El autor con su esposa en Villa Alemana, Chile
*Luis Ossa Gajardo
Introducción:
En este artículo presentaremos una reseña
sobre algunos movimientos literarios surgidos entre los años 1909 y 1930
aproximadamente, nos referiremos al movimiento literario vanguardista y sucintamente
a la generación del 27. Vanguardismo deriva del vocablo francés avant garde,
término de origen político militar, cuyo significado es custodia avanzada. Título
ostentoso para un movimiento artístico que anuncia su espíritu combativo. Este
movimiento involucró no sólo a la actividad literaria, sino a otras
manifestaciones del arte; teatro, arquitectura, música, cine y pictórica.
El vanguardismo comienza en los años 1909 alcanzando su mayor apogeo en los años 20 y
tiene por principales causas las grandes transformaciones de la época; el
súbito avance científico tecnológico, la aparición del automóvil, el avión y
otras invenciones, la primera guerra mundial, la revolución Rusa en el año
1917, los grandes bloques políticos; fascismo y comunismo y la crisis
espiritual que afecta al mundo. La totalidad de estos acontecimientos presagian
nuevos y oscuros tiempos por venir... tiempos desconcertantes en el duro
devenir del hombre.
El artista vanguardista reacciona negativamente
contra toda expresión anterior, en la pintura se evade el arte figurativo y
aparecen las formas abstractas y colores estridentes, en el caso de la
expresión literaria, se publican manifiestos los que, en su afán
rupturista, declaran caducas todas las
expresiones que le precedieron, desecha la poesía clásica y burguesa e invita a crear un arte nuevo sin los cánones
armónicos anteriores.
La vanguardia literaria se caracteriza por elaborar
una poesía prosaica que desecha la estrofa, la métrica, la puntuación y la
sintaxis. Suprime la rima y el ritmo, el poeta crea en base a yuxtaposición de
imágenes sin sentimientos o pasiones humanas, predominando en su arte la
espontaneidad y el reflejo mental que muchas veces se traduce en simples juegos
formales. Inventa caligramas en los cuales da forma a diversas figuras,
utilizando en algunos casos letras de llamativos colores. Es decir, la
vanguardia literaria rechazó el sentimentalismo y la subjetividad lírica y en
su afán fríamente lúdico solo le interesó imponer un arte incoherente y
fragmentario. Su fuerza creadora no radica de los recónditos hontanares del
alma de un poeta, sino que emana de una mera y sugestiva creatividad e imaginación
mental.
Ruptura de la ruptura: Cada movimiento vanguardista
tiene una duración breve.
Estos
movimientos entran en crisis en 1929 y terminan el año1930.
Principales corrientes vanguardistas literarias: Futurismo,
Dadaísmo, Ultraísmo,
Creacionismo, Surrealismo.
El Futurismo
Es un movimiento artístico literario que surge en
Italia en el año 1909, gestor de este movimiento es el poeta e ideólogo
italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien desarrolló esta nueva tendencia o
corriente en poemas y ensayos. Conocido es su manifiesto escrito el 20 de
febrero de 1909 en “Le Fígaro” periódico frances, en su primer punto expresa:
“Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y la temeridad” y
en el décimo punto declara: “Queremos destruir los
museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el
moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista y utilitaria.”
Este movimiento
intenta romper toda conexión con el pasado y crear un nuevo arte basado en la
dinámica, la fuerza, la rapidez, la energía, el movimiento y la deshumanización. El futurismo haya su mayor acogida en la
pintura de numerosos artistas del pincel
y los colores que lo cultivaron con entusiasmo y dedicación. En cuanto a sus
seguidores literarios encontramos a tres poetas rusos, los poetas Vladímir
Maiakovski, Velimir
Jlébnikov y Alekséi Kruchióny,
en Bélgica a Émile
Verhaeren, en Portugal al
escritor Fernando
Pessoa, en España a el poeta Joan
Salvat-Papasseit y a Marcos Fingerit, Brandán Caraffa y Alberto Hidalgo, en Buenos Aires, y Alfredo
Mario Ferreiro y Juan
Parra del Riego, en Montevideo.
