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lunes, 30 de septiembre de 2013

Libertad entre rejas


por Roxana Heise
escritora chilena

Al pensar en el encierro resulta inevitable evocar ciertas imágenes relativas a la cárcel: aparecen las rejas como declarando sentencia, los clásicos motines, el hacinamiento; condiciones infrahumanas de un país en vías de desarrollo. El ojo inquisidor se hace notar con la típica frase: “Algo habrán hecho”, en fin, no es tema por ahora. Dejemos a los motines extinguirse en su propio fuego mientras un centinela nos alumbra el pensamiento disperso y vemos que no siempre son rejas las que nos separan del mundo, a veces son barreras que ponemos para alejarnos de aquello que consideramos amenazante. Pensemos en formas menos evidentes de perder la libertad: el trabajo precario y sin expectativas del que no posee educación, la marginación social, el destierro, el aislamiento intenso de los depresivos, de los que pasan largas temporadas en el hospital, la reclusión de los ermitaños, los atrincherados en un búnker de guerra con la muerte al acecho, quienes deambulan con hambre en medio del Sahara cuando la libertad pierde valor, a merced de la incertidumbre y las necesidades humanas. También están los acostumbrados al encierro, porque no conciben otra manera de vivir y añoran los grilletes en los tobillos cuando vislumbran un mundo desconocido, amenazante, porque en el fondo el ser humano es domesticable y cómodo; suele evitar el cambio frente a esta transformista de mil caras llamada libertad, esta profesional del escapismo  que cautiva e ilusiona con su hálito divino, en medio del inhóspito paraje del sufrimiento. La devastación del dolor nos afecta a todos directa o indirectamente, cuando vemos personas acorraladas por su propio drama; las víctimas de maltrato intrafamiliar por ejemplo, que no piden ayuda y asumen con naturalidad una situación patológica. Mucho  queda por decir respecto a este complejo tema, pero estábamos hablando de la cárcel, de quienes no buscan conscientemente perder su libertad, hablamos de las rejas, de los motines, cuando la televisión sale a la palestra con la falta de recintos penitenciarios; el número de reos por metro cuadrado, el combate efectivo contra la delincuencia, el endurecimiento de las penas, los temas del día a día que constituyen el barniz de una escenografía teatral que se desploma, porque la libertad y la privación de esta son algo más que palabras de utilería, más que votos perdidos o ganados en elecciones. La libertad nos convoca a reflexionar sobre aspectos que a todos incumben, relacionados con actitudes, con convicciones, con ese espíritu colectivo que nos habita, que camina por nuestras calles convertidas en fortalezas en medio del duro combate contra la delincuencia. Miremos bien alrededor, veamos nuestro entorno y  la seguridad: rejas y murallones cercando nuestras viviendas,  ofertas para alarmas,  amenazas de robos, asaltos, vecindarios que se organizan para impedir una situación que nos vuelve vulnerables y nos enfrenta de manera concreta a la violencia. ¿Vivimos en un país libre? ¿Somos libres realmente o creemos serlo? ¿Será una solución endurecer las penas, armarnos hasta los dientes y tomar clases de defensa personal para enfrentar a los delincuentes como héroes de película infantil? Seguro nuestros honorables parlamentarios saben de sobra, que semejante tema requieren de un enfoque multidisciplinario, porque la libertad, con sus múltiples aristas, no es juego de niños. La sociedad está formada por personas que merecen respeto, respeto para vivir y por qué no decirlo; respeto para morir, conceptos que salen a la palestra si miramos el medio oriente, centro de la conciencia colectiva de gran parte de occidente, que nos hace añorar la paz más allá de las diferencias geográficas, políticas o religiosas. Deseamos paz para el mundo, paz para Sudamérica, paz para las víctimas de sus propias rejas, paz para aquellos chilenos que ante un incendio no lograron escapar de las llamas y murieron calcinados al interior de sus viviendas cercadas por rejas de protección, convirtiéndose en reclusos de su propio miedo. Esta reflexión está dedicada a ellos,  quienes fueron noticia durante uno o dos días sin que su muerte cobrara real sentido o generara algún debate a nivel nacional. Simplemente ocurrió, como suelen ocurrir algunas muertes, ante la mirada impávida de una sociedad acostumbrada a los barrotes de la inseguridad,  una sociedad que elude un tema tan sensible y trascendente, un tema que hace honor a la famosa frase de Mahatma Gandhi: La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutar la libertad.

