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viernes, 25 de enero de 2013

HERTA MULLER




Poema del Viernes # 6

                                                                                      Por Hellman Pardo

El Faisán, aquella ave que habita en las praderas abiertas, al finalizar los bosques, es considerada en algunos países europeos como la representación del desencanto y la derrota. No en vano Herta Müller llamó al hombre como el gran faisán del mundo. Un libro extraño aparece en Berlín en 1995, Der Mensch ist ein großer Fasan auf der Welt. Novela, relato, poesía; todo junto en una sola obra. Aquí se confunde el asalto de la narrativa con la fuerza del poema. Dejo aquí uno de los textos del libro, traducido por quien edita esta nota hace ya unos cuantos años, al preguntarme, como todo el mundo, quien era la flamante ganadora del Premio Nobel de 2009. La Academia, en este caso, tuvo la razón.

 LA LÁGRIMA

Amelia salió del patio. Comenzó a andar por la hierba llevando una pequeña caja en la mano. La olió. Windisch vio la falda de Amelia proyectar su sombra sobre el forraje. Sus muslos eran blancos. Windisch vio que Amelia mecía las caderas.

La caja estaba enlazada con una cinta plateada. Amelia se miró en un espejo. Buscó en él la cinta y haló de ella. “La caja estaba en su sombrero”, dijo.

En el interior crujió un papel de seda blanco. Sobre el papel había una lágrima de cristal, y tenía un orificio en la punta, así como una ranura en su interior. Bajo la lágrima había una hojita de papel. Rudi había escrito en ella: “La lágrima está vacía. Llénala de agua, agua de lluvia, si es posible”.

Amelia no lograba llenar la lágrima. Era verano, todo el pueblo se había quedado seco, estéril, y el agua del estanque no era agua de lluvia. Amelia acercó la lágrima a la luz de una ventana. Por fuera era sólida, pero por dentro, a través de la ranura, se estremecía.

El cielo ardió siete días hasta vaciar el mundo por completo. Se desplazó hasta el final del pueblo. En el valle, el cielo miró hacia el río. Bebió toda el agua posible, y volvió a llover.

En el patio el agua se precipitaba sobre las piedras. Amelia se detuvo con la lágrima mirando hacia la canaleja. La lluvia iba colmando el vientre de la lágrima.

En el agua de la lluvia también había un retazo de viento. Un viento que impulsaba campanas de cristal por entre los árboles. Se escuchaban lóbregas, en cuyo interior se agitaban remolinos de hojas. La lluvia cantaba. Parecía tener arena en su voz, y cortezas de árbol.

La lágrima se llenó. Amelia la llevó a su habitación con las manos mojadas y los pies descalzos saturados de arena.

El agua resplandecía en el interior de la lágrima. Una luz fulguró dentro del cristal. El agua de la lágrima goteaba entre los dedos de Amelia.

Windisch extendió la mano. Cogió la lágrima. El agua comenzó a empapar su codo. Amelia se lamió los dedos con la punta de la lengua. Windisch la vio humedecerse los dedos en aquella noche tempestuosa. Miró la lluvia afuera. Sintió la oleada de agua en su boca. El nudo del vómito le oprimió la garganta. Windisch puso la lágrima sobre la mano de Amelia. La lágrima goteaba, y el nivel del agua en su vientre no cedía. “Es agua salada. Te calcina en los labios”, dijo Amelia.

Esta vez, Amelia se lamió la muñeca. “La lluvia es dulce”, dijo, “La sal viene del llanto de la lágrima”.



Herta Müller (traducción al castellano por Hellman Pardo)







sábado, 19 de enero de 2013

Conversaciones en el jardín del fin del mundo



  

Javier Cánaves habla con Héctor Hernández Montecinos



JC: De su libro [coma] (2006), el poeta Raúl Zurita ha dicho que no se trata de una obra individual, sino que es una obra colectiva que representa la agonía y simultáneamente el nacimiento de una generación. ¿Es muy exagerado pensar que [coma] supone un punto de inflexión en la poesía chilena?

