El Clarín Digital
Viernes, 4 de Mayo 2012
Jaime Valdivieso: “Creo en la posibilidad de que la dictadura asesinó a Neruda”
DF.- En entrevista digital desde Ñuñoa, Jaime Valdivieso (1929) habla de Neruda: “Lo conocí una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros”, y ante la solicitud de exhumación presentada por el Partido Comunista en el Caso Neruda, Valdivieso considera: “Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta”.
Autor de: El muchacho (1958); Tornillito y otros cuentos.(1961); Un asalto a la tradición (1962); La condena de todos (1965); País sin nombre (1969); Realidad y ficción en Latinoamérica (1975); Bajo el signo de Orfeo (1980); Las máscaras del Ruiseñor (1982); País de la ausencia (1987); Chile: un mito y su ruptura (1989); Centro de gravedad (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (FCE, 1992); El espejo y la palabra (1997); Escritura encadenada (1999); Señores y Ovejas Negras (Lom, 2000) y Ventajas de la tortuga (2002), entre otros libros.
El escritor y poeta oriundo de Valparaíso, vivió fragmentos del exilio en Temixco, a unos pasos de Cuernavaca, la ciudad mexicana emblemática en la vida de Neruda. Años después de regresar a Chile, fue invitado al directorio de la revista Cuadernos de la Fundación Neruda, sin embargo renunció cuando censuraron su ensayo La poesía mapuche como resistencia, en la revista argumentaron que el presidente de la Fundación Neruda había sufrido un atentado contra su fundo en Temuco, supuestamente perpetrado por dos lonkos de Traiguén, y por esa razón no podían reivindicar la poesía mapuche (sic). En opinión de Jaime Valdivieso: “Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos”.
MC.- ¿Cuándo conoció a Neruda?
JV.-Conocí la poesía de Neruda en un hospital donde me mejoraba de una leve tuberculosis en la montaña, allá por el año 1952 o 1953. Me impresionó mucho por supuesto, se trataba de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Luego lo conocí, años más tarde, una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Recuerdo que en una larga conversación junto a su cama me habló de que una revista lo comparaba con Jorge Luis Borges. “¿Qué tengo yo que ver con Borges?”, me dijo, y seguimos conversando. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros. También me habló de la importancia para un escritor que era conocer su tierra.
MC.- ¿Recuerda dónde estaba al recibir la noticia de la muerte de Neruda?
JV.-Estaba en Texas, impartía una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Houston.
MC.- ¿Aumentó el interés de sus estudiantes sobre Neruda durante los años del exilio mexicano?
JV.-Sí, en México me preguntaban mucho en los talleres que hice en el norte, en Sonora y Laredo.
MC.- ¿Cuál es su conclusión sobre la denuncia del presunto asesinato de Neruda y la posible exhumación?
JV.-Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta.
MC.- ¿Qué objetivos debería cumplir la Fundación Neruda?, ¿cuál era la última voluntad del poeta?
JV.-Su objetivo era formar poetas con espíritu chileno y Latinoamericano, de hermandad entre los países con culturas originarias y mestizos, como somos los chilenos con nuestro mestizaje con los mapuches.
MC.- ¿Estudió la iniciativa de Neruda para fundar la Universidad Mapuche?
JV.-No, desgraciadamente no la estudié, pero algo supe de su intención.
MC.- ¿Conversó con el poeta Elikura Chihuailaf sobre la influencia de la cosmogonía mapuche en Neruda?
JV.-Específicamente no conversé ese punto, pero sabía que Elikura conocía la posición y admiración de Neruda sobre el pueblo mapuche.
MC.- ¿Quién lo invitó a colaborar en el directorio de la revista “Cuadernos” de la Fundación Neruda?
JV.-Me invitó Aída Figueroa, la hermana del presidente de la Fundación Neruda, y acepté porque me pareció que podía hacer una labor patriótica, ya que yo había sido -junto con Elikura Chihuailaf- el organizador del Primer Encuentro entre poetas chilenos y mapuches en Temuco, el año 1994.
MC.- En 2001, renunció al directorio de “Cuadernos” porque censuraron su ensayo: “La poesía mapuche como resistencia”. ¿Era incompatible el perfil editorial de la revista con la vida personal de J. A. Figueroa?
JV.-Era incompatible, pues él tiene tierras en la zona y según dijo los mapuches le habían quemado un galpón y con ese pretexto aplicó la Ley Antiterrorista.
MC.- Se distanció de Volodia Teitelboim ante el nulo respaldo en el caso de la revista “Cuadernos”. ¿A qué atribuye la lealtad de algunos intelectuales con la Fundación Neruda?
JV.-Sí, me distancié de Volodia y de la Fundación Neruda hasta el día de hoy. Creo que la lealtad de algunos intelectuales se debe a razones personales. Yo en eso no los critico.
MC.- Finalmente, después de retirarse de la revista “Cuadernos”, quedaron en evidencia las irregularidades financieras e incongruencias políticas de la Fundación Neruda. ¿Renunció justo a tiempo?, ¿cómo mira las cosas a la distancia?