El Dadaísmo
Este nuevo movimiento vanguardista comienza con la misma
premisa de los demás movimientos de vanguardia, -nada vale, sólo lo que propone
sirve- y se manifiesta en contra de todos los códigos del arte anterior. Su
fundador fue Tristán Tzara, poeta y ensayista frances de origen rumano cuyo
verdadero nombre era Samuel Rosenstock
quien da a conocer esta nueva tendencia a través de su manifiesto dado a conocer en
Zurich – Suiza- el año 1916, este movimiento “artístico” abarcó la expresión
gráfica, la música y la poesía, tendencia que se extendió por toda Europa
alcanzando su influencia hasta los Estados Unidos de Norteamérica. Existen
diversas teorías sobre el vocablo Dada, según algunos representa el primer
balbuceo que emite un bebe, otros en tanto afirman que su origen se basa en que
lo único entendible del idioma ruso era da da –sí sí – y otros aseguran que la
intencionalidad era decir nada.
Este movimiento que duró solo dos años pretendía impactar al
público provocando el rechazo por lo absurdo de su propuesta afirmando que la
vida misma era una incoherencia. Su poesía se caracteriza por ser ilógica e
incompresible para muchos, pues esta consistía en una simple sucesión de
palabras y sonidos, cuyo mensaje implícito era representar lo dudoso, el
nihilismo, la rebelión y la burla por el arte literario, es decir propone la
destrucción de toda esencialidad poética
Seguidores del Dadaísmo literario fueron: el escritor francés
André Breton, Jean Arp, escultor, poeta y pintor franco-alemán, Wilhelm Albert Włodzimierz, mayormente conocido por su
seudónimo Guillaume Apollinaire, Louis Aragón poeta y novelista francés.
El ultraísmo
Este movimiento se origina al calor de una tertulia
literaria en un café de Madrid en el año 1918 presidida por Rafael Cansinos Assens, poeta,
novelista y ensayista español. El Ultraísmo aunque su influencia abarcó la
plástica fue una corriente esencialmente literaria sobre todo poética la que tuvo
por finalidad combatir el Modernismo y a la generación del 98 imperante en
España y en la América
hispanoparlante. Este movimiento literario fue ampliamente difundido a través
de diversas revistas literarias de la época.
Las características principales de
esta nueva forma de crear poesía fueron el exacerbado uso de la imagen y la
metáfora, supresión de los nexos y adjetivos,
de la rima y la puntuación. Además eliminó el sentimentalismo y su tono
confeccional. A través de sucesivas
metáforas pretende ser una poesía sugestiva, aunque críptica, menos lírica y
tantas veces sencillamente hermética.
Este
movimiento se extendió a América del Sur, especialmente a Argentina donde su
mayor exponente fue Jorge Luis Borges, quien menospreciando la elegancia y
riqueza lírica de la pluma de Rubén Darío escribe los siguientes términos: “La
belleza rubeniana es ya una cosa madurada y colmada, semejante a la belleza de
un lienzo antiguo, cumplida y eficaz en la limitación de sus métodos y en
nuestra aquiescencia al dejarnos herir por sus previstos recursos, pero por eso
mismo es una cosa acabada, concluida, anonadada".
Seguidores
de este movimiento vanguardista fueron: Guillermo de Torre, Gómez de la Serna , Juan Ramón Jiménez.
Jorge Luis Borges, Gerardo Diego, Juan Larrea, Pedro Garfias, Adriano del
Valle, Eugenio Montes, Rafael Lasso de la Vega , José Rivas. Jorge
Luis Borges Oliverio
Girondo, Francisco Luis
Bernárdez, Eduardo González Lanuza, Norah Lange y otros.
Esta
corriente literaria – como los anteriores movimientos vanguardistas- fue de
corta duración.
El Creacionismo
Tradicionalmente se da por autor del creacionismo a
Vicente Huidobro, poeta chileno, corriente literaria que cultivó también el
poeta francés Pierre Reverdy, y que, según
nos cuentan ciertos autores en algún momento disputó la paternidad de esta nueva forma lírica. Que si
hubo autores en otras latitudes de la tierra, que en otras lenguas coincidieron
en similares características en esta nueva concepción de escribir poesía, todo
es posible, lo cierto es que Huidobro acuña la palabra “Creacionismo” después
de madurar el concepto y plasmarlo en sus numerosas obras.