HHM: Creo que cada libro es un punto de inflexión, ya sea en la historia personal de un autor, de una generación o de una tradición/ruptura literaria, pues de algún modo un libro viene a visibilizar un conjunto de decisiones líricas en cuanto a diversos asuntos que van desde el libro como mercancía hasta la alegorización de un suceso determinado. En este caso, [coma] nace en el seno de una generación de jóvenes poetas chilenos llamada por la crítica como la "novísima", la cual ha planteado un nuevo escenario de políticas escriturales que no se veía desde la dictadura militar chilena desde comienzos de los años setenta. Los contextos han cambiado, pero siguen siendo los mismos. Antes fue una dictadura milica con un rostro hegemónico, ahora esa ley marcial se ha fracturado en microdictaduras del mercado, de clase, de género, etarias, entonces esa es la escenografía de esta nueva avanzada de poetas jóvenes. [coma] se rebela a la dictadura del lector burgués que desea un libro ameno, corto, sin cortapisas para su lectura, sin aspavientos en su escritura, entonces ese es el salto, o el punto de inflexión me imagino al que se refiere Zurita, es un libro, no un poemario, que debiera leerse como novela, como guión, como obra dramática. Los géneros ya han sido deslindados, los literarios también. Allí hay una inflexión, un pliegue deleuziano, un deconstruirse desde dentro de la obra misma, centrípeta, anómala, nómade, bastarda, exiliada. Es quizá por eso que esta generación brillante ha tenido su primer espolonazo desde sus propias filas, un harakiri, un fratricidio, un hoyo negro que sin más arrastra consigo a lo que esté cerca de él.

JC: O sea, si los géneros literarios ya han sido deslindados, ¿habrá que volver a lindarlos, acercarlos más unos a otros? Es más, ¿habrá que barajarlos o, incluso, olvidarnos de ellos para escribir esa obra total y nueva (que es lo que parece pretender con [coma])?

HHM: Creo que la literatura contemporánea, y en específico la poesía latinoamericana, ha dado un paso al proponer no una lectura de un 'qué' sino el estar leyendo un 'algo'. Este algo, llámese cruce de géneros, obra total, postvanguardia, avanzada, etc. ha abierto una brecha en el punto más radical de lo que significa la literatura y es la forma de cómo se leen las obras. La existencia de los géneros literarios es algo que la academia desea perpetuar, la convención editorial, no sé. Uno, como autor, se propone mover ese límite impuesto a la escritura justamente haciendo el gesto de permitir una lectura paralela a tal obra. Por ejemplo, en mi caso particular, [coma] está presentado como un libro de poesía, pero como tal excede la cantidad de páginas "normales", su paisaje escritural y temático es más cercano a la narrativa y lo lírico suele ser uno de tantos detalles, pero si se leyera con los ojos de una novela funcionaría con el inconveniente de ser muy poética. Ese es el punto que me interesa, ese intermezzo, esa fisura del género, ese 'algo' que te decía antes, un neutro, un nódulo impertinente. No se trata de volver a lindar ningún género, sino que de multiplicar sus entradas, voltear el guión que tiene cada género. Por último, una obra total y nueva sólo será posible en el seno del único género que existe: la ficción.

JC: Desde luego, su obra resulta insultantemente libre. Si Antonin Artaud dijo "perdonad mi libertad absoluta", usted parece decir "soy radicalmente libre y no necesito que nadie me perdone ". Pero dígame una cosa: ¿No pueden darse de un modo simultáneo, en un mismo autor, una escritura "radical" (llamémosla así) y otra más convencional? ¿Es la suya una apuesta feroz y sin fisuras?

HHM: La convencionalidad con la que trabajamos los poetas es desoladora, existe una rigidez del género poético que se ha mantenido por siglos y siglos. O sea, nosotros, latinoamericanos, ya con el hecho de continuar ese idioma español purista estamos siendo conservadores, de allí la radicalidad de un César Vallejo, un Vicente Huidobro o un Oliverio Girondo, por ejemplo. Las formas se mantienen y son el límite de que un trabajo escritural sea leído como poesía, narrativa o ensayo, por eso cuando me hablas de esa fisura justamente es la fuga a ese encasillamiento de las herramientas y materialidades de las que uno se sirve. Incluso, ahora que está de cierta moda ser radical, ese mismo gesto se ve obligado a plegarse en su contingencia política, es decir, hacer un caligrama o la poesía concreta ya no es radical, pero sí salirse del formato libro que es una mercancía del fascismo en ciertas condiciones. La literatura se ve obligada a desplazarse más allá de la dialéctica forma y contenido hacia áreas que se preguntan por la función de la literatura durante la catástrofe o su labor de subjetivización y epifanía creativa. La ferocidad de una apuesta literaria tiene como ese límite dejar la escritura, o sea que el gesto más radical, y únicamente radical, es no escribir, o publicar más. Y ese es el gesto que me he propuesto como acción de arte extrema.

JC: Vayamos seis años atrás. En 2001 aparece el poema "No!", un texto furioso, generacional y clarividente, un texto que de algún modo ya contiene todas estas ideas que desarrolla en esta entrevista. ¿Siempre lo tuvo claro? En fin, háblenos de sus inicios...

