Ponencia Encuentro Mundial de Poetas Oaxaca -México
Por Ingrid Odgers Toloza
Para aquellos que aseguran que la mujer chilena, en el medio artístico-literario, no sufre las consecuencias de la discriminación, debido a su género, podemos afirmar “que no hay peor ciego que el que no quiere ver”(con el perdón de los no videntes).
Pero no solo somos discriminadas, sino que con el tiempo una se lo va creyendo (cuando aludo al tiempo, me refiero a siglos de historia).
Las tres formas de discriminación contra la mujer más frecuentes en Chile son:
• Falta de autonomía sobre el cuerpo expresado en limitaciones al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos
• Desigualdad económica y social que recae en las mujeres, restringiendo su autonomía económica
• Restricción para acceder a espacios de poder de forma igualitaria con los hombres
Hay frecuentemente tres excusas de los hombres chilenos para defender la discriminación, ellas son:
-no existe discriminación, ¿de qué discrimminación me hablas?
-en la práctica, las mujeres tienen más deerechos que los hombres
-en mi casa, mi señora es la que manda
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Con tanta modernidad, tantos derechos humanos, tantos países avanzados democráticamente y tanta vaina, todavía existe en el siglo XXI, esa lacra social del abuso sexista, a la mujer en todos los órdenes de vida.
Nos enteramos por la TV, de esas verdaderas atrocidades, que no entran en la mente occidental, de cualquier persona civilizada, la deshumanizada aberración, que practican en algunas partes del mundo, de amputarles el clítoris a las niñas, para que no sientan en su vida, una plena relación sexual, a otras les estropean totalmente sus genitales, con no sé qué leyes o tradiciones totalmente sexistas y sin fundamento, pero lo que es peor es que son las propias mujeres, las que ejecutan estas barbaridades, menos mal, que ya están reaccionando otras mujeres, para intentar erradicar estas absurdas e inútiles tradiciones.
Mientras, en Chile tenemos, luego de una devastadora dictadura:
-injusticia social, desempleo y empleo preecarizado, bajos y desiguales salarios.
-marginación, discriminación social y culttural, falta de acceso a la educación y la cultura, aumento de la explotación sexual con sus consecuencias. Estos son sólo algunos de los más significativos ejemplos de la injusticia y exclusión social.
-desintegración, La concepción neoliberal individualista, egoísta y concentrada del ordenamiento de la economía y la sociedad que predomina en los poderes establecidos y en gran parte de la sociedad, está produciendo una desintegración de las normas y valores éticos y sociales en las personas, desintegración que afecta a las familias y las instituciones sociales y políticas de nuestras sociedades y que afecta en especial a las mujeres y las juventudes trabajadoras.
Durante mucho tiempo se ha marginado a la mujer, lo que le ha valido la etiqueta de inferior: la religión la confina a su rol de reproductora, la sociedad priva sus derechos. Tenemos así las siguientes ideas:
Aristóteles: La mujer debía ser mirada como un ser incompleto, incapaz de tener virtudes propias que no fueran del orden de su sumisión.
¿Acaso esto es el reflejo de su verdadera naturaleza o el resultado de un proceso cultural?
Nietzsche: Ellas son una propiedad, un bien que hay que guardar bajo llave; son seres hechos para la domesticidad y sólo alcanzan la perfección en situaciones subalternas.
Proudhon: una mujer que ejerce su inteligencia se vuelve fea, loca y un adefesio.
De Maistre: La ciencia es una cosa muy peligrosa para las mujeres. No se conoce a ninguna que no haya sido desgraciada o ridiculizada por ella.
Rousseau : La mujer esta hecha para ceder ante el hombre y soportar sus injusticias. Toda la educación de la mujer debe estar orientada hacia el hombre: complacerlo, serle útil, criarlo cuando pequeño, cuidarlo; y cuando grande, aconsejarlo, consolarlo, hacerle la vida más dulce y placentera.
En lo cotidiano, me siento discriminada cuando leo el diario y veo que las mujeres aparecen desnudas o en las páginas rojas, cuando un varón dice que nosotras las mujeres tenemos formas más conciliatorias y amorosas de lograr las cosas, negándonos el derecho a la confrontación y cuando adjudican mis logros a encantos, suerte y no a mis capacidades.
En la práctica escritural y en la gestión cultural observo que los cargos culturales han sido y siguen siendo espacio de los hombres. La subestimación de la mujer en el arte lleva en nuestro país a que muchas mujeres luego de estar inmersa en el mundo literario vuelvan al encierro de su hogar, abandonan la lucha que significa permanecer en el medio y su brillante carrera es cercenada por la déspota crítica de los varones, aquellos que se denominan a sí mismos grandes poetas y que no dan lugar al desarrollo literario de la mujer.