martes, 18 de enero de 2011

CUENTOS HIPERBREVES DE ROXANA HEISE

** Roxana Heise es escritora chilena residente en Concepción, región del BioBio


AFIRMACION
Tu silencio lo confirma. Estás aquí contemplándome, remilgado y sudoroso, a punto de consumirte, esbozando una sonrisa. Esta vez dirás que sí.

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SUPERPRODUCCION

Diez largos años duró su estreno cinematográfico. El guionista y director del film, al verla sin maquillaje decidió pedirle el divorcio.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Ingrid Odgers Toloza -Chile

CÍRCULO

Había un círculo sobre su cabeza. En el espejo. Su rostro desmadejado lucía pálido. No se había afeitado en semanas. Cerró los ojos y pasó las manos por su nuca. Se observó de nuevo en el espejo. El círculo persistía. Intentó borrarlo con ambas manos, agitadas, frenéticas. Se encontró una espinilla en la nariz. Era pequeña y roja, Empezó a pellizcársela. Una gota de sangre manchó su piel. La secó con un pedazo de papel. Se lavó la cara. Se miró en el espejo. El círculo negro como un alambre seguía allí. Intentó de nuevo eliminarlo. Se restregó los ojos, por si era parte de una visión desquiciada, una fantasía. Pasó la toalla por su nuca. Uno de sus dedos cayó al lavamanos. Dio un respingo. Tocó su mano con cuatro dedos, el índice había desaparecido. Se sintió sorprendido. Es increíble como se puede cambiar de un rato para otro. Tenía un círculo dando vueltas sobre la cabeza y había perdido uno de sus dedos. Respiró hondo. ¿Qué cresta pasaba? Un estremecimiento lo sobrecogió. Su mano no tenía sangre y ese majadero anillo oscilando como colgado del techo, lo miraba amenazante. Iba a dejar la toalla en la barra y se percató que su ojo, uno de sus ojos se había enredado en ella. Tuvo ganas de llorar. O de gritar. Pero su madre estaba al otro lado y no deseaba asustarla. Se miró al espejo. Ahora estaba con el círculo, sin un dedo y sin un ojo. Podía ver el agujero. No había rastros de sangre. Intentó de nuevo derribar ese anillo idiota. Miró hacia el lavamanos su dedo estaba allí atrapado en la rendija. No quiso tomarlo. Su ojo en la toalla. Estaba asustado. Ese círculo solo le había traído malas consecuencias, el dedo, el ojo. ¿Qué haría? Se sentó en la taza del baño. Empezó a recordar cómo había llegado hasta allí. Estaba a punto de un ataque de nervios. Miró el ojo en la toalla. Un sudor frío lo recorrió. De pronto cuando estaba sumido en olas de agua turbia que salían de las paredes blancas y rebosaban el cuarto de baño escuchó una voz que le decía: ¡Despierta Pablo!, mira que el desayuno se te enfría. Se levantó de un salto de la cama. Se precipitó hacia el espejo que estaba en su cuarto, el círculo persistía. El dedo se había convertido en una llama que brillaba al fondo de la cuenca de su ojo.



