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martes, 22 de mayo de 2012

POEMA DEL COSMOS PARTE III EL NUEVO PARADIGMA DESDE COPÉRNICO




Del poeta Juan Pablo Riveros

Una serpiente en la noche
si miras hacia la constelación de la Serpiente,
               en el centro mismo de nuestra Vía Láctea,
una oscura serpiente atraviesa las espléndidas estrellas.

Como una silueta cósmica,
sombrías nubes interestelares
de gas y polvo oscuro,
               enmascaran fértiles campos de estrellas
                             y nurserías estelares
                                             que titilan cerca del plano de la galaxia.

Son el crisol de futuras formaciones de estrellas.

Largas como la luna llena,
las nubes moleculares de la nebulosa de la Serpiente
miden algunos años luz vistas de perfil.

A casi 650 años luz de la Tierra.




GIORDANO BRUNO II

Que el Universo es abierto y descentrado.
Que el cosmos aristotélico-ptolomeico
postulado por los escolásticos
debía ser replantado.
Que la naturaleza puede ser develada
mediante la investigación empírico racional.
Que el hombre debe ocupar un nuevo lugar en el Universo.
Que las diferentes partes del Cosmos
tenían igual valor
como el testimonio del poder divino.
Que el Universo es infinito como efecto de la Causa Infinita.
Que hay infinitos mundos.
Que la causa infinita debe buscarse en nosotros mismos.
Que los habitantes de otros planetas deben buscar a Dios
en sí mismos y no en nosotros.




GALILEO VIII

¡Pero la lógica del espíritu
no corresponde a la lógica de los acontecimientos!

Abrumado y cubierto de oprobio,
Galileo escribe clandestinamente su obra maestra,
el primer tratado sistemático de física matemática:
                Discorsio e monstrazioni mathematiche intorno
                a due nuove scienze attenenti alla mecánica e i moviment local.

¡Era el pensar nuevo!

viernes, 4 de mayo de 2012

JUAN PABLO RIVEROS POETA DE CHILE

Juan Pablo Riveros nació en Punta Arenas, Chile, en 1945. De profesión economista, Magister en Estudios Internacionales, candidato a Doctor en Economía, vive de la docencia universitaria. Ha publicado tres libros de poesía: "Nimia, Poemas en prosa" (1980), "De la Tierra Sin Fuegos" (1986) y "Libro del Frío" (2000).

Del "LIBRO DEL FRÍO" (Selección)

ANTÁRTICA I

Al crepúsculo de la última edad de hielo
quise ir lejos de los límites,
y reunir la quietud,
lo pacífico
en la soledad de un tiempo inexpugnable.

Eso era.

Cogido por vientos contrarios,
necesité asilos
por ocasionales y precarios que ellos fuesen.
No era el polo,
el recorrido era lo importante.
Pues había ahí un frío, una huella,
una nieve tan inaccesible,
que esta pura gota de blancura
es un fragmento de aurora,
un trozo de oro azul
que cada día se desprende
de tu propia Antártica,
de tu continente,
de tu propia banquiza interior.

Hubo, entonces,
en un extremo de la tierra,
un punto matemático en el centro de un mar vacío
y, en el otro,
Yo,
en medio de vendavales sin fin
y donde cada punto cardinal
se aniquilaba en un abismo.

Y hubo frío,
el frío más frío de la tierra.
Y una noche,
y una soledad hubo,
que nadie
ni nada
pudo darle fin.

Así, lejos de la Distracción,
sucumbí al imperio del viento y de la noche,
a la soberanía implacable del frío.
Y dependiendo sólo de mis leyes,
destruí todo puente con el mundo,
todo gesto, toda nave.

Se trataba, en verdad, de la respiración,
de la circulación planetaria del aire.

Meteorológicamente hablando,
al interior de la Antártica
latía un vacío silencioso,
y la celeste águila de la nieve
muda.

EXPLORACIONES

Fue la escasez de focas,
esas que brillando en la cumbre
de rocas riquísimas,
lustran el oleaje del océano.

Fue
la necesidad humana de traspasar los muros,
las banquizas del espanto,
esa tonelada cerval de agua indómita.

Pero fue más el ansia,
el negocio de las pieles.
No para cubrir el hambre
ni para colmar el vacío
mundial de los cuerpos,
sino para ocultar la soledad,
la orfandad de las heladas metrópolis.
Para satisfacer la gana,
fue la Gana internacional,
ese non plus ultra de la sociedad contemporánea,
esa insaciable codicia de la soledad social.
Y no para ser más ricos, Philoxenos,
sino para aumentar sus posesiones
y crear más y más necesidades.

Por ello
alimentaron de perros la noche polar
y penetraron la Blancura,
ese puro trozo de vida.

(Después, mucho después,
llegarían los sabios,
la aventura mayor).

INTEMPERIE

¿Y, ahora,
dónde me guarezco
de mí?

POEMA DEL COSMOS (Selección) - Inédito


LA DANZA DE SHIVA


A F. Capra

El universo, maestro Scardanelli,
una telaraña dinámica de íntimos sucesos vinculados.

