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domingo, 7 de julio de 2019
MAHA VIAL UNA ENORME POETA CHILENA
Escrito por Revista Nos en noviembre de 2006
Con una vida entera dedicada a la escritura y a la literatura, Maha Vial, casada y con una hija de 27 años, es una de las mejores exponentes de las letras de Valdivia. A través de sus poesías eróticas logró poner en el tapete la sexualidad de la mujer, específicamente la liberación del género femenino que -como señala- tiene un gran potencial aún no muy explotado.
Desde pequeña y con una apariencia normal supo distinguirse del resto de los niños por las ansias de escribir irreverentemente. Su idea de plasmar en letras sus pensamientos sobre la sexualidad comenzó durante su adolescencia, tras darse cuenta de la crisis que vivía la mujer chilena. Gracias al apoyo de sus padres pudo realizar y prolongar su carrera literata. También ha contado con el apoyo de su familia directa (marido e hija), quienes han sido de vital importancia en los momentos difíciles, como cuando ha sido criticada por su trabajo.
En la actualidad esta mujer comparte las horas del día entre las letras y las tablas. Es activa participante de una compañía de teatro, a la cual fue invitada a participar por una amiga. Hoy, juntas están desarrollando un proyecto teatral dedicado a rescatar personajes femeninos perdidos de Valdivia.
Así ha ido forjando su carrera y ni siquiera sus estudios inconclusos de Literatura y Pedagogía en Castellano han sido un obstáculo para demostrar que a la hora de escribir no deja indiferente a nadie.
¿Cómo es la experiencia de escribir desde el sur de Chile y cuáles han sido las principales desventajas que esta lejanía geográfica te ha ocasionado?
La verdad es que ha sido complejo, ya que como cualquier actividad necesita ser difundida. Uno no escribe para un sector determinado, sino que para todas las personas. La verdad es que tu palabra necesita un contacto, ser escuchada, porque de lo contrario mejor se hace un diario de vida y ahí se acaba todo. Creo que en la actualidad soy leída de forma “under”. Sin embargo, eso me gusta porque da un “plus” bastante interesante.
Con el tipo de escritura y las temáticas que has desarrollado a lo largo de tu historia artística ¿Crees que has sido discriminada por algunos sectores de la sociedad?
Sí, me ha pasado. He sido discriminada y mal interpretada con respecto a mi discurso. Lo que sucede es que esta sociedad no tiene la tolerancia suficiente para aceptar que la mujer tenga una postura en que el erotismo y la sexualidad estén presentes en un escrito de forma descarnada. La gente me ha dicho ¿qué pretendes con esto? Algunos hombres me han dicho que si escribo estas temáticas es porque me falta sexo. Hay otros que me dicen que lo que hago les parece bien, incluso, me han dicho que bien que haya planteado el verbo “Sexuar” en mis libros.
La presión social
Con respecto a la sexualidad de la mujer chilena, específicamente a los temas tabúes ¿Crees que la mentalidad femenina ha cambiado en cierta medida en los últimos tiempos?
Creo que no hay cambios sustanciales. Todavía hay una moralina, una represión con respecto a la mujer y la sexualidad. Creo que en esta sociedad no hay aún una apertura en que la mujer pueda ejercer el derecho de expresar todo lo que su cuerpo significa, sin ataduras. Una mujer que vive una sexualidad plena es vista con distancia, lejana hasta por los hombres. Esto queda ejemplificado en que la mayoría de los hombres sueña con las mujeres vírgenes, incluso estar con una les da estatus.
¿Se desprende de tus palabras que la mujer chilena es demasiado conservadora, “cartucha”, con respecto a los temas sexuales?
Yo diría que más que cartucha, la mujer chilena tiene una presión social. Debe cumplir ciertos cánones establecidos por una sociedad machista. En este sentido creo que existe una limitación social bastante fuerte, lo que hace que se autolimite. Creo que la mujer en la actualidad está jugando más con la sexualidad. Cuando una mujer es profesional, tiene poder, puede darse el lujo de jugar con esa parte del cuerpo. Sin embargo, aún quedan en Chile muchas dueñas de casa. Esas mujeres siguen siendo las mismas mujeres de los años 50, subyugadas socialmente.
Los temas tabúes…
¿Cuáles son los tabúes sexuales femeninos que más te molestan?
Me molestan varias cosas. En primer lugar me complica el concepto idealizado de la belleza de la mujer, ya que nos damos cuenta de que no somos así, que la realidad es otra. También me molesta la limitación del cuerpo (en el sentido corporal) de la mujer como expresión social.
¿Por qué te molesta el estereotipo de belleza de la mujer?
Porque en Chile la belleza no es la que se nos presenta. Cuando se nos pone en frente un modelo de belleza- que supuestamente es la belleza verdadera- las mujeres tratan de alcanzarla. Sin embargo, imagina las fragmentaciones, las dispersiones y toda la gran cagada que queda al descubrir que tu cuerpo no está dentro de los cánones. Creo que eso no es justo.
Maha Vial a lo largo de su carrera ha escrito alrededor de cinco libros, en los cuales ha sabido tocar temáticas que no dejan indiferente a la sociedad valdiviana. Temas propios de la mujer y conceptos nuevos en literatura han marcado su carrera.
La sexualidad impresa en los libros
Si bien la sexualidad está presente en todos los ámbitos ¿De qué forma se encuentra presente en tus libros?
Son muchos los temas que se encuentran presentes en mis libros. En la “Cuerda Floja” era la fragmentación de la pareja, el hombre y la mujer en momento de crisis.
En “Sexilio” tomé el concepto de lo sexual como una fragmentación, tanto lo femenino como lo masculino.
En “Jony Joi” me aboqué al cuerpo femenino. Tomando como íconos femeninos marginados, a las dueñas de casa, las locas o mujeres de la calle, las prostitutas y las lesbianas, o sea, cuerpos femeninos marginados.
En “La maldita Perra” me inspiré en el cuerpo femenino quebrantado a través del tiempo. Analicé el concepto de la belleza y de la juventud a través de la mujer. Además de su marginación.
Después de que las personas leen tus libros ¿Crees que hay una suerte de erotización en ellas?
Yo creo que no. Porque no es una poesía que la esté escribiendo con esa intención. En mis escritos hay un dejo trágico que, a mi juicio, te aparta del erotismo. Ahora, nunca se sabe, ya que como lectores somos impredecibles y tenemos cosas internas que en algunas lecturas nos puede erotizar ciertos pasajes. Están abiertos a la interpretación de los lectores.
A través de las palabras que plasmas en tus escritos ¿qué consejo o mensaje les darías a las mujeres chilenas?
En realidad no sé si soy la persona más adecuada para dar consejos. Me gustaría decir que las mujeres vayan por un camino que crean que es el que tienen que seguir. Sin embargo, va a ser difícil y pedregoso. La plenitud que una mujer pueda tener con respecto a su pensamiento y su acción es fundamental. Eso es lo que quiero para la mujer chilena.
Maha, por último ¿Te gusta lo que haces?
Sí, amo lo que hago al cien por ciento. Creo que está en mi naturaleza escribir.
Texto: Jorge Sanhueza Parra.
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MAHA VIAL
viernes, 9 de marzo de 2018
martes, 5 de abril de 2016
Crónicas del exilio –Comentario a la poesía de Alicia Pereda Saavedra*-
Por Santiago Ocampos
Alicia Pereda Saavedra es una escritora del pequeño instante. Allí, exiliada por la inspiración, la realidad es transmutada por lo que pasa en su alma. En la primacía del tiempo interior su mente dibuja las geografías de todo lo que la rodea, recreando los sonidos, los olores, lo que los sentidos le dictan mientras escribe en el silencio, principal aliado, en la búsqueda de algún tipo de explicación al don de la escritura recibido gratuitamente.
Desnuda por las palabras, se atreve a emprender un camino que no ha trazado de antemano. Como una rama, que se deja llevar por la corriente de un río, su poesía es cautiva de los recuerdos y las ilusiones que se confunden, y, a la vez se transforman en metáforas sencillas que imprimen un halo de misterio.
En su obrar literario, predomina la visión en primera persona cuya característica esencial, es la capacidad de contemplar el mundo inasible detrás de las palabras. Rendida a la inefabilidad del momento, la protagonista se siente vulnerada y se pierde en la maraña de significados que terminan desenredándose hasta un final inesperado. De la sombra de la rutina, emerge de la nada, la poesía que nombra nuevamente las cosas conocidas.
En “Mi café y yo” la autora absorta, multiplica las imágenes que la retrotraen a un pasado remoto que no nos es revelado. Sin embargo, hace que la poesía se sumerja en un vaivén continuo de emociones vividas, permitiendo así que una simple taza de café, de pronto sea un boleto para alcanzar una tierra inhóspita, un lugar íntimo por el solo esfuerzo intelectual de recordar.
La lluvia aparece como un elemento reparador porque permite caminar sin miedo el recorrido imaginario propuesto. La inspiración, motivada por ella, es “una melancolía de nubes viajeras y soñolientas” que está regida por la nostalgia del amor que no está y, al que sólo podemos conocer, por el movimiento perpetuo del caer de las gotas. Lo externo y lo interno se mezclan hasta lograr fundirse en una sola imagen, la del amado perdido.
Estos estados de exilio de la vida real, acercan a Alicia Pereda Saavedra al desarrollo de una poesía intimista, que describe la maravilla del color, de la ternura, de lo humano que intenta cambiar el mundo. Cada poesía define un instante único en el que vislumbramos, dolorosamente, como las cosas se desvanecen rápidamente por algún intersticio invisible. Escribir es, en definitiva, un acto de resistencia que vale la pena intentar para detener el tiempo.