FIESTAS PATRIAS
Abrí la tapa color rojo y tomé un largo sorbo de Evian. Claramente el “dieciocho” me resultaba insoportable. Todo ese barullo de “cuecas”, vino, empanadas y vestidos floreados, me dejan chato, pensé mientras bebía otro sorbo de agua mineral. Son las 3:17 de la tarde del domingo, un día más de este largo festejo. Único en la historia de mi país. Dije “mi país”, sí, no “este país”, que tiene un tonito despreciativo que deja, cuando lo escucho, un sabor amargo, “como natre” diría mi abuelo, si estuviera vivo. Me puse los calcetines gruesos, los grises. Me tendí en la cama. Escuchaba los gritos que venían de la vereda y el motor de uno que otro vehículo que transitaba por la calzada, vestido de “dieciocho”. Tomé otro sorbo de agua. Me quedé arrollado como gato. Tenía frío. Unos rayos de sol herían mi rostro. Me cubrí con uno de mis brazos. Los gritos, el sol, el frío. La insoportable celebración patria. Una bola de nieve se incrustó en mis tobillos. Era redonda, perfecta, una verdadera espuma blanca. Recordé a Julia. Esa tez pálida, el pelo largo y liso, la cabeza hermosa que coronaba un cuerpo menudo, atractivo. La bola creció y mis piernas quedaron paralizadas por esa masa voluminosa. Se extendía por mi espalda y sentí como el frío calaba mis vértebras, la bola de nieve repentinamente se había deslizado por mi tronco y agobiaba impasible mi garganta. Me encontraba atrapado por la esfera y mi cuello y cuerpo estaban congelados. Pataleé, hice algo de presión con mis hombros en la piel interna de la cápsula helada. Inútil. Hice un nuevo intento para salir de esa esfera hambrienta. No pude. Julia apareció ante mis ojos, su mirada era un lago azul que me hechizaba. La extraño, pensé y miré la botella de Evian. Sí, tenía sed y estaba escarchado. La angustia se adueñó de mí. Luego de un rato, concluí estas son mis fiestas patrias. Estaba resignado a mi suerte. El teléfono me observaba. Julia se metió por mi cabeza y besó mi lengua, la cavidad rojiza, caliente de mi boca, sentí el recorrido de sus muslos por mis hombros, sus manos recorrían mis vísceras, apretaban mis riñones, sus dedos corrían por mi columna. Me estremecí. Abrí los ojos. Mi cuerpo continuaba atrapado por esa masa mórbida blanca. Una calidez me invadía. Julia hizo presión en mi entrepierna fue entonces que estallé en aullidos, en carcajadas incontrolables. De mi cuerpo fluía sangre y agua, volaban vísceras fragmentadas por los aires. Todo aquello diluía la bola de nieve. La masa mórbida. El hielo. Julia salió de uno de mis costados. Yo estaba conmocionado por el clímax. Ahora, ella decía adiós desde la puerta. Volveré exclamó, dio media vuelta desapareciendo. Escuché nuevos gritos debajo del balcón. Sonreí.



CURRÍCULO BREVE

Ingrid Elizabeth Odgers Toloza -Concepción de Chile, 1955

Analista de Sistemas, gestora cultural, poeta, ensayista, narradora y crítica literaria. Miembro del Comité Consultivo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (Junio 2007- Mayo 2008). Editora de la Revista de literatura La silla y de la Antología Virtual Poetas del Mundo. Ex Directora del Sindicato de Escritores de la región del BíoBío, Directora de la Unión de Escritores de la Octava región, ex Directora y Relacionadora Pública de la Casa del Escritor Miguel Hernández, miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y del Colectivo la Silla, co- fundadora del Centro Cultural Ceres y del Sindicato de escritores del BíoBío. Jurado del Programa “Haz tu tesis en Cultura” -2007, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Su obra ha sido incluida en la Historia de la Literatura Hispanoamericana de Polonia y actualmente es traducida en Europa (una novela y tres libros de poesía).
Participa activamente, en talleres, exposiciones y asesorías literarias y culturales realizadas en Centros Culturales de la región del BíoBío, destacando entre ellos: el Centro Cultural Nutnakeya de Coelemu, Amigos por Talcahuano y el Centro Cultural Abraham Lincoln de Hualpén. Es creadora de la red virtual Letras Iberoamericanas, la Antología virtual Poetas chilenos, y de Página de Comentarios de libros, pintura y cine. Su preocupación fundamental además de su creación literaria, destacada en diversos medios, es la difusión de la literatura, arte y cultura regional plasmada en proyectos digitales como la pagina Colectivo la Silla de la Región del BíoBío, Escritores del BíoBío y BioBio Gestion Cultural.