HHM: Sí, tienes razón, este texto de algún modo es bien clarividente, pues sin quererlo es el primer poema colectivo de esta nueva generación de poetas, y desde allí se abre como una visibilización de una comunidad que en el 2001 no existía aún, ni menos en marzo del 2000 que es cuando se escribe ese poema a raíz de la obtención del Premio Nacional por parte de Raúl Zurita. Las putas de la belleza y los perros de la poesía me parecieron los primeros enemigos contra los cuales uno como poeta joven estaba disparando, y después de seis años esta postura la radicalizo en el libro nuevo que continúa a [coma], que se llama [y punto]. Allí recupero la potencia de mis primeros textos, como tú dices, furioso. También me preguntas por el inicio de mi trabajo, bueno, intentaré hacerlo corto. Comencé a escribir el año 99 en un taller de poesía al cual llegué por casualidad, desde allí hasta ahora todo y nada ha pasado. He viajado, publicado algunos libros, conocido varias personas. Desde el primer libro hasta el último no es mucho lo que puede ir dejándose de lado o volverse a integrar. Una y otra vez las mismas obsesiones, las mismas rabias, las mismas penas. Siempre vi un solo libro que es La Divina Revelación conformado por [guión] (2001-2003), [coma] (2004-2006) e [y punto] (2007-2009). Una especie de paso de cuerpos infernales pasando por territorios suspendidos hasta llegar a la resurrección de los discursos de la muerte. En este gran solo libro aparece este poema "No!", el primero publicado hasta lo que escribiré en 2009, año en que aparecerá este último volumen.

JC: Constantemente habla de una nueva generación de poetas. ¿Nos podría citar algunos nombres?

HHM: Sí, se ha dado en Latinoamérica una gran oleada de jóvenes poetas, en distintos países. Muchos autores, muchas editoriales, publicaciones, festivales, etc. Es un gran momento que sin embargo no ve su correspondencia en las políticas culturales nacionales. O sea, hay mucha vida cultural, pero los financiamientos son siempre mínimos, escasos, y en algunos países son realmente nulos. Entonces es un doble escenario. Acá en Chile se le llamó "novísima"o post2000, y resuenan autores como Paula Ilabaca, Felipe Ruiz, Pablo Paredes, Diego Ramírez, entre muchos otros. Me interesan esas escrituras nómades, peligrosas para las expectativas del género lírico, y así en países tan distintos como Uruguay aparece un poeta absolutamente delirante como Manuel Barrios, como al mismo tiempo en México Alejandro Tarrab, Ernesto Carrión en Ecuador o en Perú un Rafael García-Godos. Podría citarte muchos nombres, pero quizá el fenómeno más significativo sea justamente esa diversidad de registros, de poéticas dislocadas, de escrituras "sucias".

JC: ¿Tienen algún referente común? ¿Cuál sería su lema o bandera en caso de tenerlo?

HHM: Hay varios referentes, no sé si comunes, pero que transversalizan los discursos como la desprotección cultural a la poesía, y tal vez por un lado eso le dé más fuerza al movimiento. En términos literarios, los cánones locales sirven como un referente tanto de recelo a las autorías-autoridades, como de representación de los saberes académicos. La labor fuera de las academias y las instituciones es una característica interesante, porque de algún modo ese carácter errante de la poesía halla su correspondencia en rehuir de las seducciones del mercado, la máquina cultural, etc. No estamos en épocas de banderas, panfletos, no sé, pero hay algo que nos une a todos los poetas jóvenes latinoamericanos, y es la esperanza colectiva de que la poesía viva más allá de los libros, es decir que el poema sea un acontecimiento de vida y no sólo literatura.

JC: ¿Qué le diría a los que puedan pensar que existe un punto de contradicción entre practicar una escritura "rupturista" y recibir una ayuda del estado para la creación?

HHM: Las rupturas en términos literarios son siempre condicionadas por la escritura, o sea, lo que quiero decir es que una real ruptura en la escritura sería dejar de hacerlo: no escribir, entonces con ese referente los quiebres vanguardistas son siempre una metáfora y un estilo literario. Acá hay unas pocas becas de creación para artistas por lo cual es común que un escritor reciba alguna vez esos fondos, y por lo demás no tienen un carácter de premio político, ni mucho menos. Existe una independencia entre el trabajo mismo como temáticas y referentes y la existencia de una beca. Además, este tipo de financiamientos en términos técnicos es de propiedad de todos los chilenos. Por otro lado, y de fondo, prefiero recibir una beca desde el oficialismo que del fascismo o del empresariado chileno, el nuevo viejo partido político que mueve Chile. Por último, existen tan pocas subvenciones monetarias para escritores que aprovecharlas bien es una demostración de que no es plata perdida, sino que una inversión material y simbólica.

