magíster en Humanidades. Coordinador Instituto Focusing de Nueva York para Chile (2000). Su infancia transcurre en la isla Picton en la Patagonia chilena, la isla habitada más austral del mundo, donde sus padres fueron colonos en plena naturaleza virgen. Estudia Psicología entre los años 1970-75 cuando chocan violentamente los mundos opuestos de la Guerra fría. Descubre los primeros escritos de Eugene Gendlin en 1973 y traduce al castellano la primera teoría del cambio en la Psicoterapia, Una Teoría del cambio de Personalidad. Desde entonces ha dedicado su vida al estudio y divulgación del pensamiento experiencial de Gendlin, con quien coincidió por primera vez en Chicago, en 1989. Ha aplicado el Focusing en el campo de la psicoterapia, la docencia, el cambio organizacional y la interpretación literaria.

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