Es co-fundadora del Centro Cultural La Silla del BioBio y actualmente, es la encargada de Arte y Cultura, crítica literaria de la Revista de Literatura Periferia. Entre sus múltiples actividades se incluye su trabajo en el Programa Chile+Cultura 2008, del Consejo Regional de la Cultura y las Artes del BíoBío de Chile, emite un programa de Radio Web Mundial, llamado “Mundo de Poesía”, señal internacional dirigida desde New York por el escritor Ricardo Cox y se especializa en guión, producción y dirección cinematográfica en Concepción.
Integra la Red Mundial de Escritores en español, de Poesía Universal, de Poetas del Mundo, de Artecomunicarte, es miembro del Circulo de Literatura Vanguardista Internacional, de Poetas Virtuales, integra la Curadoría autogestionada de Poesía chilena, entre otras páginas y organizaciones nacionales e internacionales.

PUBLICACIONES:

• Ángel dormido (1998)
• Bajopiel (1998)
• Arcoiris de vida (1999)
• Copa de invierno (2000)
• El retorno del ángel (2001)
• La extraña barca del olvido (2003)
• Náufragos en la ciudad (2003)
• La llave de la otra historia (2005)
• A puertas cerradas (Ensayo,2005)
• Más silenciosa que mi sombra (Novela, 2006)
• En las frías rodillas del mundo (2006)
• Antología Poesía del sur (2002)
• Antología Forestal 22 (2006)
• Antología Voces sin fronteras(Montreal, Canadá, 2006)
• Antología Poesía Rayentrú (2007)
• Memoria de un juego (2007)
• La fusión de los signos (2007)
• Creación literaria, comentario y crítica- ESTUDIO MARGINAL(Ensayo, 2008)

EN PRENSA: Novela “De tu sangre cautiva”-Mantra editorial- Editor Héctor Hernández Montecinos



PUBLICACIONES EN REVISTAS LITERARIAS:

Su obra ha sido publicado en numerosas revistas impresas y virtuales: regionales, nacionales e internacionales, destacándose entre estas últimas, las publicaciones en España, Perú, México, Argentina, Canadá y Polonia.

PREMIOS y DISTINCIONES

-Premio Fondo Apoyo Iniciativas Culturales Municipalidad de Concepción 2008- área Literatura- Categoría Novela
-Designada Miembro del Comité Consultivo Nacional de Cultura en reconocimiento a su vasto currículum y destacada trayectoria en el ámbito de la Literatura
-Premio Consejo Nacional del Libro y la Lectura 2002
-Premio Tercer Concurso Nacional de Poesía y Cuento Magoeditores 2005
-Su obra figura en el estudio “Presencia Femenina en la Literatura Nacional” - Lina Vera Lamperein- Edición 2007corregida y actualizada de las destacadas escritoras: Ana María Vieira y Paz Molina
-Su obra figura en la Cartografía Cultural de Chile (Mineduc 1999-2002)
-En el Carné lírico Chileno (2002)
- En revistas literarias regionales, nacionales e internacionales (1999-2008) y en Sitios Web nacionales e internacionales.
- Ha sido invitada al Encuentro Mundial de Poetas en Oaxaca, México por su ponencia: “Chile, Mujer, literatura y discriminación”.
-Es designada por la Casa del Escritor, para representar a la Región del BíoBío en el Encuentro Mundial de Poetas de Chiclayo, Perú en el año 2002

PARTICIPACIÓN COMO JURADO
• Concurso de Poesía la Casa de Todos –Talcahuano
• Concurso Regional de Poesía Dirección Colegio de Profesores Región del BíoBío
• Jurado del Programa “Haz tu tesis en Cultura” del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes- Septiembre de 2007-noviembre 2007
Paginas en Internet: http://ingridodgerstoloza.blogspot.com –
Comentarios de libros y otros: http://ojodepoeta2007.blogspot.com
Pagina WEB en :
http://mujerdeconcepcion.googlepages.com
http://espanol.geocities.com/ingridodgers/
http://literaturaingrid.galeon.com


viernes, 27 de junio de 2008

POÉTICA DE LA LITERATURA FEMENINA CHILENA DEL SIGLO XX, UN ESBOZO

jueves, 27 de marzo de 2008

“Yo tengo una palabra en la garganta

y no la suelto y no me libro de ella

aunque me empuje su empellón de sangre”.