Alicia Pereda Saavedra siente la poesía como una prenda de paz que convida a los que tienen los labios dormidos, a los que tienen fiebre, a los que no son socorridos por las urgencias de la noticia. Tomada por el verso y, al igual que Oliverio Girondo, desde la “masmédula” redacta la crónica de una utopía donde “descalza su memoria” y promete a sus palabras, un viaje sobre las alas de una mariposa antes que las campanas suenen y Chile vuelva a poblarse con sus viejos fantasmas.
*Alicia Pereda Saavedra nació en Concepción (Chile). Es integrante del Movimiento Poetas del Mundo y coordina el Taller literario ALAVAL, en ciudad de Bulnes (Chile). Publicó su primer libro “Mariposas en la ciénaga” en 2009. Sus trabajos han sido publicados en las páginas de internet “Nuestro Bío Bío, tierra de encuentros” y “Vitrinasur”. Actualmente reside en la ciudad de Chillán. Para mayor información de la autora y su obra pueden encontrarla en Facebook.
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LITERATURA ACTUAL,
poetas de chile
jueves, 8 de octubre de 2015
EL NOBEL DE LITERATURA - QUÉ HACEN LOS AUTORES FAVORECIDOS
Algunos
se compran casas o pagan deudas, otros disfrutan de una jubilación anticipada
que los libere del trabajo y unos pocos no logran disfrutar del reconocimiento
debido a un destino trágico; ¿es el Nobel el cierre o un nuevo principio para
la carrera de un escritor?
Con el dinero recibido por el Nobel de
Literatura que ganó en 1957, Albert Camus compró un antiguo criadero de gusanos
de seda en la región de Provenza, que decoró con muebles de anticuarios y con
un piano que mandó a traer desde París. Cuentan que una vez instalado en su
nuevo hogar, comentó a sus amigos que por fin había encontrado el cementerio
donde iba a ser enterrado. Por desgracia, el comentario fue más acertado: dos
años después el escritor, de 46 años, moriría en un confuso accidente de auto.
Al autor de El extranjero, el Nobel le sirvió para tener la casa que siempre
había soñado pero no le dio tiempo para seguir publicando o para que el
reconocimiento quizás terminara colapsando su carrera creativa.
No se suele reparar demasiado en lo
que sucede en la vida de los escritores una vez alcanzado el Nobel, es como si
de alguna manera el galardón viniera con el permiso expreso y justificado de
entregarse al ocio, como un certificado de jubilación cualquiera sea la edad
del autor PREMIADO. Claro que este supuesto tiene sus bases en la realidad, en
datos objetivos que con el tiempo construyeron la idea de que el Nobel -que se
entrega nuevamente hoy- se concede a escritores que ya están de vuelta, que ya
terminaron de recorrer su período de producción fértil y a los que sólo les
queda esperar que la academia sueca decida reparar en sus obras.
Los
jubilados del Nobel
El reconocimiento a Mo Yan en 2012 le
abrió las puertas hacia el mundo.
Cuando en 2007 Doris Lessing se
convirtió en la escritora más longeva en ganar el lauro, lo primero que hizo
fue preguntarse qué se suponía que iba a hacer ella a su edad -88 años- con
todas las molestias que le implicaba el reconocimiento. De hecho, la británica
autora de El cuaderno dorado ni siquiera pudo asistir a la ceremonia de entrega
del PREMIO debido a sus problemas de salud. No obstante, el reconocimiento
recibido no eclipsó su afán literario sino que hasta la animó a escribir un
último libro, una autobiografía titulada Made in England publicada en 2008,
cinco años antes de su muerte en 2013.
No es el caso de su predecesor
inmediato, Jean-Marie Gustave Le Clézio, que desde 1963 venía publicando
alrededor de un libro cada dos años hasta 2008 inclusive y que a partir del
PREMIO desapareció de las mesas de novedades de las librerías. Al escritor
francés de 75 años, el Nobel parece haberle servido para ganar reconocimiento
internacional, sumar reediciones, agregar idiomas a la lista de traducciones de
sus obras y tener una más que justificada excusa para tirar la toalla de las
palabras. O al menos un descanso.
El criterio que viene aplicando en
estos últimos años la academia sueca para elegir a los ganadores de la
categoría literaria sea quizás la razón por la que se tiende a pensar que el
Nobel paraliza la fertilidad creativa de quienes lo reciben. Sin embargo, la
verdadera cuestión se cifra en la avanzada edad de los escritores que suelen
ser reconocidos. Tomas Tranströmer, por ejemplo, el poeta sueco premiado en
2011 que murió en marzo de este año, tuvo su período intenso de producción
durante las décadas del setenta y del ochenta. En su caso, el galardón tampoco
le valió demasiada popularidad debido a que su género literario era la poesía.
Antes de morir, él mismo dijo que ganar el Nobel era una experiencia tan
agradable como agotadora, que pareciera no haberle resultado una ecuación
demasiado positiva: "Una vez que la fatiga se ha apoderado de ti, tu vida
vuelve a un ritmo normal, junto a la comprensión de todo lo que se descuida por
vivir demasiado deprisa. Encontrar el tiempo para trabajar obviamente pesa,
pero también perder el contacto con los amigos durante demasiado tiempo".
Alice Munro, reconocida con el premio
en 2013 por su talento para el cuento, también entra en esta lista de
escritores de la tercera edad, con más ganas de disfrutar de la serenidad
cotidiana del hogar que de andar tomándose aviones, dando entrevistas o
asistiendo a eventos sociales. Unos meses antes de conocerse el PREMIO, la escritora
canadiense ya había anunciado que Mi vida querida sería el último de sus
libros, casi como una intriga de predestinación de lo que vendría. De todas
maneras, para ella el Nobel supuso un aumento importante de las ventas de sus
obras y la difusión de su nombre sobre todo en lengua no inglesa.
El
Nobel motivador
Pero no a todos el Nobel les supuso
más una carga que una motivación para seguir escribiendo. El reconocimiento
otorgado a Mo Yan en 2012 le abrió las puertas hacia el mundo más allá de los
límites de China. En aquel momento, el autor aseguró que el PREMIO resultaba
una inspiración para esforzarse más en su escritura y crear nuevas obras. Casi
desconocido en Occidente y con sólo tres de sus libros en español -El sorgo
rojo, Rana y Grandes pechos anchas caderas-, desde que fue galardonado gran
parte de su producción de novelas y relatos cortos fue traducida a distintos
idiomas. Algo similar sucedió el año pasado con Patrick Modiano que, aunque con
un nombre reconocido de este lado del mundo, gracias al PREMIO todas sus
novelas llegaron traducidas a las librerías.
Sin hacer generalizaciones -debido a
que resulta un verdadero enigma la razón de selección de uno u otro escritor,
más allá de las justificaciones del fallo- hubo una época en la que la política
de entrega del PREMIO aplicada por la Academia Sueca de Letras parecía pasar
por reconocer a pioneros literarios en sus períodos de producción fértil. A
partir de este supuesto, el premio adquiere una utilidad inmediata. Rudyard
Kipling ganó el Nobel con 42 años, en 1907, y es hasta ahora el autor más joven
en haber recibido el galardón. Después del reconocimiento, el escritor
angloindio, famoso por las obras El libro de la selva y El hombre que pudo ser
rey, siguió publicando hasta su muerte en 1936. De hecho, entre otros textos,
durante la época pos Nobel escribió If, uno de sus poemas más célebres.
Para el poeta William Butler Yeats,
ganador en 1923, la distinción implicó un importante aumento de la venta de sus
libros que, junto con el reconocimiento económico, le permitió tener dinero por
primera vez en su vida y no sólo pagar sus propias deudas, sino también las de
su familia. El también irlandés George Bernard Shaw fue reconocido con el Nobel
en la etapa creativa más destacada de su carrera, en 1925, cuando cada una de
sus piezas teatrales era un éxito asegurado. El dramaturgo, además, obtuvo el
Oscar en 1938 en la categoría de mejor guión adaptado por la película
Pygmalion, basada sobre su obra teatral.
Así como Albert Camus se compró una
propiedad en La Provence con el dinero del premio, Gabriela Mistral lo utilizó
para instalarse en la ciudad de Santa Bárbara, Los Ángeles, donde adquirió la
casa en la que continuaría escribiendo los años siguientes al reconocimiento en
1945. Para la poetisa chilena, el Nobel significó un quiebre en su carrera
creativa: fue la primera escritora latinoamericana en recibirlo. Y, por ahora,
la única.
Nóbeles
y eclipsados
Cuando a partir de los noventa, el
comité de la academia sueca comenzó a aplicar un criterio de selección mirando
más allá de Europa y Estados Unidos e intentando incluir a las expresiones
literarias alejadas de estos ejes, sucedió que cada vez más galardonados
recaían en el desconocimiento para el público tan sólo meses después de recibir
el premio.
Con alrededor de una decena de obras
publicadas, encontrar un ejemplar de Derek Walcott en las estanterías de una
librería puede resultar una tarea heroica. En 1992, el dramaturgo y poeta
caribeño recibió el Nobel "por una obra de gran luminosidad". Su obra
tuvo un brillo efímero fuera de su país de origen tras la distinción. Lo mismo
puede decirse de otros ganadores recientes, como Kenzaburo Oé -novelista
japonés Nobel 1994-, Seamus Heaney -poeta irlandés Nobel 1995-, Wislawa
Szymborska -poetisa polaca Nobel 1996-, Gao Xingjian -novelista chino Nobel
2000- y Elfriede Jelinek -dramaturga austríaca Nobel 2004.
El
Nobel de Literatura en números
Hasta
ahora, contando en el 2015, el PREMIO de la Academia Sueca de Letras ha sido
otorgado a 112 personas.