JC: Suelo terminar las entrevistas preguntándole a mi invitado si cree que es posible la poesía en el s. XXI... ¿Qué me dice?

HHM: Mientras exista una esperanza y un sueño colectivo, la poesía, en el siglo que sea, será posible. La catástrofe que vivimos es el alimento de las poéticas del futuro, y de cierto modo la poesía es el arte del futuro porque siempre será una intuición y una respuesta a preguntas que aún no han sido hechas.

sábado, 12 de enero de 2013

ANNE SEXTON Y LA CELEBRACIÓN UTERINA








Quienes aportan datos críticos con relación a la corriente poética llamada Confesionalismo (integrada por Robert Lowell , Sylvia Plath y Ann Sexton, entre otros) suelen incurrir en el absurdo de tomar los trabajos de ésta tendencia como componentes de retratos biográficos al natural.



Esta manía de  igualar la persona del poema con el poeta parece ser un atavismo proveniente de la posición que toma el público ante el material que ha  leído. Caso paradigmático: Sylvia Plath.



Habiendo asimilado información acerca de  la vida de Lowell, Plath, Sexton etc., el público tuvo la invalorable virtud de rendirse ante una supuesta “evidencia” deslizada como dato accesorio en el interior de los poemas.



Ello sin caer  en cuenta de la manipulación de la cual es objeto por obra y gracia de la voluntad del poeta.



Vale la pena mencionar lo siguiente:  los antecedentes de tal manipulación pueden ser ubicados en la nota personal de Plath –; aquella donde señala su inclinación estética.



Para los críticos que se resisten a confundir el personaje del poema con el poeta, la fusión de roles entre objeto y sujeto  también se materializa cuando aparece la intención de utilizar ideológicamente la producción de Lowell, Plath y Sexton- entre otros.



 Debo añadir que idéntica circunstancia  se da con la producción de Rimbaud y el debate bizantino en torno a su participación en las revueltas que dieran como resultado la instauración de la Comuna de París.



En el caso de Anne Sexton, Caroline Hall, al rastrear la utilización del termino ‘Confesional’ en la critica literaria, llega a la conclusión de que tal movimiento es una reacción contra la escuela Eliotiana (por Thomas Stearn  Eliot)cuya  arte poética se centraba en la eliminación u extinción de la personalidad en el poema.



“ Estos poemas – dice M.L Rosenthal – me parecen una culminación de lo Romántico y la moderna tendencia a ubicar el Ser literal más y más  en el centro del Poema; lo que sería una forma de mostrar su vulnerabilidad psicológica y la vergonzante

adecuación a la civilización”.



Como soporte de la línea argumental de Rosenthal, nos queda poner sobre la superficie la influencia ejercida por Robert Graves en el pensamiento de los Confesionalistas.



Su consideración acerca de que ‘la poesía fue una función religiosa en la sociedad pagana y que como tal debería recordarle al lector nuestra naturaleza animal, los viejos rituales y los mitos que compartimos antes de la existencia de la sociedad moderna que ha crucificado nuestro espíritu con su civilización’, se vuelve mucho más radical en la persona de Ann Sexton.



Pero  a dicha radicalización debería  considerársela en la perspectiva abierta por las lecturas que diera Graves en Cambridge - cuando condenara la artificialidad de D . H. Lawrence, Ezra Pound, T.S Eliot, W.H. Auden y aun del mismo Dylan Thomas.



A estos poetas Graves los llamaba “falsos poetas”.



‘La poesía debe incorporar ambas cosas, la creatividad y nuestras tendencias destructivas, llevándonos  incluso hasta el salvajismo de la naturaleza’ – dice Graves en esas lecturas. Y agrega que ‘aprueba como método de trabajo la inserción en estados de locura, porque la locura no se encuentra restringida por las demandas de las convenciones y maneras sociales modernas que nos impide el  acceso a nuestra naturaleza primitiva’












Apunte biográfico de Anne Sexton



Anne Gray Harvey nació en Newton, Massachussets, en el año 1928. Asistió al colegio por un año y luego de ello casó con Alfred Muller Sexton II, a la edad de 19 años. Ingresó en un curso para modelos que controlaba Hart Agency y  vivió en San Francisco y Baltimore.



Al tiempo de haber nacido la mayor de sus hijas, se le diagnosticó depresión de post parto. En momentos de enfrentar su primer quiebre mental, fue admitida en el Westwood Lodge, hospital neuropsiquiátrico al que retornaría por ayuda en forma reiterada.



En 1955, con posterioridad al nacimiento de su segunda hija, sufre otro quiebre mental y  nuevamente debe ser hospitalizada. Sus hijas son enviadas a vivir con los parientes de su esposo. Durante ése mismo año, el día de su cumpleaños, intenta suicidarse.