JV.-No pude haberlo hecho mejor. Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos.
Artículos y entrevistas. Literatura, Lo Mejor de la Web, Textos de Narrativa y Poesía
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viernes, 4 de mayo de 2012
JAIME VALDIVIESO: Un escritor de humanidad
por Ricardo Gómez López
Superando los escollos existenciales que la vida le interpuso desde temprana edad, versátilmente, Jaime Valdivieso -porteño de nacimiento-, llega para insertarse prolífico en el mundo de las letras. Catedrático por más de diez años en la U. Houston, Texas. Ha ejercido la docencia en China, España, Cuba y México. Profesor de castellano, poeta, narrador, ensayista. Traductor del inglés de varios ensayos y libros de creación literaria, profesor de Filosofía en la Literatura en la Universidad ARCIS, Director de la S.E.Ch. y uno de los gestores del primer encuentro de escritores mapuches y chilenos, en Temuco (mayo, 1994).
Algunos de sus libros publicados: Un asalto a la tradición: Vida y obra de Carlos Sepúlveda Ley ton (Ed. Universitaria, 1963), Realidad y ficción en Latinoamérica (Joaquín Mortiz, México, 1975), Las máscaras del ruiseñor (Ed, Alfaguara, España, 1982 y U. Autónoma Metropolitana de México), País de la ausencia (Galinost, Santiago, 1987), Centro de gravedad (Ed.Atena, 1989), Chile: Un mito y su ruptura (LAR, Santiago, 1989), Violencia de los animales (Universitaria, 1991), Voces de alarma (Fondo de Cultura Económica, Chile, 1992), y su último poemario Tu cuerpo en la palabra (Mosquito Editores, 1994), que fue finalista en el Premio Casa de las Américas.
-Háblenos un poco de su generación literaria
-En realidad pertenezco a la Generación del 50, desde el punto de vista cronológico, pero no estoy incluido en ella con respecto a los escritores que se agruparon en torno a esa polémica que iniciaron Enrique Lafourcade, Giaconi... Pero después, en alguna historia de la literatura, aparezco como de aquella generación, con la cual tengo algunos puntos de contactos, en el sentido de que yo ya estaba buscando una literatura que tuviera que ver más con los procesos del alma, con los procesos interiores del hombre y vinculados a la literatura que se estaba haciendo en Europa. Me formé en la filosofía -me gustaba mucho la filosofia y a veces pienso el porqué no estudié filosofía en lugar de castellano-, pero al mismo tiempo me interesó siempre el problema de lo chileno, con esto me acerco a la Generación del 38. Ser universal pero a partir de lo nacional. En cuanto a compañeros generacionales, no me considero muy cercano a ellos. Hay algunos que me gustan, por ejemplo Jaime Lazo, Giaconi: La difícil juventud, libroque me gustó bastante por su influencia de Faulkner, pues yo fui un gran lector de Faulkner; Pepe Donoso, que está más ligado a la tradición, en ese aspecto me siento un poco cercano a él, pero no a su mundo que me es un poco ajeno, pues es un poco sofisticado, europeizado; poco americano, aunque toma cosas importantes de la sociedad chilena. Me siento más cerca de los poetas, como Jorge Teillier, Efraín Barquero...
-Usted se maneja con cuatro géneros, ¿con cuál se identifica mejor: con el cuento, con la novela, con la poesía o con el ensayo?
-Difícil pregunta. Cada uno de estos géneros me apasiona por alguna razón, por ejemplo del ensayo me gustan las ideas universales, los problemas del hombre... Acabo de entregarle un libro a la Editorial de la USACH que se llama El círculo y el pez, libros sobre escritores de Europa y América. Allí hay ensayos sobre Tomás Mann, Proust, lo demás son ensayos sobre latinoamericanos: Lezama Lima, Borges, Juan Luis Martínez, sobre el mito, y por otro lado el estudio literario sociológico. En Chile: Un mito y su ruptura, me apasionó poder decir cosas que nunca se habían dicho en la historia de Chile. Es el primer libro sobre clasismo en Chile, desde ese punto de vista creo que es fundacional. Por otro lado la novela y el cuento también me apasionan porque yo generalmente trabajo con situaciones límites, pero la poesía me parece el género más grande por excelencia. La Poesía está vinculada a los grandes mitos; al nacimiento del lenguaje, del hombre; a la sociedad. Es el género más primitivo, más antiguo: el hombre hablaba en poesía antes de que existiera el lenguaje: primero la poesía después el lenguaje... Creo que el género más importante es la poesía, pues es una manera de descubrirnos, de investigamos nosotros mimos y al hombre, además nos ayuda a vivir ya embellecer la vida.
-¿Qué lo motivó a cultivar el cuento breve?
-El cuento corto se me presentó como una posibilidad de llevar al máximo la síntesis, la exigencia de esta cosa detonante que tiene y que lo acerca, hasta cierto punto, a la poesía, en el sentido de que exige una economía de palabras, el comenzar y terminar con una frase que impacte, que estremezca y trastorne al lector. Por eso el cuento corto me parece muy importante, significativo y efectivo.