Un
total de 14 dramaturgos fueron reconocidos con el Nobel, entre ellos, Frederic
Mistral (1904), Luigi Pirandello (1934), Samuel Beckett (1969) y Harold Pinter
(2005).
Christian Matthias Theodor Mommsen en 1902 y Sir
Winston Leonard Spencer Churchill en 1953 fueron reconocidos por sus textos de
índole histórica.
En
la categoría de ensayistas aparecen tres nombres Rudolf Christoph Eucken
(1908), Henri Bergson (1927) y Earl Russell (1950).
33
son los poetas que han sido reconocidos con el Nobel. T.S. Eliot (1948), Juan
Ramón Jiménez (1956), Pablo Neruda (1971) y Octavio Paz (1990) son algunos de
los nombres que aparecen en la lista.
Los
novelistas son una multitud de 77 escritores entre los que se destacan Anatole France
(1921), Thomas Mann (1929), Herman Hesse (1946), Ernest Hemingway (1954), John
Steinbeck (1962), Gabriel García Márquez (1982), Toni Morrison (1993), José
Saramago (1998), John M. Coetzee (2003), Orham Pamuk (2006) y Mario Vargas
Llosa (2010).
Fuente: la nación.com.arg
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martes, 25 de junio de 2013
martes, 29 de enero de 2013
LAS PALABRAS 1882-1941
El día 28 de marzo de 1941, por la mañana, a los cincuenta y nueve años de edad, la escritora Virginia Woolf se ahogó voluntariamente en el río Ouse, cerca de su casa de Sussex. Era un día frío y luminoso. Había dejado dos cartas, una para su hermana Vanessa Bell y otra para su marido Leonard Woolf, las dos personas más importantes de su vida. El texto que acabo de transcribir, sintiendo un inmenso pudor y, al tiempo, la inconmensurable admiración que no dejaré de sentir jamás por esta mujer, es la nota que dejó para su marido.
"Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros.
V."
Eran las once y media aproximadamente y caminó hasta el río apoyándose en su bastón. Al parecer ya lo había intentado anteriormente ya que unos días antes había regresado a casa con la ropa y el cuerpo completamente empapados, después de uno de sus paseos. En aquella ocasión dijo que se había caído, pero seguramente aquel fracaso le sirvió para descubrir que lo que debía hacer era meter una piedra pesada en los bolsillos de su abrigo. Así no volvería a fallar. Y eso fue lo que hizo.
El principio
Adeline Virginia Stephen nació el día 25 de enero de 1882, en el 22 de Hyde Park Gate, Kensington, Londres. Era hija de Sir Leslie Stephen -fundador del Dictionary of National Biography- y de Julia Duckworth (de soltera Jackson). El matrimonio tendría cuatro hijos: Vanessa Stephen (1879-1961), Julian Thoby Stephen (1880-1906), Adeline Virginia Stephen (1882-1941) y Adrian Leslie Stephen (1883-1948).
Virginia Stephen creció rodeada de un ambiente literario y cultísimo. Su padre poseía una amplia biblioteca y cuando ella cumplió los dieciséis años por fin pudo entrar sola en aquel recinto consagrado a la lectura y dedicarse a explorar todo lo que deseara, lo que supondría un verdadero lujo para una chica de la época victoriana y también una situación que le sería ampliamente provechosa para su futura condición de escritora. Empezó a leer un ejemplar tras otro: "Ginia está devorando libros, casi con más rapidez de la que yo quisiera", diría su padre, Leslie Stephen, pero, de todas formas, ella sentiría durante toda su vida que su educación había sido deficiente por razón de su sexo. Cambridge era un lugar por entonces reservado a los hombres y, por lo tanto, ellas (su hermana Vanessa y la propia Virginia) podían pasar las mañanas estudiando griego o pintura, pero las tardes se consagraban a ocupaciones más "adecuadas", como servir el té o mostrarse amables con las visitas. "Entonces ellas, las hijas, serían sacrificadas a favor de los varones."
Bloomsbury
Thoby Stephen ingresó en el Trinity College, Cambridge, en octubre de 1899 y, gracias a él, Virginia y Vanessa Stephen entraron en contacto con los "nuevos amigos" de su hermano Thoby: Leonard Woolf, Lytton Strachey, Saxon Sydney-Turner y Clive Bell, entre otros.
Tras la muerte de Sir Leslie en 1904, los hermanos Stephen decidieron mudarse del 22 de Hyde Park Gate al 46 de Gordon Square, en el barrio de Bloomsbury, donde se formó el llamado Grupo de Bloomsbury a partir de unas veladas organizadas por Thoby en su casa las noches de los jueves. En aquella época en la que Virginia escribía, hacía crítica literaria y daba clases, vamos encontrando ya a una escritora de imaginación desmedida, una imaginación sin frenos, que se autoanalizaba para observar sus subidas y sus bajadas, su dolor y su capacidad para seguir escribiendo.
Con el tiempo, las personas más cercanas a ella, descubrirían que Virginia tenía que estar siempre escribiendo algo pero que, al mismo tiempo, "todas sus novelas eran una causa de ansiedad y depresión."
Obra
Revisando las fechas en las que se sucedieron algunos de sus colapsos nerviosos de mayor intensidad, se puede comprobar que las crisis de delirio en las que perdía casi por completo la conciencia de la realidad y del mundo exterior solían coincidir con los momentos en los que estaba terminando de escribir alguna de sus novelas. Pero no por ello iba a dejar de escribir sino que, al contrario, filtraba sus propias experiencias hasta convertirlas en literatura mediante las experiencias de sus personajes, como sucede en el caso de Septimus Warren-Smith, personaje de La señora Dalloway, que sufre neurosis de guerra y que terminará suicidándose. Tras superar sus accesos de locura, Virginia Woolf solía recordar gran parte de lo que le había ocurrido y, normalmente, lo primero que hacía cuando todo volvía a mostrar cierto equilibrio era empezar a trabajar en una nueva novela.
Ella misma expondría con claridad la cuestión en su admirable ensayo Una habitación propia (1929) -elaborado a partir de dos conferencias pronunciadas en Cambridge en octubre de 1928 sobre el tema "Las mujeres y la narrativa"- al preguntarse por el verdadero germen de la novela o de la obra de imaginación:
"…uno se acuerda de que estas telas de araña no las hilan en el aire criaturas incorpóreas, sino que son obra de seres humanos que sufren y están ligados a cosas groseramente materiales, como la salud, el dinero y las casas en que vivimos."
Su vida estuvo dedicada por completo a la literatura. Experimentó con nuevas formas que llegarían a englobar la auténtica realidad de la existencia, y quiso bucear en los pensamientos de sus personajes para hacerlos retroceder y progresar hasta que el lector tuviese la verdadera impresión de saberlo todo sin que realmente ningún narrador hubiera tenido que explicar nada. No debemos olvidar que lo que Virginia Woolf pretendía en sus obras era desprenderse del mundo material y llegar a reflejar una realidad interna que no se ve pero que, indudablemente, existe. "…la vida es un halo luminoso, un envoltorio semitransparente que nos rodea desde el principio de la conciencia hasta el final. ¿Acaso no es tarea del novelista transmitir este espíritu variable, ignoto e indefinido, por muchas aberraciones o complejidades que ello pueda acarrear, con tan poca mezcla de lo ajeno y de lo externo como sea posible?"
En libros como El cuarto de Jacob (1922), Al faro (1927) o Las olas (1931), el peso de la narración se deposita por completo sobre las reflexiones de cada personaje, y es únicamente siguiendo dichas reflexiones como podemos llegar a conocer el desarrollo de la trama novelada. Virginia Woolf lleva así a la práctica sus propias ideas sobre el modo de conducir al lector a través de los diferentes pensamientos de sus personajes. Demuestra de esta forma que la realidad interna y subjetiva suele ser mucho más interesante para el lector que cualquier otro tipo de fuerza externa.
Woolf abriría caminos antes no explorados en la manera de narrar, en la manera de vernos a nosotros mismos. Tuvo una percepción privilegiada de la realidad, una percepción descarnada y genial de todo cuanto la rodeaba. Y gracias a ella, ahora el mundo para muchos de nosotros es diferente.
OBRAS de Virginia Woolf:
Fin de viaje (The Voyage Out), 1915 Noche y día (Night and Day), 1919 El cuarto de Jacob (Jacob's Room), 1922 The Common Reader (Primera parte), 1925 La señora Dalloway (Mrs. Dalloway), 1925 Al faro (To the Lighthouse), 1927 Orlando (Orlando: A Biography), 1928 Una habitación propia (A Room of One's Own), 1929 Las olas (The Waves), 1931 The Common Reader (segunda parte), 1932 Flush (Flush: A Biography), 1933 Los años (The Years), 1937 Tres guineas (Three Guineas), 1938 Roger Fry (Roger Fry: A Biography), 1940 Entre actos (Between the Acts), 1941 Póstuma
Los dos primeros títulos (Fin de viaje y Noche y día) se publicaron en Duckworth. Todos los demás fueron publicados por The Hogarth Press, una pequeña editorial que Virginia fundó con su marido Leonard Woolf, en la que se editarían las obras de algunos de los más importantes escritores de aquella época, como T. S. Eliot o Katherine Mansfield.
Pilar Adón
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VIRGINIA WOOLG
sábado, 18 de agosto de 2012
María José Navia - Cuento PROBLEMAS DE ENTREGA
Era perfecto. Luego de innumerables viajes y artimañas para coordinarlos, Sofía y yo íbamos a Nueva York. Yo, en la cabina del piloto, y ella en primera clase. Ella, con ganas de pasar nuestros dos días recorriendo museos, y yo con un anillo de compromiso en mi bolso que, luego de meses de intentos fallidos, estaba decidido a entregar. Ya sé, deben creer que soy el típico macho - que - sale - corriendo - ante - la - sola - mención - de - la - palabra - compromiso, o un hijito de mamá que aún no le encuentra el atractivo a la idea de una pareja hasta que la muerte nos separe... Pero no es el caso.