Animada por su psiquiatra, en el otoño de 1957 se interesa en escribir poesía e ingresa en la escuela secundaria donde se enrola en un taller. Como sus escritos poéticos actúan sobre su salud mental de forma inesperada, en 1967 gana el premio

Pulitzer luego de una exitosa carrera.



El trabajo merecedor de tal premio  fue “Live or die”.El 4 de octubre de 1974 Ann pierde su batalla con la enfermedad mental que la aqueja y se suicida con monóxido de carbono en el garage de su casa, después de encender el automóvil y la radio del mismo.



Tenía una profunda adicción al alcohol y a las pastillas para dormir.







THE BLACK ART



A woman who writes feels too much

those trances and portent !

As if cycles and children and islands

weren’t enough; as if mourners and gossips

and vegetables were never enough.

She thinks she can warn the stars.

A writer is essentially a spy.

Dear love, I am that girl.



A man who writes knows too much

such spells an fetiches !

As if erections and congresses and products

weren’t enough ; as if machine and galleons

and wars were never enough.

Whit use furniture he makes a tree.

A writer is essentially a crook.

Dear love, you are that man.



Never loving ourselves,

hating even our shoes and our hats,

we love each other, precious , precious.

Our hand are light blue and gentle.

Our eye are full of terrible confessions.

But when we marry,

the children leave in disgust.

There is too muh food and no one left over

to eat up all the weird abundance.





          EL ARTE NEGRO





¡Una mujer cuyos sentimientos escritos son demasiados

arrobamientos y  presagios!

Como si bicicletas, chicos e islas

no fueran demasiado; como si duelos, chismorreos

y vegetales nunca fueran demasiado.

Sus pensamientos son que puede amonestar las estrellas.

Una escritora es esencialmente una espía.

Yo soy esa chica, querido amor.



¡Un hombre cuyos escritos conocen demasiados

hechizos y fetiches ¡

Como si erecciones, convenciones y productos

no fueran demasiados; como si máquinas, galeones

y guerras nunca fueran demasiado.

Con muebles usados fabrica un árbol.

Un escritor es esencialmente un pícaro.

Vos sos ése hombre, querido amor.


Nunca amándonos a nosotros mismos,

aborreciendo aun nuestros zapatos y sombreros,

nos amamos unos a otros, preciosos, preciosos.

Nuestras manos son una luz azul suave.

Nuestros ojos están llenos de confesiones terribles.

 Pero cuando estamos casados

los niños nos dejan disgustados.

Hay demasiada comida y ninguna sobra

para comer en toda la sobrenatural abundancia.



(versión de Raúl Racedo)















THE ABORTION



Somebody who should have been born

is gone.



Just as the earth puckered its mouth,

each bud puffing out from its knot,

I changed my shoes, and then drove south.



Up past the Blue Mountains, where

Pensylvania humps on endlessly,

wearing, like a crayoned cat, its green air.



Its roads sunken in like a gray washboard;

where, in truth, the ground cracks evilly

a dark socket from wich the coal has poured.


Somebody who should have been born

is gone.





The grass as bristly and stout as a chives,

an me wondering when the ground would break,

and me wondering how anything fragile survevis;



up in Pensylvania, a met a little man,

not Rumpelstiltskin, at all , at all...

he took the fullnes that love began.



Returning north, even the sky grew thin

like a high window looking nowhere.

The road was as flat as a sheet of tin.



Somebody who should have been born

is gone.


Yes, woman, such logic will lead

to loos without death.Or say what you meant,

you coward...this baby that I bleed.





EL ABORTO







Alguien que debió nacer

se perdió.



Cuando la tierra arrugaba su boca

y otro pimpollo soplaba desde su nudo;

cambié mis zapatos y manejé hacia el Sur.



Pasaron las Montañas Azules donde

en la infinitud las jorobas de Pensylvania

como gato crayonado decaen con su verde pelo.



Sus caminos hundiéndose como una tabla de lavar gris;

donde en realidad desde un hueco oscuro las particiones perversas

de la tierra derraman carbón.



Alguien que debió nacer

se perdió.





El césped erizado y fornido como cebolla,

y yo vagando cuando la tierra se quebraba,

y yo vagando como cualquiera de los frágiles sobrevivientes;



allá en Pensylvania conocí a un hombrecito,

no un Rumpelstiltskin (1), en todo, en todo

él tomó la plenitud de este naciente amor.




Retornando al Norte; aun el cielo crecía claro

como una alta ventana mirando a ningún lado.

La carretera era plana como una lamina de estaño.





Alguien que debió nacer

se perdió.