(Una palabra: G. Mistral)

Por Cecilia Palma

Vicepresidente Sech

Ponencia

Feria Internacional de La Habana 2008


La poética de un artista es la reflexión acerca de su oficio y de sí mismo con relación a él; de esta reflexión surge su voz, el motivo de su arte y la ruta que este último tomará; es decir, la poética es el artista confrontado con su ser y, en esa perspectiva las categorías reseñadas más abajo, son en principio, hijas de la modernidad.

El concepto de poética se acuña desde que se intentó explicar la esencia de la poesía a partir del lenguaje y, se palpa cuando, el discurso del hablante se convierte en el manifiesto; en él, desarrolla a través de su propia voz, su pensamiento y su visión del mundo y de su imaginario.

El énfasis del poeta se descubre en sus versos y el mensaje se desarrolla a través de las palabras, que pueden o no ser comprendidas en primera lectura, pero que sí se sienten o perciben en ésta; ese trasfondo refleja la interioridad del hablante y su forma de ver. Así, tenemos una diversidad de poéticas según cuán diversos también son los escritores; poéticas de resistencia; a la sociedad, a una dictadura, a la negación rebelde de aceptar alguna intromisión sobre una verdad personal; poéticas de la soledad, el desamparo como sentimiento interior, relacionado a diversos motivos, poéticas del amor, ese amor perfecto y real, el amor perfecto pero ficticio, el amor físico, el amor perdido, el desamor, etc., las poéticas del sueño; donde tienen cabida todas las voces, porque en ellas y en sus trabajos, siempre hay un sentido, una búsqueda, una instancia de razonamiento empírico que intenta rescatar algún sentido.

En este trabajo intento develar la valiosa labor de mujeres escritoras chilenas, sus imaginarios, su visión del mundo y la particular poética de sus versos.

Hablar de literatura de mujeres, ya contiene en sí misma esa frase, una discriminación en la que no quisiera caer; sin embargo, no se puede hacer un análisis de ningún tipo si no se habla de la distancia entre la difusión, la oportunidad y el costo que la mujer tiene en el aspecto literario, con relación al hombre; así como, dejar de lado; por un lado, el contexto histórico, cultural, social y la postura freudiana o no de la sociedad en la que esta mujer creadora se está desarrollando; y por el otro, la aceptación de que la percepción femenina del mundo circundante es distinta puesto que ella es a partir de su propio cuerpo, un ser diferente con emociones y visiones especiales. Tendríamos que mencionar aquí, las dificultades a las que ellas se enfrenta para mantener su pluma y hasta de la diversidad de horarios que ambos géneros destinan a la labor creadora. Con todo, esta diferencia en el aspecto de las poéticas, como concepto meramente estético, tiene una identificación absolutamente femenina que resalta el mundo interior de las hablantes, destacando su esencia de mujeres a través del lenguaje.

En la poética femenina, he querido abordar distintos fondos y formas de tratamiento en sus creaciones. Pienso en su deseo, necesidad, visión, intimidad, vivencia, presencia de un mundo interior que quiere ser expulsado a través de la literatura. Su poesía como sueño, como signo de vida y mirada, como imaginario.

La mujer, más allá de su condición de hembra; posee en su interior un mundo rico de vivencias íntimas y de pensamientos que en la generalidad del tiempo, calla. Hay un gesto dentro de sus entrañas que genera en ella una forma de sentir, una sensualidad que va más allá del erotismo; sino más bien, una sensualidad de la percepción de la vida. Esta riqueza interior se plasma en el arte de manera única. Aunque sus palabras, en el caso de una escritora; se perciban, nombren y hasta griten … siempre, tras esas letras, hay un significante:

"a nadie le importa
el maldito lloriqueo
de una poeta de mierda"

(Malú Urriola)

Este texto, siendo lo fuerte y lo duro que es; trasluce un sentimiento de dolor, de fuerza, de soledad y de rebeldía, muy profundos; donde la palabra adquiere un valor más allá de sí misma.