-En la mayoría de sus narraciones sus personajes tienen un destino fatal, ¿porqué se proyecta este especie de dolor de existir?
-Recuerdo siempre un prólogo que publicó Neruda donde dice que lo apasionan los grandes problemas y el hombre que detesta al burgués y que se apasiona por la vida de la gente inquieta e insatisfecha, sean estos artistas o criminales. Entonces yo también voy por ese lado. Para mí la vida se me presenta como una lucha permanente conmigo mismo, más que con el medio. La vida se me ha hecho muy difícil en el sentido de poder superar muchas cosas de mi infancia y muchos prejuicios sociales. Yo pertenezco a una familia muy enraizada con la alta burguesía chilena en donde hay mucho prejuicio y mucho racismo. Me crié en un ambiente de una gran violencia, sobre todo violencia ideológica, eso me marcó y me ha hecho gastar demasiada energía de mi vida en un permanente encuentro conmigo mismo y en el cómo poder superar esto, y esto me ha llevado a meditar en la condición humana, que es una condición siempre de soledad, de estar al borde de algo que uno no domina, es decir la existencia como determinada por fuerzas que uno no controla. Otros elementos que no controlo son de vitalidad, de energía, de amor por la naturaleza, por los objetos, por la mujer, por el sexo; una fuerza que es de la naturaleza, animal. Esa misma fuerza me ha llevado a problemas más angustiosos, a ser un trasgresor y un rebelde. Yo no sabía cómo rebelarme contra nada, a mí me echaban de todos los colegios; sólo me rebelaba. Ahora, retrospectivamente me doy cuenta que era por la enorme educación represiva que recibí, hasta los tuétanos.
-¿Qué puede decimos de su experiencia en los talleres literarios del extranjero, de la Fundación Neruda y otros que usted ha dirigido?
-El taller literario es un fenómeno muy apasionante, porque no solamente se trata de enseñar una artesanía. El taller, por un lado, se asemeja a un taller de peluquería, de carpintería, pero por otro lado, es una enseñanza moral, espiritual, donde la persona se puede encontrar consigo misma. Es un ejercicio contra la vanidad, de respeto contra el otro, de conocer al otro, entonces un taller tiene una doble función: una artesanal y otra moral, en ese sentido también se asemeja a un taller donde se enseña Karate, Kun-Fu; es disciplina, además hay una cosa religiosa, toda una filosofía en eso. Los talleres tienen ese orden.
-La sicología plantea que el talento se aprende ¿considera que en los talleres literarios se pueden "fabricar" poetas y escritores?
-Yo creo que no, pero esta pregunta no admite una respuesta definitiva, en el sentido que es muy difícil decir "esta persona no sirve, así que dedíquese a sembrar papas". Recuerdo una anécdota que me contó un gran amigo de Neruda; me dijo que, en una ocasión, a Neruda un joven poeta le había pasado un libro con poemas y que Neruda le había dicho "mire joven, no se dedique más a escribir", pero Neruda después se dio cuenta que este joven se había transformado en un gran poeta, entonces dijo que nunca había que decir esas cosas y que estaba muy arrepentido de haber dicho lo que dijo. En mi taller de México había una señora que tenía toda la imprudencia del modernismo, entonces yo le iba a decir "señora dedíquese a... ", pero no. Así que esta señora de 60 años comenzó a aprender gracias a la crítica y al taller, transformándose en una poeta extraordinaria, respaldada por sus ricas experiencias de vida.
-En su experiencia docente ¿ha detectado debilidades en los programas de educación respecto a la enseñanza y conocimientos de nuestra literatura?
-Sí, yo creo que los programas de enseñanza habría que revisarlos enteros, todo esta mal ahí: están malos los programas y están mal formados los profesores. Los profesores no transmiten el amor por la literatura y el espíritu que hay en la literatura. Trasmiten el dato, solamente la referencia, pero no utilizan la literatura como formación espiritual. La literatura debe estimular e incitar al alumno a conocerse a sí mismo ya conocer el mundo, Los profesores están mal formados para eso, o sea que no solamente habría que mejorar los programas de lectura sino que replantear todo.
-¿De que manera cree usted que la literatura podría tener una mejor llegada a la juventud chilena?
-Bueno como dije, por un lado modificando los programas, eligiendo libros que puedan tener vigencia, es decir que sean actuales. Toda la gran literatura es moderna. La llíada, si uno la lee con criterio moderno, es una literatura moderna. Hay que saber cómo enseñarla, pues si uno la enseña así no más, el alumno se latea. Lo mismo Cervantes. Hay que tomar algunos capítulos de EI Quijote... hablar de él y lo que significa, hacer que la literatura pueda competir con la imagen televisiva, que es la gran salteadora La imagen nunca va a poder competir con la literatura, pues la literatura es una bomba en profundidad, va a lo más, en cambio la imagen queda un poco en la cosa externa, es alienante, en cambio la literatura es desalienante y hay que enseñarla con ese carácter. No hay que desechar, que en los programas de estudios para estimulara los jóvenes, se puedan utilizar también algunas cosas positivas de la imagen. Por ejemplo Ana Pizarro publicó una pequeña antología con una introducción a Huidobro, hecha con imágenes, con un espíritu alegre, atractivo para el alumno, o sea que se pueden combinar esas dos cosas.
