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sábado, 18 de agosto de 2012

Ella le había dicho que no Cuentos Por María Paz Rodríguez

María Paz Rodríguez estudió literatura e hizo un magíster en letras hispanoamericanas en la Universidad Católica. Ha trabajado como editora y encargada de prensa en LOM Ediciones y en varias editoriales. También como productora de ciclos de música, lanzamientos de libros. Ha hecho clases de escritura académica en institutos y universidades. El 2009 obtuvo el Fondo de la Beca de Creación Literaria por su novela Hotel, obra que está en producción.



Ella le había dicho que no porque no sentían lo mismo. Ella no quería nada serio y prefería que lo de ellos se quedara así como estaba. Que se sentía ‘cómoda’, tranquila con su situación. Verse de vez en cuando, salir, bailar, conversar. Que ella sería su amiga y ya. Que ése era el único puente que podía haber entre ellos, porque el amor, el riesgo del amor, era muy grande y ella no estaba dispuesta. Que ya había sufrido mucho y que él era un buen chico. Que no quería perderlo. Que sería bueno que vieran a otra gente. ¿Qué es lo que te da tanto miedo?, le había preguntado él. O tal vez lo había pensado en voz alta y ella no había querido contestar. Caminaron un poco sin hablar. Ella miraba al suelo, él no recuerda bien qué miraba. No la abrazó como otras veces, ni le contó un chiste tonto antes de subirse al auto, ni le dijo “buena noches”. Se despidieron fríamente y ella pensó que él no volvería a llamarla. Que no querría saber nada, que seguiría con su vida como lo hace toda la gente. Como lo habían hecho otros antes que él. Cuando ella llegó a su casa, revisó su correo y vio que él le había mandado algo. Asunto: El pudor de decir las cosas.

Imaginé decirte éstas y otras cosas antes de dejarte en ese auto.
Te las digo porque sé que corro el riesgo de no verte de nuevo y que eso sería mi mayor alivio en el caso de que no quisieras volver a verme, después de estas palabras.
 Y ahora siento pudor.
 Pudor de que leas lo que escribí para ti, porque aunque haya intentado pensar en argumentos para persuadirte, cada vez que aparecías en esta carta, mirándome. Yo te sonreía porque no podía hacer otra cosa. Porque una parte mía que estaba ahí, pensando en ti, se convertía en la vergüenza de saberme descubierto.

Pudor de que me veas, mirándote.
Pudor de que veas lo que hay dentro de mí cuando estoy y cuando no estoy contigo.
Cuando estamos y cuando no.
Cuando te adoro, porque mi corazón es como un perro grande, torpe e inconsciente de su tamaño, que ama sin límites y que mueve la cola cada vez que tú llegas.

Ten fe.
Tennos fe.
Tenme fe.

Ella leyó. Y ella volvió a leer. Se sonrió y luego sintió algo parecido a la emoción. Porque no estaba preparada para que él le dijera que sí de nuevo. Que alguien le dijera que se atreviera, que saltara con él, que lo dejara estar ahí, con ella. Apretó el botón de respuesta y sólo escribió dos letras en aquel correo. Luego apagó el computador y la luz y sintió como alguien la abrazaba desde el otro lado de la pantalla.

Le corté los bigotes a mi gato por Florencia Edwards



Le corté los bigotes a mi gato,
estaba aburrido y lo hice,
pero le salió sangre.

Después se convirtió
en el gato más raro,
porque chocaba con las paredes,
olía comida pero no se la comía,
pedía aún MÁS comida
y nunca volvió a reccionar a los ruidos;
un gato sin intuición de nada,
un gato sin instintos,
un gato que ya no era un animal,
ni siquiera cerca.

Hoy día estaba con él en la bosca
y la abrí para poner más leña,
y seguí leyendo pero se me olvidó cerrarla.

El gato empezó a caminar hacia la bosca
y entró al fuego como si fuera una puerta de algo,
como si fuera su destino, y entonces, ni maulló.

Nadie se dio cuenta,
mi papá cerró la bosca en el camino,
y al gato se le quemó el pelo,
quedó color piel,
se le derritieron las orejas,
bajaron hasta los lados de la cabeza,
su cola también se quebró,
se hizo cenizas, esfumó,
y quedó encerrado para siempre,
en el fuego aburrido, para siempre.

....

Este texto pertenece a «Queso Derretido»
el primer libro de Florencia Edwards Viviani.
Después de graduarse en La Maisonnette
estudió Literatura en la Universidad Católica.
Primer lugar poesía Concurso Vitajoven 2004
LOM Ediciones (Santiago de Chile, 2005)

viernes, 4 de mayo de 2012

Entrevista a Jaime Valdivieso Mayo 2012

El Clarín Digital

    Viernes, 4 de Mayo 2012
Jaime Valdivieso: “Creo en la posibilidad de que la dictadura asesinó a Neruda”

DF.- En entrevista digital desde Ñuñoa, Jaime Valdivieso (1929) habla de Neruda: “Lo conocí una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío.  Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros”, y ante la solicitud de exhumación presentada por el Partido Comunista en el Caso Neruda, Valdivieso considera: “Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta”.