Las voces que aluden a la soledad, el sentimiento de desamparo, de frustración es una constante en nuestra poética; sus causales son diversas.

Un fragmento de La visión y la calle:

… la soledad que hay en la calle

es tan profunda, que decenas de carruajes

y tranvías no podrían perturbar esta visión.

(de Cecilia Palma, A pesar del azul, 1992)


De Stella Díaz Varín:

… Uno ya no puede valerse de nadie.

Yo no puedo estar en todo;

para eso pago cada gota de sangre

que se derrama en el infierno.

(de Breve historia de mi vida)

La representación del motivo “soledad” en la voz femenina, se desarrolla a través de diversas concepciones. Durante siglos y, desde que a la mujer se le permitió aprender a escribir y leer; su escritura estuvo ceñida a diarios de vida en los que volcaban sus emociones y sentimientos más íntimos, esos que no era posible decir en voz alta porque “una señorita no puede pensar o decir esas cosas”; así mismo, a cartas con posibilidades o no, de llegar al destinatario y a veces, a la narración de algún cuento para sus hijos.

En Chile, en los albores del siglo XX, la mujer necesitó comunicarse con los otros y especialmente con las otras, a través de sus creaciones literarias, en las que volcaban subjetivamente su mundo interior. No hay que ser muy entendido en la materia para confirmar que estos mundos internos no han cambiado demasiado, más bien se mantienen a través de los años, aunque el lenguaje y la forma de expresarlo sea diverso. Este argumento deja sentado que la esencia de la mujer, (tomando el concepto de esencia como el mundo interior que sostiene a la conciencia) y su visión del mundo, sigue explotando y buscando nuevas formas de expresarse.

Teresa Wilms Montt, poetisa de los inicios del siglo, proveniente de la alta burguesía chilena, fue duramente castigada por su familia y su estirpe por la rebeldía a la que se entregó en su corta vida; asidua a las tertulias literarias, tuvo ideas anarquistas y de la masonería; debió soportar que una especie de tribunal familiar la condenara a la separación de sus hijos y al enclaustramiento; del que finalmente escapó ayudada por Vicente Huidobro; no encontrando, pese a ello, su tranquilidad espiritual, terminando con sus días el año 1921, en París, a la edad de 28 años. En las últimas páginas de su diario, escribió:

"Morir, después de haber sentido todo y no ser nada...".

O en otro de sus textos..

"extraño mal que me roe, sin herir el cuerpo va cavando subterráneos en el interior con garra imperceptible y suave... desnuda como nací me voy"

Este mismo imaginario de sentirse abandonada en un mundo que al parecer no es para ellas; es el que la poetisa Elvira Hernández, (Lebu, 1951 ), nos entrega en este texto y en el que realiza un analogía entre la bandera chilena y la mujer.

"Nadie la identifica en el charco donde vive

si la han visto no se acuerdan".

O de Yenny Paredes, poeta de Valdivia, (1968)

Escapo hacia el borde de la cama
a punto quedo de salirme de la página
colgando de la cornisa
como nieve herida por el sol.

En todos estos versos, hay dolor, hay soledad, hay sueños y una firme rebeldía que se asoma inasible entre las palabras. Esto es lo que intento develar: En la de la mujer escritora chilena, no sólo hay el sentido del dolor y del desamparo, si no también fuerza y lucha.

Gabriela Mistral, nuestra Premio Nóbel, como es por la mayoría sabido, fue una mujer sufriente y sola en un mundo patriarcal, con una concepción durísima de sí misma, al punto de escribir: y bendito mi vientre en que mi raza muere, dictaminando con ello una sentencia: No habrá descendientes. La representación de su dolor, se desarrolló a través de toda su vida de diversas formas y motivos, manteniendo también esa voz fuerte y luchadora; la que resiste a todo.