-En la nueva producción narrativa ¿qué estilos son más predominantes?
-Yo creo que se ha vuelto una especie de realismo, de literatura lineal con menos complicación técnica Un poco empujada por el marketing, porque la literatura que más se vende es la más fácil, no la más complicada, se ha asimilado un poco a eso el estilo predominante. Esto no quiere decir que esto sea malo, no, depende de cómo sea, pero hay el peligro permanente porque el escritor esta muy influido por los estímulos a la vanidad que crea el marketing actual.
-¿Cuáles son los elementos del lenguaje más utilizados por la narrativa actual?
-No se puede hablar de una tendencia generalizada, porque si tomamos casos como Gonzalo Contreras, Arturo Fontaine, o Fouguet, Jaime Collier, Urbina, hay unos, por una parte, que trabajan mucho el lenguaje coloquial, el lenguaje joven, las nuevas palabras, los nuevos vocablos, y otros que hacen una literatura post, por así llamarla, que si bien está situada en Chile, es una literatura que no tiene un compromiso profundo... El que más me interesa es Fouguet, porque en él hay un auténtico compromiso, y también Marcela Serrano, que hace una literatura, que si bien es del mundo femenino, es capaz de meterse y tener audacia para plantear el mundo de la mujer, sobre todo en el aspecto sexual, se arriesga allí. Entonces habría como dos corrientes, una que va por el lado del exitismo y la otra que es más profunda, testimonial. La literatura debe comenzar por ser un hecho estético, el primer compromiso del escritor es con el oficio, pero hay, para mí, un valor agregado que es el documento del alma humana en esa época.
-De los jóvenes narradores y poetas ¿hay algunos que le merezca resaltar?
-Sí, hay varios importantes. Está Sergio Parra, Nelson Torres que hace una poesía del mundo indígena, de Chiloé; Elicura Chihuailaf, Leonel Lienlaf en la literatura mapuche; Esteban Navarro que hace una poesía de la infancia, muy honda, muy fina, de gran belleza; Jorge Guzmán -que es de la Generación de los 50, pero como en mi caso tampoco lo incluyen allí-, es otro con el cual me siento muy identificado, sobre todo en el libro que acaba de publicar Ay mama Inés, por el trabajo profundo de investigación, por este trabajo de gran trascendencia en la literatura chilena y latinoamericana, por jugársela, creo que es el mejor libro aparecido en Chile en los últimos 20 años, y muy superior a todo lo que han escrito los jóvenes de la llamada nueva narrativa. Es una crónica novelada de la llegada a Chile de Pedro de Valdivia y del papel que jugó Inés de Suárez, sobre todo en la fundación de Santiago. Incluso lo considero superior al bello libro que escribió Carlos Cerda, que no es muy hondo, y que después de 10 años desaparecida la critica a lo que fue el socialismo real, ese libro no creo que lo lean mayormente ..
-En este mundo tan revuelto, ¿cuál debería ser el papel del escritor?
-El papel del escritor es ser vocero, no solamente de su pueblo, porque hoy en día los pueblos están tan unidos que hablar de Chile es un poco hablar del mundo. El escritor debe volver a motivar los grandes sueños de justicia, las grandes utopías y ser una voz social. En Chile son muy pocos, lo que además de escribir, lo hagan en los diarios con un sentido critico. El escritor es la conciencia crítica de un país; lo han sido siempre los grandes escritores a través de la historia. Aquí en Chile los escritores no han asumido este papel, se terminó ese papel. Antonio de la Parra lo viene recuperando un poco con los artículos de critica que viene escribiendo. Yo venía diciendo esto ya cuando escribía en un diario capitalino, pero dejé de escribir porque no me pagaban, pero de repente me pican las manos y bueno ya, mando un artículo, aunque no me lo paguen, pues por lo menos tengo una tribuna.
Hay, en la generalidad de los escritores, una especie de autocomplacencia en esto de no preocuparse de lo social; de que ya se acabaron los mitos, y se meten en el juego del mercado, del consumismo y del exitismo. Creo que más que nunca el papel del escritor en estos días debe ser un papel crítico, humanístico, de alerta al medio ambiente, a lo ecológico, además como es una época de comunicaciones, de inserción económica en el mercado mundial, o sea de cosmopolitización, también es importante que el escritor ponga el acento en lo que hay de particular en nuestro país, en la tradición, es decir, que a este movimiento centrífugo oponga uno centrípeto.
-¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
-Del punto de vista literario, acabo de firmar contrato con Editorial Universitaria para editar un libro de poemas que tiene 20 años de trabajo. Otro libro por publicar es EI peso de la luz, con más de 60 poemas largos en donde me la he jugado: es un libro existencial; de una poesía que a diferencia de la poesía habitual chilena, es filosófica, sin pretender hacer filosofía con la poesía, lo cual no se debe hacer.