En mi región, la región del BíoBío de Chile y a nivel nacional las mujeres poetas necesitamos coraje para sobrevivir a la competencia desmedida, no desprovista de crueldad de algunos escritores varones. Coraje y una unión férrea desprovista de bajezas humanas es una buena alternativa para difundir y promover nuestra obra y fomentar la gestión cultural.
¿No esa caso una responsabilidad de las mujeres escritoras, poetas del mundo denunciar estos hechos con la fuerza de nuestro puño y letra?
Chile ha producido un número extraordinario de poetas de reconocido prestigio. El Premio Nóbel de literatura concedido a dos poetas chilenos de este siglo no puede explicarse sólo a través de la calidad o genio individual sino que, además, es necesario aceptar la existencia de una rica tradición, en la que se insertan tanto Neruda como Mistral.
El hecho curioso, sin embargo, es la ausencia de nombres femeninos, en una lista de las primeras figuras. Por supuesto, con la excepción de Gabriela. Naturalmente, esto no quiere decir que no haya poetas mujeres.
¿Cuáles son los factores que determinan la falta de nombres femeninos en la poesía chilena?
-¿calidad de la poesía escrita por mujeress?
-¿factores externos al hacer poético en síí?
La respuesta en nuestro tiempo sería remitirnos a los prejuicios masculinos.
La poesía femenina cae dentro del área de prejuicios sociales que tiende a desvalorizar las actividades relacionadas con la mujer.
Tenemos el prejuicio de la crítica, por cuanto la mayor parte de los críticos son hombres que proyectan sus juicios de valor desde una perspectiva masculina.
Es indiscutible en el estado actual de los problemas teóricos que todo crítico enfoca desde la perspectiva de su sistema de valores. Desde este punto de vista, entonces, el prejuicio es implícito por cuanto el crítico-inserto en una tradición masculina de lo literario-enjuicia la poesía femenina con un sistema de valores que no corresponde a la concepción ni a la función del objeto. Esta hipótesis supone la aceptación de una serie de conceptos. Lo mas significativo y menos discutible es que toda creación literaria se sustenta en una visión de mundo. Mayor problematicidad surge de la otra dimensión de la tesis. La mujer posee una visión de mundo diferente a la del hombre. Si aceptamos este planteamiento, habría que considerar la poesía femenina en el mismo plano que la producción cultural de otros grupos minoritarios, cuya visión de mundo y sistema de valores difieren esencialmente de aquellos del grupo dominante, aunque en este caso no se trataría de diferencias económicas o sociales. La mayor parte de las poetas mujeres de este siglo pertenecen al mismo estamento social que los poetas varones, la clase media culta. Su sensibilidad y sistema de valores son, sin embargo, diferentes a los impuestos y dominantes, ya que éstos provienen de una tradición cultural masculina. La validez de esta hipótesis se podría demostrar, en su dimensión anecdótica, con los elogios que se suele hacer algunas poetas calificando sus creaciones como masculinas o viriles.
Un factor complementario importante es la concepción de la poesía implícita en el proceso creativo. El tema es arduo y con infinidad de matices. En forma sumaria me referiré a que para algunos la poesía es un acto de creación espontáneo, que pone de manifiesto la sensibilidad del emisor. Para otros, la poesía es un artefacto creado que no ha de reflejar necesariamente la emotividad del autor. Por el contrario, se tendería a eliminar lo emotivo y se propicia un proceso altamente intelectualizado. Para nuestro tema, es que en lo masculino, la segunda es la concepción dominante. Un buen poema-desde este punto de vista- no se escribe con el corazón sino con el cerebro.
La prueba positiva de lo postulado la provee Gabriela Mistral. Depura y transforma su experiencia personal en motivos y temas literarios, generalmente de larga tradición. No es difícil, por ejemplo, apuntar una serie de poemas que se sustentan en estructuras míticas como correlato estructural o generadores de imágenes poéticas. Aún más, Mistral proyecta lo personal a situaciones que implican una visión de mundo que supera el plano exclusivamente femenino, aunque el tema sea propio de la mujer. Los motivos de la maternidad frustrada, la madre abandonada, la traición del amado, por ejemplo, se insertan en el motivo básico y recurrente de la injusticia del mundo.
Y esta, no ha terminado.
BIBLIOGRAFÍA:
- DISCRIMINACIÓN, INSTITUTO DE LA MUJER
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