Sí mujer, esta lógica será la guía

para perdernos sin morir. O decí

lo que querés decir,

cobarde...esta nena que soy sangra







(1)personaje de los hermanos Grimm





(versión de Raúl Racedo)

raular_35@hotmail.com

lunes, 24 de diciembre de 2012

El grito desesperado de Valérie Solanas SCUM

Solanas SCUM
El grito desesperado de Valérie Solanas SCUM

por Silvia Cuevas-Morales



Como dice Elvira Siurana, editora de Kira Edit y Vindicación Feminista, “nunca debió pensar Valérie Solanas que su provocador manifiesto se convertiría en un clásico del feminismo internacional” [1]. Han pasado cuarenta años desde su primera edición y veinte desde la muerte de su autora, pero su grito aún sigue inquietando y reproduciéndose en diversos idiomas y en diversos formatos, desde copias piratas a diversas versiones en la red.

Valérie Solanas escribió el texto en 1967 y en 1968, mismo año en que disparó a Andy Warhol, su manifiesto fue publicado por Olympia Press. Pasarían 10 años hasta que en 1977 se publicara su primera edición en castellano en España, traducido por la poeta Ana Becciu y editado por Ediciones de Feminismo, precursora de Vindicación Feminista. Tras muchas conversaciones con la autora, Solanas autorizó su publicación en castellano.

En su momento la obra obtuvo irritadas críticas de comentaristas patrios, entre ellos la de Francisco Umbral, comentarios irritados que incluso hoy abundan en la red. Pero a pesar de que algunos desprecian esta pequeña obra y simplemente tachan a su autora de “loca extremista”, Valérie Solanas ha sabido llegar al corazón de muchas feministas radicales. Como bien lo explica Vivian Gornik en su introducción a la segunda edición norteamericana de SCUM:

“El SCUM Manifiesto es la voz de una criatura, de una criatura del mundo occidental, una criatura de nuestra época, perdida y herida. Voz salvaje y desalentadoramente glacial, cruel, sin indulgencia para con el mundo.... una voz situada más allá de la razón, más allá de la decencia burguesa. (.....) Desde este estado de ánimo, Solanas revela los auténticos sentimientos de la feminista, su quintaesencia; y tales sentimientos están regidos por una rabia atroz. (....) Una rabia que no todas las mujeres se han atrevido a descubrir en su interior, a aprender y a aceptar.” [2]

Tal vez el éxito de esta pequeña obra se deba a que “muchas mujeres a lo ancho del mundo comprendemos muy bien la desesperación y rabia que inspiraron a Valérie Solanas. Probablemente muchas sentimos esa sed de venganza - que la cordura mantiene a nivel de fantasía - y que causa esa hilaridad liberadora que ha convertido el SCUM en un libro tan popular en los ambientes feministas.” [3]

Avita Ronell, catedrática de la Universidad de Nueva York, aporta esta crítica:

“El Manifiesto Scum fue considerado como uno de los tratados más escandalosos, violentos y enloquecidos cuando apareció por primera vez en 1968. (....) Pero es imposible menospreciar, a pesar de toda su mordacidad, el manifiesto como si se tratase sencillamente de las palabras de una lesbiana lunática. De hecho, la obra posee una indisputable presciencia, no sólo como un análisis feminista radical sumamente avanzado a su tiempo... prediciendo la inseminación artificial, los cajeros automáticos, una revolución feminista en contra de la sub-representación en las artes... pero también un maravilloso testamento de la ira de una mujer que ha sido abusada y marginada.” [4]

Se ha escrito mucho sobre el Manifiesto Scum y tal vez una de las claves para comprender el desgarro que sentía su autora es necesario adentrarnos en su vida.

¿Quién era Valérie Solanas?

Según varias biografías [5] sabemos que Valérie Jean Solanas nació un 9 de abril de 1936 en Ventor, Nueva Jersey. Hija de Louis y Dorothy Bondo Solanas. Durante su infancia fue víctima de abusos sexuales paternos. En el año 1940 sus padres se divorciaron y Valérie se mudó a Washington junto a su madre, que en 1949 contrajo segundas nupcias con Red Moran.

Según algunas biografías, Valérie era testaruda y rebelde y se negaba a asistir a sus clases en una escuela secundaria católica. Para obligarla a asistir su abuelo le daba azotes.

A la edad de 15 años Valérie se encontró completamente sola y en la calle. Comenzó a salir con un marinero y, según algunas fuentes, quedó embarazada y tuvo un hijo llamado David que dio en adopción. Gracias a su tesón logró graduarse y terminar los estudios de secundaria en 1954. Tras graduarse asistió a la Universidad de Maryland donde demostró ser un buena estudiante. Para pagarse sus gastos trabajó en el laboratorio de animales del departamento de psicología y colaboró con un periódico estudiantil en el que publicaba una columna donde argüía que las mujeres podían procrearse sin la ayuda de los hombres y que deberían hacerlo.