Autor de: El muchacho (1958); Tornillito y otros cuentos.(1961); Un asalto a la tradición (1962); La condena de todos (1965); País sin nombre (1969);  Realidad y ficción en Latinoamérica (1975); Bajo el signo de Orfeo (1980); Las máscaras del Ruiseñor (1982); País de la ausencia (1987); Chile: un mito y su ruptura (1989); Centro de gravedad (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (FCE, 1992); El espejo y la palabra (1997); Escritura encadenada (1999); Señores y Ovejas Negras (Lom, 2000) y Ventajas de la tortuga (2002), entre otros libros.


El escritor y poeta oriundo de Valparaíso, vivió fragmentos del exilio en Temixco, a unos pasos de Cuernavaca, la ciudad mexicana emblemática en la vida de Neruda. Años después de regresar a Chile, fue invitado al directorio de la revista Cuadernos de la Fundación Neruda, sin embargo renunció cuando censuraron su ensayo La poesía mapuche como resistencia, en la revista argumentaron que el presidente de la Fundación Neruda había sufrido un atentado contra su fundo en Temuco, supuestamente perpetrado por dos lonkos de Traiguén, y por esa razón no podían reivindicar la poesía mapuche (sic). En opinión de Jaime Valdivieso: “Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos”.

MC.- ¿Cuándo conoció a Neruda?

JV.-Conocí la poesía de Neruda en un hospital donde me mejoraba de una leve tuberculosis en la montaña, allá por el año 1952 o 1953. Me impresionó mucho por supuesto, se trataba de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). Luego lo conocí, años más tarde, una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío.  Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Recuerdo que en una larga conversación junto a su cama me habló de que una revista lo comparaba con Jorge Luis Borges. “¿Qué tengo yo que ver con Borges?”, me dijo, y seguimos conversando. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros. También me habló de la importancia para un escritor que era conocer su tierra.


MC.- ¿Recuerda dónde estaba al recibir la noticia de la muerte de Neruda?

JV.-Estaba en Texas, impartía una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Houston.


MC.- ¿Aumentó el interés de sus estudiantes sobre Neruda durante los años del exilio mexicano? 

JV.-Sí, en México me preguntaban mucho en los talleres que hice en el norte, en Sonora y Laredo.


MC.- ¿Cuál es su conclusión sobre la denuncia del presunto asesinato de Neruda y la posible exhumación?

JV.-Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta.


MC.- ¿Qué objetivos debería cumplir la Fundación Neruda?, ¿cuál era la última voluntad del poeta?

JV.-Su objetivo era formar poetas con espíritu chileno y Latinoamericano, de hermandad entre los países con culturas originarias y mestizos, como somos los chilenos con nuestro mestizaje con los mapuches.


MC.- ¿Estudió la iniciativa de Neruda para fundar la Universidad Mapuche?

JV.-No, desgraciadamente no la estudié, pero algo supe de su intención.


MC.- ¿Conversó con el poeta Elikura Chihuailaf sobre la influencia de la cosmogonía mapuche en Neruda?

JV.-Específicamente no conversé ese punto, pero sabía que Elikura conocía la posición y admiración de Neruda sobre el pueblo mapuche.


MC.- ¿Quién lo invitó a colaborar en el directorio de la revista “Cuadernos” de la Fundación Neruda?

JV.-Me invitó Aída Figueroa, la hermana del presidente de la Fundación Neruda, y acepté porque me pareció que podía hacer una labor patriótica, ya que yo había sido -junto con Elikura Chihuailaf- el organizador del Primer Encuentro entre poetas chilenos y mapuches en Temuco, el año 1994.


MC.- En 2001, renunció al directorio de “Cuadernos” porque censuraron su ensayo: “La poesía mapuche como resistencia”. ¿Era incompatible el perfil editorial de la revista con la vida personal de J. A. Figueroa?

JV.-Era incompatible, pues él tiene tierras en la zona y según dijo los mapuches le habían quemado un galpón y con ese pretexto aplicó la Ley Antiterrorista.


MC.- Se distanció de Volodia Teitelboim ante el nulo respaldo en el caso de la revista “Cuadernos”. ¿A qué atribuye la lealtad de algunos intelectuales con la Fundación Neruda?

JV.-Sí, me distancié de Volodia y de la Fundación Neruda hasta el día de hoy. Creo que la lealtad de algunos intelectuales se debe a razones personales. Yo en eso no los critico.