Se va a inaugurar, dentro de poco en Santiago, la primera biblioteca latinoamericana del mundo no urbano, que va desde la literatura indigenista, pasando por una colección de Violeta Parra; una colección importante sobre el vino chileno, hasta todo lo referente al mundo no urbano, y se va a llamar Biblioteca Conmemorativa a José María Arguedas, en honor a este poeta, antropólogo, etnólogo, novelista peruano; bajo la dirección de la señora Marta de la Cruz Coke y cuyo fundador es Rafael Barahona. Mi intención es poder trabajar en esta nueva biblioteca, en la investigación de la literatura indigenista y mapuche, pues en Chile no hay quien se haya dedicado a esta área. Otro Libro que acabo de entregar a la Editorial de la USACH es El círculo y el pez que tiene como subtítulo ensayos de este mundo y del otro, además tengo otro libro, de cuentos de horror gótico. Está también en proyecto una novela que se llama Vidas paralelas que la comencé hace 10 años y llevó como 300 páginas; no la he podido terminar por falta de tiempo. Espero que me vaya bien con el concurso FONDART para poder continuarla.
Con todos estos proyectos de publicaciones resonando a las puertas del lector, dimos por finalizada esta conversada entrevista realizada en el refugio literario del escritor: el ático de su casa. Nos despedimos del versátil y prolífico Jaime Valdivieso, de su cargamento filosófico y de sus reflexiones apasionadas, para reencontramos tal vez en alguna otra página de la vida y poder compartir, entre poesía y cantos, el rugido de su afición tuerca, al calor de su sensible visión humanitaria.
* Publicada en Revista Literaria Rayentru Nº6 - septiembre de 1994
TRAYECTORIA
Jaime Valdivieso se tituló con distinción en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Trabajó durante tres años en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ejerció la cátedra de Literatura Latinoamericana durante diez años en la Universidad de Houston, Texas.
En Chile ha realizado varias actividades, como cursos de Filosofía en la Universidad Arcis y seminarios de literatura en CEPAL y en la Universidad Andrés Bello, en Santiago.
Su trabajo comprende decenas de libros publicados, tanto en Chile como en el extranjero. Entre otros ha publicado ensayos, cuentos, poemas y novelas como El ocaso de la buganvillas (2005) y Las máscaras del ruiseñor (1983).

Poeta,
narrador, ensayista, profesor de castellano y de filosofía en la
literatura, ha ejercido la docencia en China, España, Estados Unidos,
Cuba y México. Libros publicados: Un asalto a la tradición: Vida y obra de Carlos Sepúlveda Leyton (1963); Realidad y ficción de Latinoamérica (México, 1975); Las máscaras del ruiseñor (España y México, 1982); País de la ausencia (1987); Centro de gravedad (1989); Chile: Un mito y su ruptura (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (1993); Tu cuerpo en la palabra (1994); Ciencia y poesía, con Claudio Teitelboim (1995); El espejo y la palabra (1997); Rostro de la escritura (2000); Ventajas de la tortuga (2003); Ocaso de las Bungavillas (2005).
XVIII
Nada puede un tirano
contra una pareja
que ha decidido vivir.
Desterrados en medio del desierto
o al borde de los grandes hielos
somos amigos de lagartos y pingüinos
y entre las sombras
de nuestro cuarto
iniciamos la mejor revolución:
nos repartimos el territorio de la piel
el espesor de los músculos
los últimos latidos del corazón
todo de una manera
absolutamente equitativa.
(del libro Tu cuerpo en la palabra)
JAIME VALDIVIESO - Cuentos
EL ALAMBRE va poco a poco envolviéndolo, comenzando desde la punta de los pies hacia arriba.
Comprueba con espanto que en pocos minutos lo rodeará por entero.
Y no puede hacer nada, absolutamente nada.
Empieza a rodearle la garganta y luego la barbilla y la boca y la nariz.
Hasta que se detiene y ve con asombro que la punta del cable queda oscilando
delante de sus ojos. Y observa que es hueco.
Y que por allí es posible escaparse de su agobiante prisión.
*****
SOLO VE LAS PALMERAS bajo la luna mientras el calor húmedo penetra por la ventana del chofer del taxi.
-Ya le gustará, le gustará lo que le vaya ofrecer.
Sigue mirando, atravesando calles, dejando atrás más palmeras y corridas de faroles, hasta llegar a una pequeña casa de madera en un suburbio.
Una hoja de coco divide la luna en dos cuando sale del automóvil.
Le costó aceptar que una muchacha de trece años fuese esa atolondrada maquinaria de placer.
Al salir a la noche, el mismo calor, la misma humedad, la misma luna y el sudor en la frente y bajo la camisa.
-Le gustó ¿verdad') ... Yo sabia Tuvo suerte que estuviese desocupada.
La impresión hizo que nada existiera fuera de sí mismo, hasta que el taxi se detuvo frente al muelle.
Cuando el hombre le dio el vuelto, a la luz de un farol, reconoció con espanto que sus ojos y sus labios eran los mismos de la muchacha.