El problema era Sofía, quien en dos años me había adiestrado en todas las formas de entregar el bendito anillo. Así, tuvo la amabilidad de comunicarme, que, si bien es muy usado por la industria cinematográfica, le parecía de mal gusto eso de dejarlo escondido en la comida durante una lujosa cena, momentos antes de que un exclusivo chef insertara el suyo en un roll de sushi; misma situación con la llamada 'entrega musical' (qué horror, todos los vecinos se enteran... me muero); otra vez, pagarles a unos desconcertados mariachis que llamaban a mi celular ya colocado en silencio...
Ésta era mi oportunidad. Las calles estaban radiantes, y yo tarareaba "if I make it there I'll make it anywhere", con énfasis en "It's up to you, New York". Pero estaba equivocado: Sofía, con su política de 'nunca quedes mal con nadie', se dedicó a comprar regalos furiosamente. En la noche llegaba rendida, mientras a mí el insomnio me tenía viendo películas, donde, para variar, el novio ocupaba la música o la comida. Tampoco pudimos salir la noche de San Valentín. Nos sorprendió la nieve y, con ella, Sofía que corrió a disfrutarla ante las sonrisas del personal del hotel.
* Miro la cajita que, burlona, espera ser guardada en mi bolso, una vez más. Sofía duerme.
Es cuestión de segundos…
Colocó el anillo en su dedo. La beso con suavidad mientras una voz en mi cabeza canta "Start spreading the news...".
María José Navia es Licenciada en Letras de UC y Magíster en Humanidades por la Universidad de Nueva York (NYU). Sus cuentos han aparecido en diversas antologías y acaba de publicar su primera novela SANT (Incubarte Editores, 2010). Actualmente cursa un doctorado en Literatura y Estudios Culturales en la Universidad de Georgetown.
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ESCRITORAS CHILENAS,
Ingrid Odgers,
maria jose navia
Ella le había dicho que no Cuentos Por María Paz Rodríguez
María Paz Rodríguez estudió literatura e hizo un
magíster en letras hispanoamericanas en la Universidad Católica. Ha
trabajado como editora y encargada de prensa en LOM Ediciones y en
varias editoriales. También como productora de ciclos de música,
lanzamientos de libros. Ha hecho clases de escritura académica en
institutos y universidades. El 2009 obtuvo el Fondo de la Beca de
Creación Literaria por su novela Hotel, obra que está en producción.
Ella le había dicho que no porque no sentían lo mismo. Ella no quería nada serio y prefería que lo de ellos se quedara así como estaba. Que se sentía ‘cómoda’, tranquila con su situación. Verse de vez en cuando, salir, bailar, conversar. Que ella sería su amiga y ya. Que ése era el único puente que podía haber entre ellos, porque el amor, el riesgo del amor, era muy grande y ella no estaba dispuesta. Que ya había sufrido mucho y que él era un buen chico. Que no quería perderlo. Que sería bueno que vieran a otra gente. ¿Qué es lo que te da tanto miedo?, le había preguntado él. O tal vez lo había pensado en voz alta y ella no había querido contestar. Caminaron un poco sin hablar. Ella miraba al suelo, él no recuerda bien qué miraba. No la abrazó como otras veces, ni le contó un chiste tonto antes de subirse al auto, ni le dijo “buena noches”. Se despidieron fríamente y ella pensó que él no volvería a llamarla. Que no querría saber nada, que seguiría con su vida como lo hace toda la gente. Como lo habían hecho otros antes que él. Cuando ella llegó a su casa, revisó su correo y vio que él le había mandado algo. Asunto: El pudor de decir las cosas.
Imaginé decirte éstas y otras cosas antes de dejarte en ese auto.
Te las digo porque sé que corro el riesgo de no verte de nuevo y que eso sería mi mayor alivio en el caso de que no quisieras volver a verme, después de estas palabras.
Y ahora siento pudor.
Pudor de que leas lo que escribí para ti, porque aunque haya intentado pensar en argumentos para persuadirte, cada vez que aparecías en esta carta, mirándome. Yo te sonreía porque no podía hacer otra cosa. Porque una parte mía que estaba ahí, pensando en ti, se convertía en la vergüenza de saberme descubierto.
Pudor de que me veas, mirándote.
Pudor de que veas lo que hay dentro de mí cuando estoy y cuando no estoy contigo.
Cuando estamos y cuando no.
Cuando te adoro, porque mi corazón es como un perro grande, torpe e inconsciente de su tamaño, que ama sin límites y que mueve la cola cada vez que tú llegas.
Ten fe.
Tennos fe.
Tenme fe.
Ella leyó. Y ella volvió a leer. Se sonrió y luego sintió algo parecido a la emoción. Porque no estaba preparada para que él le dijera que sí de nuevo. Que alguien le dijera que se atreviera, que saltara con él, que lo dejara estar ahí, con ella. Apretó el botón de respuesta y sólo escribió dos letras en aquel correo. Luego apagó el computador y la luz y sintió como alguien la abrazaba desde el otro lado de la pantalla.
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viernes, 4 de mayo de 2012
JUAN PABLO RIVEROS POETA DE CHILE
Juan Pablo Riveros nació en Punta Arenas, Chile, en 1945. De profesión economista, Magister en Estudios Internacionales, candidato a Doctor en Economía, vive de la docencia universitaria. Ha publicado tres libros de poesía: "Nimia, Poemas en prosa" (1980), "De la Tierra Sin Fuegos" (1986) y "Libro del Frío" (2000).
Del "LIBRO DEL FRÍO" (Selección)
ANTÁRTICA I
Al crepúsculo de la última edad de hielo
quise ir lejos de los límites,
y reunir la quietud,
lo pacífico
en la soledad de un tiempo inexpugnable.
Eso era.
Cogido por vientos contrarios,
necesité asilos
por ocasionales y precarios que ellos fuesen.
No era el polo,
el recorrido era lo importante.
Pues había ahí un frío, una huella,
una nieve tan inaccesible,
que esta pura gota de blancura
es un fragmento de aurora,
un trozo de oro azul
que cada día se desprende
de tu propia Antártica,
de tu continente,
de tu propia banquiza interior.
Hubo, entonces,
en un extremo de la tierra,
un punto matemático en el centro de un mar vacío
y, en el otro,
Yo,
en medio de vendavales sin fin
y donde cada punto cardinal
se aniquilaba en un abismo.
Y hubo frío,
el frío más frío de la tierra.
Y una noche,
y una soledad hubo,
que nadie
ni nada
pudo darle fin.
Así, lejos de la Distracción,
sucumbí al imperio del viento y de la noche,
a la soberanía implacable del frío.
Y dependiendo sólo de mis leyes,
destruí todo puente con el mundo,
todo gesto, toda nave.
Se trataba, en verdad, de la respiración,
de la circulación planetaria del aire.
Meteorológicamente hablando,
al interior de la Antártica
latía un vacío silencioso,
y la celeste águila de la nieve
muda.
EXPLORACIONES
Fue la escasez de focas,
esas que brillando en la cumbre
de rocas riquísimas,
lustran el oleaje del océano.
Fue
la necesidad humana de traspasar los muros,
las banquizas del espanto,
esa tonelada cerval de agua indómita.
Pero fue más el ansia,
el negocio de las pieles.
No para cubrir el hambre
ni para colmar el vacío
mundial de los cuerpos,
sino para ocultar la soledad,
la orfandad de las heladas metrópolis.
Para satisfacer la gana,
fue la Gana internacional,
ese non plus ultra de la sociedad contemporánea,
esa insaciable codicia de la soledad social.
Y no para ser más ricos, Philoxenos,
sino para aumentar sus posesiones
y crear más y más necesidades.
Por ello
alimentaron de perros la noche polar
y penetraron la Blancura,
ese puro trozo de vida.
(Después, mucho después,
llegarían los sabios,
la aventura mayor).
INTEMPERIE
¿Y, ahora,
dónde me guarezco
de mí?
POEMA DEL COSMOS (Selección) - Inédito
LA DANZA DE SHIVA
A F. Capra
El universo, maestro Scardanelli,
una telaraña dinámica de íntimos sucesos vinculados.
Como tus ojos,
tus manos, el color de tus cabellos,
o el ave que vuela quieta bajo el cielo azul,
ninguna parte o propiedad de esta telaraña es esencial.
No hay ninguna ley fundamental, maestro,
ni una sola.
Todo es Li, dice Ch’en Shun, el patrón de las cosas,
el principio por el que todo está hecho para acoplarse.
Sólo importa la pirámide total, el conjunto,
la gracia del todo, la armonía entre las partes.
La congruencia de las interrelaciones es la que
le otorga sentido a toda la estructura de los seres.
Y este persistente vaivén de las olas
y mi respiración en este crepúsculo frente al mar,
esta arena, estas rocas, el agua,
la gaviota que tropieza gravemente en el aire,
así
en toda la telaraña del cosmos
miríadas de partículas en vibración
se crean y se aniquilan
sordamente.
Entonces,
como un grano de arena en la playa del universo,
como una ínfima estrella en el espacio cósmico,
como una chispa menor en todos los fuegos,
o una pirámide dentro de otra pirámide.
Como una perla del cielo de Indra
refleja todas las perlas del collar;
como en la Torre de Indra
hay cientos de miles de torres
que preservan su existencia personal,
somos sólo una nota, un compás,
parte de una gigantesca danza universal,
fragmentos de una cósmica danza de energía.
Oigo el ritmo
y siento el sonido de una lluvia de rayos cósmicos,
el bullicio de partículas de alta energía que colisionan
y bombardean constantemente la atmósfera terrestre.