Según palabras del propio Huidobro comienza a cultivar este
género literario en el año 1912, continuando en los años siguientes, pero es en
el año 1916 cuando a través de una conferencia en el Ateneo de Buenos Aires, da
a conocer públicamente esta nueva forma de crear poesía.
Características principales del Creacionismo: Eliminación de
la sintaxis y de la puntuación, rechaza rotundamente la métrica, el ritmo y la
rima, otorga suma importancia a la disposición tipográfica de las palabras al
hacer uso frecuente de llamativos y numerosos caligramas, en otras palabras, hábilmente
utiliza recursos de efectos visuales, ausencia de un eje temático conductor, excepto
en algunas composiciones, entre ellas su “Arte Poética” , uso de metáforas
incoherentes, invención de nuevos vocablos sin lógica alguna,
uso recurrente de juegos de palabras, suprime lo descriptivo y/o anecdótico. Utilizando
sus propia palabras el poeta Vicente Huidobro declara: “El poema creacionista
se compone de imágenes creadas, de conceptos creados; no escatima ningún
elemento de la poesía tradicional, salvo que en él dichos elementos son
íntegramente inventados, sin preocuparse en absoluto de la realidad ni de la
veracidad anteriores al acto de realización". En síntesis es una poesía que
no surge desde los recónditos hontanares del poeta, sino que, evidentemente es una
creatividad mental, pues el propio poeta Vicente Huidobro lo evidencia en su
Arte Poética: “El vigor verdadero reside en la cabeza”
Fieles seguidores de esta corriente fueron: Juan Larrea y
Gerardo Diego.
El Surrealismo
El surrealismo cuyo significado es sobre el realismo, es un
movimiento artístico-literario que comienza en el año 1916 y es creado por André
Breton quien en el año 1924 declara en su primer manifiesto:
“SURREALISMO: sustantivo masculino.
Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por
escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento, es un
dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a
toda preocupación estética o moral.”
Después de romper, André Breton, con el movimiento Dadaísta,
gravitó sobre él fuertemente el pensamiento del psicoanálisis de Sigmung Freud,
en especial su relación con los sueños lo que con absoluta convicción le conlleva
a crear un cosmos nuevo cuya base será el subconsciente.
Este movimiento de más larga duración influyó enormemente en
todas las manifestaciones del arte y se caracterizó principalmente por su
transcripción de lo onírico y, contrario a la ruptura que propugnaba el
dadaísmo, este movimiento humanizó de nuevo el arte poético, pues su origen
proviene desde la intimidad del ser de manera inconciente, armonizando dos
estados anímicos aparentemente opuestos entre sí: la realidad y lo onírico los
cuales se transfunden en un solo carácter unívocamente sorprendente.
En
lo estrictamente poético, prescinde de la métrica, sin embargo, se observa una sólida
cohesión en su ritmo interno, también resurge la retórica bastante enriquecida
con nuevos giros expresivos, además, se originan nuevos e interesantes campos
semánticos.
Conviene señalar que más de 65 pintores fueron entusiastas
adeptos del movimiento surrealista, entre ellos, citaremos algunos: Salvador
Dalí, Joan Miró, Xavier Degans, Jean Cocteu, Roberto Matta etc
En
cuanto a los seguidores literarios del movimiento surrealista, -también
numerosos- mencionaremos a algunos escritores y poetas: André Breton, Guillaume
Apollinaire, Benjamín Péret, Phillipi
Soulppault, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Federico Garcías Lorca en “Poeta
en Nueva York”, Rafael Alberti en “Sobre los ángeles”, Julio Cortázar, Alejo
Carpentier, Octavio Paz, Pablo Neruda en “Residencia en la tierra”
especialmente su poema Walking Around.
Especial
mención merece el grupo literario surrealista chileno “La mandrágora” (Planta
a la que se le atribuye poderes mágicos)
conformada en 1938 por los poetas Teofilo Cid, Braulio Arenas, Enrique Gómez
Correa, Carlos de Rokha y Jorge Cáceres, quienes mantuvieron correspondencia
directa con los escritores surrealistas franceses.