(del libro Voces de Alarma, (Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992)
* Publicados en Revista Literaria Rayentru Nº3 – octubre-noviembre de 1993
DE ADOLESCENTE lo que más comenzó a llamarle la atención, fueron los avisos de bebidas y perfumes: la muchacha saliendo de entre las olas con una botella entre las manos, la joven y elegante pareja envuelta en la suave música del restaurante, a la hora de la comida mirándose a los ojos.
Después, no existían el techo de fonolita, ni las paredes de tablas atravesadas por el ruido de otras teles, de gritos, llantos y música rock.
Luego ya de joven, antes de dormirse, lo comenzó a perseguir la imagen de la muchacha tendida junto a la piscina, con la piel del mismo color que la bebida y, a lo lejos, bajo los árboles, el frente de un automóvil rojo.
De pronto empezó a no llegar a dormir: primero algunas noches, en seguida, por semanas. Meses más tarde, alguien contó que le encontraron en la campera de piel, una foto de una muchacha tendida bajo el sol, junto a unas aguas reverberantes y a un automóvil rojo delante de grandes árboles.
Había caído atravesado por las balas a la salida de un banco.
*****
SE ACERCÓ Y LO OBSERVÓ desangrarse en medio de la calle. Cuando miró el charco, a la luz de la luna, vio su propio rostro con dos largos colmillos.
* Del libro Voces de alarma (Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992)
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JAIME VALDIVIESO
sábado, 28 de abril de 2012
POEMA NUNQUAM LUMEN DE ROSSANA ARELLANO
NUNQUAM LUMEN
A ras de suelo, nos llenábamos los bolsillos de piedras
nada más al alcance de los dedos.
La frase del día era:
Vetare vitam
Nosotros, éramos niños
y sentíamos el golpe del hambre entre los huesos.
Saciar la sed de las edades enjauladas: Una piedra
Contemplar la desnudez famélica de Ruth: Una lágrima
Sospechar la procedencia de algún resto de pan que trajo Rajel : Un horror
La frase del día era:
Spes vitae
Nosotros, éramos niños
y contemplábamos embobados la rosa azul detrás de la alambrada.
Dentro de mí, la voz, de aquel que quiere subirse a los árboles
Dentro de mí, la identidad, de aquel que escribía ruegos desatendidos
Dentro de mí, el recuerdo, de unos ojos indiscretos tras la nuca
Dentro de mí, cada palabra, de los que nunca figuraron en retratos.
Hoy me permito hablar con Dios
algunas veces creo que él sospecha,
que una brisa de mundo va dictándome poemas,
pero yo, no soy poeta, no, jamás lo he sido.
Breve Reseña
Rossana Arellano Guirao (Santiago). Escritora y prolífica poeta chilena.
Mata Ki Te Rangi (Ojos mirando al cielo) es su segundo libro en solitario luego de años dedicados a la creación poética. Su primer libro fue "Abróchame el Alma" de Edición Artesana - La Coruña – España, 2009 (Editado por Carmen Patiño), de Aires Galegos.
Su trabajo poético ha sido musicalizado, plasmado en videos y difundido por escritores y artistas latinoamericanos y europeos a través de la Web.
Su obra figura en las antologías:
* Bajo río - Editorial Mago Editores - 2009
* Versos encadenados - Editorial LOM
* Sin fronteras - Editorial Cartonera - México - 2010
* Nuestro Horizonte un Poema - Edición Artesana, Perú - 2011
* A verso abierto - Edición Artesana - Bs. Aires – 2012
* A verso abierto -Editorial Sabor Artístico, España – 2012
Sus poemas han sido publicados en diversas páginas de Internet tales como:
http://www.yoescribo.com
http://escritoresypoetas.ning.com
http://sensibilizarte.ning.com
http://bibliotecavirtualmie.blogspot.com
http://www.poesiademujeres.com/
http://www.poetasuniversales.com
http://programamundodepoesia.blogspot.com
http:// vivirlashoras.blogspot.com/
http://rossanaarellanoguirao.blogspot.com/
http:// www.foroairesdelibertad.com/
http://poesiaenelabismo.blogspot.com
A ras de suelo, nos llenábamos los bolsillos de piedras
nada más al alcance de los dedos.
La frase del día era:
Vetare vitam
Nosotros, éramos niños
y sentíamos el golpe del hambre entre los huesos.
Saciar la sed de las edades enjauladas: Una piedra
Contemplar la desnudez famélica de Ruth: Una lágrima
Sospechar la procedencia de algún resto de pan que trajo Rajel : Un horror
La frase del día era:
Spes vitae
Nosotros, éramos niños
y contemplábamos embobados la rosa azul detrás de la alambrada.
Dentro de mí, la voz, de aquel que quiere subirse a los árboles
Dentro de mí, la identidad, de aquel que escribía ruegos desatendidos
Dentro de mí, el recuerdo, de unos ojos indiscretos tras la nuca
Dentro de mí, cada palabra, de los que nunca figuraron en retratos.
