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domingo, 19 de octubre de 2008

Cartas de Salvador Dalí a Federico García Lorca



Cadaqués, septiembre, 1926

Querido Federico:

Te escribo lleno de una gran serenidad y de tu santa calma; veras: ya hace un poco de mal tiempo en este bendito septiembre, llueve, hace viento, ancla un barco en el puerto; eso hace sentir mas el interior, y los ruidos suaves de los trabajos suaves y quietos en los interiores ... Mi hermana cose ropa blanca a mi lado cerca de la ventana, en la cocina se hacen confituras y se habla de poner uvas a secar; yo he pintado toda. la tarde, 7 olas duras y frías como son las del mar ... mañana pintare 7 mas; estoy tranquilo porque las he pintado bien, además cada vez el mar se parece mas al que yo pinto. Resulta también que san Sebastián es el patrón de Cadaqués,¿te acuerdas de la ermita de San Sebastián en la montar1a de Peni? Pues bien, hay una historia que me ha contado la Lidia, una historia de San Sebastián que prueba lo atado que esta a la columna, y la seguridad de lo intacto de su espalda. ¿No habías pensado en lo sin herir del culo de San Sebastián? Pero dejo eso y voy a contestarte tu carta de situaciones, como ¡viejos! amigos que ya somos. Tú no harás oposiciones a nada, convence a tu padre que te deje vivir tranquilamente sin esas preocupaciones de aseguramientos de porvenir, trabajo, esfuerzo personal y demás cosas ... , publica tus libros, eso te puede dar fama ... América, etc., con un nombre real y no legendario como ahora, todo Dios te estrenara lo que hagas, etc., etc.

... Yo suelo en irme a Bruselas para copiar a los holandeses en el museo; mi padre esta contento del proyecto ... ¿Venir a Granada? No te quiero engañar, no puedo; por Navidad pienso hacer mi exposición en Barcelona, que será algo gordo; hijo; tengo que trabajar esos meses como ahora, todo el santo día sin pensar en Nada Más. ¡Tú no puedes darte cuenta de cómo me he entregado a mis cuadros, con que cariño pinto mis ventanas abiertas al mar con rocas, mis cestas de pan, mis niñas cosiendo, mis peces, mis, cielos como esculturas!
Adiós, te quiero mucho, algún día volveremos a vemos, ¡que bien lo pasaremos!
Escribe. Adiós, adiós. Me voy a mis cuadros de mi corazón.

SALVADOR DALI

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Figueras. finales de septiembre, principios de octubre. 1927

Querido:

¿Te has reventado de una intoxicación alcohólica ? Yo hago una vida de máxima virtud -no bebo nada- absoluta castidad; el vicio es completamente artístico. Todas las mañanas boxeo con los soldados y hacemos largas carreras de resistencia; el cansancio cuando por la noche te vas a la cama es algo exquisito. El hombre pequeño y ruin es distinto. No se nada de ti, escríbeme. ¿Que hacéis con la revista? Mis cuadrecitos puros y recién nacidos van a ser expuestos a los PUTREFACTOS de Barcelona.

Adiós, escríbeme si te pasa por la cabeza, ya sabes que puedes disponer de tu

DALI

Escribo en muchos sitios y pronto voy a empezar una colaboración DIARIA. Adiós. Eso me gusta. Estoy contento como siempre.

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Figueras, octubre/noviembre, 1927

Federico:

He recibido los dos últimos números de Verso y prosa; es espantoso el marasmo putrefacto en que se mueve toda la promoción de Prados, Altolaguirre, etc. Qué arbitriariedad más espantosa; y en el fondo de sus pseudointelectualismos, qué roñoso sentimentalismo. Me dan pena tus cosas tan únicas y verdaderas confundidas entre todo esto. Pronto recibirás casi un libro de poemas míos; poéticamente soy el anti-Juan Ramón, que me parece evidentemente el jefe máximo de la putrefacción poética; es su putrefacción la peor de todas, ya que a su lado hasta el gran vulgar y puerco de Rubén Darío, por su malísimo gusto adquiere una cierta gracia sudamericana parecida a la arquitectura de Casa Colom en Cadaqués. La metáfora y la imagen han sido hasta hoy anecdóticas; tanto es así, que hasta las más puras e incontrolables pueden ser explicadas como un acertijo. En fin, ya te escribiré un largo ensayo sobre lo que pienso de la poesía.

Te abrazo,

DALÍ SALVADOR

Adiós, el poema de las cositas que te mandé, ¿qué te pareció? Juan Ramón no ha visto nunca nada, sólo percibe de las cosas emociones roñosas. Saluda a la Xirgu, Muñones, Porredones,etc. Recuerdos a los Calandres de goma, de los cafés y vístrulos. He releído Platero y yo, del que tenía buena idea; es un asco todo ese éxtasis emocional delante de las cosas que no ve, que no ve en absoluto.

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Cadaqués. julio 1928

... Tú eres una borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo. La última temporada en Madrid te entregaste a lo que no te debiste entregar nunca. Yo iré buscarte para hacerte una cura de mar. Será invierno y encenderemos lumbre. Las pobres bestias estarán ateridas. Tú te acordarás que eres inventor de cosas maravillosas y viviremos juntos con una maquina de retratar ....

SALVADOR DALÍ

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Cadaqués, 27 de marzo, 1936

querido Federiquito:

Qué lástima me ha dado que no nos hayas venido a ver en PARÍS, tan bien que lo hubiéramos pasado. Y tenemos que hacer cosas juntos otra vez. Yerma es una cosa llena de ideas oscurísimas y surrealistas. Pasamos dos meses en Port-Lligat para hacer una cura de análisis y objetividad, y comer todas estas cosas extravagantes que NADIE conoce y que son las habas estofadas de primera calidad, superfinas y lisas, que dan gusto de vedas y son los mismísimos misterios de Eleusis por lo que al condimento se refiere. Dime lo que haces y lo que piensas hacer. Estaremos siempre contentos de verte adelantar hacia nuestra casa. ¿Te acuerdas de aquella estructura estrambótica de carne y hueso (pero que parecía mentira) que se titulaba MAX Aub?

Gala te manda su afección y yo te abrazo.

SALVADOR DALI


Las cartas que Salvador Dalí le envío a Federico García Lorca desde 1925 hasta 1936 echan luz sobre la vida privada de los dos artistas y contienen claros indicios de sus búsquedas artísticas. Dalí trabó amistad con el poeta granadino en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde ambos compartían estudios y aventuras junto a un amigo en común: Luis Buñuel. Lorca era seis años mayor que Dalí, y se enamoró de él nada más verle. El carácter de ambos difería: el poeta era tímido, Dalí extrovertido. Entre otros puntos destacables de estas cartas se pueden mencionar los dibujos de Dali preanunciando su talento; la opinión de Dalí de sus contemporáneos, la mutua influencia que estos artistas se prodigaron y la actitud íntima que ambos poseían. Por lo visto vivieron un romance que nunca llegaron a consumar.


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