Tras licenciarse estuvo a punto de completar un año de trabajo de postgrado en psicología en la Universidad de Minnesota pero abandonó los estudios para viajar por el país; mendigando y prostituyéndose para mantenerse hasta recalar en la legendaria Greenwich Village en 1966. Fue allí donde escribió su primera obra de teatro “Up your ass” (Que te den por culo) que trata sobre una prostituta y mendiga que odia a los hombres. En una versión, la mujer asesina al hombre, en otra versión una madre estrangula a su hijo.

A comienzos de 1967 Solanas se acercó al estudio de Andy Warhol, The Factory (la fábrica), para ver las posibilidades de producir su obra y le entregó una copia del manuscrito. En ese mismo año Solanas escribió y editó su Manifiesto Scum. Mientras vendía copias xerografiadas de su Manifiesto por las calles conoció al editor francés Maurice Girodias de la Editorial Olympia Press. Girodias se especializaba en publicar obras de autores “malditos” como William Borrougs, Henry Miller y Jean Genet entre otros. El texto de Solanas le interesó y le pagó un adelanto para escribir una novela basada en su Manifiesto. Con ese dinero Solanas viajó a San Francisco.

En mayo de 1967, después de que Warhol hubiese regresado de un viaje a Francia e Inglaterra, Solanas le exigió que le devolviera su manuscrito. Warhol le dijo que lo había perdido. Aparentemente, Warhol nunca tuvo la intención de producir “Up your Ass” ni como obra teatral ni como película; el manuscrito sencillamente se perdió entre el montón de textos que recibía en su estudio. Solanas comenzó a telefonearle insistentemente, exigiendo que Warhol le pagara algo por su obra. En julio de 1967 éste le pagó 25 dólares por actuar en “I, a man” un largometraje que estaba produciendo con su socio Paul Morrissey y en el mismo año la volvió a contratar para que apareciera en “Bikeboy”, otra de sus películas. Warhol parecía contento con la actuación de Solanas y ella a su vez se sentía lo bastante satisfecha con su actuación como para invitar a su editor Girodias a ver la edición final de la película.

Tras sus intervenciones en ambas películas Valérie fue entrevistada por varios medios. En una de estas entrevistas Solanas habla sobre el contrato que había firmado con Girodias. Según Solanas, al firmar ese contrato había cedido todos los derechos sobre lo que escribiera en el futuro. En su mente, Warhol se había apropiado de su obra “Up your Ass”, y ahora pretendía que Girodias le robara toda su obra para su uso exclusivo sin pagarle un centavo a ella.

En la primavera de 1968, Solanas se acercó para pedirle dinero a Paul Krassner, editor de un periódico underground (The Realist), diciendo “quiero pegarle un tiro a Girodias”. El dinero le fue concedido y Valérie compró una pistola.

El 3 de junio de 1968 Solanas se dirigió al Hotel Chelsea donde Girodias se alojaba. Él no estaba y no iba a regresar hasta el cabo de unos días. Solanas esperó unas horas y luego se dirigió a La Fábrica a esperar a Warhol. Allí su socio, Paul Morrissey, le dijo que Warhol no estaba pero ella insistió y continuó esperándolo a pesar de que en varias ocasiones Morrissey insistiera en que se marchara ya que Warhol no vendría. Su paciente espera dio frutos pues dio con Warhol en el ascensor. Juntos se dirigieron a su oficina. Al verla Morrissey la amenazó duramente para que se largara pero Solanas no cejó en su empeño. Morrissey tuvo que salir de la oficina mientras Warhol atendía una llamada, momento en que Solanas le disparó tres tiros al artista. Falló los dos primeros tiros pero el tercero impactó en su pecho. Mientras Warhol se desangraba en el suelo, Solanas le disparó dos veces a Mario Amaya, un crítico que estaba esperando entrevistarse con Warhol. Éste se escapó y le tocó el turno a Fred Hughes, el representante de Warhol. Valérie le puso la pistola en la cabeza y disparó, pero ésta se encasquilló y no salió el tiro. En ese momento se abrieron las puertas del ascensor y el aterrado Fred le dijo que por qué no entraba en el ascensor y se largaba. Valérie aceptó su oferta.

Por la noche Solanas se entregó voluntariamente a un policía en Time Square y le comunicó que acaba de dispararle a Andy Warhol. Cuando la encerraron los periodistas la recibieron con muchísimas preguntas. Al preguntarle “¿por qué lo había hecho” ella replicó: “Tengo muchas razones. Leed mi Manifiesto y os dirá quién soy”.