Hoy me permito hablar con Dios
algunas veces creo que él sospecha,
que una brisa de mundo va dictándome poemas,
pero yo, no soy poeta, no, jamás lo he sido.
Breve Reseña
Rossana Arellano Guirao (Santiago). Escritora y prolífica poeta chilena.
Mata Ki Te Rangi (Ojos mirando al cielo) es su segundo libro en solitario luego de años dedicados a la creación poética. Su primer libro fue "Abróchame el Alma" de Edición Artesana - La Coruña – España, 2009 (Editado por Carmen Patiño), de Aires Galegos.
Su trabajo poético ha sido musicalizado, plasmado en videos y difundido por escritores y artistas latinoamericanos y europeos a través de la Web.
Su obra figura en las antologías:
* Bajo río - Editorial Mago Editores - 2009
* Versos encadenados - Editorial LOM
* Sin fronteras - Editorial Cartonera - México - 2010
* Nuestro Horizonte un Poema - Edición Artesana, Perú - 2011
* A verso abierto - Edición Artesana - Bs. Aires – 2012
* A verso abierto -Editorial Sabor Artístico, España – 2012
Sus poemas han sido publicados en diversas páginas de Internet tales como:
http://www.yoescribo.com
http://escritoresypoetas.ning.com
http://sensibilizarte.ning.com
http://bibliotecavirtualmie.blogspot.com
http://www.poesiademujeres.com/
http://www.poetasuniversales.com
http://programamundodepoesia.blogspot.com
http:// vivirlashoras.blogspot.com/
http://rossanaarellanoguirao.blogspot.com/
http:// www.foroairesdelibertad.com/
http://poesiaenelabismo.blogspot.com
miércoles, 25 de abril de 2012
Nicanor Parra: La amnesia en el Olimpo
por El Periodista
Un amigo un día preguntó a su profesor de literatura, por qué no le otorgaban el Nobel a Nicanor Parra. Este le respondió: “porque Parra es en realidad un solo libro original, a saber, ‘Poemas y antipoemas’; y porque el Nobel de Literatura tácitamente, es un Nobel de izquierda”. ¿Quería decir esto que Parra no era de izquierdas? El comentario dio para una larga y extensa discusión de invernal domingo. ¿Cuál era la posición política de Nicanor, poeta del cual crecí escuchando su nombre? Sus últimos dichos en “Retrato de un antipoeta” de Víctor Jiménez Atkin, despejan un tanto la calígine de su escurridiza opinión.
Escribe David Rojas Lizama*
Por cautela, no deberíamos caer en el facilismo de despachar el asunto diciendo “Parra es facho”. El reduccionismo típico del animal de izquierdas es capaz de crucificar hasta a su madre, y ante su juicio de Ilustración trasnochada cualquier Robespierre se queda corto. Digamos en cambio, que nos equivocamos en atribuirle, sin más, una posición contestataria o popular mareados por la obra de su familia o por la estética de su escritura, la cual, en tanto forma de ruptura con la tradición, no corresponde -no tiene porqué-, a lo que tradicionalmente comprendemos por ruptura política. Las vanguardias estéticas incluyen a todos los disconformes, y la disconformidad, por cierto no es patrimonio exclusivo de la izquierda. La revolución no pasa por los buenos libros y las revoluciones estéticas, que pueden ser parte de un proceso de transformaciones revolucionarias o contribuir a éste, en su especificidad, son más que revoluciones estéticas.
Lo que sí podríamos decir, liberándonos de cualquier ortodoxia sectaria, es que Parra es menos novedoso y claro que otros escritores contemporáneos. Una personalidad irreverente, sin duda, aunque no demasiado original, autogestionada y crecida como enredadera al alero de su genio y vanidad, acrecentada en la adulación constante de sus incondicionales y acríticos seguidores. Un embutido de ángel y bestia profundamente disociados.
De su originalidad no diré nada nuevo. Lo dice un kilo de gente; lo dice Naín Nomez (lo escuché en sus clases) y lo dijo hace medio siglo Fernando Alegría en “Literatura y Revolución”. La antipoesía no es ningún invento de Parra, esto es un mito publicitario. Baste pensar en la antipoesía de César Vallejo, o en el hecho de que el mismo Parra ya había sido antologado por uno de los más novedosos y originales antipoetas que conoce América. El hermano de la Viola fue uno de los “Cuarenta y un poeta joven de Chile” que reunió Pablo De Rokha, escritor cuya figura renace ante la bipolaridad político-psicológica de nuestro tiempo.