Entonces, cascadas de energía caen
desde el espacio exterior
creando y destruyendo partículas en rítmicas pulsaciones.
Y no sólo la materia, maestro,
también el vacío participa de la danza del universo,
pero no es ese vacío occidental como una sencilla nada
sino el vacío que contiene todas las formas del mundo de las partículas,
esas meras manifestaciones transitorias del vacío fundamental.
Es la danza de Shiva,
el señor de la danza de los hindúes.
En el espacio cósmico
cada partícula,
cada uno canta perpetuamente en la Gran Canción.
Del "LIBRO DEL FRÍO" (Selección)
ANTÁRTICA I
Al crepúsculo de la última edad de hielo
quise ir lejos de los límites,
y reunir la quietud,
lo pacífico
en la soledad de un tiempo inexpugnable.
Eso era.
Cogido por vientos contrarios,
necesité asilos
por ocasionales y precarios que ellos fuesen.
No era el polo,
el recorrido era lo importante.
Pues había ahí un frío, una huella,
una nieve tan inaccesible,
que esta pura gota de blancura
es un fragmento de aurora,
un trozo de oro azul
que cada día se desprende
de tu propia Antártica,
de tu continente,
de tu propia banquiza interior.
Hubo, entonces,
en un extremo de la tierra,
un punto matemático en el centro de un mar vacío
y, en el otro,
Yo,
en medio de vendavales sin fin
y donde cada punto cardinal
se aniquilaba en un abismo.
Y hubo frío,
el frío más frío de la tierra.
Y una noche,
y una soledad hubo,
que nadie
ni nada
pudo darle fin.
Así, lejos de la Distracción,
sucumbí al imperio del viento y de la noche,
a la soberanía implacable del frío.
Y dependiendo sólo de mis leyes,
destruí todo puente con el mundo,
todo gesto, toda nave.
Se trataba, en verdad, de la respiración,
de la circulación planetaria del aire.
Meteorológicamente hablando,
al interior de la Antártica
latía un vacío silencioso,
y la celeste águila de la nieve
muda.
EXPLORACIONES
Fue la escasez de focas,
esas que brillando en la cumbre
de rocas riquísimas,
lustran el oleaje del océano.
Fue
la necesidad humana de traspasar los muros,
las banquizas del espanto,
esa tonelada cerval de agua indómita.
Pero fue más el ansia,
el negocio de las pieles.
No para cubrir el hambre
ni para colmar el vacío
mundial de los cuerpos,
sino para ocultar la soledad,
la orfandad de las heladas metrópolis.
Para satisfacer la gana,
fue la Gana internacional,
ese non plus ultra de la sociedad contemporánea,
esa insaciable codicia de la soledad social.
Y no para ser más ricos, Philoxenos,
sino para aumentar sus posesiones
y crear más y más necesidades.
Por ello
alimentaron de perros la noche polar
y penetraron la Blancura,
ese puro trozo de vida.
(Después, mucho después,
llegarían los sabios,
la aventura mayor).
INTEMPERIE
¿Y, ahora,
dónde me guarezco
de mí?
POEMA DEL COSMOS (Selección) - Inédito
LA DANZA DE SHIVA
A F. Capra
El universo, maestro Scardanelli,
una telaraña dinámica de íntimos sucesos vinculados.
Como tus ojos,
tus manos, el color de tus cabellos,
o el ave que vuela quieta bajo el cielo azul,
ninguna parte o propiedad de esta telaraña es esencial.
No hay ninguna ley fundamental, maestro,
ni una sola.
Todo es Li, dice Ch’en Shun, el patrón de las cosas,
el principio por el que todo está hecho para acoplarse.
Sólo importa la pirámide total, el conjunto,
la gracia del todo, la armonía entre las partes.
La congruencia de las interrelaciones es la que
le otorga sentido a toda la estructura de los seres.
Y este persistente vaivén de las olas
y mi respiración en este crepúsculo frente al mar,
esta arena, estas rocas, el agua,
la gaviota que tropieza gravemente en el aire,
así
en toda la telaraña del cosmos
miríadas de partículas en vibración
se crean y se aniquilan
sordamente.
Entonces,
como un grano de arena en la playa del universo,
como una ínfima estrella en el espacio cósmico,
como una chispa menor en todos los fuegos,
o una pirámide dentro de otra pirámide.
Como una perla del cielo de Indra
refleja todas las perlas del collar;
como en la Torre de Indra
hay cientos de miles de torres
que preservan su existencia personal,
somos sólo una nota, un compás,
parte de una gigantesca danza universal,
fragmentos de una cósmica danza de energía.
Oigo el ritmo
y siento el sonido de una lluvia de rayos cósmicos,
el bullicio de partículas de alta energía que colisionan
y bombardean constantemente la atmósfera terrestre.
Entonces, cascadas de energía caen
desde el espacio exterior
creando y destruyendo partículas en rítmicas pulsaciones.
Y no sólo la materia, maestro,
también el vacío participa de la danza del universo,
pero no es ese vacío occidental como una sencilla nada
sino el vacío que contiene todas las formas del mundo de las partículas,
esas meras manifestaciones transitorias del vacío fundamental.
Es la danza de Shiva,
el señor de la danza de los hindúes.
En el espacio cósmico
cada partícula,
cada uno canta perpetuamente en la Gran Canción.
Fuente: www.mirandoalsul.blogia.com
Juan Pablo Riveros: De la Tierra sin Fuegos
De este extraordinario poeta rescatamos algunos poemas de su libro De la tierra sin fuego. Nadie como Juan Pablo Riveros escribe y describe a los primigenios habitantes del Sur del Mundo. Allá en la Patagonia.
Qawashqar
Hicieron tierra los abismos
del mar y los pantanos del sur.
Su residencia: islas de granito
dentado y collares de fiordos,
lagos y ríos.
Nómades pequeños,
independientes, cohesionados
por una canoa de troncos.
Sin jefes. Ni ciudades.
Su economía. Mariscos, caza, pesca
y ballenas varadas en cualquier orilla.
Rudimentarias sus técnicas,
móviles sus fuegos protagónicos.
Expertos imitadores del vuelo de las aves,
del ronquido de las focas, de los discursos
humanos. Taciturnos,
como paisaje que esculpe el desmembramiento
de glaciares que se licúan.
monótonos, sus cantos.
GUSINDE
De los miles de aborígenes
que cruzaban con sus frágiles canoas
la inmensidad de los canales de la Patagonia Occidental
hoy, los escasos sobrevivientes,
llevan una existencia miserable.
Ciertos patrones de goletas loberas,
portan una tripulación mínima, pero
muchos víveres y alcohol.
Al hallar las canoas,
dan a los aborígenes el licor,
hasta que ebrios déjanse robar
los cueros de nutria. Otros son obligados
a seguir la cacería
mientras la tripulación
se divierte con las indias.
¿Recompensa?
Algunos víveres medio descompuestos,
un poco de licor,
un pantalón roto.
EJERCICIOS NAVALES
Para ciertos marinos mercantiles,
un deporte disparar sus fusiles
a las canoas de madera.
Otros preferirían como blancos
para sus ejercicios de tiro de cañones,
el humo que salía de las chozas.
MUJERES ALACALUFES
Sus vidas,
como fuegos entumidos
en alguna costa del Sur,
más sensibles a la mordedura del viento
que a la temperatura mínima del agua.
Sumergidas tras cholgas,
machas o erizos,
las mujeres, junto al fuego,
comen luego mariscos y charlan
tranquilas,
dueñas absolutas de la Historia.
TRADUCCION
Pido a un joven alacalufe
traducir:
la madre mece a su niño.
De inmediato responde
en su lengua: Porque
está llorando.
Entrevista a Jaime Valdivieso Mayo 2012
El Clarín Digital
Viernes, 4 de Mayo 2012
Jaime Valdivieso: “Creo en la posibilidad de que la dictadura asesinó a Neruda”
DF.- En entrevista digital desde Ñuñoa, Jaime Valdivieso (1929) habla de Neruda: “Lo conocí una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros”, y ante la solicitud de exhumación presentada por el Partido Comunista en el Caso Neruda, Valdivieso considera: “Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta”.
Autor de: El muchacho (1958); Tornillito y otros cuentos.(1961); Un asalto a la tradición (1962); La condena de todos (1965); País sin nombre (1969); Realidad y ficción en Latinoamérica (1975); Bajo el signo de Orfeo (1980); Las máscaras del Ruiseñor (1982); País de la ausencia (1987); Chile: un mito y su ruptura (1989); Centro de gravedad (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (FCE, 1992); El espejo y la palabra (1997); Escritura encadenada (1999); Señores y Ovejas Negras (Lom, 2000) y Ventajas de la tortuga (2002), entre otros libros.
El escritor y poeta oriundo de Valparaíso, vivió fragmentos del exilio en Temixco, a unos pasos de Cuernavaca, la ciudad mexicana emblemática en la vida de Neruda. Años después de regresar a Chile, fue invitado al directorio de la revista Cuadernos de la Fundación Neruda, sin embargo renunció cuando censuraron su ensayo La poesía mapuche como resistencia, en la revista argumentaron que el presidente de la Fundación Neruda había sufrido un atentado contra su fundo en Temuco, supuestamente perpetrado por dos lonkos de Traiguén, y por esa razón no podían reivindicar la poesía mapuche (sic). En opinión de Jaime Valdivieso: “Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos”.
MC.- ¿Cuándo conoció a Neruda?