Generación
del 27. Generación post-vanguardia:
Después del breve período de la
literatura vanguardista, irrumpió sólidamente la generación del 27 – generación
de la amistad que no intentó romper con
los movimientos rupturistas anteriores -
esta nueva generación post-vanguardista fue conformada por los insignes poetas:
Pedro Salinas. Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Federico García
Lorca, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre; Miguel Hernández y Luis Cernuda. Con
este movimiento se retoma el léxico culto perdido con las corrientes de
vanguardia, la poesía nuevamente se humaniza y, aunque algunos autores
utilizaron el versolibrismo, resurge con esplendor el soneto, el villancico y
el romance, Estos poetas cuidan la expresión
lingüística, con un lenguaje depurado y henchido de lirismo obtienen en el poema la belleza, elemento
consustancial en toda manifestación del arte. La poesía se
revitaliza con la metáfora y la precisión conceptual a través de la imagen
literaria.
Conclusiones:
Los principales
grupos vanguardistas analizados por el
suscrito son Futurismo, Dadaísmo, Ultraísmo, Creacionismo,
Surrealismo y lo hemos realizado con
la serenidad analítica-objetiva de lo que en realidad fueron. También mencionamos
a la generación del 27.
En
los amplios campos de la literatura nada debe ser excluido o condenado, lo
cierto es que la creatividad poética no está sujeta a cánones pre-establecidos
por los hombres, ella obedece a una ley natural tan cierta como la que rige a
los astros del universo. El universo llama a las puertas del artista de la
palabra e invade con su resplandor la voluntad creadora del ser, la entidad
verbal es sólo el reflejo de nuestra intimidad subjetiva... fulgor y gloria de
aquella riqueza interna que es parte de este universo, por tanto, la poesía no
puede ser un artefacto inanimado, opaco y frío, la genuina expresión lírica, trémula
en el blanco papel volverá a latir en los corazones fraternos y sensitivos.
La obra literaria cimentada en la palabra
tiene por fin último establecer un respetuoso nexo entre el lector y su creador
quien elabora su expresión para el
supremo deleite del primero. En un noble gesto el artífice de la palabra
intenta compartir el pan nutricio de su original creatividad, consciente que
toda expresión verbal debe llevar en sí el fresco hálito de su propia
intimidad, el fruto transparente de su desvelo a las pupilas del lector. El arte de la palabra escrita no reside en
una simple arquitecturación expresiva en base a vocablos inertes, ingeniosas
frases, graciosas combinaciones o conceptos vagos y metáforas muertas como si
tal fueran instrumentos fabricados por el impulso de un mental ingenio. El
auténtico arte de la palabra escrita no dimana exclusivamente de los atribulados surcos del cerebro humano,
este sólo organiza lo que proviene de fuentes más profundas, de un espíritu
capaz de elevarse a las cimas de la mística alcanzando la gracia que solo
otorga el cielo. El poeta verdadero ha de abstraerse de todo ámbito
deshumanizado y habitando en los elevados
campos de los valores espirituales
penetrar en los indelebles velos de su propia conciencia. De una
conciencia que le indique que sólo es un vaso carnal de una suprema esencia en
la transitoriedad de su vida terrestre.
Finalmente
podemos afirmar que en lo personal sí aceptamos la vanguardia literaria
creativa, al tiempo que, rechazamos rotundamente la vanguardia literaria
destructiva.
Lamentablemente,
en la actualidad, algunos poetas procurando la manera fácil de escribir poesía
con ciertos anhelos y vagas reminiscencias
por la corriente vanguardista procuran activarla.
ESPEJOS DEL HASTÍO
Luis Ossa Gajardo
¡Oh! tristes soñadores
que por agitar el verso incoherente
la sangre nutristéis
en un siglo desbocado.
¿Es la aridez vuestro rubi encendido?
¡Oh! poetas dejad de ser
el espejo del hastío.
Villa
Alemana, 21 de Mayo de 2014
Luis Ossa Gajardo
·
Poeta, Crítico Literario
y Libretista Radial Chileno.
Villa Alemana – Chile.
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