MC.- Finalmente, después de retirarse de la revista “Cuadernos”, quedaron en evidencia las irregularidades financieras e incongruencias políticas de la Fundación Neruda. ¿Renunció justo a tiempo?, ¿cómo mira las cosas a la distancia? 

JV.-No pude haberlo hecho mejor. Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos.

sábado, 2 de febrero de 2008

El sentimiento artístico -un aporte del distinguido escritor chileno, poeta, ensayista y crítico literario Don Luis Ossa Gajardo


“Pensar alto, sentir hondo, hablar claro” Antonio Machado

EL SENTIMIENTO ARTÍSTICO

*Luis Ossa Gajardo

Algunos poetas-amigos me han preguntado qué opino sobre el sentimiento artístico.

Esta es mi opinión: Sin sentimientos profundos y transparentes no hay arte de modo alguno en ninguna de sus diversas manifestaciones: pintura, música, escultura, escritura etc.

En el caso del poeta, artista de la palabra, siente y deja reposar en el fondo de su alma “el sentimiento” aquel susurro inconmensurable que ha logrado estremecer su íntimo ser. Tal sentimiento no languidece en su corazón, sino que, más tarde, con fuerza plasmadora adquiere la capacidad de transmutar lo vivido anteriormente en sonido e imagen que va más allá de la frontera de la pluma y el papel, de modo que las palabras vibren en su inagotable transferencia al lector.

La vid exprimida del sentimiento es la que da el dulce vino al espíritu.

Escribir sin sentimiento es entregar frases estereotipadas, pálidas y vacías.

Colleridge afirmaba que la poesía es el espontáneo desbordamiento de los sentidos; y que si hay espontaneidad es que hay, también, verdad…
Así, hay quienes sostienen que el texto poético es el más creíble de todos los textos literarios, porque es la representación fiel de una realidad, aunque sea ésta una realidad interior, subjetiva: la del poeta. Los poetas, según esto, no fingen : la ficción es patrimonio de los otros géneros literarios, pero no se da en el ámbito de la poesía.

La auténtica poesía brota únicamente del poeta verdadero; de aquel que vino al mundo con la gracia y fuerza creadora para transmitirnos en un tono único e inconfundible el milagro de la plasmación de las palabras.

El poeta auténtico sabe atrapar en la red más recóndita de su sensibilidad aquellos “sentimientos” que un día en el esplendor de su pluma, nos entregará en claras, alegres y ricas expresiones, o en el verso henchido de melancolías y tristezas el vuelo íntimo de su lírica. En ambas circunstancias el poeta sentirá iluminar la dimensión de su espíritu.

Para capturar el sentimiento verdadero, el vate necesita en torno suyo y en el halo de sus evocaciones, la sustancia lírica y musical que ha de extraer desde su riqueza espiritual. Y en virtud de su esclarecimiento trasvasará en vocablos precisos e ideas sintetizadas la hondura de su sentimiento vital.

En contraste, existen versificadores ansiosos de notoriedad que sólo imitan y fingen la originalidad . El verso verdadero lleva en sí la misteriosa esencia de la poesía. En consecuencia encontraremos en la falsa expresión poética simplemente una retórica versificada o muchas veces una ruda expresión prosaica. En cambio en el verbo lírico hallaremos siempre ritmos e imágenes de una sencillez tierna y elemental.
Rainer Rilke – considerado uno de los poetas más importantes en lengua alemana y de la literatura universal, expresó “Para escribir necesito algo más que el material indispensable: necesito un poco de calma y soledad”. Aquella es la fórmula única para poder capturar los sentimientos de extraordinaria riqueza que han de encender la jerarquía de las palabras y el verso que cante más allá de nuestro propio corazón.

Lamentablemente nuestra época no es lírica, un extraño soplo de grandeza y ligaduras de vanidades invaden al individuo de hoy, ímpetus tenebrosos penetran con desdén y arrebatos en los gloriosos campos del arte.

La oscura decadencia de esta sociedad se desfigura en una masa informe de seres que hacen suyo el balbuceo ininteligible de los que han perdido el rumbo y las fronteras en una heterogeneidad siempre tenebrosa. Circunstancia propicia para que el arte y, en este caso, el arte de la palabra, caiga, muchas veces, en abismos aberrantes.

Anhelamos una nueva aurora, el retorno de una sociedad dichosa donde la poesía del sentimiento se expanda libremente sobre la faz de la tierra.

Entonces la poesía pura y primigenia alcanzará, en las claras fuentes de la alborada, la fresca rima del corazón.



Quilpué 6 de Mayo de 2007.-

• Poeta, ensayista, humanista, libretista radial, crítico literario.
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• Referencias Críticas Biblioteca Nacional de Chile.

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