Como tus ojos,
tus manos, el color de tus cabellos,
o el ave que vuela quieta bajo el cielo azul,
ninguna parte o propiedad de esta telaraña es esencial.

No hay ninguna ley fundamental, maestro,
ni una sola.
Todo es Li, dice Ch’en Shun, el patrón de las cosas,
el principio por el que todo está hecho para acoplarse.

Sólo importa la pirámide total, el conjunto,
la gracia del todo, la armonía entre las partes.
La congruencia de las interrelaciones es la que
le otorga sentido a toda la estructura de los seres.

Y este persistente vaivén de las olas
y mi respiración en este crepúsculo frente al mar,
esta arena, estas rocas, el agua,
la gaviota que tropieza gravemente en el aire,
así
en toda la telaraña del cosmos
miríadas de partículas en vibración
se crean y se aniquilan
sordamente.

Entonces,
como un grano de arena en la playa del universo,
como una ínfima estrella en el espacio cósmico,
como una chispa menor en todos los fuegos,
o una pirámide dentro de otra pirámide.
Como una perla del cielo de Indra
refleja todas las perlas del collar;
como en la Torre de Indra
hay cientos de miles de torres
que preservan su existencia personal,
somos sólo una nota, un compás,
parte de una gigantesca danza universal,
fragmentos de una cósmica danza de energía.

Oigo el ritmo
y siento el sonido de una lluvia de rayos cósmicos,
el bullicio de partículas de alta energía que colisionan
y bombardean constantemente la atmósfera terrestre.
Entonces, cascadas de energía caen
desde el espacio exterior
creando y destruyendo partículas en rítmicas pulsaciones.

Y no sólo la materia, maestro,
también el vacío participa de la danza del universo,
pero no es ese vacío occidental como una sencilla nada
sino el vacío que contiene todas las formas del mundo de las partículas,
esas meras manifestaciones transitorias del vacío fundamental.

Es la danza de Shiva,
el señor de la danza de los hindúes.

En el espacio cósmico
cada partícula,
cada uno canta perpetuamente en la Gran Canción.

Fuente: www.mirandoalsul.blogia.com


 Juan Pablo Riveros: De la Tierra sin Fuegos


De este extraordinario poeta rescatamos algunos poemas de su libro De la tierra sin fuego. Nadie como Juan Pablo Riveros escribe y describe a los primigenios habitantes del Sur del Mundo. Allá en la Patagonia.


Qawashqar


Hicieron tierra los abismos
del mar y los pantanos del sur.
Su residencia: islas de granito
dentado y collares de fiordos,
lagos y ríos.

Nómades pequeños,
independientes, cohesionados
por una canoa de troncos.
Sin jefes. Ni ciudades.
Su economía. Mariscos, caza, pesca
y ballenas varadas en cualquier orilla.
Rudimentarias sus técnicas,
móviles sus fuegos protagónicos.
Expertos imitadores del vuelo de las aves,
del ronquido de las focas, de los discursos
humanos. Taciturnos,
como paisaje que esculpe el desmembramiento
de glaciares que se licúan.
monótonos, sus cantos.

GUSINDE

De los miles de aborígenes
que cruzaban con sus frágiles canoas
la inmensidad de los canales de la Patagonia Occidental
hoy, los escasos sobrevivientes,
llevan una existencia miserable.

Ciertos patrones de goletas loberas,
portan una tripulación mínima, pero
muchos víveres y alcohol.
Al hallar las canoas,
dan a los aborígenes el licor,
hasta que ebrios déjanse robar
los cueros de nutria. Otros son obligados
a seguir la cacería
mientras la tripulación
se divierte con las indias.

¿Recompensa?


Algunos víveres medio descompuestos,
un poco de licor,
un pantalón roto.

EJERCICIOS NAVALES

Para ciertos marinos mercantiles,
un deporte disparar sus fusiles
a las canoas de madera.

Otros preferirían como blancos
para sus ejercicios de tiro de cañones,
el humo que salía de las chozas.

MUJERES ALACALUFES

Sus vidas,
como fuegos entumidos
en alguna costa del Sur,
más sensibles a la mordedura del viento
que a la temperatura mínima del agua.

Sumergidas tras cholgas,
machas o erizos,
las mujeres, junto al fuego,
comen luego mariscos y charlan
tranquilas,
dueñas absolutas de la Historia.

TRADUCCION


Pido a un joven alacalufe
traducir:
la madre mece a su niño.