Respecto de su claridad diré que Borges, un aristócrata asumido, universal, menos provocador y más asertivo, me parece mucho más sincero que Parra. No fue Borges quien ambivalentemente tomó el té con la esposa de Nixon, el último gran patrocinador de dictaduras militares latinoamericanas y a quien Neruda, “el más gallo” según lo califica el mismo Parra en su famosa “Cueca de los poetas”, describiera como nuestro principal enemigo internacional por esos días, en un panfletario pero útil libro intitulado “Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena”. ¡No! Borges dedicó su traducción de Walt Whitman a Nixon, y en su mismo acto no dejó cancha para la especulación. Nunca dijo a posteriori que Pinochet fuera un salvador (quizás porque intuyó que la palabra ‘salvador’ le quedaba larga por kilómetros) sino que recibió de su mano y en nuestra Universidad de Santiago un doctor honoris causa, luego de ser ácidamente criticado en Argentina. Pero, todavía se dio el tiempo en una de sus últimas entrevistas para explicar sus motivaciones. En ella explica Borges que nunca apoyó a los militares argentinos y que menos iba a apoyar a los militares chilenos; que jamás entendió aquel premio en la USACH, otorgado como compensación a un Nobel esquivo para un visitante ilustre, y que consideró la función militar como un resabio de tiempos cada día más antiguos, convencido de que, de aquí a un centenar de años, decir chileno o argentino no significaría nada.
Parra, menos solitario que el argentino, conversó -antes de asistir a la invitación desde la Casa Blanca- con un par de escritores chilenos, quienes no siendo militantes, ni cercanos a la Unidad Popular, le aconsejaron no asistir, teniendo en cuenta el contexto político y las dificultades que en lo personal esto pudiera acarrearle. Pero el hecho es que Parra asistió, y ante la avalancha de críticas, respondió como una mofa a una voceada y popular consigna de la época, con uno de sus más famosos artefactos: “la izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas”. La realidad chilena parece parida por este artefacto… o el espíritu servil de su acto originario.
La comparación entre el conservador Borges y nuestro rupturista antipoeta puede ser incómoda o tediosa. Ya nos dijo alguna vez Parra: “Quédate con tu Borges”. Pero deja claro que a diferencia de nuestro espectacular poeta popular, el academicista trasandino no apoyó a los milicos; los golpistas -militares y civiles- fueron quienes intentaron apoyarse en él, y aquello todavía le importó un pepino. Esto nos debería llamar a la reflexión sobre qué tanta relevancia tiene la forma estética en el pensamiento del autor, porque una veta popular no siempre implica un pensamiento popular.
“En materia de ojos, a tres metros/ no reconozco ni a mi propia madre”, dice Parra. Yo agregaría más. A nivel de concepto, es un absurdo inventar un artefacto en el que se lee el apellido de una presidenta, que en los hechos fue tan profundamente antidemocrática como Michelle Bachelet, enfatizando en la sílaba “che” para hacer referencia a Ernesto Guevara. Aun comprendiendo la ironía del símbolo, no deja de ser un contrasentido irritante para un estudiante de la generación de la movilización estudiantil del 2006 y del estallido del año 2008: es como no reconocer un buque a metro y medio.
Parra, además, se ha consumido en su propuesta de mera negación. La antipoesía termina en sí misma, mientras el Olimpo de los poetas se ha transfigurado y hecho otro del que fue antes. Los poetas han vuelto a subir a otro Olimpo. Un Olimpo en el que decir “Los poetas bajaron del Olimpo” no es mal visto ni rompe con nada. Personalmente, desde que comencé a leer poesía, leí a Parra robando versos de sus libros en caras librerías llenas de viejas snob del barrio alto, que compraban manuales de cocina hindú. La situación no ha cambiado mucho en un puñado de años. Sigo encontrando a Nicanor en las librerías y sigo sin poder traerme de su poesía sino la fotocopia del ejemplar de la Biblioteca Municipal. Los poetas subieron al Olimpo: se pusieron traje de ‘etiqueta’, se metieron cuadrados en las estanterías, y se vendieron a precio de mercado. El Olimpo, amigo Parra, hoy no es otra cosa que tu Mall Center.
Claramente, los años no han pasado en vano para el viejo antipoeta. Decir que Pinochet es un salvador, pero que uno querría un salvador sin atrocidades, es negar todo un caudal de sufrimientos, tirarlos al doble olvido de la amnesia y la ausencia.
En el litoral central, Las Cruces es el nombre de un poblado playero donde la mayor atracción turística es bañarse cerca de donde vive Nicanor, a escasos kilómetros de donde duerme Vicente como su mentor indirecto. “El Litoral de los poetas” fue como lo bautizó el Servicio Nacional de Turismo. Pero en el Patio 29 del Cementerio General, en cambio, las cruces son signos de otra remembranza más profunda y cruda. Los olvidados, los sin identidad, los nunca vistos, los desaparecidos. Esto nos recuerda que hay artefactos y artefactos. Hay cruces y cruces, bacheletes y guevaras, salvadores y Salvadores.
Espero no aparecer como verdugo o juez de nadie; no ser mal entendido. Todo esto no nos invita si no a seguir leyendo a Parra. Un par de reproches y comparaciones no le quitarán la sal a una época entera marcada por su mito encarnado. Pero nos invita a tomar distancia de un par de tonteras que el poeta dijo hace no mucho. Nos invita a la sospecha reflexiva, sencilla disipadora de nuestros nebulosos días de ambigüevada.
*Estudiante de Filosofía, Usach/ Agradezco sus claras correcciones al profesor José Miguel Neira del liceo Confederación Suiza.
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