Sin ir más lejos, en Desolación, nos dice:

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?

Gabriela también causó controversia. Una vez que nos despegamos del recuerdo de la escuela primaria, donde nos enseñaron de memoria los “pececitos de niño/ azulosos de frío...” y nos embarcamos en un conocimiento más profundo de ella y de su obra, nos encontramos con una mujer muy potente; con un discurso poético y también político que en Chile no se ha valorado en su justa medida, pese a que no fue considerada como “vanguardista” .

Las vanguardias, significaron una liberación extraordinaria de los procedimientos expresivos el poema “La flor del aire”, abre una dimensión distinta de la obra de la poeta, con un lenguaje distinto, más atrevido, que bien podría ser un retrato desacralizado del amor que contiene un erotismo tenue:
LA FLOR DEL AIRE


Yo la encontré por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.

Me subí a la ácida montaña,
busqué las flores donde albean,
entre las rocas existiendo
medio dormidas y despiertas.

Cuando bajé, con carga mía,
la hallé a mitad de la pradera,
y fui cubriéndola frenética,
con un torrente de azucenas.


Para algunos este poema atisba un encuentro furtivo, amatorio... ¿entre dos mujeres?... Si bien es cierto, el tratamiento estructural del texto es tradicional, no lo es, la osadía y la sensualidad que se asoma de manera sutil entre sus versos.

Como mencioné anteriormente, la escritura de mujeres, estuvo sometida durante siglos, al desarrollo de sus letras de manera íntima, como el Diario de Vida, la Autobiografía, el Testimonio, las cartas y a sus pensamientos, sin embargo, a comienzos del siglo XX, busca ahora comunicarse con el exterior. En esta etapa, algunas poetizas intentan igualarse o mimetizarse con la literatura de hombres y emergen desde las casonas y cuartos cerrados, sus arengas, artículos y protestas genéricas. Los argumentos: el sexo y el derecho al trabajo. Ellas logran, con todo, aunque con algunas desventajas; ser incorporadas a la vida cultural de nuestro país. A partir de entonces, comienza una propuesta de trasgresión religiosa y sexual, la utilización de los recursos poéticos simbólicos, confrontacionales y contextualizados; son una búsqueda de revaloración de sí mismas y de la vida a partir de la ruptura de las antiguas imágenes.

Ha habido en Chile, grandes poetisas que hicieron un bello trabajo creativo durante el siglo XX; no es posible en estas líneas, lamentablemente hablar de todas ellas, como quisiera. Siento que no han tenido el espacio ni el tributo merecido y por ello las traigo en estas palabras, con sus voces propias.


Stella Díaz Varín, en el poema VII de los dones previsibles nos dice:

Me han quitado la sombra

El canto de los pájaros

La bien amada sombra de las alas

Tutela dulce

A mi dolida resistencia.


Y otros motivos, ya más agresivos, fueron apropiándose de una intención distinta, comienzan a desarrollar mis congéneres por allá por los setentas, donde el momento histórico, el desarrollo vertiginoso de una sociedad cada vez más inhumana fue poblando el sentimiento de la poesía:

Paz Molina, su poema “Libérame”

Libérame dios suicida

Sentado en tu trono de basura

Con una solemnidad impúdica.

Tu envoltura circense, tu menear el trasero

En busca de buenos dividendos

Para tu campaña publicitaria.

O la resignificación de los símbolos nacionales que hace Eugenia Brito, en los que a través de sus versos rearma un país fragmentado. Brito, en su libro Vía Pública (1984) entrega estos versos dedicados a la Virgen, la que está en la cima del Cerro San Cristóbal, la que nombraron los patriotas: la madre de Chile:

"Sí, Virgen del Carmen,
no quiero tender mis brazos desde el cielo
Yo quiero estar abajo
dentro de la miseria
dentro del abandono
dentro de mi sexo"

O cuando indica;

"ESCUCHA DIOS
Quién iría a creer que para verte
bastaba con tenderse de espaldas"

No como adopción de la fe, sino una reconstrucción de la identidad y en cierta forma es una ironía a la misma.