De inmediato responde
en su lengua: Porque
está llorando.


viernes, 20 de febrero de 2009

Juan Pablo Riveros: El frío no es otra cosa que el silencio de Dios


Por Alejandra Zúñiga Sepúlveda

Aunque el currículum de Juan Pablo Riveros dice que es economista, al presentarse se define, ante todo como poeta. En las manos sostiene orgullosa la cuidada edición de su tercera obra: "El Libro del Frío", que toma como punto de partida el diario del almirante Richard E. Byrd, "Alone".Riveros nació en Punta Arenas en 1945. Su niñez transcurrió en isla Picton, de donde evoca su primer contacto con la nieve y la naturaleza: "tenía tres años, e iba a caballo con mi madre a visitar a unos amigos. Yo estaba cubierto con una manta… de pronto me asomé y vi el paisaje nevado, un árbol y un zorro. Ahí tuve el primer choque con la hermosura vasta e imponente de la naturaleza".Según su autor, "El Libro del Frío" se instala en las desolaciones implacables de la antártica y cuenta las etapas del solitario viaje de Byrd. Aclara que "lo que hice con el libro de Byrd fue un trabajo de destilación, de alambiques, completando informes que él no tuvo tiempo de terminar, recurriendo al privilegio de haber sido algo a sí como un copo de hielo en algún lugar siempre oculto de su refugio. Me entumí con su frío, y con el mío, me deleité con sus comidas, me maravillé con su música, me ensimismé con un universo espantosamente hermoso".Explorando el fríoTras su infancia en isla Picton, cursó sus estudios en el Liceo San José de Punta Arenas. Luego de estudiar en la Universidad de Concepción, volvió a la ciudad entre 1978 y 1980. Se había separado de su primera esposa y pasaba por una experiencia muy profunda, de búsqueda y reflexión.De esos años, recuerda un invierno extremadamente frío y en el que nevó mucho "yo leía mucho a Rimbaud y a raíz de eso nació mi primer libro "Nimia", poemas en prosa. Un día en la Biblioteca Municipal pedí un libro sobre la nieve y me encontré con "Alone" del explorador norteamericano Richard E. Byrd, en que relata su experiencia en la noche polar de 1934". Riveros explica que " contrató mucha gente y llevó 600 toneladas de víveres e implementos. Su idea era probar que las leyes que rigen el clima del planeta se definen en la Antártica. Instaló un campamento, "Little América", y luego de meditar quién era el elegido para partir a una base aislada a 200 kilómetros, donde se harían las mediciones, decidió que iría él mismo".Si bien en 1980 Riveros se encontró con "Alone" por primera vez, noi terminaría de leerlo hasta 1984, cuando lo compró en un puesto de libros en la calle. En ese entonces escribía "La Tierra sin Fuegos", su segundo libro, canto épico que habla de la extinción de los yámanas, selknam y onas.En memoria de Remigio Sapunar MarínTras su estada en Punta Arenas, Riveros se trasladó a Concepción donde instaló una librería en la que trabajó durante ocho años, renegando de su profesión de economista. En 1988 nacen los primeros borradores del "Libro del Frío", ese mismo año cerró la librería y se trasladó a Arica, para reinsertarse en el mundo académico a través de la Universidad de Tarapacá. Sobre su experiencia en el norte del país, declara que "Arica es donde peor lo he pasado en toda mi vida. La gente es fría, impersonal y envidiosa, por lo menos en el ambiente donde me moví. Lo bueno fue que me puse a escribir fuertemente y conocí a Remigio Sapunar Marín, a quien está dedicado este libro, que es el primer poemario que se ha escrito sobre la Antártida".La personalidad de Sapunar, también magallánico, impactó fuertemente en Juan Pablo Riveros. "Fue un gran hombre, un tipo como pocos, de profunda vocación de médico, de los que pensaba en todo menos en cobrar la cuenta. El me incentivó a estudiar un doctorado a la Universidad de Chile. Murió de un infarto fulminante en 1993. Realizó una importante labor en beneficio de los más necesitados. Hoy en Arica un Consultorio de Salud lleva su nombre. Siento que al publicar este libro, de alguna manera, cumplí con él", añade.Riveros define su obra como "poesía trascendente" y se declara "muy conocido en ciertos ambientes y desconocido en el pavoneo literario nacional. No estoy en la vitrina y no quiero estar. Hace poco fui a un encuentro literario den Valdivia, y se me acercó mucha gente porque creían que había muerto. Incluso una alemana me agradeció haber escrito "La Tierra sin Fuegos", y me contó que lo está traduciendo.-¿Qué influencias reconoce en su obra?-"Pertenezco a la línea de César Vallejo, poeta peruano. Algunos dicen que este libro sigue la tendencia de Vicente Huidobro, por la luminosidad y el vuelo. Objetivamente, este libro es una gran volada, diametralmente opuesto a "La Tierra sin Fuegos".-¿Qué simboliza el frío?-"Incomunicación, soledad, olvido, frío espiritual que genera el hombre. En este caso, el frío no es otra cosa que el silencio de Dios".-¿A quién está dirigido el libro?-"Como dice Teillier, uno le escribe a sus amigos, que son como cuatro o cinco. Si otras personas lo leen y sintonizan, macanudo".-¿Irá a Punta Arenas a presentarlo?-"Si me invitan, feliz. Piense que acá uno no sólo tiene que investigar, escribir el libro y editarlo, sino además publicarlo. Lo que sí puedo decir es que estará pronto en las librerías de allá".Juan Pablo Riveros tiene cuatro hijos y un nieto que lleva su nombre pero no conoce, porque vive en Puerto Natales. Trabaja como profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y confiesa que muy seguido, vuelve en sueños a la isla Picton.

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