JV.-Conocí la poesía de Neruda en un hospital donde me mejoraba de una leve tuberculosis en la montaña, allá por el año 1952 o 1953. Me impresionó mucho por supuesto, se trataba de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Luego lo conocí, años más tarde, una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Recuerdo que en una larga conversación junto a su cama me habló de que una revista lo comparaba con Jorge Luis Borges. “¿Qué tengo yo que ver con Borges?”, me dijo, y seguimos conversando. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros. También me habló de la importancia para un escritor que era conocer su tierra.
MC.- ¿Recuerda dónde estaba al recibir la noticia de la muerte de Neruda?
JV.-Estaba en Texas, impartía una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Houston.
MC.- ¿Aumentó el interés de sus estudiantes sobre Neruda durante los años del exilio mexicano?
JV.-Sí, en México me preguntaban mucho en los talleres que hice en el norte, en Sonora y Laredo.
MC.- ¿Cuál es su conclusión sobre la denuncia del presunto asesinato de Neruda y la posible exhumación?
JV.-Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta.
MC.- ¿Qué objetivos debería cumplir la Fundación Neruda?, ¿cuál era la última voluntad del poeta?
JV.-Su objetivo era formar poetas con espíritu chileno y Latinoamericano, de hermandad entre los países con culturas originarias y mestizos, como somos los chilenos con nuestro mestizaje con los mapuches.
MC.- ¿Estudió la iniciativa de Neruda para fundar la Universidad Mapuche?
JV.-No, desgraciadamente no la estudié, pero algo supe de su intención.
MC.- ¿Conversó con el poeta Elikura Chihuailaf sobre la influencia de la cosmogonía mapuche en Neruda?
JV.-Específicamente no conversé ese punto, pero sabía que Elikura conocía la posición y admiración de Neruda sobre el pueblo mapuche.
MC.- ¿Quién lo invitó a colaborar en el directorio de la revista “Cuadernos” de la Fundación Neruda?
JV.-Me invitó Aída Figueroa, la hermana del presidente de la Fundación Neruda, y acepté porque me pareció que podía hacer una labor patriótica, ya que yo había sido -junto con Elikura Chihuailaf- el organizador del Primer Encuentro entre poetas chilenos y mapuches en Temuco, el año 1994.
MC.- En 2001, renunció al directorio de “Cuadernos” porque censuraron su ensayo: “La poesía mapuche como resistencia”. ¿Era incompatible el perfil editorial de la revista con la vida personal de J. A. Figueroa?
JV.-Era incompatible, pues él tiene tierras en la zona y según dijo los mapuches le habían quemado un galpón y con ese pretexto aplicó la Ley Antiterrorista.
MC.- Se distanció de Volodia Teitelboim ante el nulo respaldo en el caso de la revista “Cuadernos”. ¿A qué atribuye la lealtad de algunos intelectuales con la Fundación Neruda?
JV.-Sí, me distancié de Volodia y de la Fundación Neruda hasta el día de hoy. Creo que la lealtad de algunos intelectuales se debe a razones personales. Yo en eso no los critico.
MC.- Finalmente, después de retirarse de la revista “Cuadernos”, quedaron en evidencia las irregularidades financieras e incongruencias políticas de la Fundación Neruda. ¿Renunció justo a tiempo?, ¿cómo mira las cosas a la distancia?
JV.-No pude haberlo hecho mejor. Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos.
Viernes, 4 de Mayo 2012
Jaime Valdivieso: “Creo en la posibilidad de que la dictadura asesinó a Neruda”
DF.- En entrevista digital desde Ñuñoa, Jaime Valdivieso (1929) habla de Neruda: “Lo conocí una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros”, y ante la solicitud de exhumación presentada por el Partido Comunista en el Caso Neruda, Valdivieso considera: “Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta”.
Autor de: El muchacho (1958); Tornillito y otros cuentos.(1961); Un asalto a la tradición (1962); La condena de todos (1965); País sin nombre (1969); Realidad y ficción en Latinoamérica (1975); Bajo el signo de Orfeo (1980); Las máscaras del Ruiseñor (1982); País de la ausencia (1987); Chile: un mito y su ruptura (1989); Centro de gravedad (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (FCE, 1992); El espejo y la palabra (1997); Escritura encadenada (1999); Señores y Ovejas Negras (Lom, 2000) y Ventajas de la tortuga (2002), entre otros libros.
El escritor y poeta oriundo de Valparaíso, vivió fragmentos del exilio en Temixco, a unos pasos de Cuernavaca, la ciudad mexicana emblemática en la vida de Neruda. Años después de regresar a Chile, fue invitado al directorio de la revista Cuadernos de la Fundación Neruda, sin embargo renunció cuando censuraron su ensayo La poesía mapuche como resistencia, en la revista argumentaron que el presidente de la Fundación Neruda había sufrido un atentado contra su fundo en Temuco, supuestamente perpetrado por dos lonkos de Traiguén, y por esa razón no podían reivindicar la poesía mapuche (sic). En opinión de Jaime Valdivieso: “Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos”.
MC.- ¿Cuándo conoció a Neruda?
JV.-Conocí la poesía de Neruda en un hospital donde me mejoraba de una leve tuberculosis en la montaña, allá por el año 1952 o 1953. Me impresionó mucho por supuesto, se trataba de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Luego lo conocí, años más tarde, una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Recuerdo que en una larga conversación junto a su cama me habló de que una revista lo comparaba con Jorge Luis Borges. “¿Qué tengo yo que ver con Borges?”, me dijo, y seguimos conversando. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros. También me habló de la importancia para un escritor que era conocer su tierra.
MC.- ¿Recuerda dónde estaba al recibir la noticia de la muerte de Neruda?
JV.-Estaba en Texas, impartía una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Houston.
MC.- ¿Aumentó el interés de sus estudiantes sobre Neruda durante los años del exilio mexicano?
JV.-Sí, en México me preguntaban mucho en los talleres que hice en el norte, en Sonora y Laredo.
MC.- ¿Cuál es su conclusión sobre la denuncia del presunto asesinato de Neruda y la posible exhumación?
JV.-Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta.
MC.- ¿Qué objetivos debería cumplir la Fundación Neruda?, ¿cuál era la última voluntad del poeta?
JV.-Su objetivo era formar poetas con espíritu chileno y Latinoamericano, de hermandad entre los países con culturas originarias y mestizos, como somos los chilenos con nuestro mestizaje con los mapuches.
MC.- ¿Estudió la iniciativa de Neruda para fundar la Universidad Mapuche?
JV.-No, desgraciadamente no la estudié, pero algo supe de su intención.
MC.- ¿Conversó con el poeta Elikura Chihuailaf sobre la influencia de la cosmogonía mapuche en Neruda?
JV.-Específicamente no conversé ese punto, pero sabía que Elikura conocía la posición y admiración de Neruda sobre el pueblo mapuche.
MC.- ¿Quién lo invitó a colaborar en el directorio de la revista “Cuadernos” de la Fundación Neruda?
JV.-Me invitó Aída Figueroa, la hermana del presidente de la Fundación Neruda, y acepté porque me pareció que podía hacer una labor patriótica, ya que yo había sido -junto con Elikura Chihuailaf- el organizador del Primer Encuentro entre poetas chilenos y mapuches en Temuco, el año 1994.
MC.- En 2001, renunció al directorio de “Cuadernos” porque censuraron su ensayo: “La poesía mapuche como resistencia”. ¿Era incompatible el perfil editorial de la revista con la vida personal de J. A. Figueroa?
JV.-Era incompatible, pues él tiene tierras en la zona y según dijo los mapuches le habían quemado un galpón y con ese pretexto aplicó la Ley Antiterrorista.
MC.- Se distanció de Volodia Teitelboim ante el nulo respaldo en el caso de la revista “Cuadernos”. ¿A qué atribuye la lealtad de algunos intelectuales con la Fundación Neruda?
JV.-Sí, me distancié de Volodia y de la Fundación Neruda hasta el día de hoy. Creo que la lealtad de algunos intelectuales se debe a razones personales. Yo en eso no los critico.
MC.- Finalmente, después de retirarse de la revista “Cuadernos”, quedaron en evidencia las irregularidades financieras e incongruencias políticas de la Fundación Neruda. ¿Renunció justo a tiempo?, ¿cómo mira las cosas a la distancia?
JV.-No pude haberlo hecho mejor. Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos.
JAIME VALDIVIESO: Un escritor de humanidad
por Ricardo Gómez López
Superando los escollos existenciales que la vida le interpuso desde temprana edad, versátilmente, Jaime Valdivieso -porteño de nacimiento-, llega para insertarse prolífico en el mundo de las letras. Catedrático por más de diez años en la U. Houston, Texas. Ha ejercido la docencia en China, España, Cuba y México. Profesor de castellano, poeta, narrador, ensayista. Traductor del inglés de varios ensayos y libros de creación literaria, profesor de Filosofía en la Literatura en la Universidad ARCIS, Director de la S.E.Ch. y uno de los gestores del primer encuentro de escritores mapuches y chilenos, en Temuco (mayo, 1994).
Algunos de sus libros publicados: Un asalto a la tradición: Vida y obra de Carlos Sepúlveda Ley ton (Ed. Universitaria, 1963), Realidad y ficción en Latinoamérica (Joaquín Mortiz, México, 1975), Las máscaras del ruiseñor (Ed, Alfaguara, España, 1982 y U. Autónoma Metropolitana de México), País de la ausencia (Galinost, Santiago, 1987), Centro de gravedad (Ed.Atena, 1989), Chile: Un mito y su ruptura (LAR, Santiago, 1989), Violencia de los animales (Universitaria, 1991), Voces de alarma (Fondo de Cultura Económica, Chile, 1992), y su último poemario Tu cuerpo en la palabra (Mosquito Editores, 1994), que fue finalista en el Premio Casa de las Américas.