En este mismo sentido; Elvira Hernández, nos dice:

"La Bandera de Chile está tendida entre dos edificios

se infla su tela como una barriga ulcerada

_cae como teta vieja_

como una carpa de circo

con las piernas al aire tiene una rajita en el medio...

un hoyito para las cenizas del general O'Higgins

un ojo para la Avenida Bulnes"

ella libera en este texto una analogía entre la mujer y la bandera, uniendo con signos eróticos el destino de ambas.

María Luisa Bombal, una de las narradoras más extraordinarias de Chile, fue una exponente de creación y desborde del imaginario narrativo, utilizando en sus escritos una serie de símbolos como forma de rebelarse al lenguaje y al medio, pese a que ella poseía una fuerte aceptación de los diferentes roles de ambos sexos. (ver Testimonio Autobiográfico, pag. 342)

Invoca, a través de las palabras, un símbolo erótico y sutil en las siguientes líneas: “Parece que me hubieran vertido fuego dentro de las venas (...) Cierro los ojos y me abandono contra un árbol. “¡Oh, echar los brazos alrededor de un cuerpo ardiente y rodar con él, enlazada, por una pendiente sin fin!.

Un abandono al sentimiento del placer, sometida a la vez, a una soledad inmensa.

El avance de la sociedad, la historia, la participación en política, el protagonismo que de a poco la mujer va tomando en la vida de la nación y a veces en su propia vida; la lleva a disfrazar sus emociones tanto de manera externa como interna; es como si no quisiese que nadie la visite hasta su esencia; la creación de un desmembramiento personal. Marina Arrate en Máscara negra:

"Plena, precisa y pausada

procederé a iniciar

la ceremonia

de mi propia coronación".

o

"Se despeja el rostro de las manos

Dos ojos en el espejo

hechizados se contemplan.

Detrás de ese antifaz

de serpiente empalizada

dos ojos absortos

embebidos de asombro/ palidecen"

Para Arrate, el espejo es el objeto que la conoce y reconoce y en él demanda la instalación de la nueva apariencia, con rebeldía; ella misma se corona o autocorona la reina de sí misma.

Malú Urriola (1967) en piedras rodantes, su primer libro (1988), crea un diálogo entre sí, como espectadora y hablante. Como propuesta estética, este trabajo fue bien recibido tanto por la crítica como por sus pares; sin embargo, quisiera mencionar aquí, un poema suyo, publicado en Hija de Perra, que me parece notable. Permítanme mencionar algunos fragmentos:

"...cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no sentir esta falta...daría un brazo, pero no el brazo con el que escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada... Si no tuviera este brazo tampoco podría hablar, porque este brazo es mi lengua, con este brazo puedo decir lo que la lengua se calla, podrían cortarme la lengua pero no el brazo, por eso no siento ningún miedo cuando tengo la lengua dentro de tú boca, porque aunque la arrancaras me quedaría este brazo... Si no fuera por este brazo no se que sería de mi, por eso sigo a mi brazo, porque este brazo es capaz de encontrar lo que yo no hallo, por eso es él quien escribe, porque si escribiera yo, no encontraría las palabras necesarias, en cambio mi brazo es exacto."
Quise terminar mi trabajo con este texto, porque esta poética de Malú, es una eclosión que representa a la resistencia que la poesía de mujeres ha sostenido a través de su historia en nuestro país. Es un brazo porfiado y así somos. Es cierto que el lenguaje y el imaginario femenino, a través de los siglos es distinto por cuanto, la problemática ha cambiado; el constante movimiento de la historia y sus vértices, como lo han señalado teóricos de la literatura, conlleva necesariamente al enriquecimiento del lenguaje y sus expresiones y, en ese sentido, la voz femenina con su poesía, estará allí, siempre; como testigo de una civilización desde una particular y única forma de observarla o aprehenderla.

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