En la vista judicial dijo que ella se representaría a sí misma y que no se arrepentía de nada. El juez ordenó que la trasladaran al Hospital Psiquiátrico de Bellevue bajo observación. El 13 de junio de 1968 Solanas tuvo su juicio y fue representada por una abogada feminista, Florynce Kennedy. A pesar de sus alegatos para que fuera puesta en libertad y no permaneciera encerrada, en contra de su voluntad, en un hospital psiquiátrico, el juez dictó que siguiera en Bellevue. A finales de junio Solanas fue acusada de intento de homicidio, asalto y tenencia ilícita de armas. Dos meses más tarde fue declarada inhabilitada legalmente y enviada el Hospital Ward Island.

Justo en este mismo periodo, la editorial Olympia Press publicó el Manifiesto Scum con comentarios de Maurice Girodias y Paul Krassner. Ninguna biografía menciona que su autora haya recibido ningún pago por la venta de la obra... La “paranoia” de Solanas tal vez era totalmente justificada...

En junio de 1969, tras declarase culpable, Valérie fue sentenciada a tres años de prisión, el año que pasó en el hospital psiquiátrico fue tenido en cuenta. Se ha sugerido que la negativa de Warhol a testificar sirvió para que tuviera una condena bastante breve.

En septiembre de 1971 Solanas salió en libertad pero fue arrestada nuevamente en noviembre por enviar cartas y hacer llamadas amenazantes a diversas personas, incluyendo a Warhol. Durante el año 1973 entró y salió de hospitales psiquiátricos y en 1975 pasó un periodo de ocho meses en el hospital South Florida.

A partir de esa fecha, Valérie concede algunas entrevistas pero no se vuelve a saber mucho de ella. Ediciones de Feminismo, la primera editorial española que publica su manifiesto en España rastrea su paradero hasta dar con ella para expresar su firme interés en publicar su obra en castellano. Tras muchas conversaciones Solanas accede. Según las compañeras que trabajaban en el colectivo Vindicación Feminista en esos años, la autora solía llamar y en ocasiones cambiaba la voz, haciéndose pasar por una amiga, o por su agente. No le interesaba cobrar derechos, lo más importante para ella era que dentro del colectivo hubiese lesbianas. En sus conversaciones siempre ocultó su paradero dando informaciones contradictorias con el fin de no ser localizada de nuevo.

El 26 de abril de 1988, Valérie Solanas fallece de bronconeumonía a la edad de tan sólo 52 años, sola y sin dinero en un asilo benéfico en San Francisco. Según diversas fuentes, era drogadicta y continuaba prostituyéndose para pagar su adicción. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de la Saint Mary’s Catholic Church, Virginia, EEUU.

Así acaba la vida de esta mujer que muchos han tachado, como a tantas mujeres visionarias, de “loca”. Es fácil anular con un simple adjetivo todo lo que expresa Solanas en su Manifiesto, pero ¿acaso los genios no han sido todos un poco “locos”? Solanas nos da su aportación sobre el abuso de un sexo sobre el otro y grita de rabia ante el orden patriarcal que nos asfixia a todas. A raíz del sufrimiento no es sorprendente que Solanas “enloqueciera”, pero ¿realmente estaba tan loca? ¿O sencillamente fue más valiente que muchas de nosotras y dijo lo que le salía del alma sin tapujos, sin censura, sin ser ideológicamente “correcta”? Por algo será que su texto sigue circulando 40 años desde su aparición.

Si quieres obtener tu copia revisada del Manifiesto SCUM, escribe a estas direcciones de correo electrónico:

vindicacionfeminista@yahoo.es

aconcaguapublishing@yahoo.com
Notas

[1] Segunda edición del Manifiesto Scum de Valérie Solanas. Madrid: Kira Edit, 2002.

[2] (2) Vivian Gornik, prólogo de la edición de SCUM, publicada por Olympia Press, Londres, 1971.

[3] Elvira Siurana, prólogo a la segunda edición del Manifiesto Scum, publicado por Kira Edit, Madrid, 2002.

[4] Avita Ronell, “Deviant Payback: The Aims of Valerie Solanas”, introducción a la edición del Manifiesto SCUM

[5] He traducido la información que existe en inglés en diversas páginas en internet. En especial una biografía detallada redactada por Freddie Baer que fue publicada por Womynkind Productions www.womynkind.org/valbio.htm . También existe una nota biográfica elaborada por Maggy Hendry y Jenny Uglow, publicada en Dictionary of Women’s Biography. 4ª Edición de Palgrave Macmillan, 2005.

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