-Háblenos un poco de su generación literaria
-En realidad pertenezco a la Generación del 50, desde el punto de vista cronológico, pero no estoy incluido en ella con respecto a los escritores que se agruparon en torno a esa polémica que iniciaron Enrique Lafourcade, Giaconi... Pero después, en alguna historia de la literatura, aparezco como de aquella generación, con la cual tengo algunos puntos de contactos, en el sentido de que yo ya estaba buscando una literatura que tuviera que ver más con los procesos del alma, con los procesos interiores del hombre y vinculados a la literatura que se estaba haciendo en Europa. Me formé en la filosofía -me gustaba mucho la filosofia y a veces pienso el porqué no estudié filosofía en lugar de castellano-, pero al mismo tiempo me interesó siempre el problema de lo chileno, con esto me acerco a la Generación del 38. Ser universal pero a partir de lo nacional. En cuanto a compañeros generacionales, no me considero muy cercano a ellos. Hay algunos que me gustan, por ejemplo Jaime Lazo, Giaconi: La difícil juventud, libroque me gustó bastante por su influencia de Faulkner, pues yo fui un gran lector de Faulkner; Pepe Donoso, que está más ligado a la tradición, en ese aspecto me siento un poco cercano a él, pero no a su mundo que me es un poco ajeno, pues es un poco sofisticado, europeizado; poco americano, aunque toma cosas importantes de la sociedad chilena. Me siento más cerca de los poetas, como Jorge Teillier, Efraín Barquero...
-Usted se maneja con cuatro géneros, ¿con cuál se identifica mejor: con el cuento, con la novela, con la poesía o con el ensayo?
-Difícil pregunta. Cada uno de estos géneros me apasiona por alguna razón, por ejemplo del ensayo me gustan las ideas universales, los problemas del hombre... Acabo de entregarle un libro a la Editorial de la USACH que se llama El círculo y el pez, libros sobre escritores de Europa y América. Allí hay ensayos sobre Tomás Mann, Proust, lo demás son ensayos sobre latinoamericanos: Lezama Lima, Borges, Juan Luis Martínez, sobre el mito, y por otro lado el estudio literario sociológico. En Chile: Un mito y su ruptura, me apasionó poder decir cosas que nunca se habían dicho en la historia de Chile. Es el primer libro sobre clasismo en Chile, desde ese punto de vista creo que es fundacional. Por otro lado la novela y el cuento también me apasionan porque yo generalmente trabajo con situaciones límites, pero la poesía me parece el género más grande por excelencia. La Poesía está vinculada a los grandes mitos; al nacimiento del lenguaje, del hombre; a la sociedad. Es el género más primitivo, más antiguo: el hombre hablaba en poesía antes de que existiera el lenguaje: primero la poesía después el lenguaje... Creo que el género más importante es la poesía, pues es una manera de descubrirnos, de investigamos nosotros mimos y al hombre, además nos ayuda a vivir ya embellecer la vida.
-¿Qué lo motivó a cultivar el cuento breve?
-El cuento corto se me presentó como una posibilidad de llevar al máximo la síntesis, la exigencia de esta cosa detonante que tiene y que lo acerca, hasta cierto punto, a la poesía, en el sentido de que exige una economía de palabras, el comenzar y terminar con una frase que impacte, que estremezca y trastorne al lector. Por eso el cuento corto me parece muy importante, significativo y efectivo.
-En la mayoría de sus narraciones sus personajes tienen un destino fatal, ¿porqué se proyecta este especie de dolor de existir?
-Recuerdo siempre un prólogo que publicó Neruda donde dice que lo apasionan los grandes problemas y el hombre que detesta al burgués y que se apasiona por la vida de la gente inquieta e insatisfecha, sean estos artistas o criminales. Entonces yo también voy por ese lado. Para mí la vida se me presenta como una lucha permanente conmigo mismo, más que con el medio. La vida se me ha hecho muy difícil en el sentido de poder superar muchas cosas de mi infancia y muchos prejuicios sociales. Yo pertenezco a una familia muy enraizada con la alta burguesía chilena en donde hay mucho prejuicio y mucho racismo. Me crié en un ambiente de una gran violencia, sobre todo violencia ideológica, eso me marcó y me ha hecho gastar demasiada energía de mi vida en un permanente encuentro conmigo mismo y en el cómo poder superar esto, y esto me ha llevado a meditar en la condición humana, que es una condición siempre de soledad, de estar al borde de algo que uno no domina, es decir la existencia como determinada por fuerzas que uno no controla. Otros elementos que no controlo son de vitalidad, de energía, de amor por la naturaleza, por los objetos, por la mujer, por el sexo; una fuerza que es de la naturaleza, animal. Esa misma fuerza me ha llevado a problemas más angustiosos, a ser un trasgresor y un rebelde. Yo no sabía cómo rebelarme contra nada, a mí me echaban de todos los colegios; sólo me rebelaba. Ahora, retrospectivamente me doy cuenta que era por la enorme educación represiva que recibí, hasta los tuétanos.
-¿Qué puede decimos de su experiencia en los talleres literarios del extranjero, de la Fundación Neruda y otros que usted ha dirigido?
-El taller literario es un fenómeno muy apasionante, porque no solamente se trata de enseñar una artesanía. El taller, por un lado, se asemeja a un taller de peluquería, de carpintería, pero por otro lado, es una enseñanza moral, espiritual, donde la persona se puede encontrar consigo misma. Es un ejercicio contra la vanidad, de respeto contra el otro, de conocer al otro, entonces un taller tiene una doble función: una artesanal y otra moral, en ese sentido también se asemeja a un taller donde se enseña Karate, Kun-Fu; es disciplina, además hay una cosa religiosa, toda una filosofía en eso. Los talleres tienen ese orden.
-La sicología plantea que el talento se aprende ¿considera que en los talleres literarios se pueden "fabricar" poetas y escritores?
-Yo creo que no, pero esta pregunta no admite una respuesta definitiva, en el sentido que es muy difícil decir "esta persona no sirve, así que dedíquese a sembrar papas". Recuerdo una anécdota que me contó un gran amigo de Neruda; me dijo que, en una ocasión, a Neruda un joven poeta le había pasado un libro con poemas y que Neruda le había dicho "mire joven, no se dedique más a escribir", pero Neruda después se dio cuenta que este joven se había transformado en un gran poeta, entonces dijo que nunca había que decir esas cosas y que estaba muy arrepentido de haber dicho lo que dijo. En mi taller de México había una señora que tenía toda la imprudencia del modernismo, entonces yo le iba a decir "señora dedíquese a... ", pero no. Así que esta señora de 60 años comenzó a aprender gracias a la crítica y al taller, transformándose en una poeta extraordinaria, respaldada por sus ricas experiencias de vida.
-En su experiencia docente ¿ha detectado debilidades en los programas de educación respecto a la enseñanza y conocimientos de nuestra literatura?
-Sí, yo creo que los programas de enseñanza habría que revisarlos enteros, todo esta mal ahí: están malos los programas y están mal formados los profesores. Los profesores no transmiten el amor por la literatura y el espíritu que hay en la literatura. Trasmiten el dato, solamente la referencia, pero no utilizan la literatura como formación espiritual. La literatura debe estimular e incitar al alumno a conocerse a sí mismo ya conocer el mundo, Los profesores están mal formados para eso, o sea que no solamente habría que mejorar los programas de lectura sino que replantear todo.
-¿De que manera cree usted que la literatura podría tener una mejor llegada a la juventud chilena?
-Bueno como dije, por un lado modificando los programas, eligiendo libros que puedan tener vigencia, es decir que sean actuales. Toda la gran literatura es moderna. La llíada, si uno la lee con criterio moderno, es una literatura moderna. Hay que saber cómo enseñarla, pues si uno la enseña así no más, el alumno se latea. Lo mismo Cervantes. Hay que tomar algunos capítulos de EI Quijote... hablar de él y lo que significa, hacer que la literatura pueda competir con la imagen televisiva, que es la gran salteadora La imagen nunca va a poder competir con la literatura, pues la literatura es una bomba en profundidad, va a lo más, en cambio la imagen queda un poco en la cosa externa, es alienante, en cambio la literatura es desalienante y hay que enseñarla con ese carácter. No hay que desechar, que en los programas de estudios para estimulara los jóvenes, se puedan utilizar también algunas cosas positivas de la imagen. Por ejemplo Ana Pizarro publicó una pequeña antología con una introducción a Huidobro, hecha con imágenes, con un espíritu alegre, atractivo para el alumno, o sea que se pueden combinar esas dos cosas.
-En la nueva producción narrativa ¿qué estilos son más predominantes?
-Yo creo que se ha vuelto una especie de realismo, de literatura lineal con menos complicación técnica Un poco empujada por el marketing, porque la literatura que más se vende es la más fácil, no la más complicada, se ha asimilado un poco a eso el estilo predominante. Esto no quiere decir que esto sea malo, no, depende de cómo sea, pero hay el peligro permanente porque el escritor esta muy influido por los estímulos a la vanidad que crea el marketing actual.
-¿Cuáles son los elementos del lenguaje más utilizados por la narrativa actual?
-No se puede hablar de una tendencia generalizada, porque si tomamos casos como Gonzalo Contreras, Arturo Fontaine, o Fouguet, Jaime Collier, Urbina, hay unos, por una parte, que trabajan mucho el lenguaje coloquial, el lenguaje joven, las nuevas palabras, los nuevos vocablos, y otros que hacen una literatura post, por así llamarla, que si bien está situada en Chile, es una literatura que no tiene un compromiso profundo... El que más me interesa es Fouguet, porque en él hay un auténtico compromiso, y también Marcela Serrano, que hace una literatura, que si bien es del mundo femenino, es capaz de meterse y tener audacia para plantear el mundo de la mujer, sobre todo en el aspecto sexual, se arriesga allí. Entonces habría como dos corrientes, una que va por el lado del exitismo y la otra que es más profunda, testimonial. La literatura debe comenzar por ser un hecho estético, el primer compromiso del escritor es con el oficio, pero hay, para mí, un valor agregado que es el documento del alma humana en esa época.
-De los jóvenes narradores y poetas ¿hay algunos que le merezca resaltar?
-Sí, hay varios importantes. Está Sergio Parra, Nelson Torres que hace una poesía del mundo indígena, de Chiloé; Elicura Chihuailaf, Leonel Lienlaf en la literatura mapuche; Esteban Navarro que hace una poesía de la infancia, muy honda, muy fina, de gran belleza; Jorge Guzmán -que es de la Generación de los 50, pero como en mi caso tampoco lo incluyen allí-, es otro con el cual me siento muy identificado, sobre todo en el libro que acaba de publicar Ay mama Inés, por el trabajo profundo de investigación, por este trabajo de gran trascendencia en la literatura chilena y latinoamericana, por jugársela, creo que es el mejor libro aparecido en Chile en los últimos 20 años, y muy superior a todo lo que han escrito los jóvenes de la llamada nueva narrativa. Es una crónica novelada de la llegada a Chile de Pedro de Valdivia y del papel que jugó Inés de Suárez, sobre todo en la fundación de Santiago. Incluso lo considero superior al bello libro que escribió Carlos Cerda, que no es muy hondo, y que después de 10 años desaparecida la critica a lo que fue el socialismo real, ese libro no creo que lo lean mayormente ..
-En este mundo tan revuelto, ¿cuál debería ser el papel del escritor?
-El papel del escritor es ser vocero, no solamente de su pueblo, porque hoy en día los pueblos están tan unidos que hablar de Chile es un poco hablar del mundo. El escritor debe volver a motivar los grandes sueños de justicia, las grandes utopías y ser una voz social. En Chile son muy pocos, lo que además de escribir, lo hagan en los diarios con un sentido critico. El escritor es la conciencia crítica de un país; lo han sido siempre los grandes escritores a través de la historia. Aquí en Chile los escritores no han asumido este papel, se terminó ese papel. Antonio de la Parra lo viene recuperando un poco con los artículos de critica que viene escribiendo. Yo venía diciendo esto ya cuando escribía en un diario capitalino, pero dejé de escribir porque no me pagaban, pero de repente me pican las manos y bueno ya, mando un artículo, aunque no me lo paguen, pues por lo menos tengo una tribuna.
Hay, en la generalidad de los escritores, una especie de autocomplacencia en esto de no preocuparse de lo social; de que ya se acabaron los mitos, y se meten en el juego del mercado, del consumismo y del exitismo. Creo que más que nunca el papel del escritor en estos días debe ser un papel crítico, humanístico, de alerta al medio ambiente, a lo ecológico, además como es una época de comunicaciones, de inserción económica en el mercado mundial, o sea de cosmopolitización, también es importante que el escritor ponga el acento en lo que hay de particular en nuestro país, en la tradición, es decir, que a este movimiento centrífugo oponga uno centrípeto.
-¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
-Del punto de vista literario, acabo de firmar contrato con Editorial Universitaria para editar un libro de poemas que tiene 20 años de trabajo. Otro libro por publicar es EI peso de la luz, con más de 60 poemas largos en donde me la he jugado: es un libro existencial; de una poesía que a diferencia de la poesía habitual chilena, es filosófica, sin pretender hacer filosofía con la poesía, lo cual no se debe hacer.
Se va a inaugurar, dentro de poco en Santiago, la primera biblioteca latinoamericana del mundo no urbano, que va desde la literatura indigenista, pasando por una colección de Violeta Parra; una colección importante sobre el vino chileno, hasta todo lo referente al mundo no urbano, y se va a llamar Biblioteca Conmemorativa a José María Arguedas, en honor a este poeta, antropólogo, etnólogo, novelista peruano; bajo la dirección de la señora Marta de la Cruz Coke y cuyo fundador es Rafael Barahona. Mi intención es poder trabajar en esta nueva biblioteca, en la investigación de la literatura indigenista y mapuche, pues en Chile no hay quien se haya dedicado a esta área. Otro Libro que acabo de entregar a la Editorial de la USACH es El círculo y el pez que tiene como subtítulo ensayos de este mundo y del otro, además tengo otro libro, de cuentos de horror gótico. Está también en proyecto una novela que se llama Vidas paralelas que la comencé hace 10 años y llevó como 300 páginas; no la he podido terminar por falta de tiempo. Espero que me vaya bien con el concurso FONDART para poder continuarla.
Con todos estos proyectos de publicaciones resonando a las puertas del lector, dimos por finalizada esta conversada entrevista realizada en el refugio literario del escritor: el ático de su casa. Nos despedimos del versátil y prolífico Jaime Valdivieso, de su cargamento filosófico y de sus reflexiones apasionadas, para reencontramos tal vez en alguna otra página de la vida y poder compartir, entre poesía y cantos, el rugido de su afición tuerca, al calor de su sensible visión humanitaria.
* Publicada en Revista Literaria Rayentru Nº6 - septiembre de 1994
TRAYECTORIA
Jaime Valdivieso se tituló con distinción en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Trabajó durante tres años en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ejerció la cátedra de Literatura Latinoamericana durante diez años en la Universidad de Houston, Texas.
En Chile ha realizado varias actividades, como cursos de Filosofía en la Universidad Arcis y seminarios de literatura en CEPAL y en la Universidad Andrés Bello, en Santiago.
Su trabajo comprende decenas de libros publicados, tanto en Chile como en el extranjero. Entre otros ha publicado ensayos, cuentos, poemas y novelas como El ocaso de la buganvillas (2005) y Las máscaras del ruiseñor (1983).

Poeta,
narrador, ensayista, profesor de castellano y de filosofía en la
literatura, ha ejercido la docencia en China, España, Estados Unidos,
Cuba y México. Libros publicados: Un asalto a la tradición: Vida y obra de Carlos Sepúlveda Leyton (1963); Realidad y ficción de Latinoamérica (México, 1975); Las máscaras del ruiseñor (España y México, 1982); País de la ausencia (1987); Centro de gravedad (1989); Chile: Un mito y su ruptura (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (1993); Tu cuerpo en la palabra (1994); Ciencia y poesía, con Claudio Teitelboim (1995); El espejo y la palabra (1997); Rostro de la escritura (2000); Ventajas de la tortuga (2003); Ocaso de las Bungavillas (2005).
XVIII
Nada puede un tirano
contra una pareja
que ha decidido vivir.
Desterrados en medio del desierto
o al borde de los grandes hielos
somos amigos de lagartos y pingüinos
y entre las sombras
de nuestro cuarto
iniciamos la mejor revolución:
nos repartimos el territorio de la piel
el espesor de los músculos
los últimos latidos del corazón
todo de una manera
absolutamente equitativa.
(del libro Tu cuerpo en la palabra)
JAIME VALDIVIESO - Cuentos
EL ALAMBRE va poco a poco envolviéndolo, comenzando desde la punta de los pies hacia arriba.
Comprueba con espanto que en pocos minutos lo rodeará por entero.
Y no puede hacer nada, absolutamente nada.
Empieza a rodearle la garganta y luego la barbilla y la boca y la nariz.
Hasta que se detiene y ve con asombro que la punta del cable queda oscilando
delante de sus ojos. Y observa que es hueco.
Y que por allí es posible escaparse de su agobiante prisión.
*****
SOLO VE LAS PALMERAS bajo la luna mientras el calor húmedo penetra por la ventana del chofer del taxi.
-Ya le gustará, le gustará lo que le vaya ofrecer.
Sigue mirando, atravesando calles, dejando atrás más palmeras y corridas de faroles, hasta llegar a una pequeña casa de madera en un suburbio.
Una hoja de coco divide la luna en dos cuando sale del automóvil.
Le costó aceptar que una muchacha de trece años fuese esa atolondrada maquinaria de placer.
Al salir a la noche, el mismo calor, la misma humedad, la misma luna y el sudor en la frente y bajo la camisa.
-Le gustó ¿verdad') ... Yo sabia Tuvo suerte que estuviese desocupada.
La impresión hizo que nada existiera fuera de sí mismo, hasta que el taxi se detuvo frente al muelle.
Cuando el hombre le dio el vuelto, a la luz de un farol, reconoció con espanto que sus ojos y sus labios eran los mismos de la muchacha.
(del libro Voces de Alarma, (Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992)
* Publicados en Revista Literaria Rayentru Nº3 – octubre-noviembre de 1993
DE ADOLESCENTE lo que más comenzó a llamarle la atención, fueron los avisos de bebidas y perfumes: la muchacha saliendo de entre las olas con una botella entre las manos, la joven y elegante pareja envuelta en la suave música del restaurante, a la hora de la comida mirándose a los ojos.
Después, no existían el techo de fonolita, ni las paredes de tablas atravesadas por el ruido de otras teles, de gritos, llantos y música rock.
Luego ya de joven, antes de dormirse, lo comenzó a perseguir la imagen de la muchacha tendida junto a la piscina, con la piel del mismo color que la bebida y, a lo lejos, bajo los árboles, el frente de un automóvil rojo.
De pronto empezó a no llegar a dormir: primero algunas noches, en seguida, por semanas. Meses más tarde, alguien contó que le encontraron en la campera de piel, una foto de una muchacha tendida bajo el sol, junto a unas aguas reverberantes y a un automóvil rojo delante de grandes árboles.
Había caído atravesado por las balas a la salida de un banco.
*****
SE ACERCÓ Y LO OBSERVÓ desangrarse en medio de la calle. Cuando miró el charco, a la luz de la luna, vio su propio rostro con dos largos colmillos.
* Del libro Voces de alarma (Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992)
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